La Noche de las Cazadoras

 

Por Clara Beltran:

 

Al final de la tarde el cielo había comenzado a cubrirse, como consecuencia de lo cual por la noche se desencadenó una fuerte tormenta de verano. La lluvia caía con tanta fuerza y cantidad que apenas fue perceptible el sonido del timbre que anunciaba la cena. Faith se incorporó de la cama y dejó su celda. Caminó sin prisa por los pasillos de la prisión ante la atenta mirada de los guardas.

Cuando llegó al comedor, las colas casi se habían disipado. Esperó su turno sin darse prisa, hasta que le llenaron la bandeja con una montaña de judías, una bola de puré de patata que hizo “chof” al caer y un escuálido filete duro y reseco. Renunció al postre con un gesto de la mano y se encaminó al lugar que ocupaba a menudo, la última mesa pegada a la pared, donde siempre comía sola.

En cuanto se hubo sentado, sin embargo, recibió una visita. La vio caminar con paso seguro, mientras que el desafío se reflejaba en su rostro. No era algo extraño, cada cierto tiempo alguna chica nueva, que quería hacerse respetar, o subir en la extraña categoría de la cárcel, se enfrentaba a ella y salía muy mal parada. Unos días atrás una chica se había acercado a la mesa de Faith, y con voz entrecortada, intentando pronunciar su amenaza, sin conseguirlo, de malos modos, le había ordenado que dejase la mesa libre. Se llamaba Annie Simpson, todos sabían que era una buena chica a la que su novio había cargado el muerto de un robo. Tenía un bebe y siempre se mantenía al margen del jaleo. Sin embargo, le sorprendió más el temor que reflejaban sus ojos redondos y oscuros durante el desafío, tanto temor que Faith, no se creyó la amenaza hasta que la chica volcó el contenido de su bandeja sobre ella y le golpeó la cabeza. La cazadora no esperó explicaciones y de una patada la hizo rodar por el suelo. La chica, con los ojos llorosos, se incorporó mirando hacia la puerta y después se dirigió de nuevo a Faith, que volvió a situarla en el suelo de una patada. Aún tuvo fuerza para volver a levantarse, pero Faith ya no fue tan amable. La agarro por el cuello y la apoyó contra la mesa, Annie pateó sin fuerzas bajo ella llorando. La cazadora deseaba matarla, pero alguien la golpeo, un guarda, y soltó a la chica como el león que suelta a su presa. La miró con desprecio y al segundo se sintió arrepentida.  Las dos fueron conducidas a la enfermería. El doctor recetó unas inyecciones a Faith, aunque esta se sentía perfectamente. Sin embargo, la chica desapareció de la penitenciaria aquella misma tarde. Pronto empezó a correr la leyenda de que Faith se la había cargado.

Por eso, cuando la chica con cara desafiante se dirigió hacia ella, y dejó caer la bandeja con fuerza sobre la mesa que ocupaba, no la tomó por sorpresa. El estruendo alertó al resto de las chicas que fijaron su atención en lo que parecía indudablemente el inicio de una pelea. Faith, sin embargo,  siguió jugueteando con las judías ignorando el desafío, como si no fuese con ella la cosa. La chica no se rindió ante la indiferencia de la cazadora, de un manotazo apartó la bandeja de Faith que describió un corto vuelo antes de caer al suelo. Faith se quedó con el tenedor suspendido en el aire, entonces levantó los ojos hacia la chica.

     -¿Tu eres nueva verdad?- dijo inmutable mientras mascaba una de las judías

     -¡Fuera , zorra!- fue la contestación de la otra

     -¿tienes algún problema? ¿No te gustan las judías?- preguntó sarcástica Faith- ¿quieres que te sirva algo especial? ¿Ración de tortas por ejemplo?

     -No gracias- dijo la otra- me conformo con mi plato favorito, sesos de cazadora con salsa bechamel

El rostro de Faith cambió del desdén a la sorpresa. Nadie conocía su faceta de cazadora, no tenía amigos en la cárcel, ni siquiera un conocido que entendiese su condición de cazadora allí dentro. Contuvo el aliento y observó a la desafiadora, su aspecto era  más el de una modelo que una reclusa. Llevaba el uniforme azul, con la camisa desabrochada estratégicamente dejando al descubierto parte de su anatomía, que parecía obra de bisturí. Sobre la cadera colgaba un cinturón que sin duda era muy caro. Las manos se veía cuidadas y el pelo  que caía en bucles dorados, como recién salido de la peluquería. Llevaba la cara minuciosamente maquillada y sobre su pecho oscilaba un colgante en forma de media luna. Por su escrupuloso aspecto, nada adaptado al ambiente carcelario, Faith dedujo que algo no andaba bien

     -¿Sabes cuantas púas tiene un tenedor?- preguntó Faith ante la asombrada mirada de la otra y sin perder el tiempo se lo clavó en la mano

La chica emitió un fuerte chillido, dejó caer la cabeza hacia atrás como impulsada por un golpe seco. El chillido fue disipándose y convirtiéndose en un susurro y después en una risa suave, al principio, y estridente después. Con la mano sana, se arrancó el tenedor, ante la atenta mirada de Faith y el resto de las reclusas. No había sangre, lo apretó con la mano hasta que se convirtió en un hierro retorcido irreconocible.

     -Sorpresa sorpresa – canturreó divertida, y antes de que Faith pudiese reaccionar, la había levantado del suelo con una sola mano y estrellado contra la pared.

Faith acabó haciendo compañía a la bandeja que hasta escasos minutos le pertenecía. Fue en ese momento, junto a los restos de lo que había sido su comida, cuando se sintió débil, física y moralmente. No tenía fuerzas para enfrentarse a aquella cosa. La vio venir hacia ella, y el miedo se apoderó de su cuerpo. Se arrastró frenéticamente debajo de las mesas, mientras las reclusas se apartaban intentando que la pelea no las pillase por medio. Se arrastró como un gusano entre restos de judías y suciedad, hasta que sintió que alguien la agarraba por un pie. Pateó angustiada intentando defenderse, pero pese a su resistencia fue levantada por una fuerza que le pareció descomunal. La había vuelto a coger. La zarandeo durante un rato como a un pelele o un gato que juega con su presa, la dejó caer en el suelo como un trapo viejo. Cuando Faith intentó levantarse, el aturdimiento la hizo resbalar. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando volvió a ver que se acercaba tras coger una cuchara del suelo. La agarró por el cuello y la apretó contra la pared poniéndose a la altura de su cara para poder mirarla a los ojos.

     -No te preocupes querida- dijo dulcemente- solo será un golpe, no sentirás nada, o eso creo ¿crees que duele que te levanten la tapa de los sesos? después disfrutaré de ti- y se relamió los labios  mientras mostraba jubilosa la cuchara

     -¿Quién eres?- dijo Faith- ¿Qué es lo que quieres de mi?

     -Me llamo Bel, querida- dijo- y ya te lo he dicho, solo quiero tus sesos

Entonces el rostro de Bel cambió de la felicidad a la sorpresa. Una mano se había posado en uno de sus hombros y antes de que se diese cuenta la apartó de su presa. Faith siguió su trayectoria hasta caer en el suelo tras tropezar con una mesa que acabó siendo astillas. Era Angel, había aparecido como salido de la nada, Faith se lanzó a sus brazos agradecida. Nunca se había alegrado tanto de ver a un vampiro.

     -No te preocupes, te sacaré de aquí- dijo y después de separarse de Faith cogió una mesa y se la tiró a la sorprendida Bel, dejándola atrapada- no tenemos mucho tiempo, corramos

Faith no esperó explicaciones y echó a correr tras el. Angel parecía tener un plan preestablecido, se deslizó seguro por los pasillos de la cárcel. Enseguida los guardas dieron la voz de alarma y empezaron a reaccionar, uno salió al encuentro y los amenazó con un arma. Antes de que pudiese disparar Angel lo apartó de un puñetazo. Siguieron corriendo hasta entrar en la sección de las oficinas. Invadieron el despacho del director y bloquearon la puerta.

     -¿Qué hacemos aquí?- preguntó Faith vigilando atentamente la puerta

     -Saldremos por donde he entrado- dijo Angel mientras arrancaba la rejilla del aire acondicionado.

 Los guardas ya habían llegado a la puerta y amenazaron con disparar. Faith intentó subirse al conducto del aire acondicionado, pero entonces la debilidad volvió a invadirla.

     -No puedo- dijo- no se lo que me pasa

     -Yo si- dijo Angel, mientras de un empujón la elevaba hacia el conducto- pero ahora no es tiempo de explicaciones.

Justo cuando Faith entró en el conducto, los guardias echaron la puerta abajo y dispararon sobre Angel, que cayó al suelo. Faith se detuvo por un momento, entonces oyó golpes y al cabo de unos minutos sintió que reptaba tras ella. Tardaron unos cinco minutos hasta llegar a un conducto lo suficientemente alto como para ponerse de pie.

     -¿Y ahora?- pregunto Faith

     -Ahora las alcantarillas- dijo Angel, y se inclinó en el suelo levantando una tapa.

En cuanto la hubieron abierto un insoportable olor fétido lo invadió todo. Faith contuvo la respiración y se deslizó por unas escaleras. Angel le advirtió que no se moviera demasiado pues podía caer en el pequeño riachuelo de podredumbre. Entonces oyeron la alarma que anunciaba la fuga de un preso y empezaron a correr a oscuras guiados por la escasa luz que se filtraba al final de la salida. Cuando por fin casi la habían alcanzado, una silueta se dibujo en la claridad de la boca del túnel, la reconoció en seguida.

     -¡¡Buffy!! ¡que desagradable sorpresa!- exclamó Faith entre la sorpresa y la ironía- ¿Qué te trae por aquí?

     -Yo tampoco te he echado de menos- fue la sincera contestación de Buffy

 

 

Las cazadoras se observaron de cerca sin acercarse demasiado, manteniendo las distancias. Del túnel empezaron a emerger ladridos de perro y voces que anunciaban que los perseguidores se aproximaban.

     -Yo los entretendré- dijo Angel dirigiéndose a las chicas- Cordy os está esperando en la carretera, así que, daos prisa.

Faith se acercó a Angel y se abrazó a el, ante la mirada recelosa de la otra cazadora.

     -Gracias … - dijo- otra vez.

Corrieron sin dirigirse la palabra ni mirarse, dejando atrás a Angel. Atravesaron el campo y un pequeño bosque de matorrales. A lo lejos se distinguía la carretera, pero Faith estaba demasiado cansada para sentirse aliviada o esperanzada. Finalmente tropezó con una raíz y cayó al suelo mojado. Buffy volvió sobre sus pasos.

    - Levántate- dijo- solo tenemos unos minutos

    - No me siento bien- contestó Faith agarrándose el pie con las manos

     -El combinado ha hecho efecto- dijo Buffy

     -¿El que?- preguntó Faith mientras Buffy la ayudaba a levantarse

Aquel primer contacto entre ellas las sorprendió. Hacía tiempo que no se tocaban y la última vez que lo había hecho, era para pegarse.

     -Una droga- explicó Buffy bajando la vista mientras se ponían a andar- es la droga que usan los del consejo para el crucimentum. Ya sabes, el feliz 18 cumpleaños de las cazadoras

     -Pero yo ya pasé el crucimentum- dijo Faith confusa- además… ya no trabajo para el Consejo

     -No Faith- dijo Buffy- tu ya no trabajas para el Consejo, por eso quieren eliminarte, muriendo tu, tendrán a otra cazadora a la que manejar. Yo no les sirvo, tú eres la cazadora activa, por eso metieron a ese demonio en la cárcel y te inyectaron la droga

Faith empezó a atar cabos, ahora comprendía el absurdo enfrentamiento de Annie Simpson y su extraña desaparición. Sin duda había hecho un trato y ahora disfrutaba de la libertad, junto a su hijo.

     -A Giles todavía le quedan algunos contactos en el Consejo, disidentes con la política que llevan a cabo- continuó Buffy- se puso en contacto con ellos y le explicaron que habían engañado al demonio diciéndole que comiendo los sesos de la cazadora activa sería invencible, para asegurarse de que cumplía su objetivo te inyectaron la droga, eres una carga hasta para el consejo.

     -Lo dices con satisfacción- dijo Faith mostrando su sonrisa más cínica- pero entonces ¿Qué haces aquí?

     -No estoy aquí por gusto- aclaró Buffy mientras seguía caminando- ese demonio vino a Sunnydale buscándote, es tan tonta que ni siquiera se enteró de que estabas en los Angeles, hirió a Willow y amenazó a Xander, Annya la reconoció como una antigua colega de profesión. Vine a avisar a Angel y el me pidió que echara una mano. Lo hago por que el me lo ha pedido, no por ti, que quede claro.

     -Muy claro- concluyó Faith, entonces escucharon voces y echaron a correr otra vez

Llegaron a la carretera pero no se veía ni rastro de Cordelia o el coche. Caminaron por el asfalto con la esperanza de que se hubiese desplazado a un lugar más seguro, sin embargo el coche no aparecía y las voces y los ladridos de los perros seguían acercándose. A lo lejos vieron avanzar las luces de un coche.

     -Bien- dijo Faith situándose en medio de la carretera- haré que se pare, cuando lo haya hecho atízale y larguémonos.

Faith permaneció en medio de la carretera haciendo aspavientos. El coche consiguió frenar cuando la tenía justo encima, de el se bajó un hombre

     -¿Estás bien?- dijo preocupado- lo siento, no te vi.

Entonces el hombre pareció reconocer el uniforme carcelario de Faith y caminó unos pasos hacia atrás, Faith hizo un gesto a Buffy, pero esta se limitó a preguntarle

     -¿Puede llevarnos a la ciudad?

Mientras se montaban en el coche, Faith recriminó a Buffy lo poco que había aprendido de ella.

 

 

El hombre las acompañó temeroso hasta el norte de la ciudad, y las dejó donde Buffy le había pedido, después de que Faith amenazara con buscarlo allí donde se encontrara y hacerlo picadillo si se atrevía a ir a la policía e indicar donde las había dejado. Le dijo que pertenecía a una sangrienta banda que podía hacerle la vida imposible y se quedó con su número de matrícula por si incumplía su promesa. Después le besó en los labios. El hombre abandonó la calle totalmente desquiciado mientras, Faith reía como no lo hacía desde mucho tiempo atrás.

     -¿Qué buscamos?- preguntó Faith estirando los brazos sin dejar de sonreír, deleitándose con las luces de la ciudad y la libertad

     -El Dragón Rojo- explicó Buffy, que había estado observando su larga historia con el conductor, mientras señalaba el letrero de un pub que representaba un dragón- Cordy dijo que nos esperaría aquí si pasaba algo inesperado. Anya está con ella.

     -¿Me llevas a bailar para celebrar nuestro reencuentro?- dijo Faith y corrió veloz para alcanzar la puerta, pero Buffy la alcanzó antes a ella.

    - Ni hablar- dijo mientras la sujetaba por el brazo- quédate aquí y volveré en un par de minutos, por hoy ya te has divertido suficiente. No estoy dispuesta a arriesgarme a que te metas en un lío

Buffy entró cerrando la puerta tras de si, dejando a Faith en la calle. Por la apertura se coló el sonido de la música y la gente, el chocar de las copas y el olor de la cerveza, Faith esperó unos minutos, después se quitó la camisa de su uniforme dejándose solo la camiseta blanca que llevaba debajo y entró. Un segundo después había birlado un vaso de cerveza que estaba sobre una mesa. Se dejó llevar por la música, arrastrándose hasta la pista, las luces la poseyeron, la música parecía sonar mejor que nunca, se desplazó entre la gente, moviéndose al estilo Faith, rodeó con uno de sus brazos el cuello del primer hombre que se puso a su alcance y bailó con el.

Mientras Buffy, ajena a que Faith había entrado en el pub, se había acercado a la barra. Pronto una voz conocida la llamó para que se acercase. Anya y Cordy hablaban amablemente de las cosas comunes y el tiempo que no se había visto, mientras bebían cerveza.

    - ¿Problemas? - preguntó Buffy dirigiéndose a Cordy

    - La guardia de la cárcel hace rondas en el exterior regularmente- explicó Cordy- conseguí convencerlos de que se me había estropeado el coche, pero no pude seguir allí parada

     - ¿Sabes algo de Angel?- preguntó Buffy

     - Acaba de llamar, se dirige al puerto, nos esperará junto al barco que sacará a Faith del país. ¡por cierto! ¿donde está? cuanto antes la metamos en el barco, antes respiraremos tranquilos. Esa chica es peligrosa

     -Ahí fuera- Buffy señaló la puerta con la mano- será mejor que nos demos prisa. Yo también tengo ganas de perderla de vista.

Se disponían a levantarse cuando Cordy tuvo una sacudida

     -¿te encuentras bien?- le preocupó Anya tocándole el brazo

     -Faith- dijo Cordy- he visto como la muerde un vampiro… hay luces… está aquí.

Buffy se movió con rapidez, de un salto se subió a la barra ante la protesta enérgica del barman y los aplausos de los clientes que creían que estaba lo suficientemente borracha como para montar un baile al estilo Coyote. Oteó todo el establecimiento intentando localizar a Faith. Un hombre en estado de total embriaguez, que celebraba una despedida de soltero con sus amigos, la sujetó por una pierna mientras le decía que se quitase la ropa. Buffy tuvo que empujar su cabeza con el pie para que la dejase tranquila. El hombre cayó del asiento, y en un segundo se montó una pelea entre los amigos del borracho, que también estaban borrachos y el resto de los clientes que vitoreaban a Buffy.

     -¡¡¡Buffy!!!- gritó Anya señalando la pista- Allí

Saltó de la barra y caminó entre la reyerta avanzando a trompicones. La vio en la pista abrazada a un tipo alto y moreno que al mismo tiempo la sujetaba como una lapa. Se acercó furiosa y pudo ver como el hombre tenía la boca apoyada en su cuello. Aceleró el paso, sacó su estaca y se la clavó en la espalda al vampiro, que se disolvió en una nube de cenizas. Faith se desplomó en el suelo aturdida, mientras las luces giraban a su alrededor mareándola y los clientes seguían peleando.

 

 

 

Por suerte no llegó a perder el sentido. Consiguieron abrirse camino hasta el exterior.  Anya intentó cortar la hemorragia presionando con un pañuelo sobre la herida goteante del cuello de Faith, sin embargo no se atrevió a tocarla. Faith al ver lo que intentaba, le arrancó el pañuelo de las manos y se lo aplicó ella misma.

     -Solo necesito tomar aire fresco- murmuró mientras se echaba una mano a la herida y con la otra se sostenía la cabeza.

     -Menos mal que Buffy es rápida- opinó Anya-

     -Buffy, Buffy - Faith canturreó – sieeeeempre, sieeeeeempre Buffy

     -Está bien- acortó Buffy- Id a por el coche, será mejor que la saquemos de aquí cuanto antes.

Las dos demonios partieron al lugar en donde habían dejado aparcado el coche, después de decir que volverían en unos minutos. Faith se dejó resbalar hasta el suelo, contra la pared del callejón y empezó a sentirse mejor. La brisa de la noche le sentaba bien, junto a ella, Buffy se movía enfadada de un lado a otro. Sabía que iba a decir algo, que iba a estallar de un momento a otro. Todavía había mucho resentimiento.

     -¿Por qué no lo dices?- Faith intentó incorporarse del suelo sin conseguirlo- ¿por que no dices que soy un desastre? lo estás deseando.

     -No voy a repetir lo que es evidente- expulsó Buffy

     -La niña buena de las cazadoras- continuó Faith con ironía, todavía apoyada en la pared- la perfecta cazadora Buffy Summer. La legendaria cazadora que venció a la muerte, con tu bonita familia y tus preciosas amistades que tanto te quieren y darían la vida por ti. Que fácil es juzgar a la gente.

     -¿Gente?- intervino Buffy acercándose a Faith- ¿te refieres a gente como tu? ¿Supuestas amigas a las que traicionas en cuanto te das la vuelta?

     -Andaaaaaaaa, amigassss- exclamó Faith ya levantada, moviéndose unos pasos hacia delante- ¿Cuántas veces me visitaste en el hospital… amiga? ¿Cuantas veces me has escrito a la cárcel?

Intentaste matar a Angel, robaste mi cuerpo, casi me matan por tu culpa, y para rematar te acostaste con mi novio - Buffy levantó el tono de voz- y ahora vienes con lecciones de moralidad.

     -Ahhhhhhh, empezáramos- dedujo Faith- es por el soldadito por quien estás así. Sentía curiosidad por ver que te atraía de el, después de que tanto amor eterno juraste por Angel.

Entonces Buffy empujó a Faith que cayó hacia atrás y se golpeó contra la pared.

     -Bien, aprovéchate ahora- dijo Faith desde el suelo- ahora que no puedo defenderme, incluso puedes matarme, ahora no pondré resistencia. Después de todo ya lo intentaste una vez- y se levanto la camiseta mostrando la cicatriz que brilló a la luz de la luna.

Buffy se situó frente a ella ante la altura que le confería estar de pie. Levantó el dedo índice señalándola, iba a decir algo cuando un peso se le cayó encima y la desplazó. Faith apenas tuvo tiempo a reaccionar o ver que es lo que estaba pasando. En la penumbra de la noche, Bel golpeaba a Buffy, esta sin embargo consiguió levantarse y le dio una patada. El demonio parecía muy fuerte, ya no vestía el uniforme carcelario, más bien ahora iba vestida con un pantalón de cuero negro y un top de lentejuelas fucsia, aunque seguía manteniendo el colgante sobre su pecho. Finalmente golpeó a Buffy con fuerza y esta cayó sin sentido sobre el suelo duro. Entonces se giró, se atusó la cabellera revuelta, y miró a Faith.

     -¡Que noche!- dijo sin perder la sonrisa- la noche de las cazadoras, primero una, después la otra y la tercera -  y se señaló a si misma- la cazadora de cazadoras, se comerá el pastel, fresco… jugoso…- decía mientras se iba acercando a Faith- todo para mi.

Faith la miró tranquilamente, no sintió la necesidad de salir corriendo. Buffy seguía tendida en el suelo, pero no tuvo miedo, notó como la adrenalina fluía por su cuerpo, no se paró a pensar que era lo que lo había provocado, se lanzó contra Bel sin dudarlo como en los buenos tiempos, cuando cazaba vampiros. El primer golpe lo recibió Bel en la cara, pero siguió sonriendo.

     -He seguido tu delicioso aroma desde kilómetros- dijo mirándola a los ojos, tan dulcemente que incluso parecía amable

     -Estupendo – dijo Faith- pues ahora sigue el delicioso aroma de mi puño – y la golpeó con todas las fuerzas que tenía, aunque solo provocó que a Bel se le corriese el carmín de los labios.

     -Muy bien- Bel se llevó la mano al labio- ya has conseguido enfadarme, tus sesos estarán muy blanditos cuando me los coma.

Y así frente a frente, empezaron a luchar. La cazadora demonio agarró a Faith y la tiró en un contenedor de basura, como si estuviese jugando al baloncesto, puso la tapa y lo lanzó rodando a toda velocidad hasta la otra esquina, donde se estrelló contra el muro de una casa. Bel acudió allí preparada para encontrarse con los despojos de la cazadora, retiró la tapa con violencia y Faith saltó de el, golpeándola de nuevo en la cara. Aprovechando su aturdimiento, le golpeó las piernas provocando que cayese al suelo,  le pateó la cabeza con todas sus fuerzas, hasta que Bel la sujetó por el pie. Se incorporó del suelo sin soltarla y acabó lanzándola a la calle opuesta donde todavía estaba Buffy que empezaba a incorporarse.

     -¿estás bien?- preguntó Buffy un poco aturdida

     -Podría decir más que bien, en parte- explicó Faith mientras veía a Bel atusarse su pelo ahora totalmente despeinado mientras se dirigía a ellas- creo que gracias al vampiro la renovación de mi sangre ha purificado mi organismo de la droga y vuelvo a ser la de siempre. Pero por otro lado, esa- y señaló a Bel- me está dando una paliza de muerte.

     -Pues corramos- propuso Buffy, y salieron zumbando

Corrieron por las calles con Bel pisándoles los talones hasta que se encontraron con una reja de hierro, la saltaron y caminaron del otro lado sobre el territorio que mejor conocían, un cementerio.

     -Casi lo he echado de menos- dijo Faith

     -Calla- Buffy le indicó silencio, quería saber si Bel las seguía., pero la respuesta silenciosa del cementerio parecía presagiar que no.

     -Buffy …- dijo Faith, pero antes de que pudiesen responderle Bel estaba allí de nuevo y le dio una patada en las costillas que hizo que se retorciera de dolor y saliese desplazada arrastrada por la hierba. Buffy corrió junto a ella.

     -Si lo hacemos juntas tendremos una oportunidad- dijo Buffy mientras la ayudaba a levantarse.

     -Como en los viejos tiempos- resolvió Faith con añoranza- de acuerdo.

Bel saltó sobre Faith mostrando sus peores maneras. Buffy la golpeó con una cruz que había arrancado de una tumba, la golpeó con todas sus fuerzas mientras Faith también la golpeaba donde podía, finalmente consiguieron hacerla a un lado. Buffy sacó su amada estaca .

     -Ehhhhh tu, Barbie demonio- dijo dirigiéndose a Bel- déjame que te pinte un poco- y le lanzó la estaca dándole de lleno en un ojo.

 El demonio se revolvió furiosa a tientas y Faith la hizo caer de una patada. Cayeron sobre ella. Faith le arrancó la estaca y aprovechó para clavársela en el otro ojo, mientras que Buffy, en su intento por sujetarla le arrancó el colgante. Bel perdió al fin todo su glamur,  se sacudió como poseída en una serie de espasmos, gritó y finalmente estalló en mil pedazos. Las cazadoras se quedaron allí tiradas sobre sus restos dispersos, cansadas, en la hierba mojada del cementerio.

 

 

Salieron caminando del cementerio hacia la dirección en que Anya y Cordy las esperaban. Sin embargo poco antes de llegar Faith se detuvo.

     -Yo tomo otra ruta- anunció sorpresivamente

     -¿Cómo? ¿Ahora que estás fuera vas a largarte y vivir como si nada?- preguntó Buffy furiosa- hay un barco esperándote en el puerto. Hemos arriesgado mucho para que tu lo compliques todo ahora. Por lo menos quiero tener la seguridad de que no volverás a incordiarme ni a mi ni a mis amigos

     -No voy a salir del país- dijo Faith- no le voy a dar esa satisfacción a nadie, no temo al Consejo ni a lo que quieran mandarme, ni tengo pensado molestarte si es eso lo que te preocupa

     -Ya… te dedicarás a pasear por la calles haciendo bulla- dijo Buffy

     -Siempre Buffy- intervino Faith- que poco me conoces, que poco confías en mi. He cambiado Buffy, o por lo menos lo intento, es duro, pero lo intento. Si no estuvieses tan ocupada en sacar todos los trapos sucios de mi vida, te darías cuenta de que he cambiado… y que voy a volver a la cárcel a cumplir mi condena

     -¿Qué?- Buffy dudó asombrada-

     -A Angel intenté matarle- dijo Faith mientras arrancaba un trozo de Bel que se había quedado adherido a la chaqueta de Buffy- y sin embargo me perdonó, el si confía en mi, lo único que siento es que ahora no podrá venir a visitarme. Aunque las cámaras de seguridad no detectan su presencia, es probablemente que algún guarda le reconozca si le ve en la cárcel. He aprendido mucho de Angel, el sabe lo que es estar en el lado oscuro y salir de el.

     -Pero yo…- dijo Buffy

     -No digas nada- siguió Faith- dirás que me lo merezco… puede. Mira Buffy, a veces me gustaría acabar con todo esto, hecho de menos no tener una vida normal, hecho en falta no tener a alguien que me comprenda, hecho de menos al Alcalde, el si me comprendía, era la única persona que veía virtudes en mi. Y tu, que eres la persona más parecida a mí, me desprecias

     -Eso no es cierto…- dijo Buffy pero después se interrumpió

Se produjo un silencio que Faith intentó romper

     -Por cierto ¿Cómo está tu soldadito?- preguntó Faith

     -Me dejó hace algún tiempo- intervino Buffy- pensé que Angel te lo habría contado

     -No hablamos de esas cosas cuando viene a visitarme- dijo Faith- por lo general no hablamos de ti, es algo que nos duele a los dos.

Se hizo un segundo silencio.

     - Bueno, creo que es hora de que nos separemos.- anunció Faith- buena suerte Buffy

     -Si -dijo Buffy-

Empezaron a caminar, parecía demasiado pronto para sellar la paz con un beso, todavía había mucho resentimiento. Sin embargo Buffy se detuvo y llamó a Faith.

     -Faith….- dijo en alto mientras la morena se iba alejando- cuando venga a Los Ángeles… quizá vaya a visitarte.

Faith asintió con la cabeza y después añadió

     -Si te sirve de consuelo- dijo- el soldadito no merecía la pena, era bastante malo en la cama.

Buffy sonrió y se echó a andar, antes de torcer a la izquierda y coger la calle que la llevaría juntos a sus amigas, observó como Faith se iba alejando hasta que se perdió en la oscuridad de un callejón. Caminó bajo la noche ahora estrellada moviéndose en dirección opuesta a la otra cazadora, sabiendo que algún día, quizá no muy lejano,  volverían a luchar juntas, dejando el rencor de lado.

 

FIN

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