La Senda

Por Clara Beltran:

Como cada noche caminaba por el cementerio haciendo la ronda nocturna, el cielo estaba despejado y las estrellas tintineaban en lo alto del firmamento, lo que hacía que  Sunnydale parecíese curiosamente más tranquilo que nunca, como protegido por un manto mágico y brillante. Enseguida se dio cuenta de que no estaba sola, había más cazadoras a su lado y todas caminaban como autómatas hacia delante, en una singular procesión. En su lento caminar entre las tumbas vio a Anya sentada sobre una lápida, con un diccionario en la mano. Buffy se dirigió hacia ella y la miró recriminando su presencia

 

     -¿Qué haces aquí? Tu no eres una cazadora-dijo enfadada

 

     -¿Y que?- le contestó la otra- se más de este juego que tu

 

     -¿De que juego hablas?-preguntó Buffy

 

      -La siete y media- Anya mostró una baraja a Buffy y después la lanzó por los aires. La chica miró como las cartas se expandían  con un movimiento ralentizado por el aire, giraban y se elevaban como molinillos en el viento en una bella sinfonía de destellos luminosos. Buffy se dejó embelesar por un movimiento tan simple, como hipnotizada.

 

De repente se oyeron gritos, el cementerio y Anya habían desaparecido. Las cazadoras corrían como locas por un camino de arena blanca, siempre, siempre hacia delante. El camino se desvanecía por ambos lados, estrechándose cada vez más, haciendo que las cazadoras se apretujasen más en el centro, tropezando entre ellas, provocando que algunas cayesen al vacío.

 

     -¿Que pasa?- preguntó Buffy mientras intentaba avanzar entre la condensación de cazadoras. Vio como Sophie Carsthensen le dedicaba una de sus melancólicas miradas antes de ser engullida por la nada

 

     -Hay que seguir la senda- gritó alguien. Era Faith, la vio correr ante ella y perderse entre las cazadoras más allá de donde le alcanzaba la vista-

 

     -No tengas miedo, tu ya la has vencido dos veces- Kendra corría a su lado y sonrió antes de caer

 

     -¿Quien lleva las llaves?- preguntó alguien

 

     -Si no quieres continuar es el momento de que saltes- dijo Kennedy tras lo cual perdió el equilibrio.

 

 El terreno se había estrechado tanto que ahora era solo un hilillo fino y blanco y tenía que atravesarlo manteniendo el equilibrio. Vio como las cazadoras iban cayendo una a una. Al final le pareció que había algo.

 

     -Solo hay siete escalones- dijo la primera cazadora- ¿crees que alguno es para ti?

 

Corrió como una loca. Algunas cazadoras ya habían alcanzado los escalones y sonreían satisfechas. Alargó la mano para alcanzar el último peldaño vacío, antes de que el hilillo se desvaneciera definitivamente y cayese, tendría que impulsarse saltando para  poder alcanzarlo. Entonces notó que llevaba a alguien agarrado de la otra mano, vaciló sorprendida .... y despertó

           

Todavía no había despuntaba el alba por detrás de las montañas que apuntalaban el horizonte y que se divisaban desde la ventana de su habitación, cuando Buffy se levantó de la cama con la extraña sensación que la invadía cada vez que tenía un sueño premonitorio. Se ducho, se vistió e intentó encontrar a alguien que estuviese despierto en alguno de los infinitos y laberínticos espacios de aquella casa. El mayordomo sorpresivamente salió a su encuentro y la condujo hasta un comedor donde tenía preparado un buen desayuno para la chica. Ella lo rechazó amablemente, tenía prisa. Le pidió que la llevasen a algún lugar donde pudiese alquilar un coche.

 

     -Ya está todo dispuesto señorita- informó el mayordomo mientras la guiaba por la puerta de la cocina a la parte trasera del edificio, donde le señaló un pequeño utilitario de color blanco, aparcado frente a la puerta. La acompañó junto al coche y después de entregarle las llaves se acercó al maletero y lo golpeó levemente – he puesto algo en el maletero que posiblemente pueda necesitar.

 

Quizá había supuesto con demasiada antelación que aquella sería una búsqueda tranquila, pero el contenido del maletero no lo anunciaba así. Se despidió después de echarle un vistazo al copioso arsenal de armas punzantes entre estacas, cuchillos ceremoniales y una ballesta,  que el hombre del que  no lograba recordar su nombre había colocado en el coche. Se aseguró de que el maletero estuviese bien cerrado y subió. Antes de arrancar recordó algo, bajó la ventanilla y dirigió su pregunta a gritos al mayordomo, que volvía caminando lentamente evitando los charcos del suelo hacia la puerta de la cocina.

 

     -Perdón, ehhhh, ehhhhh, perdón-dijo- Escocia... queda al sur ¿no?

 

El mayordomo hizo un gesto de disgusto con los ojos

 

    - No señorita, queda al norte, Escocia queda al norte.

 

     -Lo sabía- dijo- solo intentaba probarle- guiñó un ojo al mayordomo y arrancó el coche mientras añadía elevando la voz por encima del ronroneo continuo que emitía el motor- si viene Rupert Giles por aquí, ya sabe, uno al que llaman “El destripador”, dígale que volveré en un par de días, si tengo suerte.

 

     -Así se lo haré saber señorita- respondió el mayordomo y finalmente le gritó cuando Buffy ya se alejaba- recuerde conducir por el lado contrario, por su lado izquierdo, si es que quiere llegar viva a su destino.

 

     Buffy elevó el pulgar dando su aprobación al consejo, y se sumergió entre los altos setos del jardín conduciendo sobre la gravilla, hasta desembocar en el portalón de piedra que ponía fin a la propiedad. Giró a la izquierda sin saber ni siquiera que rumbo debía tomar. Razonamiento de cazadora: primero avanzaría un poco, después pensaría. Siguió la carretera rodeando la valla de la finca, observando el edificio de reojo. En un tiempo pasado debió de ser una propiedad muy prospera. Estaba distraída en sus pensamientos cuando alguien sorprendentemente saltó la valla y se precipitó entre los arbustos hasta la carretera. Buffy frenó en seco, abrió la puerta y asomó la cabeza.

 

     -¿Que demonios haces?- preguntó mientras una figura se dirigía a su encuentro

 

     -¿Que crees que hago?- respondió Faith acercándose al coche y abriendo la puerta del acompañante- me voy contigo a buscar a la tal nonata esa

 

     -¿Quién te ha hablado de ella?- exclamó Buffy todavía sorprendida por su aparición-¿Com... cómo has escapado?

 

     -Digamos que una vieja enclenque y enana se pasó esta noche por mi calabozo- relató Faith dirigiéndose a Buffy por encima del capó del coche-. Me comió el tarro con no se que tragedias habíamos montado, dejando claro, ante todo, que yo era una basura. Después dejó entreabierta la puerta de mi celda, o se le fue la olla y olvidó cerrarla. Si hubiese descubierto que la puerta llevaba abierta toda la noche, a estas alturas ya estaría en Londres probando su cerveza, o pateando el culo a algún vampiro londinense sediento de sangre, pero no lo he descubierto hasta esta mañana. Por lo tanto, no se si estoy libre, si estoy en libertad condicional o donde demonios estoy, pero la maldita zorra bien es cierto que quería algo y que posiblemente se dejó la puerta abierta por alguna razón, porque si no es así, cuando descubra que me he ido le dará un yuyu con total seguridad. Aaaaaaaahhhhhhhh que también me hablo del bebe y de que tu querías ir allí para limpiar tu imagen o no se que gaitas. Y yo le dije, imposible señora, Buffy va a dejarlo, y ella que no, que ibas a buscarla, en fin... que por lo que veo tenía razón la vieja

 

     -¿Sabes que tienen una sala llena de retratos de cazadoras?- preguntó Buffy introduciéndose de nuevo el coche y volviendo a sentarse sobre el asiento forrado de sky

 

     -¿y?- preguntó Faith ya situada en el asiento del copiloto

 

     -Mi foto no está- dijo lacónica mirando un punto fijo de la carretera

 

     -¡Ohhhhhh, no puedo creerlo B!- exclamo Faith- no me digas que vamos en busca de un baboso bebe porque a la dulce Buffy se le ha evaporado su reino de fresa y chocolate, y todo porque no encuentra su foto en una estúpida exposición de cazadoras muertas, muertas, todas muertas.

 

     -Es más que eso- dijo Buffy arrancando el coche sin desviar la vista de la carretera- es todo, tendrías que ver como me trataron, para ellos no valgo nada.

 

     -Ahora sabes como me siento- dijo Faith y abrió la guantera del coche fisgoneando-

 

     -Lo peor es que creo que tienen razón... no calculé las consecuencias que tendría en las cazadoras... – entonces guardó un doloroso silencio, hasta que decidió variar el contenido de la conversación volviendo a las fotos- Por cierto tu foto tampoco estaba

 

     -Me alegro- respondió Faith- la última foto que recuerdo haberme sacado estaba acompañada, y sería más propia de un calendario erótico, ¡demonios llevas un mapa aquí!- dijo mientras ojeaba la dirección- y lleva una ruta marcada en rojo hacia el norte

 

Buffy frenó y arrancó el mapa de las manos de Faith, esta siguió rebuscando en la guantera.

 

     -Y un teléfono móvil- jugueteó con las teclas- , y esa bolsa de papel de ahí atrás sin duda son las provisiones- alargó la mano y tiró de la bolsa cogiendo uno de los bocadillos

 

     -Parece que todo está bien planeado -dijo Buffy- quizá al final de esto nuestras fotos figuren sobre la chimenea

 

     -Y si no es mi foto seguramente será mi cabeza, entre la de un ciervo y la de un jabalí.

 

     -Me alegro de que estés aquí- dijo Buffy- por cierto ¿tu no ibas camino de Boston?

 

    -Tu lo has dicho, iba- resultó que nuestro adorable Wood era un miembro infiltrado del Consejo y me hizo la cama. Antes de salir del estado estaba metida en una caja totalmente drogada y por lo que parece volando hacia estos remotos parajes. Eso si, cuando pille al cabrón de Wood se va a enterar. Siempre debí de seguir mi lema de que a los hombres se los debe usar y tirar. Esto pasa por intentar ser alguien que no soy, una persona normal. ¿y tu?¿dónde has abandonado a tus sombras?¿has dejado a la pequeña Dawnie con la lesbiana pelirroja?

 

     -Vuelan hacia aquí, con algunas cazadoras- dijo Buffy- las cosas no van del todo bien, más bien van bastante mal.

 

     -Si, la vieja me contó lo de Kennedy- dijo Faith guardando un silencio que se hizo demasiado largo- y esta noche corrió junto a mi y se despidió

 

     -¿El sueño de la senda, Anya y los siete escalones?- preguntó Buffy

 

     -Bingo- respondió Faith- pero no me preguntes que significa por que no tengo ni remota idea

 

     -¿Conseguiste alcanzar el final?- insistió Buffy

 

     -No lo se, iba a hacerlo cuando desperté, ¿por qué siempre que tenemos un sueño premonitorio no sabemos lo que significa? pero no quiero comerme más el coco con eso. Venga arranca. Escocia se prepara para recibir a las nuevas Thelma y Louis, en versión cazadora claro.

 

            Buffy sonrió y arrancó de nuevo el coche. Ya tendrían tiempo para profundizar en las enrevesadas claves de su sueño cuando llegasen Giles y los chicos. Avanzaron por la retorcida carretera hasta perderse entre los bosques cerrados de la región de Cotswolds, en dirección Norte, hacia la tierra de los montañeses, en busca de la pequeña cazadora.

 

Siguieron la ruta marcada en el mapa hacia el norte, en un largo recorrido por todas las poblaciones por las que supuestamente había pasado la pequeña cazadora:  Stirling, Perth, Aberdeen, intentando encontrar algún indicio que los investigadores del Consejo hubiesen pasado por alto. Pero seguían con los mismos resultados nulos que al principio: no sabían nada, no tenían ni idea de hacia donde dirigirse, no sabían a donde ir, solo podían guiarse por su instinto. Por lo tanto al final de la tarde habían abandonado Aberdeen, la última población en la que se había perdido el rastro de la pequeña y siguieron hacia el noroeste, con los ánimos cada vez más bajos. Faith iba ahora al volante.

 

     -Me encanta esta sensación de conducir por el lado contrario- había dicho, para añadir después- tengo hambre.

 

 Decidieron hacer un descanso cuando ya estaba anocheciendo, porque las provisiones se habían agotado y tenían que proseguir con su búsqueda. Se detuvieron a las afueras de una población llamada Huntly, junto a una gran explanada frente a la que se levantaban una pequeña taberna y una gasolinera. Aprovecharían para comer algo y repostar carburante.

 

El hambre de Faith se manifestó incontrolable en cuanto entraron en el establecimiento y echó mano de uno de los muffins que había sobre el mostrador. Buffy iba a reprenderla, pero la mitad del muffin ya se deshacía en su boca y dio la batalla por perdida antes de empezarla. Se sentaron en una mesa junto a la pared. Una mujer de mediana edad se acercó caminando lentamente hacia ellas. Antes de que la mujer pudiese decir nada ya Faith intentaba emitir con la boca llena deformados sonidos que pretendían ser palabras.

 

     -Algo de comer por favor, lo que tenga, nos da igual- dijo mientras mordisqueaba su muffin

 

     -¿Americanas? No se ven muchas americanas por Huntly- dijo la mujer- haciendo turismo, supongo

 

     -Podría decirse- contestó Buffy-

 

     -¿Que os parece si os pongo unas costillas de cordero a la salsa de menta, patatas con mucha mantequilla y pan negro?- entonces miró a Faith- no deberías comerte eso, tendría que haberlos tirado este medio día

 

      -No se preocupe- intervino Buffy- tiene un estómago a prueba de bombas

 

     -Y cerveza- añadió Faith como si no hablasen de ella mientras sus dientes encontraron resistencia en una parte del muffin

 

     -Sin alcohol- añadió Buffy dirigiéndose después a Faith- te toca conducir.

 

Faith retorció la nariz y escupió un objeto que tenía en la boca. El objeto tintineó sobre la mesa. La mujer y Buffy miraron sorprendidas.

 

     -¡Mi anillo!- exclamó la mujer tomándolo ansiosamente de la mesa - hace días que lo busco, Dios mío, nunca creí que lo recuperaría-sonrió emocionada y aparentemente aliviada, entonces pareció recordar algo- Es curioso... no os lo vais a creer

 

     -¿Lo que?- preguntó Buffy todavía sorprendida

 

     -Hace dos días una gitana pasó por aquí e insistió en echarme las cartas en pago por un favor que le había hecho. Le dije que no era necesario, pero ella insistió tanto que le dije que daría el favor por pagado si podía ver en las cartas donde estaba mi anillo, o si algún día lo recuperaría. Veréis, es una herencia familiar que pasa de madre a hija el día en que se casa, mi hija se casa la semana que viene y yo perdí el anillo hace siete días. En realidad nunca he creído en esas cosas, pero la mujer puso tanto interés en demostrarme sus poderes adivinatorios que dejé que lo hiciese.

 

     -Debería haberle pedido los números de la lotería- intervino Faith hasta que Buffy le dio una patada de advertencia que la hizo callarse

 

     -Eso dijo mi marido después- sonrió la mujer- pero no. La mujer se sentó en esta misma mesa y empezó a extender las cartas sobre ella. Sonrió mientras me dijo que dos jovencitas extranjeras que buscaban a alguien me lo entregarían, después su sonrisa se fue nublando y entró en una especie de éxtasis. Empezó a decir cosas sobre una escogida, o elegida o no se si se refería a varias y repetía sin parar “ayuda, ayuda... esperanza... deben salvarla” o algo por el estilo. Fue algo muy extraño, le pregunté a quien debería salvar, pero entonces recobró la compostura y se levantó sin decir nada más. Supuse que sería todo el teatro propio de las echadoras de cartas.

 

Faith y Buffy, que habían permanecido como congeladas desde el principio del relato, se miraron sin decir nada.

 

     -¿La había visto antes?- preguntó Buffy ansiosa ante la respuesta de la tabernera.

 

     -Oh no, estaban de paso, hicieron una corta parada y siguieron su camino, eran en total cuatro caravanas de gitanos. Creo que venían de Aberdeen

 

     -¡Dios mío!- exclamó Buffy levantándose de su silla- ¿Llevaban algún bebe con ellos?.

 

     -¿Un bebe?- preguntó la mujer- no lo se... bueno... yo no lo vi, pero el favor que le hice a la mujer fue el calentarle un biberón, así que supongo....

 

     -¿En que dirección se fueron?- preguntó Faith recogiendo su chaqueta

 

     -Al norte, por la carretera de Elgin, creo- dijo la mujer- supongo que Harry, el dueño de la gasolinera, sabrá más. Repostaron gasolina y por lo general suele hablar con  los viajeros ¿por qué?

 

La cazadoras no esperaron a darle explicaciones a la mujer, salieron de la taberna. Faith surtió el coche de gasolina mientras Buffy se hizo con algunas provisiones en el autoservicio y aprovechó para interrogar al hombre que había detrás del mostrador

 

     -Si, estuvieron aquí hace un par de días, solo unos minutos, el tiempo justo para repostar y comprar algunas cosas, después se fueron- relató el dueño de la gasolinera mientras recibía el pago de las compras y distraídamente daba vueltas sin parar a una fina hierba que sostenía entre los labios- Mi vecino Harold suele comprar ganado en el norte y vio algunas caravanas acampadas a unos veinte kilómetros de Elgin, supongo que son los mismos

 

     -¿Vieron si llevaban algún bebe?- preguntó Buffy

 

     -Un bebe ¿por que?- el hombre levantó la vista y le dedicó una mirada llena de curiosidad

 

     -No importa, gracias- dijo y se dirigió a Faith que había entrado en el autoservicio a su encuentro- Están a unos veinte kilómetros

 

Sin mediar palabra salieron por la puerta y se dirigieron al coche.

 

     - Por lo menos ahora sabemos lo que buscábamos- dijo Faith caminando- una tribu gitana que viajaba con un bebe al que extrañamente pretenden poner fuera del alcance de alguien, probablemente vampiros, aunque sospecho que la echadora de cartas está dejando pistas para que los encontremos. Sin duda sabe que no están a salvo.

 

            Caminaban hacia el coche cuando Buffy se detuvo de repente. Una sensación extraña la invadió, una presencia que no lograba definir rondaba por los alrededores, giró la cabeza en todas direcciones, pero solo vio al tal Harry saliendo al porche de su establecimiento y observándolas

 

     -¿Qué pasa?- Faith la miró extrañada

 

     -¿No lo sientes?- preguntó Buffy, intentando definir aquella sensación que no lograba interpretar a ciencia cierta

 

     -Es extraño... - dijo la otra cazadora que ahora también parecía sentirlo-  será mejor que salgamos de aquí. Si son vampiros pueden estar buscando lo mismo que nosotras y tenemos que encontrar a la niña antes que ellos

 

     -Si...- asintió Buffy que seguía oteando en todas direcciones todavía confusa.

 

El hombre de la gasolinera observó como las dos chica subían al coche y partían rumbo a la dirección que les había indicado. Por detrás suyo emergió una figura silenciosa

 

     -¿Qué querían?- preguntó una voz

 

     -¡Maldita sea!- exclamó el hombre sobresaltándose y escupiendo la hierba de su boca- te he dicho que no hagas eso, un día vas a matarme

 

     -Te he preguntado que que querían- volvió a repetir la voz fríamente sin abandonar las sombras del porche- y recuerda que te conviene servirme bien.... por tu bien y el de tu familia

 

     -Preguntaron por los gitanos- Harry bajó su tono de voz temeroso ante la amenaza

 

     -¿Qué gitanos?- volvió a interrogar la enigmática figura

 

     -Unos que están acampados a las afueras de Elgin, por detrás del lago-dijo Harry- querían saber si llevaban un bebe

 

     -Vaya, vaya- dijo la voz- así que las cazadoras buscan un bebe. Interesante, muy muy interesante

 

     -¿Las cazadoras?- preguntó Harry- ¿por qué supones que son cazadoras?¿Has visto sus rifles?

 

     -Mi tiempo es demasiado valioso, pero tengo una buena noticia para ti- dijo

 

    -¿Una buena noticia?-preguntó Harry lleno de curiosidad

 

     -Si, una buena noticia- volvió a repetir- ya no necesitaré de tus servicios, ya no me harás falta

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