Historias de Fogon

Por Espaiq:

Estrellada 'ta la noche
Y junto al fogón carrero
Un paisano les promete
Una historia que da miedo
Y ante tuitos los presentes
él revolvió su memoria
y sin rasguido'e vigüelas
empezó a decir su historia.

"Jue hace tiempo, n'aquel monte
que tiene mi pueblo al'au
volviendo pa' mi querencia
que la zafra ha distanciau.
Vide una sombra estraña
Entre las hojas oscuras
Y me'nyené de coraje
Y me adentré en la espesura."

Amalaya, a tata Dios,
no le gusta las diabluras
pero tuve que pasar
el camposanto en penumbra.
La luna taba clarita
Se véian tuitas las tumbas
Le rogué a la providencia
y la virgen que me alumbra

Desenvainé el caronero
y la zanjas 'e mi venas
me latieron al'instante
en que surgió un'alma en pena
Del'otro 'lau, otra mas
Y otra que vide a lo lejos
Se me jueron acercando
Y pensé: "no llego a viejo".

Se me arrimaron dispacio
como pumas acechando
arriándome contra un árbol
y yo, les juí reculando.
Sus ojos eran dos brasas
Tenían colmillos fieros
Com'un animal jurioso
Se me abalanzó el primero

Y aijuna a mi mala suerte
Tata Dios le cambió el rumbo
porque del cielo cayó
un ángel del primer mundo.

Una gringuita flacucha
se desprendió de una rama
y le saltó al mas cercano
patiando con mucha gana.

Dispués le tocó al segundo
Lo sopapió de lo lindo
¡como peliaba la gringa,
naide me hubiese creído!
La gringa era una gurisa
rubia, linda, una hermosura
n'usaba trenzas ni falda
y peliaba con bravura.

Si tiraba lejo'a uno
y el otro se l'acercaba
pegaba dos o tres gritos
y lo golpes lo sacaba.

De ripente, como hartada
de tanta pelea y grito
saco un pedazo e madera
y a uno lo hizo polvito.
Clavándole aquella estaca
casi en el medio'el pecho
donde'staba el corazón
de la cosa que'ra aquello.

L'otra fiera, enfurecida
por lo que la gringa hizo
corrió y se le vino encima
con los pelos como'erizo
El ataque jue a traición
por la rubia no advertido
y en eso cayó del árbol
otro ángel escondido

Pero esta otra gurisa
tenía el pelo enrojecido
como los brotes del ceibo
como de sangre teñidos.

Y no pelió con el bicho.
Vide también qu'era gringa
pue'dijo raras palabras
y como cosa e mandinga,
tuita una bola'e fuego
encendió el aire y cenizas
quedaron de aquel segundo
maldito diablo, hecho trizas."
Hizo un silencio el paisano
nadie le dijo palabra
tuitos taban en silencio
dudando de lo que hablaba.

Tonces, desto'él se dio cuenta
pitó un criollo hecho 'e chala
y dijo: "si no me creen,
fue abajo del viejo tala
donde aparecen las almas
que no mueren con las balas.
Donde aquel gurí se ahorcó
porque andaba en la mala.

De los presente'hubo uno
que sacándose el barbijo
el sombrero se quitó
se puso de pié y dijo:
"A mi si que no me engrupe
con esa zonza historia
lástima que uste no tenga
pa'cosa güena memoria".

Pero otros do'se pararon
y mirando fijo al fuego
los dos con risa burlona
los dos con rostro grotesco
"Yo si le creo", dijo uno
"yo también", dijo un tercero
con la mirada, dos brasas
y riendo colmillos fieros.

Espaiq (espaiq@montevideo.com.uy)

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