“DARLA”

 

Escrito por Federico Hernán Bravo

 

SEGUNDA  PARTE

 

Los ojos de Darla se posaron en la habitación. Era como si le costara por unos breves momentos reconocer el sitio en el que estaba. Yo, por mi parte, me encontraba con mi grabador encendido, listo para iniciar la entrevista…

 

-¿Dónde estamos exactamente?- me preguntó.

 

-Mallorca… Una isla al este de España…

 

-¿Es esta tu casa?

 

-Lo es de momento.

 

-Es muy bonita…

 

-Gracias.

 

Darla sonrió y permaneció en silencio un momento.

 

-Perdón… Creo que estabas por empezar a preguntarme cosas- dijo- Adelante… Empieza.

 

-¿De verdad no te molesta todo esto?- inquirí.

 

-¿Tengo alguna opción?- fue la sencilla respuesta que recibí de su parte- Sé que estoy muerta… Sé que soy un espíritu… Recuerdo mi vida pasada como si me despertara de un largo sueño y eso es lo que a ti te interesa… Saber de mi vida.

 

Asentí. Era verdad… Esa era la finalidad de aquel experimento sobrenatural.

 

-De acuerdo… Empecemos… ¿Cuándo naciste y en donde?

 

-No recuerdo exactamente el año en que nací- confesó- Sé que era en Virginia, la que por aquel entonces, era una Colonia más que una ciudad. Nunca conocí a mi padre… Mi madre era una prostituta, trabajaba en un burdel de la zona. Yo fui fruto de una “relación accidental” entre ambos… Sea como sea, mi padre se fue antes de que yo naciera… Bah, abandono a mi madre antes de mi nacimiento.

 

-Vaya…- fue lo único que pude decir ante aquel pedazo de una historia que prometía ser extensa y… dura.

 

-Mi madre debió afrontar la difícil tarea de cuidar de mí. Me tuvo y fui prácticamente criada en el burdel- sus ojos se tornaron soñadores, en este momento. Era como si al recordar aquello, estuviera viviéndolo otra vez- Aprendí de pequeña a convivir en un sitio donde nada era lo que parecía, rodeada y protegida de las demás chicas que trabajaban allí… Un mundo de vida licenciosa y poco recomendable para una niña pequeña.

 

-Ya lo creo.

 

-Aun así, no me importo. Nunca me manejé con miedo al “que dirán”. Mi madre se encargó de criarme de la manera en que podía y mi padre… bueno, no tenia padre, pero la dueña de aquel lugar, la Sra. Fraiser, fue como un “padre” para mí. Me enseño muchas cosas y sobre todo, que yo tenía un arma muy poderosa para defenderme en la vida y en especial, de los hombres: yo misma.

“Me enseño a no temerle a la vida, a enfrentar lo que viniera… Fue en ese sitio donde forme carácter… y en donde, cuando tuve la edad suficiente y mi madre falleció enferma de Sífilis (era una enfermedad común en aquel entonces y muy propia de semejante profesión) comencé a trabajar de lo único que podía…

 

-¿Prostitucion?

 

-No tenia otra cosa para hacer- dijo y se encogió de hombros, como avergonzada- Mi educación era casi nula, a pesar de que la Sra. Fraiser me enseño muchas cosas, entre ellas, a hablar francés… Adopté el estilo de vida en el que me moví durante toda mi infancia y mitad de la adolescencia, y así fue como me convertí pues… en eso…

 

-Una mujer de la vida- dije, tratando de mantener la sutileza todo lo posible.

 

La verdad es que estos temas siempre son duros. Darla (el fantasma que tenia delante de mi) estaba en cierta medida avergonzada de aquella vida. Lo demostraba al tratar de bajar la mirada de la mía mientras me contaba esto y al frotarse sus manos de manera nerviosa. Sentí algo de curiosidad por saber donde estaría la conciencia de mi amiga Nuria en aquel momento, mientras esa pobre alma errante ocupaba sus carnes momentáneamente.

 

-¿Cuántos años viviste así? Digo… En ese “mundo”.

 

-Unos cuantos… Una vida larga y triste, por cierto- confesó- No había nada de divertido en lo que hacía, salvo por excepciones ocasionales y clientes ocasionales… Lamentablemente, el destino decretó que yo debería terminar de la misma forma en que mi madre terminó…

 

-¿Te refieres a…?

 

-Sífilis… Riesgos de trabajo- suspiró y se acomodó en su asiento- No había nada que pudieran hacer por mí, en ese entonces… Al poco tiempo yacía en mi lecho de muerte, una gran cama dentro del burdel donde viví toda mi existencia. Estaba amargada y no tenia fe en nada, ya que nunca había creído ni en santos ni en dioses de ningún tipo. El panorama era negro y el solo pensar en morir… me lleno de pánico.

 

-Te entiendo.

 

-Entonces, de la noche a la mañana, todo cambio… Un sujeto misterioso apareció una tarde. Entró en mi habitación, vestido con un capote con capucha. Al principio, no le pude ver el rostro… Pensé que seria algún tipo de sacerdote o algo así… A este punto, deliraba, volaba en fiebre. Recuerdo que era el año 1609… Entonces, el sujeto se me acercó a la cama y me habló. Fue rápido y directo al grano… Dijo que yo estaba muriéndome y que era una lastima que una chica tan linda se muriera… Dijo que él podía cambiarlo… Que él podía vencer a la muerte…

 

-¿Qué hiciste?

 

-Me reí… Si, me reí. En mi lecho de muerte me reí, creyendo que era una alucinación todo aquello, pero no. El tipo era real y su proposición también. Me dijo que vería grandes cosas si aceptaba unírmele… Que viviría por siempre sin conocer el dolor…- hizo una pausa- Acepté. No me importó más nada… Sufría mucho en esos momentos y si repasaba toda mi vida, nunca tuve un momento de felicidad concreta… Acepté y entonces, el tipo se descorrió la capucha… y lo vi a la cara…

 

Hubo un tenso silencio en la sala. Darla parecía muy asustada al contarme aquella parte de su relato.

 

-Era un vampiro- dijo- El más viejo del mundo… Era el Maestro.

 

El Maestro. Se decía que era el vampiro más anciano del planeta. Era el responsable de tantas cosas… En todo este tiempo, he oído muchísimo de él, pero lamentablemente (o afortunadamente) el anciano demoníaco esta muerto actualmente.

 

-El Maestro me tomó… Me hizo lo que soy- continuo diciéndome- Y lo más fundamental, me dio un nombre…

 

-¿Un nombre?

 

-Darla no es mi verdadero nombre… Es el que el Maestro me puso.

 

-¿Cómo te llamabas antes?

 

-No lo recuerdo.

 

-¿No lo recuerdas?

 

-No… Es extraño. Es como si no se me permitiera recordar más que lo que te debo contar. No tengo idea de cómo me llamaba antes… Si lo supe en algún momento, pues… Se borro… Como espíritu, me sigue siendo imposible saberlo.

 

-Bueno… No hace falta que indaguemos sobre eso- le dije, para tranquilizarla- Todos te han llamado Darla y me parece que ese es el nombre que mas te identifica, ¿no?

 

Asintió, sonriendo. Era realmente increíble estar hablando con ella, pero mas verla así, tan dócil… Era raro, siendo la antigua Darla que me habían descrito una vampiresa cínica y sanguinaria…

 

-Sigue… Me dijiste que el Maestro te tomó… Que te “engendro”… ¿Cómo sigue tu vida de ahí en mas?

 

-Lo usual. Perdí mi alma y me convertí en la misma clase de ser que ahora eres tú… En un vampiro… Yo contaba con una ventaja por sobre mis demás hermanos de sangre, claro: era la Favorita del Maestro.

 

-¿Qué significa ser el “Favorito” de un vampiro Maestro?- inquirí, curioso.

 

-Significa gozar de muchos privilegios que como novicio no tienes derecho… En los clanes u ordenes vampiricas, ser el Favorito de alguien es ser su mano derecha o el depositario de su confianza. El vampiro Maestro que te da este puesto espera mucho de ti… Tienes que ser rápida, ágil y estar dispuesta a todo. El Maestro mismo me entreno… Me enseñó a luchar, a aprovechar mi naturaleza demoníaca al máximo.

 

-Esa era mucha deferencia para contigo…- comenté.

 

-Había una razón… El Maestro estaba enamorado de mí.

 

-No lo dudo… Es decir… Eres muy hermosa.

 

Sonrió. En efecto, mirándola bien, aquélla muchacha de cabello rubio era realmente una preciosura.

 

-Viví como su asesina personal el resto de los años que pasaron, como miembro fundadora de la “Orden de Aurelius” (ese era el nombre de la Orden del Maestro). A su lado, aprendí cientos de cosas nuevas, conocimientos increíbles y visité muchísimos lugares que en vida, jamás conocí… Mi vida con el Maestro duro mucho tiempo, hasta que en el año 1753, lo conocí a él…

 

-Ángel…

 

-Su verdadero nombre era Liam. Lo conocí de casualidad una noche, cuando lo vi salir de una taberna junto con sus amigos, en Galway, Irlanda. Me gustó inmediatamente… Tenía el cabello largo y una mirada angelical. Estaba borracho y me le acerqué… Creo que llegué a repetir parte del ritual que el Maestro hizo conmigo al convertirme… Le dije que vería cosas sin igual y que el mundo lo esperaba, si se me unía… No dudó en hacerlo, pero creo que si quisiera haberlo hecho, no podría, ya que estaba tan borracho…- en este punto del relato, la cara de Darla se relajó tanto y se acentuó como la de cualquier ser viviente. Era una parte realmente agradable para ella, por lo que veía- Desde ese momento, nació él, “mi niño”… Ángelus…

 

-No sabia que Ángel se llamaba Liam, en realidad- confesé. En verdad, aquello era una completa novedad…

 

-Yo le puse ese nombre- dijo mi interlocutora fantasmal- Al igual que el Maestro me llamó “Darla” a mi… Le puse Ángelus, por su cara, tal cual como la de un Ángel.

 

-Y ahí se inicio la vida de ambos, juntos…

 

-Si… Una vida que duro muchos años juntos. En el año 1760, lo lleve delante del Maestro, para que formara parte de la Orden de Aurelius. Mi Ángel se negó a unírsenos y cuestiono al Maestro, algo que por aquel entonces, ningún vampiro había hecho. La cosa terminó con ambos marchándonos de la guarida del Maestro, decididos a vivir la eternidad al máximo…

“Comenzó entonces un largo periodo interesante, en que ambos nos dedicamos a explorarnos el uno con el otro y a probar nuestras habilidades de vampiros. Viajábamos a todas partes y causábamos grandes matanzas… Como ambos no teníamos alma, en aquel entonces, no sentíamos remordimientos. Mucha gente murió, o bien para saciar nuestra necesidad de sangre, o bien nuestro aburrimiento…”

 

-¿Recorrieron el mundo?

 

-Una parte de él. Éramos muy unidos y compartíamos todo. Mi Ángel era realmente… un creativo a la hora del mal, por aquel entonces.

 

-Si… Él me contó muchas de sus anécdotas, cuando nos conocimos- le informé- Supongo que lo sabes…

 

-Si… lo sé.

 

-Por favor, continua- le pedí.

 

-Los años pasaron… Ángel y yo vivimos mucho tiempo juntos, siempre cazando en diferentes partes, dejando un buen número de muertos y moviéndonos a otros sitios. Una vida agitada… Nos teníamos el uno al otro y éramos tan, tan unidos…

“En el año 1860, Drusilla ingreso a nuestras vidas. Nunca vi bien su llegada… No era una chica muy normal cuando fue humana y al convertirla en vampiro, realmente se transformó en algo… que llego al extremo de ser insoportable…”

 

-¿Tenias celos por Ángelus?

 

-Ángelus coqueteaba con ella, pero la dueña de su “amor” era yo- me aclaró- Él podía jugar con ella cuanto quisiera, pero siempre volvía conmigo… De todas formas, la relación de a tres no fue un acierto y causo mas dolores de cabeza que otra cosa.

 

-Darla… ¿Sientes remordimiento por las vidas que cegaste?- le pregunté, sorprendiéndola un poco.

 

-Ahora si, pero en ese entonces… No tenía alma.

 

Asentí. Ella sonrió, pero ahora era una sonrisa triste.

 

-¿Has visto a los espíritus de los que mataste?- seguí inquiriendo- ¿Te has encontrado con ellos en el Otro Lado?

 

-No lo sé…- una vez mas, parecía confundida- No los recuerdo.

 

-Antes de que te llamáramos a la Tierra… ¿Dónde estabas?

 

Más dudas y confusión se reflejaron en su rostro. Parecía a punto de echarse a llorar.

 

-¡No lo sé! N-No lo recuerdo… Brumas… Confusión… No, no lo sé. Mi memoria empieza a funcionar apenas fui invocada. No recuerdo nada de antes, pero tengo la vaga sensación… de haber estado en algún sitio.

 

-¿Cómo haces para saber todo de mi y de lo que me rodeó en mi búsqueda de respuestas?

 

-Eso lo sé como lo saben todos los espíritus: sencillamente, lo sabemos. Es como un poder… Yo sé quien eres, que has hecho y mucho mas… pero en lo referente al lugar de donde vengo o donde estaba antes de que me invocase tu amiga, la que me esta prestando el cuerpo de momento… ni idea.

 

Me quede callado. Por un momento, por mi memoria pasaron imágenes del Cielo y del Infierno de mi niñez…

 

-Por favor, sigue con tu relato- supliqué.

 

-En el año 1880, Dru engendro a Spike- siguió diciéndome- Se añadía un cuarto integrante a nuestra familia. Era un error… Muchos vampiros viviendo bajo el mismo techo- movió la cabeza negativamente- Atrajo la atención de los mortales. Spike causo muchos revuelos y debíamos movernos con más asiduidad… Abandonábamos ciudades y poblados y debíamos refugiarnos en lugares poco frecuentados para poder salvarnos…

“Por esas épocas, un hombre comenzó a seguirnos, un cazador de vampiros… un sujeto llamado Holtz. Nosotros fuimos los responsables de las muertes de su mujer y de su hija… Holtz quería vengarse y nos persiguió por todas partes… Se convirtió en una sombra implacable…”

 

-Pero nunca llego a atraparlos…

 

-No… Lográbamos burlarlo en incontables ocasiones y a la final, le ganamos.

 

-¿Y Ángelus y tú siguieron viviendo muchos años juntos?

 

-Un par más, hasta que los gitanos lo maldijeron, restaurando su alma, en el 1898… Ángelus había muerto y nació Ángel…

 

-Él me contó que al enterarte de aquello, lo dejaste porque… lo consideraste indigno.

 

-Creía que era una aberración… Un vampiro con alma- dijo, mirándome fijo- Lo aborrecí y lo deje. Fue un duro golpe… Él ya no podía matar, no podía quitar vidas… no era como nosotros…

 

-…Y se fue de tu lado…

 

-Se fue… Se alejo de nosotros por un tiempo… Lo volvimos a ver en el 1900, en China, plena Rebelión Bóxer. Intenté que regresara con nosotros… conmigo… pero fue inútil. Se negó a quitar otra vida inocente mas, como en los viejos tiempos y la historia entre nosotros se había terminado… Al menos, de momento…

“Desahuciada, sentí que sin él mi vida de vampiro no tenia sentido. Abandone a Dru y a Spike y volví con el Maestro. Después de haberlo despreciado, temí que apenas me viera devuelta, me mataría, pero me equivoque. El Maestro me recibió en su Orden con los brazos abiertos y yo volvía a ser “su Darla”.

 

-¿Cuánto tiempo pasó hasta que volviste a ver a Ángel otra vez y que te ocurrió en esos años?

 

-Muchas cosas menores… Viví al lado del Maestro y asistí a su intento fallido de abrir la Boca del Infierno, en el año 1937. Después de aquel incidente, el Maestro quedo atrapado en Sunnydale y aquel pequeño pueblo se convirtió en mi “coto de caza”.

“No vería a Ángel sino hasta un montón de años después, en 1997, con la llegada al pueblo de la nueva Cazadora… Aquel fue un acontecimiento insólito. Todo el submundo sobrenatural del pueblo se conmovió. Al Maestro no le hizo para nada ninguna gracia que una Cazadora se fuera a instalar precisamente en su “centro de operaciones”. Ángel estaba con ella… De alguna forma, había optado combatir a sus congeneres. Se unió con la Cazadora en una cruzada sin igual en nuestra contra y frustró muchos de nuestros planes…”

 

La charla marchaba bien, pero súbitamente, vi entonces que algo comenzaba a andar mal. El semblante de Darla parecía cansado y más perplejo. Sus ojos cambiaron de color inesperadamente y su cabello pareció fluctuar entre el dorado y el rojo. Comprendí que mi amiga Nuria estaba rompiendo el contacto… regresando a su forma humana.

 

-Hubo un momento en que me enfrenté yo misma a la Cazadora y me reencontré con él. Intenté que volviera una vez más a mi lado… Le dije que lo amaba… pero siguió siendo en vano… Desquiciada, intente acabar con la vida de la Cazadora, solo despertando la furia de Ángel y… consiguiendo como premio por mi osadía la muerte…

 

Darla intentó seguir hablando pero era ya inútil. El cambio se produjo en reverso y su figura fantasmal se desvaneció, reemplazada por la de mi amiga Nuria, la hechicera.

 

Al volver a ser ella misma, Nuria se desplomó inconsciente en el piso. Apagando el grabador, me precipité a asistirla y la llevé hasta un gran sillón, donde la recosté e intenté hacerla reaccionar…

 

-¡Nuria! ¡Nuria!- grité.

 

Mi amiga abrió sus ojos y de repente, me di cuenta de que estaba súper agotadísima. Me observó durante un largo rato como quien se le despierta de un sueño pesado y se llevó instintivamente una mano a la cabeza, en un gesto de dolor.

 

-¡Ay!- dijo.

 

-¿Qué?

 

-Me duele la cabeza… ¿Cuánto tiempo he estado ausente?

 

-Pues… Creo que media hora…

 

-¡Joder! ¡Ha sido demasiado!- exclamó, respirando con dificultad- ¡Nunca me he ausentado mucho! Ese espíritu es demasiado poderoso…

 

-Necesito que vuelvas a contactarla- le pedí.

 

-¿¿Es que estas sordo o que?? ¡Te dije que es demasiado! ¡Tomó mucha de mi energía para hacer de mi cuerpo un conducto! ¿¿Quieres que me muera, acaso??

 

-Nuria, por favor… ¡Apenas empezó a hablar! Tiene muchas mas cosas para revelarme por delante… ¡Necesito que termine su historia!

 

-Escúchame bien… Ese espíritu no es un fantasma ordinario… He sentido… algo muy fuerte en ella… Como un anhelo muy profundo de regresar entre nosotros…

 

-Yo mismo lo sentiría al poder volver a hablar y tocar como un ser humano corriente… Es entendible.

 

-¡Pero eres cabeza dura! Te digo que quizás este fantasma no sea tan inocente como crees…

 

-¿A que te refieres?

 

-¡Que me ha retenido afuera de mi misma mucho tiempo a propósito! ¿Sabes que pasaría si lograra asentarse definitivamente en una forma mortal?

 

-No tengo idea.

 

-¡Yo moriría! ¡Me robaría el cuerpo!

 

-¿Es eso posible?

 

Nuria me miró como si acabara de decir una completa idiotez.

 

-¡Claro que es posible! ¿No oíste hablar de los casos de posesión diabólica?

 

-Darla no es diabólica… ahora no- objeté- Esta arrepentida del mal cometido.

 

-¿Cómo puedes saberlo? ¡Es un espíritu! A menudo, mienten…

 

-Lo vi en sus ojos, Nuria… Recuerda que soy un vampiro y tengo ciertas… ventajas acerca de esas cosas…

 

-Puede ser… pero si ella te quiere mentir, lo va a hacer. ¡No es un espíritu de confiar! No debemos invocarla más…

 

-Nuria, por favor… ¿¿¿Cómo voy a terminar mi nuevo libro de esa forma???

 

-No.

 

-Por favor… ¡Te lo estoy suplicando! Es mas…- hice una pausa, pensando rápidamente- Te prometo que no la dejare que te robe el cuerpo… Cuándo la cosa se complique (si se complica) la obligare a salir de ti, si no quiere.

 

-¿Estas seguro? ¿Realmente lo harías?

 

-Tienes mi palabra… pero necesito volverla a ver. Hablar con ella… saber más. Por favor…

 

Nuria meneo la cabeza, molesta.

 

-Estas loco, loco, loco…

 

-Por favor…

 

-¡De acuerdo, de acuerdo! La volveré a invocar, pero ten presente que este fantasma quiere volver a vivir… Quizás no te lo diga, pero yo conozco sus intenciones… Ten cuidado… Puede haberse arrepentido de sus pecados, pero si quiere, puede retomar la mala senda para conseguir lo que tanto desea…

 

-Lo tendré presente.

 

-Alcánzame su collar- me pidió.

 

Obediente, se lo di. Nuria cerró sus ojos, refunfuñando algunas cosas poco recomendables para gente impresionable y volvió a concentrarse…

 

La menuda figura de Darla apareció reemplazando la suya. Jadeando, la ex vampiresa me tomó por sorpresa y se abalanzo sobre mí, abrazándome como una niña asustada, mientras jadeaba y al parecer, sudaba.

 

-¡Dios!- dijo- ¡P-Pensé que nunca más volvería a verte!

 

-Calma, calma- le dije, algo confundido- Ya todo esta bien.

 

-¡No quiero volver allí!- suplicó- ¡No quiero volver a ese lugar! Es como… como dejar de ser yo misma y confundirme con un todo… con un abismo de bruma o algo así…

 

Le dije que no la dejaría irse, pero que debía comprender que solo seria momentáneo. El cuerpo y la vida de Nuria estaban en juego y no pensaba arriesgarla. Darla asintió en silencio y dijo que aceptaba…

 

-Quiero beber algo.

 

-¿Qué te gustaría tomar?

 

-Agua… quiero agua.

 

Lentamente, la llevé hasta la cocina. Ella miraba todo durante el trayecto como tratando desesperadamente de volver a asumir el control de si misma. Temblaba y tenía la piel muy fría…

 

Le di un vaso de agua mineral que había en un refrigerador (lleno de sueros con sangre de cerdo, por cierto)  y  se lo bebió hasta la ultima gota.

 

-Gracias- dijo luego de un rato.

 

-¿Podemos continuar con la entrevista?- le pregunté.

 

Ella sonrió. Había dejado de temblar y volvía a tener dominio sobre si misma. Siempre lentamente, volvimos a la mesa donde se había iniciado el ritual…

 

-Te pido perdón- el tono de su voz era sereno y un tanto avergonzado- ¡Si supieras lo terrible que es esto para mí!

 

-No creo que pueda hacerme mucha idea… ¿De verdad no sabes adónde vas cuando desapareces?

 

-No… No… Es todo tan confuso…

 

-Bueno, calma… Ya esta todo bien.

 

Me volvió a sonreír y me sentí realmente extrañado. Era como que ella despertaba algo en mí… sentimientos olvidados luego de la muerte de Drusilla, mi creadora, a la que maté.

 

Estiró su mano derecha y me aferró la mía. Era realmente una muchacha muy hermosa y sentí lastima por ella… por lo miserable de su vida como mortal y su infierno como vampiresa.

 

-¿Seguimos?- pregunté.

 

-Adelante… Sigamos- dijo ella, sonriente.

 

Nuevamente, encendí mi grabador, listo para proseguir con la entrevista…

 

 

 

 

CONTINUARA…

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