“LA ULTIMA NOCHE”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo)

 

ACLARACIÓN AL LECTOR: El fanfic que a continuación van a leer, es un relato con contenido erótico, ambientando en el último capitulo de la serie (“Chosen”). Es el primero que escribo de este estilo y se lo debo a la insistencia de mis amigas del MSN (a las que les dedico este cuento) Spikeadict, Fosito y Spuffy…

 

CASA SUMMERS, POR LA NOCHE…

 

Un golpe… otro golpe.

 

Aquella noche Spike estaba furioso. Sin decir nada, totalmente mudo, golpeaba sin cesar aquella bolsa de boxeo, con el ceño fruncido.

 

La idea que le rondaba por la cabeza lo estaba matando… pero más lo mataba el simple hecho de haberlo visto con sus propios ojos.

 

No podía ser. No quería creerlo… pero lo había visto.

 

¡Demonios! ¿Y por que se asombraba tanto? Después de todo, como dice ese refrán: “Donde hubo fuego… cenizas quedan”.

 

Pero no se lo hubiera esperado… no, en realidad, no se lo esperaba. No de ella… no ahora… Ahora, que la batalla final estaba cerca… ahora que el momento de ir a la Boca del Infierno, a enfrentar al Primer Mal estaba a la vuelta de la esquina.

 

No se lo esperaba.

 

Ver a Buffy… a su Buffy, con ese tonto, con ese reverendo idiota de Ángel, abrazados… ¡Besándose! Y todo, delante de sus narices.

 

Era más de lo que podía soportar.

 

¡PAF! Otro golpe y la bolsa de boxeo dio contra la pared del sótano. Spike se mordió el labio inferior y continuo arremetiendo contra ella, con más y más golpes de puño, cada vez más veloces.

 

Le gustaba imaginarse que estaba golpeando a ese imbecil… A ese tonto.

 

¿Qué tenia Ángel que él no? ¿Por qué Buffy lo prefería antes de a él?

 

Si lo analizaba, no lo entendía. Ángel era un estupido, un reverendo tonto que se hacía el héroe… Con esa actitud de “yo soy el Elegido” ya cansaba a todo el mundo.

 

Quizás esa era la clave. Ángel y su sufrimiento… Ángel y su alma, que lo atormentaba… Pobrecito.

 

Si, pobre estupido, ja.

 

Pero Spike entendía que estaba en desventaja. Era este pensamiento lo que lo enojaba más…

 

Siempre estuvo en desventaja. Había cometido muchos errores, si… Tendría que haber usado más la cabeza. Buffy no era una chica fácil, pero Spike tenía que reconocer que él no ayudaba para nada en la situación.

 

Tendría que haber pensado mas, sido mas inteligente… no bastaba solamente con sacrificarse día a día para demostrar su amor. No… tendría que haber demostrado mas inteligencia, haber sido mas cortes con ella, mejor persona…

 

¡Diablos! ¿Por qué era tan difícil todo aquello? Después de todo, solo se trataba de amor…

 

Este pensamiento lo detuvo por completo. Amor.

 

Amaba a Buffy con locura… No podía sacársela de la cabeza. Ella lo era todo para él.

 

Pero por más que se esforzaba… la Gran Cazadora parecía despreciarlo.

 

La amaba, pero sentía dudas. ¿Ella lo amaba también? ¿Y si en verdad no sentía mas que lastima por él? ¿Y si todo ese cariño es algo falso y misericordiosamente momentáneo? Un bálsamo… un bálsamo para que el pobre vampiro con alma no sufriera tanto.

 

“Te amo, Spike, pero nunca podremos estar juntos”, sonó una vocecita en su cabeza… la voz de Buffy.

 

Por un momento, Spike pensó que esa voz había sido la del Primero, otra vez metiéndose en su mente, pero luego, se dio cuenta de que no. Era puramente salida de su cabeza… de él mismo.

 

“Te amo, Spike… pero Ángel es infinitamente mejor que tú”, seguía diciendo la vocecita interior, “Es mucho mas guapo, mucho mas hombre, con ese pelo corto y esos brazos tan fuertes que le quitan la respiración a una… y sin mencionar ese rostro triste y melancólico… ¡Oh, por Dios! ¡Si me muero por él!”

 

-¡Mierda! Creo que debería ver a un psicólogo- dijo, en voz alta, con una mano en la cabeza- Esto de las voces internas me esta matando…

 

Un ruido se produjo cerca de él. Alguien bajaba las escaleras del sótano… Sin verlo todavía, Spike sabía que se trataba de ella… de Buffy.

 

Frunciendo el ceño de nuevo, volvió a darle golpes a la bolsa de boxeo, mientras la Cazavampiros se paraba cerca suyo, cruzada de brazos y mirándolo detenidamente.

 

Nadie dijo nada. Buffy solo se limito a mirarlo. Spike se encontraba vestido con su clásica remera negra, unos pantalones tejanos ajustados e, increíblemente, descalzo, sin ningunas zapatillas en sus pies.

 

-Se te olvidaron los zapatos- comentó, con tono de burla.

 

El vampiro no dijo nada. Dio otro golpe a la bolsa, y otro mas… y otro mas…

 

-Bueno… ¿¿Se puede saber que cuernos te pasa??- preguntó la Cazadora luego de otro momento de tenso silencio.

 

-A mi no me pasa nada- fue la escueta respuesta que obtuvo- Yo estoy muuuuuy bien… ¿Y tú?

 

-Spike… te conozco. Algo te molesta. ¿Qué pasa?

 

No lo podía creer. Se detuvo un momento y la miró a los ojos… Esos ojos bellos que son su perdición.

 

¿Seria posible que fuese tan descarada? ¿Cómo iba a preguntarle eso?

 

-Deja ya de fingir, nena…

 

-¿De que rayos estas…?- no pudo terminar la frase.

 

-¡Te vi con él!- exclamó, molesto- ¡Te vi con ese tonto!

 

Buffy se quedo muda. Por un momento, pensó que el vampiro había perdido la razón, pero luego, entendió a que se refería… A quien se refería.

 

-Oh… Es “eso”.

 

Spike la miró con ojos de cordero degollado por un momento, luego, reanudó los golpes a la bolsa, sin decir nada mas.

 

-Spike, no puedes pensar que…

 

-¿Qué? ¿Qué no puedo pensar?

 

-¡Spike! Solo nos estábamos saludando, es todo- intentó excusarse- ¡Hacia tiempo que no nos veíamos!

 

-Si, seguro- dijo, riéndose amargamente- Que yo sepa, la gente no se saluda con besos de lengua como el que tú y ese infeliz se dieron… ¿O tal vez si?- esto lo dijo con ironía- Tal vez ahora es así… ¡Rayos! Debo estar desactualizado, je.

 

-¿Terminaste?

 

Silencio. Spike volvía a mirarla a los ojos.

 

-¿Tú si?- preguntó.

 

-Spike, Ángel ya se fue…

 

-¿Ah, si?- había un tono de incredulidad en su voz- Que bien.

 

-Mira, no estoy para aguantar celos de vampiros, así que ahorrame el espectáculo, ¿quieres?

 

Spike meneó la cabeza negativamente y le dio tal golpe a la bolsa que la arranco de la soga donde estaba atada. La bolsa cayó al suelo estruendosamente levantando una leve nube de polvo…

 

-¡Yo no estoy celoso!- exclamó el vampiro, indignado.

 

-Si que lo estas- dijo ella, con una media sonrisa de burla en el rostro- Y mucho, por lo que veo…

 

Buffy caminó hacia la bolsa caída y sacó algo que estaba pegado en ella. Una foto… de Ángel.

 

-¿Descargando tu furia?- le preguntó, pasando la foto delante del rostro sorprendido del rubio.

 

-¿Y si así lo hago, que?- respondió, sacándole la foto de las manos y estrujándola hasta hacerla un bollito, el cual, tiró hacia un tacho de basura cercano.

 

-Un día de estos, voy a ponerlos a ambos en un cuarto cerrado para que se maten de una maldita buena vez- la Cazadora estaba comenzando a molestarse de aquella actitud irracional por parte de Spike- ¡No puedo creer que me estés haciendo una escena de novio celoso, por el amor de Dios!

 

-¿Y como quieres que me ponga, nena? Llego y te encuentro abrazada con ese… con ese reverendo hijo de… y a los besos.

 

-Spike…

 

-No, no me digas mas nada, por favor- suspiró- Ya esta bien…

 

Silencio de nuevo. Spike y Buffy se miraban… Solo hacían eso, mirarse. Arriba, en la casa Summers, ya medio mundo estaba yendo a acostarse. La noche seria larga y especialmente, todo mundo sabia que seria la ultima…

 

-Spike, por favor, no te enojes- dijo ella, sorprendentemente, suavizando su voz.

 

El vampiro no dijo nada. Solo la miraba… y la escuchaba.

 

-Lo que pasó con Ángel… fue algo… del momento- continuo diciendo- Nunca mas va a volver a pasar… De eso puedes estar seguro.

 

-¿Y por que se me hace difícil creerte?

 

-Sé que es difícil, pero tienes que hacerlo- la Cazadora se acercó mas a él y le puso una mano en el hombro- Él ya no significa nada para mi… ese beso… fue una despedida, nada mas… me di cuenta de que él… De que entre los dos ya nada más puede pasar… Eso es todo.

 

-Quiero creerte- fue la desesperada suplica de él- Quiero pensar que es cierto… pero… pero…

 

-Es cierto, William… Te amo.

 

Silencio. Otro silencio pesado. Las palabras retumbaron en la mente del vampiro por un largo, largo rato. “Te amo, William”, dijo.

 

-Eres el hombre de mi vida- siguió diciéndole ella- No existe otro… ¿Cómo pudo hacer que me creas? ¿Qué más puedo decirte? No, no pudo hacer más nada… Te necesito. Necesito que estés conmigo, que estés en estos momentos… mañana es la batalla final, no quiero que… no quiero que lo nuestro termine así…- la Cazadora suspiró y contuvo las lagrimas- No quiero que por culpa de terceros, se acabe…

 

Spike asintió. Dios, la amaba tanto… No existían palabras para definir ese amor, no había forma de describirlo. La amaba tanto que…

 

…Que, si lo pensaba bien, al fin de cuentas, poco le importaba si Ángel y ella estuvieron juntos…

 

Ese pensamiento lo sorprendió. Era nuevo en él.

 

“Estas madurando, William”, dijo la voz interna.

 

-Nena, yo también te amo- las palabras brotaron de lo mas profundo de su ser, de esa alma humana que ahora tenia, alma que había adquirido para ella… para demostrarle ese amor incondicional que tenia.

 

“Nena, yo también te amo”, había dicho. Buffy se sintió derretir. La manera en que lo dijo… suave, dulce. Muy nuevo en él.

 

Esas palabras encerraban tanto. Sentimientos inexpresados… dolor y angustia. Miedo… miedo a estar solo… miedo a morir solo.

 

Había mucho dolor escondido en aquella pobre alma perdida. Buffy lo sentía… Era como un chico, como un niño pequeño que deseaba a su madre, para que lo guiara y protegiera.

 

Un niño… un niño bonito.

 

Se encontró repentinamente pegando su labios con los de él. Primero suave, pero luego, fuertemente. Él se mostró sorprendido pero contestó al gesto estrechándola entre sus brazos muy despacio, con miedo de hacerle daño. Sabía que esto era imposible, dado que Buffy era mucho mas fuerte que él, pero Spike no quería que aquello fuera a destruirse…

 

La Cazadora era una flor exótica, delicada. Eso era para él. Jamás se lo perdonaría si le hacia daño.

 

La cosa continuaba. El beso entre ambos se volvió mas profundo, prolongado. Se habían entrelazado de tal manera que les era imposible soltarse ya… por mas que lo quisiese, era imposible.

 

Lentamente, la levantó del piso. Siempre con la boca de ambos fundida en un largo, húmedo y jugoso beso, la llevó hasta una gran cama que se encontraba allí.

 

Se desplomaron juntos en aquel mullido colchón y finalmente, sin desearlo, se separaron por primera vez… solo un segundo, para verse a los ojos.

 

-Te amo, Buffy- dijo él, con lágrimas en los ojos- ¡Te amo!

 

“Un niño”, pensó ella, “Es como un niño”.

 

-Yo también te amo, William… te amo y te deseo… ¡Tómame!

 

Aquello sonó a oídos de Spike como los sonidos de las arpas del Cielo. “Tómame”, había dicho… Quería que la hiciera suya.

 

Nuevamente, las bocas se fundieron en un beso. Ella se encontraba recostada en la cama boca arriba y el peso de él descansaba sobre su cuerpo femenino. Buffy podía sentirlo… podía sentir la fuerza de su sexo, palpitando, debajo de los pantalones tejanos.

 

Dificultosamente, el vampiro se sacó la remera negra. Como quien se deshace de algo pesado, la arrojó hacia un costado, sonriendo. Ella miraba todo sublimemente… la sola visión de su torso, blanco y desnudo, la dejo sin aliento.

 

Con sus hábiles manos, lo exploró… tocó esos brazos grandes y fuertes… paseó sus dedos por su nuca y se sintió la mujer mas feliz del mundo.

 

-Eres hermoso- dijo ella, casi sin aliento.

 

-Tú eres mas hermosa- respondió él, intentando reprimir las lagrimas que brotaban de sus ojos, sin éxito.

 

¡Demonios! ¿Qué le sucedía? Se supone que los hombres no lloran.

 

Pero era inútil. Spike sentía que se desmoronaba. La amaba tanto… quería que fuera ella la que tomara el control. Quería que fuera ella la que lo domara, por primera vez…

 

Toda su vida, el activo había sido él… ahora, quería sentir lo opuesto.

 

-Tómame tú a mi- se encontró diciéndole- Hazme tu esclavo, Buffy.

 

La Cazadora pareció un poco sorprendida, pero una sonrisa picara apareció en su rostro borracho de placer.

 

De un leve empujón, lo sacó de encima de ella. Parándose delante de él con movimientos felinos, Buffy bailo un poco una suerte de danza erótica, de deseo. Desde la cama, Spike no podía dejar de mirarla y creyó que se desmayaría cuando ella se soltó el pelo y éste la cayó como una cascada rubia sobre los hombros.

 

-Dios… eres… eres… un ángel- dijo el vampiro, sintiendo que su piel preternatural fría iba cediendo ante el calor interno que brotaba de él como una estufa.

 

Buffy sonrió. Spike se puso de pie e intentó desnudarla.

 

-No, no- dijo ella, dominante y tierna a la vez- Yo tengo el control… ¿No era eso lo que dijiste?

 

-Perdona…- Spike se sentía como un tonto.

 

La Cazadora se le acercó y le dio un empujón. El vampiro cayó de nuevo en la cama y ahí se quedo, mirándola.

 

Muy despacio, ella comenzó a sacarse la ropa. Aquello si que era una tortura…

 

El lento proceso de desvestirse llega a su fin. Desnuda, la Cazadora se muestra ante su amor como una estatua sublime, elegante, erguida de manera señorial.

 

Spike no lo puede aguantar más. Siente la furia del deseo en su piel. Se para y la besa en los labios, haciendo que sus ágiles manos vampiricas acaricien esa espalda perfecta y descansen luego en esos bellos y fuertes glúteos, esos glúteos de diosa sexual.

 

La Cazadora lleva el vampiro hacia la cama y ahora si, empieza la acción.

 

Besos, caricias… los cuerpos de ambos se confunden en un todo. Se abrazan, se buscan, se desean.

 

Las manos de él bajan por su ombligo. Le acarician el vello de su sexo…

 

Ella sonríe y lo conduce, como una maestra a un alumno. Él desciende en su interminable cadena de besos húmedos hacia esa zona de ella… hacia esa fuente de infinito placer. Con un gesto, la Cazadora le indica lo que tiene que hacer…

 

Spike no pierde tiempo. Su lengua se abre paso. Lentamente… despacio… sabe donde tiene que acariciar para hacer brotar el placer.

 

Buffy se lleva una mano a la boca. Se muerde un dedo mientras cierra los ojos. ¡Dios! ¡Dulce tortura!

 

Aquello se prolonga por un largo rato. No hay apuro… no debe haberlo.

 

Tienen toda la noche para jugar, para acariciar, para explorarse mutuamente.

 

-Dios… ¡Como me gusta eso!- dice ella, en mitad de un gemido.

 

Spike la mira. Todavía sigue allí abajo, complaciéndola. Otra vez las lagrimas saliendo de sus ojos…

 

La cosa dura un rato más. Luego, él vuelve a subir por sobre su abdomen… En todo momento la besa. Su lengua se detiene en su loco recorrido en sus pechos y levemente, con la ayuda de sus dientes, los mordisquea. Buffy siente que no puede mas… aquello es genial.

 

La Cazadora sabe que no puede aguantarse más. Se incorpora en la cama. Spike cae a un costado, mirándola enfebrecidamente a los ojos…

 

-Mi turno- dice ella, sonriendo.

 

Ahora era la boca de ella la que bajaba por sobre su abdomen. El vampiro gimió un poco y cerró los ojos (llenos de lagrimas… lagrimas de alivio y de placer).

 

Buffy desciende, más y mas abajo… finalmente, llega a su tan preciado objeto de oscuro deseo.

 

Su sexo.

 

Como un mástil, se erguía hacia arriba. Una estaca desafiante, soberbia…

 

La Cazadora comienza con su trabajo. Al igual que cuando Spike se lo hizo a ella, trata de ser lenta y segura. El vampiro se lleva una mano a la cabeza, sintiendo que si aquel placer seguía mucho tiempo mas, no podría aguantarlo.

 

Arriba, en la casa, las voces se habían apagado. Todo mundo de seguro ya dormía o se encontraba en los pisos superiores de la vivienda. Era una suerte que la banda fuera discreta y que ninguno se atreviera a bajar al sótano para ver por que Buffy tardaba tanto en volver con ellos…

 

Finalmente, la Cazadora decide que ya era hora de darle a su niño lo que tanto ansiaba. Dejando los juegos orales, se sube sobre su amante y como una ágil cabalgante, comienza el largo trajinar.

 

Arriba, abajo, arriba, abajo… cada vez mas y mas aprisa.

 

Las manos de Spike se aferran a su cintura. Sonríe y se deja llevar…

 

Arriba, abajo. Una danza erótica interminable. Sudor… el olor del sudor. El calor emanaba de sus cuerpos como si ambos fueran una braza ardiente.

 

Las manos de Spike no pueden estarse quietas. Como si cobrasen vida propia, se deslizan por el cuerpo de Buffy, mientras ella lo cabalgaba. Se centran en sus pechos y luego, vuelven otra vez a sus glúteos, apretándolos, midiéndolos, saboreándose con su consistencia atlética.

 

La Cazadora ya no lo resiste. Gime, grita… llora.

 

La danza de los cuerpos chocando se vuelve más frenética. Parecía que la cama donde ambos estaban se rompería debido a la fuerza de los movimientos.

 

Se produce un cambio. La Cazadora quiere que el vampiro tome la iniciativa. Ella se tiende sobre la cama y deja finalmente que él se suba encima.

 

La danza se reanuda. Los movimientos no cesan ni un instante… Ahora con mucha más violencia.

 

Todo el cuarto parece temblar. Era como aquellas veces, en esas otras noches, hace un largo tiempo atrás… cuando ambos tuvieron sus primeros encuentros sexuales.

 

Pero ahora era diferente. Aquello solo era eso, sexo. Esto también lo era… pero había un elemento fundamental que predominaba y hacia que la cosa fuera infinitamente diferente.

 

AMOR.

 

Hacia delante, hacia atrás…

 

Ya no podía más. Ninguno de los dos. El momento se aproximaba… lo sabían.

 

Spike grita, sin poderse contener. La Cazadora le imita.

 

…Y como era de esperarse… llega.

 

El vampiro termina y se derrumba sobre el cuerpo tembloroso de su amada. Ambos están pegajosos por el sudor de sus cuerpos…

 

Buffy sonríe, satisfecha. Spike la abraza, se pega a ella deseando que aquello durase la eternidad… deseando que todo, su vida, su terrible existencia en el Reino de las Sombras, solo hubiera sido una pesadilla. Un mal sueño que ya terminó y que nunca más volvería a asediarlo.

 

Solo quería una cosa… solo ansiaba una cosa: estar con Buffy.

 

Nada mas importaba, nada mas podría llenar el vacío de su alma que estar con ella… que tenerla.

 

-Te amo- le susurró a su oído, mientras besaba su nuca.

 

-Yo también te amo- dijo ella, llorando.

 

Se abrazan, fuertemente. Saben que aquella noche en especial, es la última… La Última Noche.

 

Cuando el sol despuntara sobre el horizonte, comenzaría la batalla final. Muchos morirían… y ninguno de los dos sabían si sobrevivirían.

 

…Tal vez el mundo finalizaría mañana…

 

Eso no les importaba. En esos momentos, solo una cosa era en verdad importante, real y palpable para los dos.

 

SU AMOR.

 

 

 

FIN

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