“UN MUNDO DIFERENTE”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo)

 

PROLOGO

 

ACLARACION AL LECTOR: Esta historia ocurre después del capitulo “Home”, el ultimo de la 4 temporada de Ángel…

 

NUEVO EDIFICIO DE WOLFRAM & HART, POR LA MAÑANA…

 

Delante de su vista, la ciudad de Los Ángeles se exhibía con todo su esplendor. Cientos de rascacielos se elevaban confiados por todas partes, apuntando al cielo, como dedos desafiantes que insultaran los límites que el Creador había impuesto para aquellos que se movían como gusanos sobre la Tierra…

 

Sentado en el mullido sillón de su nueva oficina, Ángel contemplaba todo esto sumido en el más completo silencio. El sol brillaba fuertemente allá afuera, pero sus rayos (dañinos para cualquier miembro de su estirpe) apenas le daban algo de calidez, comparado con el frío interno que se abatía sobre su alma.

 

En parte, que los rayos solares no le hicieran daño se debía al cristal especial con la que su lujosa oficina estaba recubierta. “Necro-cristal”, le habían dicho que se llamaba…

 

Por otro lado, el frío interno que el antiguo “campeón” de Los Poderes sentía se debía a la serie de acontecimientos que habían ocurrido hacia tiempo atrás y que había marcado definitivamente el curso de su vida.

 

Después de la derrota de aquella entidad sobrenatural que se autoproclamo así misma bajo el nombre de “Jasmine” (y que se valió del cuerpo de Cordelia para poder nacer en este mundo), * el equipo entero de “Investigaciones Ángel” debió optar la mas difícil decisión de su vida: pactar con la revivida firma de abogados siniestros que anteriormente fuera la Némesis de su existencia.

 

* (Tal y como se vio en la serie de TV. Nota del Autor)

 

La decisión no fue algo fácil, pero había que reconocer que tampoco fue difícil. Todos firmaron el contrato y lograron hacerse con el control de las reconstruidas oficinas principales de Wolfram & Hart. Además, Ángel había logrado darle a su hijo, Connor, la vida que el muchacho tanto deseaba y anhelaba para si, consiguiéndole una familia para él y borrando de su memoria (y de la de sus amigos) su existencia.

 

En síntesis, habían ganado  mucho… y habían perdido mucho.

 

El problema venia ahora… ¿Qué haría de aquí en más?

 

Wolfram & Hart habían resucitado. Al parecer, la firma constaba de más de un recurso para volver a la existencia si en caso era destruida. Mucho de todo esto todavía no le quedaba claro ni a Ángel ni a sus amigos, pero de todas maneras, formaba parte del misterio cotidiano al que se habían acostumbrado en su vida.

 

La cuestión mas vital y que mas importaba a Ángel por sobre todas las cosas ahora, no era esto… era Cordelia.

 

Después de que Jasmine la usara para nacer en este mundo, su cuerpo quedo en coma. No hubo manera de hacerla volver a reaccionar. Finalmente, dentro del contrato que el vampiro y sus amigos habían formado con Wolfram & Hart, la firma se comprometía a cuidar de ella y de tratar de buscar la manera de devolverla a la vida tal y como era antes.

 

Sobre esto, hasta el momento, los progresos habían sido nulos.

 

…Quizás Cordy jamás iba a volver…

 

Un par de enérgicos golpes en la puerta de la oficina devolvieron a Ángel a la realidad. Dos figuras entraron sin esperar a que él se los ordenara: la primera, era la de su ya conocido amigo y antiguo ex Vigilante, Wesley…

 

…La segunda, era la de una mujer que todos creían muerta y que ya nunca más volverían a ver… Me refiero a Lilah Morgan…

 

Tal y como la firma para la que trabajaba, Lilah había resucitado. Era increíblemente aterrador verla caminar como si nunca le hubiera pasado nada, sin secuelas de nada, viva como siempre.

 

Ángel: (volviéndose para mirarlos) ¿Ocurre algo? Espero que no sean malas noticias.

 

Wesley: Bueno… Sinceramente, no sé que decirte. Creo que Lilah podrá ser mas especifica…

 

Lilah: (apoyando sobre el escritorio de Ángel un legajo) Cliente nuevo. Creo que te interesará…

 

Ángel: (molesto) Te dije mil veces, Lilah, que no pienso ni remotamente hacer el trabajo sucio que tú y tus amigos hacen. Si pacté con ustedes, lo hice por… por razones personales, nada más… ¡No voy a ayudarlos a corromper más almas!

 

La abogada sonrió.

 

Lilah: Lo sé. La eterna cuestión del Bien y del Mal…- hizo una pausa- “Trabaje para Greenpece, pero ahora lo hago para la Shell”. Sé que es medio retorcido, pero te recuerdo que como el nuevo jefe de este lugar…

 

Wesley: (interrumpiéndola) El cliente en cuestión se llama Lockhart… Thaddeus Lockhart. Es un hechicero de magia negra, especialista en revivir a los muertos. Al parecer, le hicieron una demanda y lo último que el tipo quiere es ir a parar a la cárcel…

 

Medio molesto pero levemente interesado, Ángel tomo entre sus manos el legajo con la información del sujeto. Una foto a color del tal Lockhart fue lo primero que vio… Se trataba de un sujeto aparentemente alto, de cabello rubio medio opaco y de rostro medio cadavérico. Había un brillo especial en sus ojos y una sombra angustiante en sus ojeras que sin duda, demostraban que aquel sujeto era de temer y que tenía una voluntad fuerte…. Voluntad que suele necesitarse en el caso en que uno decide convertirse en hechicero y más, de magia negra…

 

Ángel: ¿Qué le pasó? ¿Algún cliente insatisfecho? ¿Una mala resurrección?

 

Lilah: (sonriendo) Algo así. La demanda es fuerte. Lockhart quiere que evitemos que vaya a la cárcel.

 

Ángel: ¿Qué tienen en contra de este sujeto? ¿Cómo es que pueden mandar a la cárcel a un mago como este?

 

Lilah: Una docena de cadáveres en su mansión de las afueras de Beverly Hills. No los mató él, pero han sido clientes suyos en vida. Están a la espera de ser revividos a su tiempo… Cualquiera que no sepa nada de resurrecciones y magia vudu, bueno… diría que Lockhart es un pervertido necrofilo.

 

Ángel: (tirando el legajo a un cesto de basura) Bueno, pobre tipo... Mal para él, mejor para nosotros.

 

Lilah: (molesta) Me temo que no nos estamos entendiendo. ¡Tienes que evitar que vaya a la cárcel!

 

Ángel: No voy a ayudar a un sujeto así. Pierdes el tiempo, Lilah… Ve y dile que ni lo sueñe.

 

Lilah: …A los Socios Mayores no les va a caer en gracia esto...

 

Ángel: ¡Los Socios Mayores me tienen harto! ¡¡No voy a ayudarlos a defender a este tipo y punto!!

 

Lilah: ¡Ese no fue el trato que hiciste! Te recuerdo que firmaste un contrato…

 

Ángel: Ese contrato específicamente indica que el nuevo “jefe” de Wolfram & Hart soy yo y acá se hace lo que YO QUIERO. ¿Esta claro?

 

Silencio. Lilah no se animo a replicar nada al respecto… Wes, en tanto, miraba por una ventana hacia el exterior.

 

Lilah: Como gustes. Pero no voy a hacerme cargo de lo que pase- dijo y salio de la oficina, seria.

 

Wesley: Es difícil…- comentó, luego de un rato de silencio.

 

Ángel: ¿Qué cosa?

 

Wesley: Hacerse cargo de este sitio. Es difícil. Creo que no estamos preparados para tanto cambio, ¿no crees?

 

Ángel: (suspirando) La vida es cambio, Wes. Si te quedas en un solo sitio, sin hacer nada, te estancas… Sé que la decisión fue difícil, pero éramos concientes de lo que hacíamos cuando firmamos.

 

Wesley: La pregunta de todo esto es: ¿Viene gratis o con intereses?

 

Ángel: Lo descubriremos con el tiempo…

 

Wesley: …Como siempre.

 

El ex Vigilante se dirigió a la puerta de salida.

 

Wesley: Estaré en la biblioteca. Si me necesitas…

 

Cuando Wes se hubo ido, el vampiro con alma se hundió más en su mullido sillón. Todavía le pesaba en el corazón las difíciles cosas que habían sucedido, pero estaba convencido que había hecho lo correcto…

 

…La nueva vida para su hijo, la oportunidad de restaurar a Cordelia… y un nuevo comienzo literalmente para todos…

 

Ángel: (para sí mismo) De todas formas, desearía que todo fuera diferente.

 

Voz: (desde un rincón de la oficina) Ese es un buen deseo.

 

El vampiro se sobresalto al ver salir de un rincón a un curioso demonio vestido con una túnica negra, con un par de cuernos sobre su cabeza y unas barbas de chivo.

 

Ángel: ¿¿¿Quién rayos es usted??? ¿¿Cómo entró??

 

Demonio: (sonriendo) Calma, calma. No estoy aquí para hacerte daño… Todo tiene una explicación…

 

Pero el vampiro con alma ya se había puesto de pie, furioso y amenazante.

 

Ángel: ¡Si lo mando Lilah, puede volver a salir por el lugar donde entró! ¡¡Fuera!!

 

Demonio: ¿No te gustaría que todo esto fuera diferente? ¿No te gustaría que el mundo que te rodea fuera mejor que el que actualmente existe? – le preguntó, sorpresivamente.

 

Ángel se quedo azorado. Aquel misterioso demonio, por el contrario, parecía muy sereno y tranquilo.

 

Ángel: ¿Quién diablos es usted?

 

El demonio sonrió y señalo a una silla, delante del escritorio.

 

Demonio: ¿Puedo sentarme?

 

Ángel:

 

Demonio: Supongo que eso quiere decir “si” – dijo y procedió a tomar asiento – Lamento esta interrupción. Sinceramente, he tenido mejores… apariciones, pero bueno… Sé que me dirás que debía haber concertado una cita.

 

Ángel:

 

Demonio: (mirando a la oficina) Cielos. Este sitio luce… espectacular. Debo admitir que ha sido una buena elección el haber firmado ese contrato… En mi vida creo haber tenido nunca una oficina como esta, je.

 

Ángel: ¿¿¿Me va a decir quien cuernos es usted o no???

 

El misterioso demonio sonrió otra vez y se acarició con lentitud su barba.

 

Demonio: Mi nombre es D’Hoffryn, Ángel… Es un gusto conocerte.

 

Ángel: D’Hoffryn – repitió, reconociéndolo - ¡Por supuesto! ¿Cómo no me di cuenta antes? ¡Usted es el jefe de Anya! ¡El líder de ese clan de Demonios de la Venganza!

 

D’Hoffryn: (sonriendo) Modestia a parte, si. Pero digamos que actualmente, ando algo desocupado… - suspiró – Vicisitudes de este trabajo.

 

Ángel: ¿Qué hace aquí?

 

D’Hoffryn: Tú me convocaste.

 

Ángel: ¿Esta usted loco? ¡Yo jamás llamaría a un sujeto tan miserable!

 

D’Hoffryn: Si que lo hiciste… Dijiste que desearías que todo esto fuera diferente… Bien, yo me especializo en eso, así que… esa fue una forma de convocarme, je.

 

El vampiro con alma enmudeció. Con un gesto de fastidio, se volvió a sentar en su sillón.

 

D’Hoffryn: Vamos, Ángel… Estoy aquí para cumplirte un deseo… - le aseguró, siempre sonriente - ¿No es eso lo que quieres? ¿No es eso lo que anhelas en verdad en tu alma, en lo más profundo de ella?

 

Ángel:

 

D’Hoffryn: Sé que si. Quizás no me convocaste voluntariamente, lo admito, pero…

 

Ángel: De acuerdo, de acuerdo – lo frenó – Supongamos que… así es… ¡De todas manera, jamás le pediría un deseo a un ser como usted!

 

D’Hoffryn enarco una ceja, al oír aquello.

 

D’Hoffryn: ¿Y que me dices del contrato que firmaste con Wolfram & Hart? Sé que hace un tiempo no muy lejano atrás, juraste que jamás ibas a pactar con ellos o siquiera tener tratos. ¿Y ahora? ¿Qué pasó con ese juramento?

 

Ángel: (sombrío) Eso fue diferente. Las cosas eran… distintas antes.

 

D’Hoffryn: Y yo puedo hacerlas otra vez correctas – afirmó – Solo tienes que pedir tu deseo.

 

Ángel: No.

 

D’Hoffryn: (molesto) ¿¿Y por que no??

 

Ángel: Porque no.

 

El vampiro se puso de pie. Dándole la espalda al demonio, se acercó a un gran ventanal y miró al exterior…

 

Ángel: Pierde su tiempo conmigo.

 

D’Hoffryn: (insistente) ¿De veras? ¿Y si te digo que quizás Cordelia podría volver a vivir? ¿Y si te digo que tu hijo no tendría que haber pasado por tamaño sufrimiento? – tercio – Imaginate las posibilidades… Ni siquiera Gunn podría haber perdido a su hermana, Fred no tendría que haber ido a Pylea y Wesley no tendría que…

 

Ángel: (interrumpiéndolo) ¡Basta! Ya comprendo… Ya sé adonde quiere llegar.

 

Silencio otra vez. El vampiro se volteo para mirar al demonio a la cara.

 

D’Hoffryn: Vamos, Ángel. Muy en tu interior, desearías que todo esto fuera diferente… Yo estoy aquí para hacerlo realidad. Solo tienes que… pedírmelo.

 

Era verdad. Muy en su interior, Ángel deseaba que las cosas hubiesen sido… diferentes. Firmar el contrato con Wolfram & Hart había sido una suerte de salvación, pero si se lo analizaba a fondo…

 

D’Hoffryn: Solo pideme un deseo y te lo cumpliré – dijo – Solo dime que es lo que quieres y lo haré… ¿Qué puedes perder con intentarlo? ¿Qué puedes perder que no hayas perdido ya?

 

Ángel:

 

D’Hoffryn: (suspirando) Muy bien. No voy a forzarte más. Creo que he perdido mi tiempo – suspiró y se levantó de su asiento, listo para irse – Es una lastima…

 

Ángel: Un momento.

 

El demonio se quedo quieto en su sitio, esperando.

 

D’Hoffryn: ¿Si?

 

Ángel: Muy bien. Lo haré… ¡Diablos! ¿Por qué no?

 

D’Hoffryn: ¡Sabia decisión!

 

Ángel: (tomando aire) Deseo que todo sea diferente… Deseo que… Deseo que…

 

D’Hoffryn: ¿Si?

 

Ángel: Deseo que este sea un MUNDO DIFERENTE.

 

El demonio sonrió, complacido.

 

D’Hoffryn: Que así sea.

 

Un descomunal flash de luz blanca se produjo, envolviendo la oficina, el edificio… la ciudad… TODO…

 

…Cuando terminó, las cosas habían cambiado…

 

 

FIN DEL PROLOGO

 

 

 

CONTINUARA...

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