“FUTURO IMPERFECTO”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo y Spikeadict)

 

CAPITULO 2

 

La alarma sonaba como el aullido de una bestia lastimada.

 

Con algo de pasmo y asombro, Spike se encontró siguiendo a Sarah a través de tortuosos pasillos apenas iluminados, por corredores góticos y de paredes sucias y descascaradas.

 

Todo el lugar estaba en alerta. Todo aquel sitio hervía como un hormiguero… Muchos hombres y mujeres corrían dándose órdenes en voz alta, tomando sus armas y parapetándose en distintos lados de aquel edificio, listos para el combate.

 

Sarah: (hablando en voz alta) ¡Posición de defensa Alfa-1, gente! ¡Ataque inminente en cero-punto-tres y contando!

 

Todo mundo parecía saber a que se refería la muchacha con aquello. Casi sintiéndose por momentos un sapo de otro pozo, Spike observó como aquellos soldados (cosa curiosa, su memoria le trajo el recuerdo de los soldados de la Iniciativa, aquellos sujetos que una vez lo capturaron y que le colocaron ese odioso chip en la cabeza) cerraban todas las entradas de acceso al lugar y se resguardaban detrás de ellas, con sus armas listas para atacar.

 

Spike: (a Sarah) ¿Me puedes decir que demonios pasa, nena?

 

Sarah: (tomando una curiosa arma muy semejante a un rifle) Nos atacan, tonto.

 

Spike: Eso lo sé… ¿Quiénes nos atacan?

 

Un rugido sordo y seco fue la única respuesta que el rubio vampiro tuvo. Mirando a los soldados listos para el combate, Spike pudo ver en sus ojos el terror… un terror que nunca creyó ver en un ser humano… el terror de la proximidad de la muerte, pero no de la muerte común y corriente, sino, de una muerte dolorosa y descomunalmente monstruosa.

 

Un fuerte golpe provocó una abolladura en la puerta principal de acceso al edificio. Algo había detrás de ella, gruñendo, aullando y respirando dificultosamente.

 

Aquello se le antojo a Spike como el asedio de un lobo hambriento, desesperado, listo para matar a su presa apenas la viese.

 

Spike: ¿¿¿Qué diablos es eso???- preguntó a Sarah.

 

Sarah: Tu peor pesadilla- contestó ella, seria.

 

La puerta fue acometida con una fuerza increíble y se vino abajo. Sarah aferro más su arma y dio la orden de iniciar el ataque.

 

Se produjo un feroz y violentísimo intercambio de disparos. Los soldados de La Resistencia abrieron fuego contra lo que fuera que había roto la puerta de acero reforzado. Por unos segundos, todo fue humo y confusión, gritos y órdenes…

 

La balacera continuo ininterrumpidamente por un espacio de tiempo que se le antojo a Spike eternidad. Junto a Sarah (resguardados detrás de una gran columna) el vampiro tenía la más privilegiada visión del infernal combate que pudiera desear alguien.

 

Sarah: (gritando) ¡¡¡ALTO!!!

 

La orden de la comandante de La Resistencia fue obedecida por todos los soldados. Los disparos cesaron y entonces todo fue humo y silencio…

 

Un enorme silencio sepulcral invadía el edificio donde estaban. Nadie dijo nada, esperando mas ordenes… todos continuaron en sus puestos, con sus armas apuntando en dirección de la puerta abierta, listos para bajar a los tiros a lo primero que surgiera de aquel sitio.

 

Sarah se acercó con algo de dificultad (siempre seguida de un sorprendido Spike) a uno de los soldados y le preguntó si había señales de los atacantes.

 

El soldado (que tenia entre sus manos un curiosísimo aparato pequeño, con una pantalla de cristal liquido y luces multicolores) confirmo que sus atacantes no estaban allí…

 

Soldado: El Espectrómetro no indica ninguna señal, Comandante- dijo, aturdido.

 

Spike: ¿Qué es ese aparato?- preguntó, curioso.

 

Sarah: Sirve para localizar a nuestros enemigos…- le explicó y luego, se volvió hacia el soldado- ¿Cómo es eso de que no hay ninguna señal? ¿Es correcto?

 

Soldado: El aparato nunca nos ha fallado, Comandante- dijo, encogiéndose de hombros.

 

Sarah pareció meditar lo sucedido y a continuación, esgrimiendo su arma delante de ella, decidió ir en persona a la entrada a ver si era cierto que sus enemigos habían desaparecido.

 

Spike: (sosteniéndola de un brazo) ¿Adonde vas? ¿Estas loca?

 

Sarah: Tengo que ir…

 

Spike: Ni pensarlo. Voy contigo.

 

Sarah: No necesito niñeras… Sé cuidarme sola.

 

Con un gesto de fastidio, la joven se soltó de la mano de Spike. El vampiro esbozó una leve sonrisa melancólica y por un momento, sintió una punzada del dolor que antes había sentido, al enterarse de donde y en que tiempo estaba.

 

Buffy… Aquella joven era tan parecida a ella. Tenía hasta el mismo carácter…

 

Sarah caminó lentamente hacia la entrada, vigilada atentamente por los soldados que estaban mas cerca. Estaba a solo dos pasos de la entrada cuando algo surgió de delante de ella dando un salto y la tumbó en el piso de un puñetazo, haciéndole soltar el arma.

 

Spike se quedo helado al ver como era el ser que había hecho aquello.

 

Se trataba de una criatura humanoide, calva, de dedos largos y finos, con uñas. Vestía una ropa desgarrada, harapienta y sus ojos solo dejaban entrever una sed de muerte y desolación infinitas.

 

Aquella cosa, provista de unos afiladísimos colmillos, le trajo a Spike inmediatos recuerdos de su última batalla, en Sunnydale… del combate final en la Hellmouth.

 

Spike: Ubervamps- murmuró.

 

Si, aquella criatura que había golpeado a Sarah era un Ubervamp… o algo parecido. La diferencia radicaba en un cambio radical en su aspecto físico.

 

Los Ubervamps que él había enfrentado, en Sunnydale, no se parecían a ese ser. Aquel monstruo tenia, en su calva cabeza, una suerte de pequeños cuernos… una serie de cuernos que le sobresalían, como una corona de pinches.

 

Por otro lado, estaba el color de la piel. Mientras que los Ubervamps eran grises y casi azulados, este ser tenía un tinte rojizo. Decididamente, era un tipo de criatura diferente…

 

…Y lo peor, era que no estaba sola…

 

Una legión de aquellos demonios penetró en el edificio, como langostas. Los soldados gritaron y reabrieron el fuego. Todo fue alaridos y confusión, y una cortina pesada de humo se desplomó en el lugar.

 

Spike no lo pensó dos veces y se lanzó en rescate de Sarah. No le importo en lo más mínimo el paisaje dantesco que se desarrollaba a su alrededor, cuando las criaturas saltaban sobre los aterrados soldados y con sus garras, despedazaban sus cuerpos o con sus dientes filosos, les arrancaban la piel… para él solo había un objetivo en mente: salvar a la muchacha.

 

Encontró a Sarah luchando embravecidamente en el piso, forcejeando con su atacante. El “Uberdemon” la tenia casi en el limite. Sus manos, largas y horripilantes, se entrelazaban con las de la muchacha y mientras la bestia intentaba morderla con sus colmillos, ágilmente ella colocaba sus piernas sobre el pecho del demonio evitando que aquella cosa asquerosa pudiera matarla.

 

Spike: ¡Sarah!

 

El Uberdemon se distrajo. Sarah aprovecho aquello para impeler a sus piernas con fuerza hacia delante, empujándolo lejos de ella. El demonio se dio contra una pared, pero rugiendo, reanudo su ataque.

 

Spike se canso de ser mero espectador y transformando su rostro por el de vampiro, intervino en la pelea. Se interpuso entre el demonio y la joven, y gruñendo, le dio un puñetazo en la cara al infernal ser. El Uberdemon retrocedió, dolorido, pero sin herirse…

 

Spike: Vaya… Con que… ¿Tipo duro?- dijo y sonrió- Esto se esta poniendo bueno.

 

El Uberdemon gruñó y se arrojó hacia él. Los dos luchadores intercambiaron una serie de fuertísimos puñetazos, patadas y demás. En todo momento, Spike pudo evaluar el poder de aquel ser y se encontró con un oponente difícil de someter…

 

En un momento de distracción, la bestia lo aferró del cuello y lo revoleo por el aire, estrellándolo contra una columna. Spike escupió sangre e intentó incorporarse rápidamente, pero fue inútil… El demonio ya estaba encima de él nuevamente, pisándolo con fuerza contra el suelo y paralizándolo.

 

Parecía que Spike perdería esa batalla, pero a último momento, Sarah saltó detrás de la bestia y le disparo con una pistola de forma curiosa en la cabeza. El demonio aulló y se desplomó en un costado, con el cráneo reventado como una fruta podrida.

 

Sarah: (ayudando a Spike a ponerse de pie) ¿Estas bien?

 

Spike: C-Creo que si… me duele… medio cuerpo.

 

Mientras la pareja hablaba, los demás seres demoníacos mataban con suma facilidad al resto de los soldados reunidos. Todo parecía perdido, cuando de repente, un estruendo ensordecedor venido del exterior del edificio provocó que todo mundo (soldados humanos y demonios)  se quedaran quietos en sus sitios.

 

Un curioso camión (semejante al que Sarah y sus hombres usaran) había llegado, por un pedregoso camino a aquel sitio. Moviéndose a toda velocidad, un nuevo grupo de soldados, mejor armados y liderados por un sujeto joven, de cabello pulcramente corto y mirada decidida, bajaron del vehículo y entraron en el combate…

 

Otra vez hubo intercambios de disparos. Con una precisión casi asombrosa, aquellos nuevos soldados mataron a balazos a un gran número de demonios y aniquilaron a los que quedaban con unas estacas.

 

Cuando el combate terminó, los recién llegados se reunieron con la pareja y los pocos soldados bajo el mando de la joven Comandante, que habían sobrevivido.

 

Hombre: (a Sarah) Hola, Sarah… Veo que llegamos a tiempo.

 

Sarah: (bufando) Capitán Peter Barnes… Creo que nunca me imagine que llegaría el día en que me gustara ver tu cara de nuevo por aquí.

 

El líder del equipo recién llegado se rió. Luego, con su mirada, observó detenidamente el desastre dejado por el combate. Un tendal de cuerpos ensangrentados (de humanos y de demonios) descansaban tirados por todas partes, asumiendo grotescas posiciones.

 

Peter: (a un soldado) ¿Reporte de bajas?

 

Soldado: 14  demonios y 44 de los nuestros, Capitán Barnes.

 

El capitán frunció el ceño.

 

Peter: Has perdido medio escuadrón, Sarah.

 

Sarah: Que buena noticia, Peter… No me había dado cuenta- respondió, con sarcasmo.

 

Spike observó a aquel sujeto recién llegado. En cierta medida, era la primera vez que lo veía, pero algo en él le desagrado por completo inmediatamente…

 

Peter: (señalando a Spike) ¿Es él?

 

Sarah: Si, es él…

 

El capitán frunció el ceño. Parecía que el sentimiento de desagrado era mutuo.

 

Sarah: (a Spike) Él es Peter Barnes, Spike… Capitán del Equipo Beta de La Resistencia…

 

Spike: ¿Cómo me conoce?

 

Sarah: Yo le hable de ti… En realidad, lo hice con el Consejo…

 

Spike: ¿Consejo? Por favor, explícame bien las cosas que no entiendo nada…

 

Sarah: Mientras estabas detenido, le informé al Consejo de Ancianos acerca de ti- al ver la perplejidad en el rostro de Spike, la joven trató de explicarse mejor- La Resistencia es dirigida por el Consejo de Ancianos… Ellos son… el Alto Mando. Son los más sabios de todos y nuestros líderes…

 

Spike: ¿Son tus jefes?

 

Sarah: Algo así.

 

Peter: El Consejo me mandó a buscarlo. Al parecer, están interesados en ti, rubiecito- dijo el capitán, con tono despectivo.

 

Spike: Yo que tú cuidaría mi boca, “soldadito de plomo”.

 

Peter: Uy, que miedo… ¿Eso fue una amenaza?

 

Spike: ¿Y a ti que te parece, pedazo de madera con patas?

 

La sonrisa de burla se borró del rostro del joven capitán. Sacando de entre sus ropas una pistola, la apuntó directamente a la cabeza del vampiro.

 

Spike: Las balas no pueden lastimarme, pedazo de estupido.

 

Peter: Veremos si las balas de madera reforzada no pueden hacer polvo tu feo trasero teñido, idiota.

 

Sarah: ¡Basta! ¡Capitán Barnes, le ordeno que baje esa arma! ¡YA!

 

Peter: Ahorrate el rol de la Comandante, Sarah… No creo que al Consejo le guste un cuerno lo que ha pasado aquí- otra vez sonreía- Ni mas ni menos… creo que tienes los días contados en La Resistencia.

 

Spike se estaba cansando de aquel tipo. Era un genuino bruto…

 

Spike: Será mejor que guardes el respeto cuando le hables a ella, zopenco, o…

 

Peter: ¡Pero miren nada más! La señorita ya me esta dando ordenes… Te recuerdo que el prisionero eres tú, rubiecito.

 

Sarah: Te estas pasando de la raya, Peter… Todavía soy la Comandante de este equipo y si quiero, puedo encerrarte en un calabozo- dijo, con autoridad.

 

Peter: ¿De veras?

 

Había burla en el tono de su voz. Sarah apretó un puño, conteniendo la rabia que sentía.

 

Peter: ¿Y desde cuando es usted protectora de las escorias que infectan el mundo, Comandante? ¿Acaso ya se olvido que sus padres murieron por culpa de estas alimañas?

 

Aquello había sido demasiado. Sarah no lo pudo resistir más… Con un alarido, le propinó al joven capitán un puñetazo en el rostro. Los soldados que estaban con ellos enmudecieron al ver aquella escena. Era una escena extraña, luego de tanta muerte y destrucción presenciada en los últimos momentos… Nadie se atrevió a intervenir una disputa que parecía llevar tiempo ya.

 

Sarah: ¡Es el colmo! ¡¡¡QUEDAS DETENIDO, BARNES!!!

 

Peter: (aferrándole con fuerza una mano) No… ¡Usted queda relegada oficialmente de su puesto, Comandante, bajo el cargo de ineptitud!

 

Sarah: ¿Qué?

 

Peter: (a los soldados) ¡¡Arrestenla!! ¡Llevenla al camión!

 

Sarah: ¡No puedes hacerme esto, Peter! ¡¡YO SOY LA COMANDANTE!!

 

Peter: ¡Eras! Los Ancianos me han dado órdenes específicas… desde este momento, estoy al mando…

 

La joven se quedo muda de la sorpresa. De un momento a otro, su vida se derrumbaba… Sin fuerzas para pelear después del combate sostenido, Sarah fue conducida por unos soldados hacia el camión, como una prisionera.

 

Spike: ¡Hey! ¡Un momento! ¿Estas loco?- le gritó a Peter.

 

Peter: En cuanto a ti…- dijo y le hizo una seña a un hombre que estaba detrás de Spike.

 

Para cuando el vampiro se dio cuenta, era demasiado tarde. Mediante una especie de picana eléctrica colocada en su nuca, fue dejado inconsciente de nuevo.

 

Su cuerpo fue cargado por un grupo de hombres armados y trasladado al camión también.

 

Peter: (a sus hombres) Transporten a los heridos al camión… y luego, quemen este lugar. Ha quedado inoperable… Retornamos al Cuartel Central.

 

************

 

Spike recobró la conciencia un rato después.

 

Se hallaba en el interior de aquel camión extraño, en compañía de una callada Sarah. Cerca de ellos, varios soldados atendían a muchos hombres y mujeres heridos de gravedad…

 

Sarah: ¿Estas bien?

 

Spike: Todo me da vueltas- dijo y se masajeo en la nuca- ¿Con que me dieron?

 

Sarah: Era un aparato neuro-aturdidor… solemos usarlo con los ejemplares que queremos conservar con vida.

 

Spike: Vaya… Ese mal parido si que sabe hacer su trabajo.

 

Sarah: Mucho me temo que si.

 

Había un tono sombrío en la voz de la joven. Se produjo una sacudida y entonces, el vampiro entendió que aquel vehículo estaba en marcha.

 

Spike: ¿Hacia donde vamos?- quiso saber.

 

Sarah: Cuartel Central… Es nuestra guarida principal, sede del Consejo de Ancianos…

 

Spike: ¿Para que vamos allí?

 

Sarah: Ignoro que motivará a los Ancianos, pero cuando se enteraron de ti, debió parecerles de suma importancia…

 

Spike: Vaya… ¿Qué era eso que ese zángano dijo de ti? ¿Eso de que tus padres murieron?

 

Silencio. Sarah pareció turbada al escuchar aquella pregunta.

 

Por un momento, Spike vio dolor en sus ojos. Un dolor que salía de lo más profundo de su alma. Parecía que la joven recordaba algo muy doloroso… Se humedeció los labios y suspiró.

 

Sarah: Mis padres… ellos… murieron cuando yo era pequeña… Los mataron… un grupo de esos demonios que hoy nos atacaron… Ellos… Ellos murieron asesinados- dijo, tratando de contener el llanto que se agolpaba por salir de su interior.

 

Spike: (avergonzado) Yo… lo siento. No debería habértelo preguntado…

 

Sarah: (secándose las lagrimas) Esta bien… Ya no importa…

 

Spike. No, de veras, lo siento… ¡Rayos! Esto es una locura- dijo y no pudo evitar reír- Hace unas horas estaba en Sunnydale y ahora, por arte de magia, estoy viviendo una pesadilla… Condenada suerte la mía…

 

Sarah asintió y sonrió. No era para nada una sonrisa de humor… más bien, era una sonrisa sombría, como todo lo que los rodeaba.

 

Spike: Esos demonios que nos atacaron… Esas cosas… ¿Eran esos seres híbridos que me mencionaste?

 

Sarah: Si y no… En realidad, esos que viste son meros sirvientes… Existe un poder mayor detrás de ellos…

 

Spike: ¿A que te refieres?

 

Sarah: Las criaturas híbridas… tienen un líder… Un siniestro ser… poderoso y terrible… Dicen que fue el primero en ser creado… de todos ellos…

 

Spike: (serio) ¿Algo así como la Abeja Reina de un panal?

 

La joven asintió, pensativa.

 

Sarah: Algo así… Es un demonio poderoso llamado “Lubek”… Él es el líder de todos ellos… y el enemigo mas terrible que existe.

 

El camión donde iban dio una fuerte sacudida. Todo mundo se vio súbitamente movido de su sitio por unos instantes.

 

Sarah: Falta poco para llegar…

 

Spike: ¿Cuál es la historia entre ese pedazo de idiota y tú?- le preguntó, luego de un rato, refiriéndose a su discusión con Peter.

 

Sarah: Eso es otra cosa… Peter Barnes… un tipo miserable…

 

Spike: ¿Se conocen de antes, no?

 

Sarah: Fue mi novio.

 

Silencio. Spike permaneció mudo ante aquella revelación. No dijo nada para no interrumpir a su compañera.

 

Sarah: Bueno… novios no seria exactamente la palabra- se disculpó- Más bien, fue mi amante… pero no resulto… Es un tipo realmente…- hizo un gesto con las manos- Realmente fastidioso, ¿entiendes?

 

Spike: Te entiendo.

 

Sarah: Creo que nunca me perdonó que lo dejara… La brecha entre nuestros cargos de Comandante y Capitán poco le importó. Nunca me ha tenido respeto y por lo que veo, los Ancianos parecen preferirle a él en vez de a mí…

 

El camión se detuvo. Una mirada rápida el exterior le dio a Spike la idea de cómo era el Cuartel Central de La Resistencia…

 

La mejor manera de describir a aquel sitio era como una enorme fabrica. Grandes edificios, con chimeneas y torres se levantaban contra el cielo siempre nublado del horizonte. Allí, visibles y desde varias ventanas y puestos de observación, muchos soldados vigilaban la zona, portando armas.

 

Una gran puerta de metal reforzada se abrió y el vehículo entro lentamente en el interior del lugar. Sarah le informó a Spike que solo un porcentaje del Cuartel Central estaba sobre tierra… el resto estaba varios metros debajo del nivel del suelo.

 

Los soldados heridos fueron bajados y trasladados a la zona médica, mientras que el capitán Barnes y un grupo de hombres trasladaron a la pareja por un largo pasillo sépticamente limpio, hacia la puerta del que parecía ser un ascensor.

 

A Spike le parecía curioso ver aquel lugar, todo ordenado y cuidadosamente limpio. Era un evidente contraste con el sitio anterior en donde había estado, sucio y casi en ruinas, como todo en ese mundo loco del futuro…

 

El grupo de hombres se detuvo delante del ascensor y solo Peter, Sarah y dos soldados, junto con Spike, entraron. Barnes presionó un par de botones y el elevador se hundió varios metros bajo tierra… muchos metros bajo tierra.

 

El camino se terminó súbitamente cuando el elevador se detuvo en un punto del subterráneo. Peter les dio unas órdenes a unos soldados y Sarah fue escoltada a otra parte…

 

Spike: ¡Sarah!- gritó- ¿Adonde la llevan?

 

Peter: Olvídate de ella, amiguito- dijo, con tono burlón- Tú tienes una cita con los Ancianos…

 

Spike: ¡Ni hablar! ¡No pienso moverme de aquí hasta que me digas donde diablos vas a mandar a Sarah!

 

Otra vez el choque eléctrico en la nuca. El mundo se nublo para Spike y lo último que vio antes de que sus sentidos se nublasen y cayera inconsciente, fue la sonrisa sádica de Peter…

 

 

 

CONTINUARA…

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