“FUTURO IMPERFECTO”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo y Spikeadict)

 

Capitulo IV

 

Aquel grito fue la única advertencia que el grupo tuvo.

 

De un momento a otro, el miedo, el terror y la incertidumbre se apodero de todos los solados presentes. Todos levantaron sus armas, y bajo las órdenes de Sarah, asumieron una posición defensiva estratégica, formando un círculo casi perfecto en mitad de aquel valle rocoso que estaban atravesando.

 

Sarah: (a los soldados) ¡Todos alertas! ¡Armas cargadas! ¡¡Listos para cualquier cosa!!

 

Peter: ¿Alguien ve al enemigo?

 

Todo mundo contuvo la respiración. Spike incluido…

 

Soldado: Negativo, Señor. Pero es casi seguro que están por allí…

 

Y así era. Spike era el único de todos que podía saberlo sin mirarlo. Con sus sentidos de vampiro alerta, podía percibir el aroma y la respiración pesada de muchos seres demoníacos cercándolos por allí, entre las rocas que los rodeaban.

 

Spike: (a Sarah) Nos están cercando.

 

Sarah: ¿Qué?

 

Spike: Nos acorralan. No son tontos, esos demonios… Están por ahí, mirándonos. Nos evalúan… como los lobos con un cordero. Nos están mirando… juegan con nosotros, antes de atacar.

 

Se produjo el silencio. La espera era tensa. Los soldados estaban siempre con sus armas en alto, apuntando hacia todas direcciones. Nada pasó en todos esos momentos en que la comitiva de La Resistencia esperaba pacientemente el inminente ataque.

 

Peter: (furioso) ¿Qué están esperando?

 

Nada… Los minutos pasaron, largos, pesados. Nada ocurría.

 

Peter: Bueno… ¿¿Dónde demonios están??

 

Un soldado que estaba observando un par de rocas filosas que sobresalían del costroso suelo dio la señal de alarma. Un ser demoníaco se asomó, para mirarlos, con sus ojos inyectados en un odio rebosante y burlón.

 

Spike: Un Uberdemon- dijo, frunciendo el ceño.

 

La criatura chilló y gruño. Peter levantó su arma y descargó una poderosa lluvia de balas reforzadas contra el demonio. El Uberdemon cayó acribillado en el suelo en un segundo…

 

Peter: ¡Ja! ¡Comete esto, maldito bastardo!

 

Spike: Yo que tú, pedazo de adoquín con patas, lo pensaría dos veces antes de decir semejante cosa…

 

Peter: ¿Qué insinúas, idiota?

 

Spike: (sonriendo irónicamente) Solo bajaste el vigía… mira para allá…- dijo, señalando en la misma dirección donde el demonio había salido.

 

El joven capitán Barnes se quedo helado. De hecho, todos los de La Resistencia se quedaron inmóviles del espanto en sus sitios.

 

Como una ola gigantesca e incontrolable, un ejército entero de Uberdemons aparecieron, rugiendo. Venían de todas partes… salían de debajo de cada roca, de cada rincón.

 

…Prácticamente, los tenían rodeados…

 

Sarah: ¡No se dejen avasallar! ¡¡¡ATAQUEN!!!

 

************

 

Aquello fue el infierno.

 

De un momento a otro, se convirtió en un genuino campo de batalla. Un tendal de cuerpos ensangrentados, mutilados, quedaron repartidos por el suelo. Los soldados luchaban furiosamente contra los Uberdemons disparando a quemarropa con sus armas, pero las bestias, lejos de amedrentarse, se arrojaban sobre ellos y los despedazaban con sus sobrenaturales fuerzas.

 

En mitad de este pandemonium de sangre y muerte, Spike y Sarah luchaban valientemente uno pegado al otro sin cesar jamás en ningún momento.

 

La joven comandante se defendía como podía con su arma. Cuando el numero de enemigos comenzaba a incrementarse mas y mas, la dejo de lado y procedió a defenderse utilizando varias técnicas de lucha y de karate.

 

Spike se quedo asombrado de verla pelear contra los Uberdemons de esa manera. En varios momentos, se sintió realmente confundido, ya que aquella muchacha era tan parecida físicamente a Buffy… a su Buffy.

 

El vampiro tampoco se quedaba atrás. Merced a golpes de puño y patadas, tenía controlada su tanda de demonios que no dejaban de atacarlo. Tenia que reconocer que la sincronización de esos seres era aterradora. Bajaban a uno y otros cuatro ocupaban su puesto… Era como si algo detrás de ellos los guiara… como si… una gran mente maestra los estuviera manejando.

 

Spike: Lubek- murmuró.

 

Un Uberdemon se plantó delante de él. Spike se preparó para golpearlo, pero entonces… vio algo que lo dejo atónito.

 

Lejos de atacarle, aquel demonio sonrió y se quedo quieto… ¡Y se cruzó de brazos!

 

Spike: ¿Qué…?

 

Uberdemon: VAYA, VAYA… ¿CON QUE TÚ ERES EL CAMPEON DE LOS ANCIANOS?- dijo, con una voz profunda y cavernosa- NO ERES EXACTAMENTE LO QUE ESPERABA, PERO BUENO…

 

Aquel gesto de inteligencia superior confundió al vampiro. Revirtiendo su rostro demoníaco a humano (lo había adoptado una vez que la batalla se inició) Spike frunció el ceño y observó detenidamente que, a pesar de que aquel demonio había hablado así con él, era imposible que una bestia como esa sea capaz de razonar.

 

Efectivamente, aquel ser solo era un sirviente, como Sarah dijo. En aquellos momentos, se encontraba “poseído” por una conciencia infinitamente más superior que la del dueño de ese cuerpo… una conciencia maléfica terrible… el líder de todos los demonios: LUBEK.

 

Spike: ¿Lubek?

 

Uberdemon: GUSTO EN CONOCERTE… TÚ DEBES SER EL CAMPEON… PERDON… EL PROXIMO CADAVER CON EL QUE ADORNARE MIS SALAS DE TRONO.

 

Spike: ¡Maldito!

 

Uberdemon: DE VERDAD, ESTOY DESILUSIONADO… ESPERABA OTRA COSA.

 

El demonio se rió. Spike entendió que Lubek (desde alguna otra parte) lo controlaba mentalmente.

 

Spike: ¿Por qué no das la cara personalmente? ¡Me gustaría verte aquí en persona!- dijo, desafiante.

 

Uberdemon: AH, AH, AH… NO, CREO QUE NO TE GUSTARIA… PERO CREEME, TE COMPLACERE… MAS ADELANTE.

 

El demonio se arrojó contra el desprevenido Spike. Le propinó un feroz puñetazo en la cara que lo mando volando por el aire. El pobre vampiro terminó estrellándose contra una saliente rocosa y casi perdió el conocimiento de nuevo.

 

Mientras todo giraba para sus ojos, Spike vio como la lucha estaba inclinándose a favor de las fuerzas del Mal. Los Uberdemons habían matado cruelmente a la mitad de los soldados y solo Sarah y Peter eran los únicos que seguían de pie en mitad de aquel mar de muerte, sangre y cadáveres mutilados.

 

En un momento dado, algo llamó la atención del rubio vampiro. El Uberdemon poseído por Lubek se estaba acercando peligrosamente hacia Sarah… ¡Y la muchacha no se había dado cuenta!

 

La bestia se detuvo un momento para volverse hacia él y sonreírle descaradamente.

 

Aquello hizo hervir la sangre de Spike. Por un momento, sintió que la ira lo estaba invadiendo… Era como si el viejo William, renaciese. ¡Aquél engendro iba a dañar a Sarah!

 

No, no se lo permitiría… ¡De ninguna manera!

 

Su rostro volvió a ser el de un vampiro. Rugiendo, Spike comenzó a correr hacia Sarah. Dos demonios se interpusieron en su camino, como si Lubek, adivinando sus intenciones, se lo quisiera hacer más difícil.

 

El vampiro no se detuvo. De un puñetazo demoledor rompió la cabeza de uno de los demonios y le torció el pezcueso al otro.

 

Llegó a tiempo en el mismo instante en que el Uberdemon poseído aferraba a la muchacha de la garganta y la levantaba sobre el suelo. Spike no perdió tiempo y de un empujón, logró hacer que la soltara y ambos rodaron por el piso.

 

Spike gruñó y se tiró encima de su oponente, antes de que éste pudiera hacer nada. Con la ayuda de sus fuertes manos, le rodeo el cuello y comenzó a apretárselo.

 

Uberdemon: ESTO SI QUE ES NUEVO… ¿¿LA AMAS??- dijo la voz cavernosa de Lubek, manifestándose a través de su siervo.

 

Spike se dio cuenta de que aquel ser le estaba leyendo la mente. Con una mueca de desagrado le rompió el cuello al demonio y lo mató secamente. Al hacerlo, una extraña energía diabólica pareció intentar penetrar en su cabeza…

 

Spike: (gritando) ¡¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHHHHH!!!!

 

Sarah: ¡Spike! ¿¡Que te sucede!?

 

Pero el vampiro no la oía. Una visión del espanto se formo en su mente, mientras la energía diabólica penetraba en su alma, hasta la medula.

 

Un ojo. Un ojo inmenso… terrible y casi felino. EL OJO DE LUBEK.

 

Lubek: (telepáticamente) YA NOS VEREMOS CARA A CARA, SPIKE… Y LO LAMENTARAS.

 

La visión terminó. La energía diabólica se había esfumado. Abatido, el vampiro se desplomó en el suelo y revirtió su cara a humana una vez más. Sarah se le acercó, preocupada, y le apoyó una mano en el hombro, en ese gesto tan íntimo pero que se había convertido en algo corriente entre ambos.

 

Sarah: ¿Qué sucede, Spike?

 

Spike: (serio) Es él, Sarah. El líder de los demonios… me habló- hizo una pausa- Sabe que vamos a buscarlo.

 

Los gritos y los estruendos de muerte que los rodeaban fueron súbitamente acallándose. Con una mirada, la pareja se dio cuenta de que de los cientos de soldados de aquel batallón, solo quedaban ellos y Peter Barnes de pie. El resto habían perecido horriblemente…

 

Los demonios se retiraban. Obedeciendo las órdenes telepáticas de su amo, se iban y los abandonaban.

 

Spike: (poniéndose de pie) Lubek esta confiado en eliminarnos personalmente. Solo nos quiere a nosotros… me quiere a mi.

 

Un histérico Peter se les acercó, con su pistola en mano y su traje desgarrado. Varias manchas de sangre se habían pegado a su cuerpo y sudaba. Sus ojos casi se le salían de las orbitas después de aquel enfebrecido y agotador combate.

 

Peter: ¿¿¿Qué demonios les sucede??? ¡Se van!

 

Spike: Siguen a su amo… Lubek sabe que vamos contra él- dijo, asombrándose del tono sombrío que había adquirido- Ese ser es… es… formidablemente aterrador.

 

Peter: ¿De que diablos habla este estupido? ¿¡QUE CUERNOS SIGNIFICA TODO ESTO!?

 

Sarah: ¡Capitán Barnes, calmese!- le ordenó.

 

Peter pareció desencajado. Se dedico a mirar a la joven por un largo rato en silencio hasta comenzar a reír estúpidamente. Sarah sintió que algo helado se deslizaba por su estomago…

 

Peter: ¿Qué me calme? ¿¿¿QUE ME CALME??? ¡PEDAZO DE ESTUPIDA, PERDIMOS A TODOS NUESTROS HOMBRES Y TÚ ME DICES QUE ME CALME! ¡¡VETE AL DIABLO!!

 

¡¡¡PAAAF!!!

 

El puño de Spike se estrelló en la cara del capitán como una aplanadora. ¡El pobre Peter cayo hacia el piso totalmente Nock Out!

 

Sarah: ¿Spike?

 

Spike: Perdóname, nena, pero me lo debía de hace tiempo…

 

************

 

No quedaba ningún soldado con vida.

 

El panorama era desolador. Cuerpos mutilados y regados por el piso… charcos de sangre burbujeante y roja. Huesos rotos y miembros arrancados.

 

En el centro de este dantesco cuadro, Spike, junto con Sarah (mas un inconsciente Peter) se dedicaban a analizar los pasos a seguir…

 

Sarah: (manipulando un aparato sacado a un soldado muerto) ¡Nada! La radio esta rota… imposible pedir refuerzos al Cuartel Central…- movió negativamente la cabeza al momento en que tiraba el aparato al piso- Bien, estamos solos y tenemos dos opciones: o seguimos adelante… o volvemos a casa.

 

Spike: (mirando hacia el horizonte) Deberías volver tú y este mastodonte, nena. Creo que seria lo mejor…

 

Sarah: ¿Vas a ir tú solo?

 

Spike: (suspirando) Debo seguir solo. No pienso arriesgar tu vida en esto…

 

Sarah: Olvídalo, Spike. Voy contigo.

 

El vampiro la miró, sorprendido.

 

Spike: ¿Estas segura?

 

Sarah: No tengo miedo… y si estoy contigo, tampoco- dijo, sonriendo levemente.

 

Spike: Nena, no sabes lo que haces. Yo no sabia como era ese Lubek hasta que me tocó con su mente… ¡Dios!- se estremeció al recordar como el siniestro ser había hecho contacto con él, telepáticamente- Esta por allí, aguardándome. Ahora sabe quien soy y de mis debilidades… creo…creo que nunca he enfrentado algo así… esa cosa… ese ser…

 

No pudo seguir. Una oleada de arcadas se le vinieron a la garganta. Spike sintió que vomitaría.

 

Sarah: ¿Qué ocurre?

 

Spike: Maldad. Cuando “eso” penetro en mi mente, vi eso: MALDAD. Ese ser… es más malvado que El Primero, ¿entiendes?

 

Sarah: Mas o menos… ¿Quién es El Primero?

 

 

Spike: El Primer Mal era el enemigo definitivo. Una energía siniestra que apareció para causar el terror en Sunnydale y que pretendía destruir al mundo. Me… controló durante un tiempo y me obligó a hacer cosas… horribles… Este ser… Lubek… Su maldad es mas grande que la del Primero.

 

Silencio. Un viento frío y de muerte barrio la planicie desolada donde se encontraban. Lo cadáveres mutilados a su alrededor se le antojaron a Sarah un horrible presagio inminente de mas muerte.

 

Spike: Dime… ¿Alguien vio alguna vez a Lubek cara a cara?

 

Sarah: Que yo sepa… nadie que haya podido salir con vida.

 

Spike: ¿Alguna idea de cómo es físicamente?

 

Sarah: Ninguna… pero su maldad, como bien dices, es latente. Nosotros hemos luchado contra sus siervos, los demonios híbridos.

 

Spike: Esto esta mal, muy mal- dijo, meditativo- Si no da la cara en persona, es porque es muy poderoso… pero de todas formas, creo que es imposible volver a atrás.

 

Sarah: ¿A que te refieres?

 

Spike: Si volvemos, Lubek mandará a sus siervos a destruirnos… Eso solo será la muerte de todos los que se interpongan. Los Ancianos… los soldados y cuanto le salga al paso. Imposible volver a atrás…

 

Sarah: Entonces… Hay que seguir.

 

Spike: No hay mas remedio.

 

Otra vez el silencio. Era pesada la carga que debían sobrellevar, en especial, el vampiro, pero ahora entendían que tenían que seguir. El futuro dependía de ello.

 

Sarah: Voy contigo- insistió.

 

El vampiro sonrió. Admiraba mucho a aquella joven, tan parecida a su Buffy pero tan diferente en varias cosas. Otra vez intercambiaron una mirada mas que insinuante… era una mirada de deseo y de respeto, de reconocimiento.

 

Ella no tenia miedo, decía. Esto era falso.

 

Spike podía escuchar los latidos de su corazón. Estaba aterrada y no era para menos…

 

Pobre chica. Crecer en un mundo así… un mundo destruido… una ruina patética.

 

El vampiro miró hacia todo lo que los rodeaba. Muerte, desolación… No, todo eso se tenia que terminar… se tenia que acabar.

 

Spike: ¿Qué hay de él?- señaló al inconsciente Peter.

 

Sarah: Supongo que debería venir también… no creo que acepte volver a la base.

 

Spike: Por mi, lo dejo tirado en un zanjon… pero es cierto. ¿Crees que podrás mantenerlo a la raya?

 

Sarah: Soy la comandante y va a tener que obedecerme, tanto le guste como no- dijo, con decisión- No te preocupes.

 

Spike: Despiertalo y pongámonos en marcha. Esto ya se alarga mucho para mi gusto.

 

************

 

El páramo de muerte fue dejado atrás. La marcha, aunque ya sin la ingente cantidad de personas que iban con ellos al principio, fue reanudada por el trío.

 

Cuando Peter recobró la conciencia, casi a regañadientes acepto ir con ellos. Eso si… protestó, insultó y dijo cientos de cosas más, pero Sarah cumplió con su rol de comandante y lo puso en su lugar.

 

Al pobre capitán no le quedo más que obedecer. Sabía que ahora las cosas habían cambiado y aquella mujer tenía pleno apoyo del Consejo de Ancianos.

 

Aun así, no estaba dispuesto a aceptar órdenes de ese condenado vampiro rubio. Peter no le quitaba los ojos de encima en ningún momento. Mientras avanzaban lentamente por otra de las tantas desoladas llanuras de aquel mefítico mundo del futuro, el joven capitán echaba miradas furibundas a la nuca de Spike (que avanzaba delante de ellos).

 

A cada momento, ansiaba acabar con él. Lo odiaba y era un odio muy fuerte.

 

A cada tanto, colocaba una mano sobre su pistola. Era tan sencillo… Solo debería sacarla y apuntar… y dejar que la bala de madera reforzada hiciera el resto.

 

Una baja de guerra, nada mas… esa seria la excusa que les daría a los Ancianos. Pero no… no podía hacerlo.

 

No podía hacerlo porque… también tendría que matar a Sarah.

 

Muy en el fondo, Peter nunca había superado el rompimiento de su relación con la comandante. Muy dentro de su ser, la ansiaba, la deseaba… Sarah era una mujer excelente, una gran guerrera y una de las pocas que el capitán conoció que realmente valieran la pena.

 

Oh, si, habían pasado muchas mujeres por su vida. Jóvenes cadetes de la división femenina… chicas entusiastas capaz de cualquier cosa por subir en sus puestos dentro del organigrama de La Resistencia… pero ninguna le llegaba a los talones a Sarah.

 

Decididamente, Peter quería que Sarah fuera suya.

 

Peter: Exactamente… ¿Qué se supone que vamos a hacer, rubiecito?- preguntó, rompiendo el silencio que parecía haberse abatido sobre todos después de dejar a los caídos atrás.

 

Spike: (caminando sin mirarlo) ¿Y que crees que demonios vamos a hacer, idiota? Ir por Lubek.

 

Peter: Si, seguro… y como tenemos un montón de soldados con nosotros, vamos a entrar en la guarida del demonio como si nada, ¡ja, ja, ja!- aquello fue una risa amarga y burlona.

 

Sarah (que iba detrás de Peter) se adelantó y lo miró muy seria. El joven capitán trago saliva pero esquivó aquellos ojos suyos cargados de reproches y de autoridad.

 

 

El camino era largo, muy largo… y triste. El panorama del mundo muerto se le antojaba a Spike una pesadilla muy horrible para ser descripta.

 

A cada tanto, se veían los restos ruinosos de alguna que otra casa, único testimonio del viejo mundo, aquel del que el vampiro procedía. Hierros retorcidos y algunos postes de luz quemados y cascotes tirados por doquier… y hasta se toparon con un auto oxidado y carcomido por el paso de los años.

 

Después, todo era igual. Rocas, suelo árido… montañas a lo lejos… y el cielo lleno de nubes negras. Nubes que estaban suspendidas allá arriba, inmóviles… como las nubes de un sueño.

 

Sarah: ¿Qué fue lo que dijeron los Ancianos de como Lubek podría ser derrotado?- preguntó a Spike.

 

Spike: (señalándose el amuleto colgado en el cuello) Dijeron que tenia que usar esto, pero no me dijeron como. Solo dijeron que sabría usarlo cuando el momento llegase… eso es todo.

 

Sarah: Debe ser muy poderoso… ¿Y dices que la primera vez que lo usaste acabó con todos los enemigos antes de traerte acá?

 

Spike: Desintegró a todos, pero ni idea de cómo lo hice andar… sencillamente… funcionó.

 

Peter: ¿Y así esperas vencer a Lubek?- otra vez el capitán molestaba al vampiro.

 

Spike: Por lo menos, yo ya me decidí a formar parte de esta locura… que no es lo mismo que podríamos decir de usted, “capitán”.

 

Peter: ¡Solo dame una excusa, rubio roñoso, y te…!

 

Sarah: ¡Basta! ¡Capitán Barnes, a su lugar!

 

Peter: ¡No puedes cambiarme por esto, Sarah!- exclamó, indignado- ¡No puede ser que esta basura sea mucho mejor que yo! ¡¡Ni siquiera es humano!!

 

Sarah: ¡Quiero que aclaremos algo de una buena vez, Peter!- la muchacha se plantó delante de él, agitando un dedo, furiosa- A ver si lo entiendes de una maldita buena vez… ¡¡LO NUESTRO SE ACABO!! ¿Entiendes? ¡SE TER-MI-NO!

 

Peter:

 

Sarah: ¡Si vuelves a socavar mi autoridad, estas acabado! ¿Entiendes eso?

 

Peter:

 

Sarah: ¡Respondeme! ¿Lo entiendes?

 

Peter: Si.

 

Sarah: Si… ¿Qué?

 

Peter: (mordiéndose el labio inferior) Si… Comandante.

 

Spike sonrió. Aquella si que era toda una mujer. Esperaba que el gorila tuviera suficiente con eso y se dejara de molestar…

 

Sinceramente, el vampiro comenzaba a sentir mucho por su amiga… demasiado. Algo en su interior se removía ante este pensamiento. El recuerdo de Buffy se agitaba, latente…

 

Sarah no era Buffy, por más parecido físico que ambas tuvieran. Eso lo tenía claro… pero le era imposible dejar de pensar en ella. A diferencia de la Cazadora, Sarah parecía interesarle lo que a él le pasaba… No había dudado en seguirlo hasta la guarida de Lubek.

 

Su cabeza era un mar de dudas y de confusión. Si todo salía bien… ¿Qué sucedería? ¿Realmente los Ancianos podrían devolverlo a su época? Y si así era… ¿Seria capaz de aceptarlo? ¿Dejaría a Sarah?

 

¿Quería realmente dejarla?

 

A Sarah le pasaba casi lo mismo.

 

Ella también tenía en su mente un mar de dudas y de confusión. Sentía a cada momento cosas muy fuertes referentes a Spike.

 

Por un lado, sentía que lo amaba… pero por el otro… La torturaban sus recuerdos… recuerdos de su infancia… de la muerte de sus padres.

 

Sabía que Spike no era como los demonios que mataron a sus padres, pero… Todavía el recuerdo estaba fresco en ella, la repulsión que sentía por aquellas criaturas que habían causado tanto dolor y sufrimiento a todos cuanto conocía.

 

Además, estaba el hecho de su promesa… eso de interceder delante de los Ancianos para que lo devolviesen a su Tiempo.

 

Sarah sentía que se arrepentía de aquello. ¿Dejaría ir a Spike? ¿Podría hacerlo?

 

Era lo mejor que le pasó en la vida. Lo único bueno, si lo pensaba en cierta forma…

 

No lo sabía. Realmente, no sabía que iba a pasar, puesto que… tal vez ninguno de ellos saliera con vida de todo aquello.

 

************

 

Se detuvieron para descansar en otro de los tantos paramos desolados de aquel mundo.

 

Era de noche, aunque Spike no podría precisarlo, ya que esas nubes horribles que estaban sobre su cabeza jamás se movían.

 

El frío había aumentado y merced a ciertos implementos que Sarah había traído consigo en una pequeña bolsa, encendieron una improvisada hoguera alrededor de la cual se sentaron.

 

Peter, por otro lado, prefirió montar guardia. No le apetecía la compañía de Spike y odiaba verlo tan pegado a la joven. Tomó su arma y procedió a alejarse bastante de ellos, simulando mirar el horizonte, aunque de vez en cuando, los observaba atentamente, sin dejar que se le escapara ningún detalle de lo que hiciesen.

 

Spike vio que a pesar de la calida hoguera, Sarah tenía frío. Sentada en su rincón y contemplando hipnotizada como las llamas crepitaban lentamente, la joven se apretaba con sus manos en un vano intento de protegerse del frío. Su ropa militar (medio desgarrada después de la batalla contra los Uberdemons) no era protección suficiente ante ese hostil mundo. Como Spike era un vampiro y no tenia ni frío ni calor, le era difícil entender estas cosas, pero no por eso no comprendía que la joven no se sentía bien.

 

Muy despacio, se le acercó y se sacó su clásica gabardina oscura, para luego colocarla sobre su espalda. Sarah se sobresaltó pero sonrió ante este gesto.

 

Sarah: Gracias.

 

Spike: Este mundo es bien feo cuando se hace la noche, ¿no?- preguntó, para tratar de entablar una charla.

 

Sarah: Realmente, el paso de los días se hace difícil… es medio extraño decirte cuando es de día, puesto que… siempre hay nubes.

 

La joven se encogió de hombros. El vampiro suspiró y la miró largo y tendido, en silencio.

 

Aquel mundo era silencioso y opresivo. Ni grillos había allí… el silencio era como el de… un cementerio.

 

Sarah: Spike…

 

Spike: ¿Si?

 

Sarah: ¿Te puedo hacer una pregunta?

 

Spike: Dime…

 

Sarah: ¿Cómo era tu mundo?

 

La pregunta lo tomó por sorpresa, pero la entendió. La joven no conocía otra cosa que ese reino de pesadillas sin fin… un mundo donde los demonios acechaban a cada paso.

 

Spike: Bueno… normal- fue la escueta respuesta que se le ocurrió.

 

Sarah lo sorprendió riéndose. Fue la risa más hermosa que el vampiro sintió desde que arribó a aquel desolado paraje olvidado de la mano de Dios.

 

Spike: Había bosques… y grandes lagos... y edificios… y gente- dijo, tomando un par de piedras del suelo y jugando con ellas- Todo era de diferentes colores… por supuesto, yo solo te puedo hablar de las noches, porque como vampiro… ya sabes, je.

 

La muchacha asintió, sonriéndole.

 

Sarah: ¿La sigues extrañando, no?

 

Otra pregunta difícil. Spike no la respondió al mismo instante, solo se limitó a bajar la mirada y a jugar con las piedras que había tomado.

 

Spike: Mucho.

 

¿Para que mentirle? Era cierto… la extrañaba. Y el dolor más grande que tenía era que cuando veía a su amiga, no podía ver más que el reflejo de ella en su semblante.

 

Sarah: Si todo sale bien e intercedo con los Ancianos para que te devuelvan a tu época… ¿Qué harás?

 

Silencio. Spike tragó saliva.

 

 

Spike: Yo…

 

La respuesta murió en su garganta. La joven asintió y no preguntó más. Durante el resto de la noche, los dos solo se limitaron a mirar detenidamente las llamas de la hoguera, hasta que el cansancio y el agotamiento pudieron más en la joven comandante y cayó rendida hacia un costado, apoyándose en el hombro de Spike y durmiendo. El vampiro sonrió y la estrechó con un brazo, acomodándola de mejor manera para que descansase.

 

A lo lejos (no muy lejos) Peter observaba. Odio, eso era lo que sentía… Por un momento, se sintió tentado a dispararles a mansalva a los dos y fulminarlos allí… pero no pudo hacerlo.

 

Voz: (telepáticamente) ES MUY FEO LO QUE SIENTES, PETER.

 

Aquello tomó al joven capitán totalmente desprevenido. Levantó su arma y apuntó a las sombras cercanas, pero no había nada.

 

Voz: PETER, PETER, PETER…

 

Peter: (murmurando) ¿Quién anda ahí?

 

Voz: UN AMIGO… QUIZAS EL MEJOR AMIGO QUE PUEDAS TENER EN ESTE MUNDO LOCO, ¿NO CREES?- dijo y se rió. Era una risa helada, inhumana.

 

Peter se quedo paralizado del miedo. La voz era de Lubek, el demonio supremo, el líder de las fuerzas del Mal.

 

Lubek: YO PUEDO AYUDARTE, PETER… Y QUIERO HACERLO- le aseguró.

 

Peter:

 

Lubek: SÉ QUE TE MOLESTA ESE VAMPIRO… Y SÉ QUE DESEAS A SARAH TODAVIA… YO PUEDO HACER QUE VUELVA CONTIGO, PERO CLARO… POR UNA SUMA MUY MODESTA…

 

Peter: ¿De que rayos habla?

 

Lubek: PETER… ¿DESEAS QUE SARAH SEA TUYA? ¿DESEAS QUE EL VAMPIRO MUERA? ¿ACASO NO QUIERES EL PODER? REALMENTE, NO CONOZCO HUMANO ALGUNO QUE NO LO ANSIE… YO PUEDO DARTE PODER, PETER… PERO A CAMBIO, TIENES QUE HACER COSAS PARA MI… PEQUEÑECES, COMPARADO CON LO QUE TE ESPERA Y CON LO QUE GANARAS…

 

Peter no dijo nada. Era el único que podía oír la voz de Lubek en su cabeza.

 

Lubek: LO UNICO QUE TIENES QUE HACER, AMIGO, ES TRAERMELOS… TRAERME AL VAMPIRO… EL RESTO, LO HAGO YO. ¿QUE  ME DICES?

 

Peter: Si lo hago… traicionaría a los Ancianos…

 

Lubek: ¡AAAAAH! PERO TÚ NO CREES EN LOS ANCIANOS, ¿VERDAD?- hizo una pausa- NO, DE HECHO, NO CREES EN ELLOS… UNOS TIPOS QUE LE DEVUELVEN EL MANDO A UNA INUTIL COMO SARAH NO PUEDEN SER REALMENTE MUY LISTOS, ¿NO? ADEMAS, MUCHOS HAN MUERTO EN SU NOMBRE… SI SON TAAAAN PODEROSOS COMO DICEN… ¿POR QUE  NO VIENEN A ENFRENTARME ELLOS? ¿POR QUE DEPENDE DE CAMPEONES INUTILES? SI PUEDES CONTESTARME A ESO, PETER… ME IRE Y NO TE MOLESTARE MAS.

 

 

No podía. Peter bajó la vista, aturdido. Todo lo que aquella voz demoníaca le había dicho era la pura verdad.

 

Peter: ¿Qué se supone que tengo que hacer, exactamente?

 

Lubek: SOLO LO SIGUIENTE…

 

************

 

El día había llegado. La marcha se reanudo y ahora, misteriosamente, el joven capitán Barnes parecía entusiasmado de continuar. Dejo de lado las discusiones y obedeció a Sarah en todo momento.

 

Spike olía algo raro en toda esa actitud tan pasiva que había adoptado. Era muy raro que un adoquín con patas, que un pedazo de mármol como aquél de repente cambiara su actitud de Marine de Estados Unidos por el de la Madre Teresa de Calcuta.

 

No hubieron marchado mucho más hasta que un enorme cartel semiderruido y quemado les indicó que estaban cerca de la guarida del demonio.

 

Spike se quedo sorprendido. Un cartel… Era un recuerdo olvidado de su mundo. Pero estaba tan quemado que era imposible saber que indicaba.

 

Sin embargo, al dar un par de pasos mas por una carretera destrozada, el vampiro se quedo helado al ver el sitio adonde iban y que, para sus compañeros, era la guarida del líder de los demonios híbridos…

 

Sarah: ¿Qué pasa, Spike?

 

No pudo hablar. Las palabras murieron en su garganta.

 

Spike: No puede ser…

 

Delante de ellos, a lo lejos, se alzaba el esqueleto monstruoso de hierros retorcidos, hormigón quemado, cascotes y demás de una gran ciudad… Una urbe muy conocida por Spike, ya que en la época de donde él venia, rebosaba de vida y de actividad.

 

Todavía podía recordar a la gente recorriendo su aceras, sus veredas… llenando sus plazas, sus cines… etc, etc.

 

Hoy, muchos años después de eso, aquel lugar era como todo aquel mundo: un paraje muerto, olvidado… las ruinas del orgullo humano reducido a cenizas.

 

Lo que Spike contemplaba atónito, lo que ante sus ojos se levantaba… ¡¡NO ERA OTRA QUE LA CIUDAD DE LOS ANGELES!!!

 

Sarah: (apoyándole una mano en el hombro) Bienvenido a la guarida de Lubek…

 

 

CONTINUARA…

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