“Ruinas Rojas”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo y Foolforspike)

 

 

CAPITULO XIV

 

 

Centro de Boston. Noche. Al día siguiente.

Ciudad de Boston, EE.UU.

 

Buffy debió reconocer que Boston era una ciudad un tanto parecida a Los Ángeles. Con sus altos edificios modernos de acero y cristal… edificios que se elevaban hacia un firmamento nocturno, tachonado de estrellas, la urbe se mostraba a sus ojos esplendorosa y misteriosa, con promesas de extrañas revelaciones que asombrarían al más escéptico de los seres humanos que la habitaban.

 

Todos estos pensamientos y sentimientos eran los que embargaban a la Cazadora minutos antes de lanzarse a la aventura de aquella noche, a ese nuevo combate… Mientras Spike, ella y el misterioso sujeto conocido como “El Inmortal” caminaban por las silenciosas calles bostonianas, Buffy pensaba en la rara cadena de hechos que hicieron que ella y sus amigos terminasen allí, en aquel lugar del mundo y en ese momento.

 

Por instantes, volvía a pensar en Willow… pobre Will, atrapada en vida dentro de su propio cuerpo, presa de la voluntad de ese ente infernal más antiguo que cualquier demonio que ella conoció en la Tierra… pobre Will.

 

Pero estaba decidido. Buscaría la manera de ayudarla… no iba a dejar que Willow muriera, no. Ya había habido muchas perdidas inaceptables… demasiadas. Kennedy, Giles… No, Will no moriría.

 

-Es aquí- dijo Marius, deteniéndose en una esquina.

 

Buffy suspiró y se auto-obligó a volver al presente. Miró casi soñadoramente a aquel hombre rubio, de cabellos largos (que en esos momentos los llevaba totalmente sueltos y que caían sobre sus hombros como una cascada dorada) y no pudo menos que compadecerse de él. Era un tipo bonito, por cierto, pero cuando se ponía a pensar que tenia mas edad que ella… mas años que Spike, incluso...

 

Inmortal. Esa palabra volvió a su mente. Aquel tipo era totalmente inmortal. No podía morir.

 

¿Qué cosas había visto a lo largo de las centurias? Guerras, hambres, sufrimientos… Todo y sin sufrir nunca, sin poder morir jamás.

 

Atroz. Eso era aquello… Buffy sabia que los vampiros también eran inmortales, pero a medias, en cierta forma. Los vampiros podían morir cuando se los estacaba, o cuando se los sacaba al sol. Ese tipo, sin embargo, no podía morir NUNCA.

 

-¿Ahí vive ese conde?- inquirió Spike, silbando sorprendido.

 

La Cazadora se volvió hacia donde sus acompañantes miraban. Ella pensaba que un brujo debería vivir en un sitio lúgubre, aislado de la gente… tal vez en alguna catacumba de un cementerio, o en algún subterráneo, pero nada la preparó para lo que estaba viendo.

 

-Un edificio- dijo, enarcando una ceja.

 

Delante de ella se elevaba una inmensa torre de acero y cristal, un moderno edificio casi cilíndrico.

 

-Ahí vive Drake- les informó Marius, apretándose mas contra su atlético cuerpo su gabardina oscura. Debajo de ella, llevaba su espada afilada disimulada- Ese es el centro de sus operaciones, la cuna de su poder, por así decirlo.

 

-Magnifico- Spike sonrió- ¿Quién lo hubiera dicho, pet? Ese conde debe tener toda una fortuna…

 

-Fortuna robada- lo corrigió Marius, muy serio- El Conde Drake es un delincuente… basa su fortuna en las reliquias que ha robado impunemente.

 

-¿Y esta reliquia en particular que vamos a recuperar? ¿Qué tiene de especial?

 

-La Corona de Pytia. Una joya de incalculable valor. Drake la robo del museo de Historia de Boston hace unas semanas. Debemos recuperarla y ponerle freno a la desmedida ambición del conde.

 

-Estoy de acuerdo- dijo Buffy y miró hacia la puerta de entrada del edificio, en la que dos guardias armados vigilaban todo atentamente- Bueno, ahora… ¿Cómo hacemos para entrar ahí? Supongo que debe tener un ejército atrincherado allí dentro.

 

-Mas o menos. Drake tiene muchos sirvientes y entre ellos, hay vampiros…- les informó Marius e hizo una breve pausa para mirar hacia el piso- …Acerca de cómo vamos a entrar, pues…

 

Se agachó. Con una sola mano asió fuertemente una tapa de cloaca y tiró de ella. Con suma facilidad, la tapa se desprendió del suelo y dejo abierta a la vista de la Cazavampiros y de Spike el negro agujero que conducía a los laberínticos túneles que existían debajo de la gran ciudad.

 

-Las cloacas… ¿Cómo no se me ocurrió antes?- comentó Spike, sarcástico.

 

-Quizás estés oxidándote con el tiempo, Spike- retrucó a su vez Marius y de un salto, bajó hacia las alcantarillas.

 

-¡Mira quien habla de oxidarse con el tiempo!- masculló el vampiro, frunciendo el ceño- Tú eres un bloody viejo… mucho más que yo.

 

-William…- Buffy le dio un codazo sonriendo y procedió a descender ella también, cayendo por la cloaca y terminando en brazos de Marius, que la esperaba abajo.

 

Por un momento, mientras El Inmortal la sostenía entre sus brazos, los ojos de la muchacha y los suyos se cruzaron. Un tenso silencio los invadió por un largo rato… un incomodo silencio.

 

-Ejem- Spike había caído detrás de ellos y los miraba muy molesto- ¿Podrías bajarla ya?

 

-Calmate, compañero- Marius sonrió y depositó a Buffy en el piso sucio e inundado por agua estancada- No voy a robarte a tu novia… pero yo que tú, la cuidaría un poco mas. Una chica tan preciosa como ella debería tener un poco mas de vigilancia- sin esperar ninguna respuesta por parte de la pareja, sacó de entre sus ropas su espada y procedió a caminar delante de ellos, dejándolos absortos.

 

-¡Yo lo mato!- Spike se disponía a aferrar al Inmortal por su largo cabello cuando Buffy se lo impidió, interponiéndose en su camino.

 

-¡Calmate! ¡William! ¿Qué te pasa?

 

-¿Cómo que me pasa, nena? ¡Te esta coqueteando! ¡Ese bloody idiota acaba de intentar coquetear contigo!

 

-¿Y?

 

-¿Cómo que “y”? ¡Nena!- Spike se mostraba muy, muy celoso.

 

Buffy sonrió, divertida.

 

-Spike… Ya déjate de payasadas.  Tenemos trabajo, ¿recuerdas?

 

El vampiro rubio continuo protestando, a pesar de todo, pero la Cazadora ya caminaba detrás de su guía a pasos apresurados.

 

-¡Maldito bloody idiota!- insultó Spike, poniéndose en marcha- ¿Quién se cree que es? ¿El Vampiro Lestat? ¿A quien engaña con esa voz profunda y esa cara de gatito? ¡Ya le voy a dar yo robar novias ajenas!

 

************

 

Edificio del Conde Drake. Noche. Al rato.

EE.UU.

 

Maravillado, Lucius Drake miraba la Corona de Pytia, su reciente adquisición, mientras bebía de una copa un exquisito vino, sentado en su mullido sillón favorito. Se trataba de un hombre alto, de cabellos blancos como la nieve y largos que le llegaban hasta los hombros. Vestía con un pulcro traje con corbata y todo en él destilaba un aire como de grandeza, de distinción…

 

El objeto que miraba (la Corona de Pytia) era una joya rara. Lejos de lo que se creería, no se trataba de una corona sino de una gema azul, una gema brillante y preciosa… rara.

 

Mientras bebía de su copa, Drake sonreía recordando lo fácil que le fue adquirir aquello. Una ganga, en comparación con los tesoros que había adquirido a lo largo de los años de su longeva vida.

 

Lo que más divertía al conde, era justamente que la había robado debajo de las narices de su archi-rival, El Inmortal. Hacia tiempo que Drake y el Inmortal tenían una disputa personal… muy, muy personal…

 

“Un gran hombre necesita rivales grandes”, había dicho una vez a sus sirvientes y era cierto.

 

Drake confiaba en que algún día podría derrotar a su enemigo. Por el momento, se divertía y se contentaba con fastidiarlo de vez en cuando, pero ya llegaría el día en que encontraría la manera de destruirlo y de acabarlo para siempre. Drake sabia (gracias a sus artes nigromanticas) que ningún ser viviente podría durar eternamente, por mas inmortalidad que poseyera.  

 

-Señor conde- dijo de repente uno de sus múltiples sirvientes, asomándose a la puerta de aquella habitación donde el brujo se encontraba descansando- Señor conde…

 

-¿Qué sucede, Remmick? ¿No deje claro que no quiero que me interrumpan ahora?

 

-Si señor, pero es urgente.

 

Drake frunció el ceño y se volvió hacia su sirviente.

 

-¿Qué pasa?

 

-Tenemos intrusos en el edificio, señor. Seguridad los acaba de descubrir… ¿Quiere que mande a los chicos y los apresemos?

 

-Hum- una idea repentina cruzó la mente del conde- ¿Saben de quienes se tratan?

 

-Si señor… Es El Inmortal y dos personas más… Una es un vampiro y la otra… bien… no sé como decirle esto, señor…- Remmick se mostraba como intimidado.

 

-¡Habla ya! ¿Quién es?

 

-Una Cazadora, señor- dijo Remmick, cuyo rostro se había enrojecido de la vergüenza- Una Cazavampiros.

 

Drake no dijo nada. Con el ceño siempre fruncido, se levantó de su asiento y se frotó las manos, ansioso.

 

-Una Cazadora… ¿Aquí?- murmuró.

 

-¿Señor? ¿Qué quiere que hagamos con ellos?

 

-Remmick, avisa a los chicos y diles las buenas nuevas- el conde estaba sonriendo otra vez, pero en esta ocasión, de manera torvamente maléfica- Creo que esta noche va  a ser la más divertida de mi vida.

 

************

 

Edificio del Conde Drake. En ese momento, en mitad de un pasillo.

EE.UU.

 

Manteniéndose en las sombras y siempre en silencio, Marius, Buffy y Spike avanzaban lentamente, cuidándose de no levantar sospechas.

 

Delante de ellos, el Inmortal levantaba protectoramente su afilada espada. En ningún momento, sus compañeros lo vieron asustado o intimidado por la difícil empresa que estaban llevando a cabo, mas bien, parecía entusiasmado de por fin compartir su eterna lucha por la Justicia con gente nueva.

 

-Estén atentos- dijo, deteniéndose en una intersección de caminos- Drake debe saber que estamos acá a estas alturas.

 

-Genial. O sea que nos trajiste al matadero, ¿no?- Spike no podía dejarse de sentir molesto con aquel sujeto.

 

-Nunca subestimes a un brujo- Marius no le prestó atención al tono agresivo del vampiro- Drake es el principal malo de esta parte del país y no tiene ese titulo por nada…

 

-¿Son rivales desde hace mucho ese conde y tú?- quiso saber Buffy.

 

Marius suspiró y reanudó la marcha, seguido por ellos.

 

-Desde hace tiempo, si… mucho.

 

-Debes haber tenido muchos enemigos en toda esta… larga vida tuya- era obvio que la Cazadora sentía un interés muy curioso por saber mas de aquel enigmático justiciero incapaz de morir.

 

-He tenido unos cuantos.

 

-¿Y siempre los has combatido? Quiero decir… ¿No te cansas nunca de luchar?

 

Marius se volvió a detener, esta vez, mirándola.

 

-A veces…- hizo una pausa- Hay veces en que creí que todo era algo sin sentido. Creeme, he vivido mucho en este mundo… más que cualquier ser humano.

 

-Te entiendo.

 

-He visto cosas… he visto muchas cosas… vi el dolor ajeno, padecí el hambre ajeno y el sufrimiento también… ser un Inmortal como yo no te libera del dolor, por cierto. No puedo morir, pero nadie hablo de que no pueda sufrir… y yo sufrí mucho y sufro mucho- hizo una pausa, entrecerrando sus ojos- He visto tantas cosas, Buffy… tantas guerras y dolor… que muchas veces sentí ganas de “bajar los brazos”.

 

-¿Y por que no lo hiciste?- tercio Spike, apoyándose contra una pared para encender un cigarrillo. Casi a pesar suyo, ahora sentía interés por saber más de ese sujeto al que ya conoció de antemano en aquella oportunidad, en su primer enfrentamiento hacia décadas.

 

-¿Por qué? Porque no seria justo- Marius volvió a reanudar su caminata, siempre en guardia y seguido de cerca por sus acompañantes- Porque me dije que esto, luchar por la Justicia, es lo UNICO que me queda… ¿Qué se supone que iba a hacer?

 

Buffy no pudo menos que sentir admiración por aquel tipo. Condenado a la eternidad y sin embargo, no se abandonaba a la desesperación que a ella le embargaba en esos momentos.

 

-Eres admirable- dijo en voz alta.

 

-Gracias, pero tú también lo eres- replicó él, sonriendo dulcemente. Parecía que era la primera vez en muchos años que sonreía de esa forma.

 

Spike sintió entonces otra punzada de celos.

 

-Y entonces… ¿Cómo es, mi querido Spike, que terminaste así?- Marius se dirigía hacia él ahora- Digo, con un alma y al lado de… tan increíble señorita.

 

Buffy se sonrojó levemente. El vampiro, por el contrario, apretó los puños molesto.

 

Pero ya no había tiempo para seguir charlando. Una puerta delante de ellos se abre bruscamente y cuatro vampiros salen listos para la pelea…

 

Cada uno de los luchadores asume su posición. Buffy saca una estaca de su chaqueta de cuero y comienza el combate arrojándose contra sus rivales y propinándoles un par de patadas y sendos golpes de puño.

 

Spike y Marius no tardan en unírseles. El Inmortal luchaba magistralmente con su espada y corto la cabeza de uno de sus enemigos antes de que éste pudiera hacer algo, luego, se volvió y golpeó con el mango de su arma en la cara a otro de aquellos demonios que intentaron tomarlo por sorpresa de la espalda.

 

La contienda no duro mucho. A pesar de que los vampiros eran exterminados fácilmente, otros más salían a su encuentro pero obtenían el mismo destino que sus antecesores. El equipo combinado de Buffy, Spike y el Inmortal acabaron con todos en un abrir y cerrar de ojos, dejando en el suelo de aquel lugar desperdigadas montañas de cenizas de los vampiros eliminados.

 

-Fue fácil- dijo Spike, limpiándose su gabardina negra de cenizas- Estos tipos no son la gran cosa, luv.

 

-Demasiado fácil- Marius arrugó el ceño, desconfiado- Estos apenas son sirvientes de Drake… el enemigo principal ha de esperarnos un par de pisos mas arriba.

 

-Entonces… ¿Qué tal si le hacemos una visita y acabamos con esto?- sugirió Buffy, señalando a un puerta abierta de ascensor.

 

************

 

Edificio del Conde Drake. Ultimo piso. Al rato.

EE.UU.

 

La puerta del ascensor se abrió. Marius salio primero, siempre con su espada en alto… detrás, le seguían Buffy y Spike.

 

El lugar era impresionante. Una oficina increíblemente lujosa, con columnas de mármol blanco y bustos de estatuas griegas en todos lados. A parte de eso, había cuadros de todos los tipos colgados en las paredes y demás mobiliario que dejaban ver que su dueño era un hombre de buen gusto y de demasiados excesos a la hora de amueblar su vivienda.

 

-Bienvenidos- dijo Lucius Drake, sentado en un sillón y mirándolos con las manos entrelazadas. A su lado, había una chimenea encendida- Veo que están en buena forma… ¿No están fatigados, verdad? Después de un combate a lo mejor quieren descansar un rato…

 

-Déjate de juegos, Lucius- Marius se le acercó, esgrimiendo su espada- ¡Se acabo!

 

-Marius, Marius… me impresionas- Drake sonrió- ¿Así que después de tanto tiempo de luchar uno contra el otro, vienes a mi edificio y quieres terminar conmigo? Por lo que veo, ahora que tienes amigos fuertes que te respaldan, te volvió el coraje…- el conde hizo una pausa y a continuación, se puso de pie, mirando despectivamente a Buffy y a Spike- Buffy Summers, la Cazadora y William, el Sangriento… un gusto conocerlos.

 

-¿Sabe quienes somos?- la Cazadora estaba confundida.

 

-Me insultas, jovencita… si, sé quienes son. Veo que mi querido hermanito sabe rodearse de la gente justa, ¿no es así, Marius?

 

Aquellas palabras confundieron mucho más a la Cazavampiros y a Spike.

 

-¿Hermanos?- dijo Buffy, comprendiendo.

 

-Si- Marius se encontraba como presa de una indignación total- Hermanos… Lucius y yo somos hermanos… por desgracia- se apresuró a decir.

 

El conde Drake rió.

 

-¿Qué acaso no se lo dijiste a tus nuevos amigos, hermano? ¿No les contaste que tu rival de siempre es en realidad tu propio hermano, con el que creciste junto a tu familia, en nuestra perdida Roma? Que desconsiderado…

 

-¡Cállate!- Marius levantó su espada, desafiante. Drake no parecía intimidado por aquello… se cruzó de brazos y siguió mirándolo de manera burlona.

 

-Marius y yo somos hermanos- insistió, divertido- Y por si no se han dado cuenta, ambos somos Inmortales.

 

-¿Cómo? ¿No era solo Marius quien bebió el Elixir ese?- preguntó Spike, empezando a desconfiar de su hasta entonces, benefactor inmortal. 

 

-Me temo que les he mentido- reconoció Marius, suspirando.

 

-¿A que te refieres?

 

-Buffy, Spike… lo siento… pero es verdad. Lucius es mi hermano… y él también bebió del Elixir que Tak-Nek me dio.

 

-¡Pero no seas desconsiderado! Cuéntales como ocurrió detalladamente- interrumpió Drake, riéndose- Cuenta los hechos como fueron…

 

-Sucedió después de que Tak-Nek me diera de beber el Elixir- comenzó a relatar Marius- Como les he dicho, yo estaba feliz… mis heridas se habían curado y me había vuelto un Inmortal. Poseído por la felicidad, regrese a mi Patria, entre mi gente… a mi familia. Todos se sorprendieron de mi milagrosa recuperación pero, movido por un miedo profundo, no les relaté que me había sucedido. Me guardé el secreto para mi mismo…

 

“Sin embargo, un hombre no puede guardar un secreto eternamente en su interior. Yo era dueño de una verdad increíble, de un conocimiento asombroso y quería compartirlo con alguien. Ese alguien resultó ser Lucius, mi hermano mayor, a quien ustedes están viendo ante ustedes… Ese fue mi error…”

 

“Lucius siempre fue un codicioso. Ansiaba el poder para si y apenas se enteró de mi historia y de lo que me había pasado, partió tras los pasos del pobre Tak-Nek, para apoderarse del Elixir. Lucius quería ser Inmortal también…”

 

“Sabiendo de la inescrupulosidad de mi hermano, le seguí. Pero para mi desgracia, llegué tarde… Lucius había logrado dar con el viejo hechicero en alguna parte de Antioquia, donde estaba alojado temporariamente y allí lo obligo a darle el Elixir…”

 

“Tak-Nek sabia que Lucius era un mentiroso y un malvado, y se negó a dárselo. Sin siquiera temblar, mi hermano lo mató y le robó el preciado liquido mágico y se lo bebió hasta la ultima gota. Cuando yo había llegado al lugar, Lucius había conseguido lo que ansiaba y al igual que yo, era un Inmortal ya…”

 

-...A costa de asesinar a un inocente- interrumpió Buffy, asqueada. Drake se rió a carcajadas.

 

-Tak-Nek era un tonto- replicó Drake, tomando el hilo del relato- Tenia en sus manos la esencia de la Vida Eterna y no la bebió jamás. Era justo que alguien que si ansiaba tomarla lo hiciera, ¿no?

 

-¡Pero no tenias que asesinarlo!- exclamó Marius, mordiéndose los labios de la indignación- ¡Lo mataste!

 

-Lo mate por tonto- continuo diciendo Drake, despectivo- Y solo tome lo que me merecía. Bueno… Yo también me convertí en un Inmortal. Mi hermano y yo luchamos desde ese entonces… él y su sentido de la Justicia- hizo una mueca de asco- Como sea, abandoné a nuestra familia, abandoné Roma y me hundí en el mundo, listo para aprender de sus secretos y lograr la manera de que algún día, todo fuera mío…

 

“Recorrí la Tierra durante décadas, incapaz de morir. Era poderoso, pero ansiaba mas poder… fue por eso que en los siglos posteriores, aprendí las Artes Prohibidas de la Magia y la Hechicería y me convertí en un brujo… sumé a mi ya longeva vida un conocimiento profundo en las materias esotéricas que me abrieron las puertas al mundo sobrenatural y me permitieron controlar a vampiros y demonios por igual… ¡Yo me convertí en el Señor de todo este vasto imperio que cree en torno mío!”

 

-Un imperio que no te pertenece- retrucó Marius, enfurecido- ¡Robas reliquias que no son tuyas y adquieres dinero de manera inescrupulosa! ¡Eres un delincuente!

 

-¿Por aprovechar mas que tú nuestra Inmortalidad? Hermanito… siempre dije que eres un tonto soñador. ¡Pasar la Vida Eterna luchando por la Justicia! Que perdida de tiempo…

 

-¡Se acabo, Lucius! ¡Hoy pienso darte fin de una vez! ¡No voy a permitir que sigas causando más dolor y sufrimientos como los que has causado en estos siglos de maldad insolente!

 

-Marius, Marius… los dos sabemos que NO podemos morir- Drake se encogió de hombros- ¿Qué vas a hacer? ¡Nada puede matarme!

 

Marius sonrió.

 

-Al menos, voy a intentarlo.

 

-¿Intentarías matar a tu propio hermano? ¿Al único en esta Tierra que es tu igual en la Inmortalidad? Que tierno.

 

Drake levantó sus manos en dirección al trío. Unos rayos eléctricos salieron de las puntas de sus dedos empujando a Buffy y a Spike contra el ascensor del que habían salido y luego, la puerta de acero se cerró bruscamente delante de ellos, aprisionándolos.

 

-Solos tú y yo, Marius- dijo Drake, poniéndose en guardia- Esta pelea es solo nuestra… sin interrupciones.

 

-De acuerdo- Marius levantó su espada- ¡¡PELEA!!

 

************

 

Edificio del Conde Drake. Interior de un ascensor.

EE.UU.

 

Apenas se dieron cuenta de que fueron sacados de en medio de la contienda, Buffy y Spike intentaron forzar las puertas del ascensor en vano, para liberarse y volver a aquella oficina…

 

-Inútil, pet- dijo el vampiro, suspirando y reclinándose contra una fría pared de metal- Cerrada herméticamente y creo que con magia.

 

-Vamos, William… ¡No podemos dejarlo solo ahí!- Buffy intentaba buscar cualquier resquicio por donde hallar una salida.

 

-Te digo que es inútil, luv… estamos atrapados.

 

La Cazadora lanzó un insulto y pateó con todas sus fuerzas la puerta. Nada pasó.

 

-¡Mierda!- gritó y  volvió a patear la entrada.

 

Nada pasó.

 

-Todo es inútil… creo que saldremos de aquí cuando ese Drake nos deje.

 

-¡No podemos dejarlo solo, Spike! ¡Lo matara!

 

-¿De verdad, nena?- el vampiro enarcó una ceja, irónico.

 

-Tienes razón- Buffy entendió su error al decir esto y se mordió el labio inferior- Pero odio quedarme quieta.

 

-No nos queda otra… Esta en manos de Marius- Spike meneó la cabeza, disgustado- Ellos serán Eternos y tendrán todo el tiempo del mundo, pero nosotros no. Si no podemos contra ese Drake, sugiero que salgamos de este lugar y nos vayamos.

 

-¿Abandonar la pelea antes de haberla empezado? Ese no es tu estilo, Spike.

 

-Lo sé… pero tampoco es nuestra bloody contienda, pet.

 

La Cazadora asintió.

 

-Lo sé, pero no quiero dejarlo solo en esto… Además, él es nuestra única chance de averiguar algo más acerca de Debris, ¿recuerdas?

 

-Tal vez no sabe nada, pet. Por ahí solo fingió saber cosas nada más para que nosotros lo acompañáramos en esta lucha…

 

-…O tal vez si sepa algo. Por eso, Spike, no podemos dejarlo solo en esto- hizo una pausa y se volvió hacia la puerta de metal- Vamos, dame una mano con esto, a ver si la podemos abrir entre los dos.

 

************

 

Edificio del Conde Drake. Oficina del Conde. En ese momento.

EE.UU.

 

La batalla entre los dos hermanos Inmortales había comenzado.

 

Tomando una espada también, Lucius atacó a Marius revoleando magistralmente aquella afilada hoja cuya empuñadura estaba tallada con un par de toscas figuras retorcidas. Siempre con una sonrisa maléfica en sus labios, Drake trataba de hacer retroceder al Inmortal hasta arrinconarlo contra una pared de su oficina.

 

-¡Peleas bien, hermanito!- dijo Lucius, entrecruzando su espada con la de Marius- Veo que los años no te han quitado la habilidad para el uso de la espada.

 

-Y yo veo que sigues siendo el mismo necio de siempre.

 

De un empujón, Marius logra alejar un poco a su hermano y luego, revoleando su espada, logra hacerle un tajo profundo en el hombro.

 

Drake observa el tajo con una indiferencia total. Abundante sangre brota de la herida abierta pero luego, mágicamente, se cierra y se cura sin dejar rastros de haber existido.

 

-Inútil, hermanito.

 

Lucius patea a Marius en su rodilla. El guerrero trastabilla y recibe un espadazo certero de su rival en un brazo…

 

Una nueva herida profunda. Marius se queja, dolorido, pero no deja de pelear. Levanta su espada y valerosamente se defiende de su hermano. En solo un instante, la herida inflingida se cura cerrándose mágicamente.

 

-Podemos seguir con esto eternamente, Marius- dice burlándose Lucius- Es inútil. Los dos somos inmortales… nada puede matarnos.

 

Otra vez las espadas de los dos hermanos se entrelazan. Ambos forcejeaban sin ceder ninguno. Cerca como estaban el rostro uno del otro, no podían menos que  dejarse de mirar a los ojos.

 

-Dejemos esta tonta contienda- dice Lucius- ¿Qué no ves lo tonto de todo esto? Podemos ser tu y yo, hermano… podríamos gobernar el mundo si lo quisiéramos.

 

-Nunca.

 

-¡Que convicciones tan firmes, Marius! ¿Las mismas que tenías cuando eras un soldado romano? ¿Recuerdas esos tiempos? ¿Cuándo eras un hombre bajo el mando de Augusto? Dime una cosa, Marius…- hizo una pausa- ¿Qué sentiste cuando Roma cayó? ¿Qué pensaste cuando nuestro gran Imperio se redujo a nada y el mundo cambio y cambio? Me muero de curiosidad por saberlo.

 

Otro empujón por parte de los luchadores y otra vez habían puesto una suerte de distancia entre ambos. Las espadas en alto y listos para seguir, sin embargo, ahora habían hecho una pausa en mitad del combate para mirarse atentamente a los ojos.

 

-Marius, Marius… La Eternidad es nuestra. Soy lo único que te queda… ¿Cuántos años más vas a seguir soportándolo? ¿Cuántos años más vas a seguir persiguiéndome, de un continente a otro, tratando de hacer Justicia conmigo? ¡Justicia! ¡Eso no existe! No se aplica a nosotros, hermano…

 

-Estas loco.

 

-No, no lo estoy. ¡Piensa! Somos Eternos… ¿Por qué no deberíamos hacer lo que se nos plazca? Tomar lo que queramos cuando nos venga la gana… el mundo es un jardín esperando que nosotros tomemos del él lo que queramos… eso es lo que yo he hecho en todos estos años y no me vengas con que tú no lo has hecho.

 

 

-¿A que te refieres?

 

-Tu mansión, tu dinero… tú también acumulaste tesoros a lo largo de los años. No vives como un monje asceta, ¿no?

 

Marius suspiró.

 

-Yo no robo cosas que no me pertenecen ni mato para conseguirlas, Lucius, esa es la diferencia entre ambos- replicó- Yo no asesino a gente inocente. Mis victimas son vampiros, demonios… yo lucho contra las criaturas de las Tinieblas.

 

-Si, si… todo eso lo sé… tu eterna lucha contra el Mal. ¿Para que? ¿Qué consigues con eso? ¡Nada! ¡No hay pagos por tus servicios, hermano! El mundo de los humanos mortales te ignora y sabes perfectamente que si supieran como eres y quien eres, nunca te comprenderían ni te abrirían los brazos… no, hermanito, tu destino no es luchar para proteger a una raza efímera como la Humanidad, tu destino es gobernar… ¡Úneteme!

 

Marius no respondió. Lucius bajó la espada y lo miró sonriendo, ya sin maldad en su semblante.

 

-Somos hermanos, no tenemos que luchar entre nosotros… ya no mas.

 

-Lucius…. Lucius- Marius negó con la cabeza- ¿No ves que lo que me pides esta mal? ¡No puedo unirme a ti! Nunca seré como tú… nunca abrazare al Mal como tú lo haces… No. No me pidas eso- dijo y cerró los ojos, sintiendo las lagrimas brotar de sus ojos.

 

-Entonces… ¡MUERE DE UNA VEZ!

 

CHTK!!!!

 

La espada de Drake atravesó el pecho de su hermano. El dolor que Marius sintió fue terrible, lascerante. Su cuerpo fue poseído por una debilidad terrible y terminó soltando su arma, mientras se doblaba en dos y caía al piso, escupiendo sangre por la boca.

 

-L-Lucius…- murmuró, mirando a su hermano.

 

Drake no dice nada. Saca la espada del interior del pecho de su rival y la levanta en el aire, listo para descargarla sobre su cabeza.

 

-Eres débil- dice- Eres un tonto débil… y por eso, te acabare ahora mismo.

 

-S-Sabes que… no puedo… morir, Lucius.

 

-No, pero será interesante ver que pasara cuando te corte la cabeza- otra vez sonreía maléficamente- El famoso Inmortal decapitado… será interesante verte mirar tu propio cuerpo una vez que tu cabeza este fuera de su lugar… y creeme que pienso guardarla como trofeo, hermanito, en una bonita caja hermética y completamente alejada del Sol.

 

Marius cerró los ojos esperando el mortal golpe, pero en ese ultimo momento, una figura se arroja contra Lucius por la espalda y lo empuja, haciéndolo rodar por el piso y soltar su espada.

 

Con algo de asombro, el despreciable brujo contempló como Spike le sonreía (con su rostro de vampiro) y tomaba el arma que antes había tenido en sus manos.

 

-¿Cómo demonios…?

 

-No ibas a pensar que estaríamos eternamente encerrados en ese ascensor, ¿verdad?- dijo el vampiro y señaló a Buffy, que salía de su interior también y corría a ayudar a Marius a levantarse.

 

-Hum… si, creo que subestime la fuerza de voluntad de una Cazadora y de un vampiro con alma juntos- Lucius se puso de pie- De todas formas, la ventaja es mía todavía…

 

…Una esfera de luz se formó en las manos del brujo. Rápidamente, la arroja contra el vampiro…

 

Spike cae al suelo, golpeado por la esfera energética. La espada vuela de sus manos hacia el villano, quien reía el volverla a tener otra vez consigo.

 

-Y ahora…- Lucius se vuelve hacia Marius, solo para ver como Buffy (que sostenía la espada del Inmortal) la revoleaba por el aire y se la asestaba directamente en su cabeza.

 

El corte fue limpio. La cabeza de Lucius sale de raíz y cae estrepitosamente en el suelo de mármol. Mucha sangre brota de la herida y luego, el cuerpo decapitado del villano se desploma aparentemente inerte.

 

-Buen golpe, pet- dice Spike, acercándosele.

 

Los ojos de todos vuelven hacia la cabeza cortada de Lucius. ¡Increíblemente (aterradoramente) seguía con vida! Con los ojos bien abiertos miraba hacia su cuerpo caído lejos de él y luego, a la Cazadora y al vampiro.

 

-¡Maldita sean!- dijo, apretando los dientes.

 

Spike sonrió.

 

-¿Qué me dices, nena? ¿Te gusta el Bowling?

 

-Paso. No es mi fuerte.

 

-¿¿De que rayos están hablando??- por primera vez, Lucius parecía aterrado.

 

Cuando Spike tomó su cabeza cortada y procedió a revolearla por el aire, comprendió qué se traía entre manos…

 

-¡¡AQUÍ VAAAA!!

 

-¡¡AAAAH!! ¡¡PAGARAN POR ESTOOOOOOOOO!!- gritaba la cabeza de Lucius, mientras atravesaba el aire y caía contra una ventana, rompiendo el vidrio y perdiéndose en la noche.

 

-¡Y Spike gana!- exclamó el vampiro rubio, festejando.

 

Ayudado por Buffy, Marius trataba de sostenerse a medias mientras sus heridas profundas sanaban milagrosamente.

 

-¿Siempre es así?- le pregunta a la Cazadora.

 

Buffy esboza una media sonrisa.

 

-A veces…

 

 

CONTINUARA…   

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