“Ruinas Rojas”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo y Foolforspike)

 

 

CAPITULO  XXIII

 

 

Interior.  Antiguo Templo de Debris.  Tarde.

Cráter de Sunnydale. 

 

            La gigantesca serpiente se alzaba en toda su extensión, con las fauces abiertas dejando a la vista sus inmensos colmillos.  Un horrible siseo se dejo oír en todo el lugar.

 

            -¡Atrás!  ¡Atrás!  ¡Retrocedan!  -grita Buffy ante la aparición.

            -¡Cuidado ahí!  -dice Faith mientras una de las columnas comienza a tambalearse de su cimiento cayendo estrepitosamente al suelo.  Elevando una densa columna de humo entre Debris y ellos.  Todos cerraron los ojos de inmediato evitando que les entrara el polvo.  Mientras otros tosían compulsivamente.

 

            -¿Qué fue eso?  -pregunta una aturdida Willow que todavía no era capaz de comprender el horror que la envolvía.

            -La cosa que te poseía roja.  –le contesto Faith sin dejar de observar a la distancia.

            -¿Qué?  -los ojos de Willow se agrandaron en la sorpresa-.  Wooow.  ¡Eso!  -dice observando hacia la oscuridad.  Y mirando en dirección a las otras cazadoras-.  ¿Dónde está Kennedy?  -pregunta luego.

            Buffy mira a Spike.

            -Ahora no hay tiempo, pet.  –le dice este a Willow-.  La gran Anaconda quiere que seamos su cena.  –le responde serio.

            -Entiendo.  –le contesta la bruja que no dejaba de observar el rostro de todos.

 

            Un fuerte ruido los hace volver la cabeza hacia una esquina del templo.  Una oscura figura se desliza a una velocidad inimaginable para su tamaño detrás del altar en donde estuviera atada Dawn.

 

            -Bien.  –dice Buffy retrocediendo-.  Creo que llamamos su atención.

            -¿Qué hacemos B?  -le pregunta Faith a su lado.

            -Pelear.  –le contesta esta elevando su espada.

            -Es un buen plan, luv.  –dice Spike achicando sus ojos en busca de un nuevo movimiento de Debris-.  ¡Ahí viene cuidado!  -grita de repente Spike.

            -¿Dónde?  No veo nada bad boy.  -le pregunta Faith.

            -¿Quién es el vampiro aquí?  -le dice Spike elevando una ceja.  Y un horrible siseo es su respuesta.

 

            Debris estaba frente a ellos monstruosa e imponente en todo el esplendor de un demonio antiguo.  Y con un rápido movimiento se dirige hacia un grupo de cazadoras que se encontraba arrinconado entre unas demoníacas figuras.

 

            -¡Salgan de Allí!  -grita Faith-.  ¡Susan  sácalas de allí!

            Pero es inútil.  El último grito de la cazadora se entremezcla con el de las chicas mientras las fauces de Debris se cierren en torna a ellas definitivamente.

           

            -¡Oh por Dios!  -exclama una aterrada Dawn, al tiempo que Andrew la abraza contra su pecho protectoramente.

            -Sácala de aquí.  –le dice Spike a Andrew-.  Este asiente con la cabeza y se la lleva hacia atrás de unas columnas.

           

            La enorme serpiente se da vuelta.  Sus ojos amarillos relampaguean con un extraño fulgor incandescente.  Dos cazadoras tiran sus armas paralizadas de miedo, como si Debris las estuviera hipnotizando con sus ojos de topacio.  Y con un rápido movimiento de su cola las golpea enviándolas contra una parte del templo.  Dos pesadas piedras caen sobre ellas.  Y esta vuelve a sisear complacida ante la masacre.

           

            -¡Ahora!  -grita Buffy.  Mientras emprenden una frenética huida a través del templo.  Más a las distancia las columnas que lo sostienen se alzan ante ellos imponentes.

 

………………..

 

Interior.  Casa-Central de W&H.  Tarde.

Los Ángeles.  California.

 

            El hombre lo observaba impertérrito, con una cínica sonrisa esculpida en su rostro.  Ante él, la azorada mirada del vampiro, que debía enfrentarse a su mayor demonio.  Él mismo.

           

            -¿Qué eso es todo Ángel?  -le pregunta este socarronamente-.  Venimos a echar una mirada y listo.  –y observándose las manos-.  ¿O no te gusta la imagen que te devuelve el espejo?  -emitiendo una risita-.  Me olvidaba no mucha reflexión últimamente.

            -No vine a entrar en peleas dialécticas.  –le dice Ángel moviendo la espada delante de él-.  Conducto,… o como sea que te llames.  Este es el fin.

            -Grandes palabras, realmente grandes.  Debería empapelar mi oficina con ellas.  –y cruzándose de brazos-.  Pero sabes que Angelito,…  me aburren.  –hace un silencio-.  ¿Sabes lo que si sería divertido?  –le dice acercándose-.  Una noche tu y yo juntos.  –le susurra mientras su imagen cambia a la de Cordelia, que lo mira seductora.  Ángel retrocede ante esta nueva transformación.  Ella lo observa con cara de frustración-.  ¡Ah, claro!  Me olvidaba.  El pequeño detalle.  –Cordelia lo mira de arriba a bajo-.  Una mujer se te acerca y huyes como un servatillo.  ¡Oh!  ¿Debo pensar que es otra cosa?  -le pregunta con una mueca provocativa en todo su rostro.

            -Tú no eres Cordelia.  –le dice Ángel serio-.  Tendrás su apariencia, pero no conoces su alma. 

            -¡Claro alma!  ¡Correcto!  -exclama mientras camina de un lado a otro-.  Siempre me encantaron las historias de almas torturadas.  –y cambiando de nuevo de apariencia-.  Porque me gustaría leer la tuya.  –le dice Lorne mirándolo-.  ¿Qué crees que encontraría?  Además de dolor, pena, culpa….bla, bla, bla,…..  soy tan depresivo…. Otra vez,….  bla, bla, bla.  –comenta al tiempo que eleva los ojos al cielo.

            -Ya vasta de juegos.  –le dice Ángel enojado.

            -¿Juego?  -lo mira este elevando una ceja-.  ¿De verdad piensas que esto es un juego?  Es más que eso.  –le dice Lorne mientras sus ojos se vuelven más rojos y brillantes-¡Es el juego honney!  Y la casa siempre gana.  ¿No es una bonita canción?  -y empieza a silbar una melodía.

            -Me encargaré que no quede ni la casa.  –le responde Ángel y encogiéndose de hombros-.  ¿Qué puedo perder?

            -¡Oh!  Pobre Ángel.  Siempre hay algo que perder.  –le dice con una media sonrisa-.  Piensas que perder el alma es lo peor que puede pasarte.  –acercándosele-.  Déjame contarte un secreto.  Eso sólo es el principio.  –hace un silencio-.  Desearás estar muerto antes de que acabe contigo.

            -Francamente no me importa.  –le responde observándolo serio-.  Y para ser la cuna del mal, hablas demasiado.  ¿O caso qué?  Piensas matarme de aburrimiento.

            -También conozco otros métodos.  –le dice acariciándose la garganta-.  Tú me los enseñaste. –agrega Wesley con una mueca-.  Eres un maestro en eso,…. Ángelus.

            -Yo no soy Ángelus.

            -Claro que lo eres.  En el fondo nunca dejaste de serlo.  –camina al su alrededor-.  Solo evitas lo inevitable.  Pero sabes que lo deseas.  Ser libre.  Brutal.  Cruel.  –se detiene-.  Por eso estas aquí.  Por eso nos elegiste.

            -Te equivocas.  –le dice Ángel mirándolo serio.

            -¡Oh vamos!  No te creerás la tontería de la redención y el perdón de los pecados.  –le reprocha Wesley con una sonrisa burlona en sus labios-.  Está dentro de ti.  El mal, es tu esencia. 

            -Hay un demonio dentro de mí, no voy a negarlo.  Pero lucho por……

            -Marcar una diferencia, bla, bla, bla….  –lo interrumpe.  Se lo queda mirando por un segundo-.  No hay diferencia.  No puedes derrotar al Mal.

            -Lo intentaré.

            -¡Hay Dios!  ¡Que aburrido eres Ángel!  -dice Fred elevando sus ojos al cielo-.  Puedes detener esta manifestación, mañana la otra, pero siempre estará allí,…. Agazapado esperándote.  –dice mientras mueve sus manos como si fuera una araña-.  Y cuando te descuides ¡Zas!  Te atrapará.

            -Y yo estaré esperándolo.

            -Oh, no.  Tú no estarás allí.  –le dice mientras le acaricia la mejilla-.  Mira donde estas Ángel.  Tus nos trajiste aquí.  Lo recuerdas.  –le susurra dándose vuelta-.  Tú vendiste nuestro futuro por un poco de falso olvido.  –y mirándolo a los ojos-.  Pero yo lo recuerdo todo.  ¡Oh sí!

            -Fue lo mejor.  Creéme. 

            -¿Para quién?  Algo no te gusta.  –y castañeando sus dedos-.  Marche un lavaje instantáneo de cerebro y todo se arregla.

            -Las cosas no fueron así.  –se defiende Ángel.

            -¡Ah no!  ¿Cómo fueron entonces?  -le pregunta Gunn-.  Tal vez necesites un buen abogado para tu defensa.  –acercándosele-.  Yo vendí mi alma por ello.

            -Todos aceptamos los riesgos.

            -Si.  –y cruzándose de brazos-.  Y ahora formamos parte de esto.  –le dice mirando a su alrededor-.  No hay salida.  El mal te domina Ángel le perteneces.  ¿Crees que vas a vencerlo algún día?  ¡Por favor!  No sabes lo idiota que te ves diciéndolo.  –se le acerca y señalándolo-.  No hay alegatos en tu defensa.

            -Las cosas pueden cambiar.  Lo sé.

            -Si para el mal.  –le dice ahora transformándose en una replica de él mismo-.  ¿Quién crees que fue peor?  ¿El hombre o el demonio Liam?  -le pregunto con un dejo de sorna en su voz.

            -Ambos.  –le dice agachando su mirada.

            -Bueno el demonio no tenía alma.  –encogiéndose de hombros-.  No es que quiera ponerme de su parte.  Pero es un punto a su favor.

            -Ya me cansé de escucharte.  –le dice Ángel furioso

            -Y yo de hablarte.  Total el mundo ya le pertenece a los Socios Mayores.  –y golpeándolo con una fuerte trompada que lo hace volar hacia una pared-.  ¡Es hora de la diversión!  –le dice mientras comienza acercársele con una sonrisa demente en su rostro.  Ángel lo observa desde el piso sorprendido.        

 

………………..

 

Interior.  Palacio subterráneo de Sebassis.  Tarde.

Los Ángeles.  California.

 

            Wesley mira la horrible transformación que se produce ante sus ojos.  El demonio no deja de observarlo entre burlón y complacido.  Y mostrándoles unos dientes blancos como perla de dice risueño.

 

            -¿De verdad piensas que tienes una oportunidad conmigo ridículo hombrecito?

            -No.  –le contesta este serio.

            -¿Entonces a que has venido?

            -A intentarlo.  –y encogiéndose de hombros-.  ¿A dónde más podría ir?

            -Valoro eso.  Un hombre de acción.  –y observando el cuerpo caído de unos de sus sirvientes-.  Hubieses sido un buen guardaespaldas.

            -Ya es tarde para cambiar de idea.  –le dice Wesley frunciendo sus labios en un gesto despectivo-.  El tiempo corre no perdamos más tiempo.

            -¿Ansioso por besar a la muerte?  –le pregunta Lord Sebassis acariciándose su larga barba.

            -Todos nos abrazaremos a ella algún día.  Es inútil huir.  –le contesta Wesley encogiéndose de hombros.

            -¡Uh!  Palabras realmente optimistas.  –y señalándolo con una de sus manos-.  Todavía recuerdo los tiempos en que los hombres guardaban esperanzas.  –y haciendo un silencio mientras sus ojos se enrojecen-.  Eso le daba sabor cuando se las arrancaba.                          -No guardo esperanzas para mí.  –le dice Wesley metiendo su mano en un bolsillo de su chaqueta.

            -¿Entonces por que peleas?  -le pregunta Sebassis mirándolo curioso.

            -No entenderías.  –le contesta seco.

            -¡Oh el mundo!  -exclama el demonio burlón.

            -Es más que eso.  –le dice sacando su mano y abriéndola se queda mirando una piedra que brilla con una tenue intensidad en su palma-.  Es por una idea.

            -No me digas…… Déjame adivinar.  –le detiene Sebassis con un dejo sornástico en su voz-.  ¡El Bien!

            -Es un buen motivo.  –le dice mirándolo de reojo Wesley.

            -¡Es una idiotez!  -exclama entre una carcajada.

            -Puede serlo.  –y la luz comienza hacerse más brillante-.  Pero vale la pena luchar.

           

            Otro nuevo destello se produce en el interior de la piedra, iluminando por completo la mano del vigilante.  Sebassis deja de sonreír y se queda mirándolo por un instante.

            -Probemos cuanto sabes sufrir.  –le dice Wesley al tiempo que extiende su mano y un fuerte fogonazo se extiende hacia el demonio golpeándolo por completo.

            -¡Imbécil!  -exclama furioso, absorbiendo la energía-.  Necesitaras más que juegos de luces para vencerme.

            -Es solo el principio.  –agrega Wesley mientras otro resplandor más brillante lo manda contra una pared, resquebrajándola.  Lord Sebassis, se levanta molesto.

            -Pagarás por esto.  –y acercándosele le hace volar la piedra de entre sus manos-.  ¡Ya basta de juegos contigo!  –y tomándolo de un brazo-.  ¿Quieres dolor?  No hay problemas puedo dártelo.

           

            Y sujetándolo fuertemente, le agarra la garganta con sus manos cual tentáculo cortándole toda respiración.  Wesley intenta defenderse tratando de evitar la presión de esas manos.  Y con un rápido movimiento de sus piernas lo golpea en el estómago aflojando parcialmente la presión a la que se veía sometido.  Cuando sus labios pueden entonar nuevamente unas palabras, ellos comienzan a susurrar un hechizo.

 

            “Liberatiun in nomine, demonium inferni flamile et es, flamile libera”

 

            Una luz roja comienza a salir de su pecho y da de lleno en el cuerpo de Sebassis impulsándolo hacia atrás en medio de un fuerte grito.  La densa flama comienza a envolverlo.  Este elevada sus ojos al cielo y tornándolos negro, abre su boca como si de un profundo pozo se tratara absorbiendo toda la energía.  Baja la cabeza.  Mira al vigilante que continuaba aún en el suelo y con una sonrisa maléfica le dice:

 

            -Buen truco, pero es inútil.  –y acercándosele-.  Voy a matarte.

            -Te equivocas.  Yo voy a ganar esta batalla.  –le dice Wesley poniéndose de pie-.  Haré un bonito trofeo con tu cabeza.

            -No habrá cabeza cuando terminemos.  –se burla Sebassis mientras lo golpea con su puño, haciéndolo estrellar contra la mesa, que cae bajo su peso.

            -No.  No habrá nada.  –le responde Wesley poniéndose inmediatamente de pie.

 

            Wesley agacha su cabeza y tirando un extraño polvillo.  Vuelve a conjurar el conjuro que suena en sus labios como una letanía.

 

            “Liberatiun in nomine, demonium inferni flamile et es, flamile libera.  Liberatiun in nomine, demonium inferni flamile et es, flamile libera.  Liberatiun in nomine, demonium inferni flamile et es, flamile libera”

 

            La atroz carcajada del demonio repercutió en el ambiente como un eco gastado.  Wesley lo ignoró por completo y siguió murmurando el hechizo.  Una rayo de luz, como el de un relámpago se difumino a su alrededor.  Lord Sebassis abrió sus brazos absorbiendo cada gramo de energía que era expelida por el vigilante.  Y cuando esta hubo cesado, extendiendo una mano y la apunto al pecho del hombre.  Una descarga de luz le impactó en pleno pecho, mandándolo contra la pared.

 

            -Hasta aquí llego tu camino. –le dice acercándose.  Wesley lo mira aturdido.

            Un grueso chorro de sangre sale de la boca del vigilante en medio de una convulsiva tos.  Sebassis lo agarra por la garganta elevándolo hasta ponerlo a la altura de sus ojos.  Unos blancos dientes le sonríen sin piedad.  Wesley le devuelve la sonrisa.  Y con un rápido movimiento de su mano derecha esposa al demonio a él.

 

            -Saluda al diablo de mi parte.  –le dice acercándole la cara.

            -¿Qué demonios?  -pregunta Lord Sebassis desconcertado, y con un dejo de preocupación en su voz.

            -Ahora veamos como funciona esto.  –dice Wesley abriendo su chaqueta en la que se podía ver un par de poderosos explosivos adheridos a su cuerpo.  Un gesto de miedo indescifrable atraviesa el rostro del demonio-.  Eso es lo que quería ver.  –comenta el vigilante al ver la expresión en su adversario.  Y antes de que Sebassis pueda hacer nada, Wes detona los explosivos destruyéndolo todo.

 

            Lo último que puede ver Sebassis antes de morir es la risa burlona del vigilante sobre su rostro.

 

………………..

 

Interior.  Antiguo Templo de Debris.  Tarde.

Cráter de Sunnydale.

 

            Un ruido de una inmensa criatura acercándoseles se escucha tras sus espaldas.  Willow se detiene en seco y dándose vuelta cierra sus ojos y comienza a recitar un conjuro como si fuera una plegaria.

 

            -Willow.  –la llama Buffy al observarla.

            -No se detengan.  –le contesta esta-.  Spike sácala de aquí.  –este asiente con la cabeza y tomando a Buffy de un brazo la arrastra con él.

 

            Los pelos de Willow vuelan como movidos por una corriente de aire.  Agacha la cabeza y elevando de repente hacia arriba extiende sus manos.  Una gran cortina de fuego divide al templo  subiendo hasta el techo.  Detrás de ella se oye el rugido furioso de Debris.  Willow sonríe complacida.  Y emprende la carrera hacia donde están los demás esperándola.

 

            -Roja eso fue impresionante.  –le dice Faith una vez a su lado.

            -Bueno no se cuanto puede durar.  –dice conteniendo el aliento-.  No se porque pero no tengo mucha energía.

            -Esta bien por mí Will.  –le dice Buffy con una sonrisa.

            -Gracias.  –le contesta y mirando a Spike-.  ¿Es ese el amuleto?  -le pregunta.

            -Si.  –le contesta con un tono lúgubre de voz Buffy.

            -¿Por qué lo lleva?  -vuelve a insistir Willow.

            -Es mi sangriento destino.  –le contesta Spike con una mueca-.  Larga historia, pet. –le dice a continuación encogiéndose de hombros.

 

            En esos momentos se siente como un pequeño temblor de tierra que hace que algunas de las columnas se mezan con el movimiento.  Resquebrajando piedras que caen sobre ellos como lluvia.  Una de ellas hiere a Buffy lastimándole la frente que comienza a sangrar. 

 

            -¡Buffy!  -exclama Dawn al observar la sangre.

            -No es nada.  –la tranquiliza esta tocándose el rostro-.  Curo rápido.  –le dice con una sonrisa y mirando las columnas-.  Será mejor que nos movamos.

 

            Tras la cortina de fuego cada vez más débil Debris seguía aguardándolos.  Un fuerte siseo se oye detrás del humo.  Y en esos momentos el amuleto de Spike brilla fuertemente, por sobre todas las luces que se alzan sobre el Templo.  Y él comprende que su hora ha llegado.  Mira a Buffy mientras sus ojos se oscurecen de repente.

 

            -Nooo.  –protesta Buffy al observar el rostro de Spike.  Este sonríe tristemente mientras le acaricia la cara.

            -Debo hacerlo Buffy.  –le dice Spike que no deja de acariciarle el rostro.

            -No.  No debes.  –y mirando a su alrededor-.  Aún podemos derrotarla.

            -No es verdad y lo sabes, pet. 

            -No te dejaré Spike.  –le dice entre sollozos y molesta Buffy.

            -No hay opciones amor.  –le murmura atrayéndola a su pecho.  Y elevando su rostro hacia él-.  Compréndeme Buffy.  Quiero que vivas.  –le dice Spike con un tono decidido en su voz.

            -Entonces vive conmigo Spike.  –protesta Buffy mientras gruesas lágrimas comienzan a descender por sus mejillas-.  ¡Vive por favor!  ¡No me hagas esto!

 

            Spike limpia sus lágrimas con sus dedos y atrayendo el rostro de Buffy hacia él, la besa con un beso lleno de pasión y desesperación.  Buffy siente que va a morir si pierde el contacto con esos labios.   Se separan, se miran a los ojos por un momento.  Buffy apoya su cabeza contra el pecho de Spike.  Y se quedan abrazados así, sin ser capaces de decirse nada más.  Mientras gotas de sangre de la herida de Buffy caen en el amuleto que Spike lleva prendido a su cuello, siendo absorbidas por completo por este.

            Spike toma la cara de Buffy entre sus manos y levantándola para observarla una vez más, le susurra.

 

            -Te amo, pet.  Nunca lo olvides.  –le dice mientras sus últimas palabras mueren en los labios de Buffy.

            -Te amo Spike.  –repite ella entre sollozos.

            Él le sonríe.  Y besándola en la frente sale al encuentro de Debris.                              

………………..

 

Interior.  Casa-Central W&H.  Tarde.

Los Ángeles.  California.

 

            Ángel se limpia la sangre que comenzaba a deslizarse por la comisura de sus labios. Y tomando la espada que se había caído cerca de él, se pone de pie con un rápido movimiento.  El otro no dejaba de observarlo con un brillo casi demencial en lo profundo de sus ojos.

 

            -¿Cuándo comenzarás a pelear o debo hacer yo todo el trabajo?

            -Solo tú y yo.  –le dice Ángel moviendo la espada delante de él-.  No más cambios.  Nosotros dos como siempre tuvo que haber sido.

            -Muy épico lo tuyo Angelito.  –le responde este con una media sonrisa-.  Me abruma tu capacidad para magnificar las cosas.  –acercándosele-.  Dime la verdad…. ¿No te cansas de ello?

            -Solo de escucharte hablar y nada más.  –y abriendo sus brazos-.  ¿Qué acaso no sabes hacer otra cosa?

            -¡Oh claro que sí!  -le dice al tiempo que le da una fuerte patada en el estómago que lo hace volar contra el escritorio.

            -Bien.  Eso es lo que quería.  –murmura levantándose y transformando su rostro por uno vampírico-.  ¡Veamos quien es el demonio aquí!  -y se planta delante de él, golpeándolo con su puño.  El otro trastabíllea, y mirándolo ríe a carcajadas.

            -No más máscaras.  –le dice transmutando también su rostro.

            Ambos comienzan una pelea encarnizada.  Ángel vuela encima del conducto, haciéndolo chocar contra una pared por él envión de la fuerza que llevaba.  Este no ha dejado de reír en ningún momento.             Y apartando las manos de su garganta, lo golpea con el codo haciendo retroceder a Ángel.

 

            -¿Crees que esto podrá vencerme?  –le dice mientras le propina una trompada en el rostro, y girando sobre su eje, lo golpea con una patada voladora en pleno pecho-.  Es solo el comienzo.  –le sonríe acercándosele.

            -No, solo es un mal final.  –agrega Ángel cambiando su rostro de nuevo a uno humano.  Le sostiene el brazo delante de su cara y con un rápido movimiento lo hace pasar por encima de él.  El otro cae de espaldas.

           

            Ángel se levanta y tomando la espada, se le acerca.   La gira en el aire y con un rápido movimiento la manda atravesando la sala hasta clavarse en el corazón del conducto, que queda clavado al suelo.  Este intenta liberarse sin éxito.  Ángel se le acerca y cambiando su rostro. 

 

            -Veamos a que sabes.  –le dice y lo muerde en la yugular hasta drenarlo por completo-.  A periódico viejo.  –comenta luego escupiendo un poco.  Y el rostro del otro lo mira desencajado, ya carente de toda vida. 

             

            De repente se oye como un profundo rumor como si algo comenzara a resquebrajarse sin remedio.  Y una explosión de luz lo golpea en su pecho, transportándolo al vestíbulo.  Ángel mueve la cabeza aturdido por el fogonazo de luz.  Un ruido más fuerte y violento que el anterior se deja oír por sobre todo el edificio.  Y comprende con cruda certeza que el final se acerca.  Y corre por los pasillos, asciende por la escalera mientras a su alrededor el edificio se derrumba inexorablemente.

 

…………………

 

Interior.  Antiguo Templo de Debris.  Tarde.

Cráter de Sunnydale. 

 

            La cortina protectora de fuego era casi inexistente.  Una gigantesca sombra se podía percibir ahora con mayor claridad detrás de ella. Spike se da vuelta por última vez y observa el rostro de Buffy, y atravesando la flama se enfrenta con su destino.

           

            -Bien veamos como funciona esto.  –dice mirando el amuleto.

 

            Un fuerte siseo se escucha provenir detrás del altar.  La gigantesca serpiente se mueve como expedida por un cohete hacia el vampiro.  Y cuando lo está por atacar.  Spike salta, y girando el aire cae en pie sobre una pedazo de columna derruida.

 

            -Para ser una demonio antiguo.  Eres patéticamente lenta.  –le dice Spike a Debris.  Esta se mueve furiosa-.  Mala idea.  –comenta el vampiro para sí.

 

            El ataque es más rápido y con mayor violencia que el anterior.  Con un fuerte movimiento de su cuerpo Debris tira parte de una estatua de un guerrero del infierno.  Spike vuelve a saltar evitando que esta le caiga encima.

 

            -Me siento como un conejo.  –dice al caer parado de nuevo sobre el altar.

 

            En ese momento el amuleto vuelve a brillar con una intensidad cada vez mayor.  Pareciera un pequeño sol en el pecho del vampiro.   Debris aprovecha la distracción de este, y con un rápido movimiento abre sus fauces cerrándose en el lugar donde ante se encontraba el cuerpo de Spike.

Continuará………

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