“Ruinas Rojas”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo y Foolforspike)

 

 

CAPITULO IV

 

 

En algún lugar subterráneo desconocido.

 

Si alguien tuviera que dar una descripción exacta de aquel sitio, podría compararlo con una mazmorra siniestra, iluminada apenas por un par de antorchas clavadas en las paredes de ladrillos enmohecidos por el paso del tiempo…

 

En el centro de aquel mefítico sitio, se alzaba una mesa de roble oscuro y sentados alrededor de ella, un grupo de figuras encapuchadas con túnicas negras charlaban acerca de cierto asunto de su interés... un asunto que en los próximos días atraería la atención irremediable de todos ellos.

 

-La cosa marcha tal y como lo esperamos- dijo uno de los encapuchados, poniéndose de pie. Su rostro, como el de sus compañeros, permanecía sumido en la mas oscura sombra- La Cazadora esta ocupada en estos momentos tratando de solucionar el… asunto pendiente que tiene entre manos. Eso nos beneficia mucho, puesto que podemos empezar a preparar todo para la pronta Venida de Nuestro Señor.

 

Hubo un murmullo de excitación en la sala. Los encapuchados asintieron todos juntos mientras la figura principal se mantenía de pie delante de todos.

 

-Si todo sale bien… La llegada de la Nueva Era será pronto- dijo, con un dejo de entusiasmo en su voz.

 

Repentinamente, uno de los sujetos misteriosos sentados en la mesa se pone de pie también y pide la palabra.

 

-Con el debido respeto, Hermano- dice, frotándose las manos ansioso- Todavía queda el asunto principal entre manos… Ya sabe a lo que me refiero… acerca del… “recipiente”.

 

-Calma, Hermano- dijo el líder del grupo,  haciéndole señas con una mano para que se sentara- El asunto esta arreglado. Me toca el glorioso deber de informarles que el “recipiente” esta ya elegido, mas, todavía debemos tratar de observarla mas. Será sometida a un par de pruebas en los días siguientes, eso si… No tenemos nada más que temer, Hermanos.

 

Otra vez hubo un murmullo excitado en la sala. Ahora, todo los encapuchados se habían puesto de pie y alzaban las manos hacia el techo abovedado de la sala.

 

-¡¡POR LA NUEVA ERA QUE SE ACERCA!!- gritaron, atronadoramente.

 

************

 

Edificio del Nuevo Consejo de Vigilantes. Noche.

Londres, Inglaterra.

 

Un día después del fracaso del hechizo para re-corporizar a Spike, Willow caminaba sola por un pasillo iluminado por un par de lámparas. En su rostro, se reflejaba cierta molestia, sumada a una ardua concentración. Ensimismada en sus pensamientos como estaba, atraviesa una gran puerta de roble y entra en la oficina de Giles.

 

-Giles… He estado investigando un poco en los textos de la biblioteca del Consejo y…- dice, hasta darse cuenta que el Vigilante no estaba allí, sino que detrás de su escritorio y sentado en su silla, un hombre rubio, de piel pálida y vestido con una gabardina negra la observaba expectante.

 

-Hola, red- dice Spike, sonriéndole levemente- ¿Qué decías?

 

-Spike- Will suspira y sonríe. Se acerca a él y toma asiento delante suyo- Hola… me asustaste, je.

 

-Bueno, veo que este bloody fantasma sirve para algo…- comenta, con un poco de amargura en la voz.

 

-Spike, ya te dije que no eres un fantasma- le reprocha la muchacha pelirroja.

 

-Ya. No me vengas otras vez con lo de las dimensiones, con eso de que estoy atrapado entre realidades y todo ese embrollo, nena. Me lo sé de memoria.

 

-Spike… Yo… creo que te debo una disculpa- dijo Willow, después de un rato de silencio entre ambos- Creo que… soy un completo fracaso.

 

-No digas eso, luv- el rubio se puso de pie y se le acercó- Al menos, lo intentaste. Veo que mi cruz va a ser estar condenado toda la eternidad a vagar como una miserable sombra…- hizo una pausa- No esta mal… no concibo castigo justo para un ser como yo que este, ¿no crees?

 

Willow negó con la cabeza, mientras lo miraba directamente a los ojos.

 

-Spike… ¿No me vas a decir que tú crees eso, verdad?- preguntó.

 

-¿Qué yo creo qué?

 

-Que este es un castigo de algún Poder Superior o algo así- retrucó la pelirroja, enarcando una ceja.

 

-¿Y que es entonces, eh?- Spike estaba fastidiado otra vez. Caminó unos pasos alejándose de la joven bruja hasta pararse delante de una ventana cercana y mirar el exterior dormido de la ciudad de Londres- Dime entonces que es, red. ¿Una broma?

 

-Francamente hablando, no lo sabemos todavía, pero estamos trabajando para remediar eso. Es solo cuestión de tiempo, Spike… Te aseguro que encontraré el hechizo correcto… Dame tiempo.

 

Silencio en la sala. El rubio no dijo nada hasta que, abatido, se dio media vuelta para mirar a Willow.

 

-Se me esta acabando el tiempo, nena- bufó, cansado- No sé que diablos soy, pero estoy sintiéndome débil…

 

-¿A que te refieres?

 

-Siento el llamado, nena- confesó, triste- Es como si… me faltaran las energías. Tengo miedo de… sencillamente evaporarme en el aire en cualquier momento.

 

-¡Eso no va a pasar!- Willow se puso de pie preocupada y trató de tocar el hombro de Spike. Aquello fue en vano puesto que su mano terminó atravesándolo sin encontrar resistencia allí- ¡Oh! ¡Lo siento! Me olvide que… bueno… yo…

 

-Tranquila. Estoy acostumbrado- Spike sonrió.

 

-Te prometo que encontrare la manera de sacarte de eso- dijo la pelirroja, decidida- Aunque tenga que recurrir a cien mil conjuros diferentes… aunque se me caigan los ojos de sueño… voy a sacarte de esto.

 

-Gracias, red… De verdad, creo que eres la única persona en este bloody edificio a la que le intereso de veras.

 

-No digas eso. Buffy también esta preocupada.

 

-Eso dice ella, pero…

 

-¿Qué?

 

 

Spike se encogió de hombros.

 

-No sé, luv… A veces pienso que soy una carga para ella. Tal vez… debería haber sido mejor quedarme muerto y donde estaba a que volver a ella así.

 

-Spike…

 

Pero algo extraño sucede entonces. Repentinamente, la figura de Spike se desvanece en el aire de un soplido, dejando a la joven bruja sola en aquella habitación.

 

-¿Spike?

 

************

 

Sótano del edificio del Nuevo Consejo. Noche.

Londres, Inglaterra.

 

Sorprendido por el súbito cambio de escenario, Spike se gira y observa el lugar donde se encontraba. Era un lugar oscuro y húmedo, lleno de cajas y demás objetos rotos. Sin duda, se trataba del sótano del edificio (o de uno de sus sótanos, puesto que por lo que sabia, la Casa Matriz del Consejo tenia no uno, sino unos cuantos sótanos a su disposición).

 

-Genial- comenta, mirando hacia todos lados- ¿Y que se supone que significa esto?

 

Un murmullo delante de él llama su atención. Sentado en una mesa llena de suciedad e iluminado por una trémula luz de una vela colocada en frente de él, un hombre aguardaba, en completo silencio.

 

-¿Hola? ¿Me puede decir como salir de acá, amigo?- pregunta Spike al sujeto, acercándosele.

 

-No hay salida, William- dice el sujeto, volviéndose despacio hacia él- No hay escape…Estas perdido, como yo.

 

Spike retrocede, aterrado. Aquél sujeto tenía el rostro tajado por todas partes, como con cortaduras. Esbozando una sonrisa siniestra, se pone de pie y extiende una mano en señal de bienvenida…

 

-Bienvenido al Infierno, William- dijo- No temas… te estamos esperando.

 

-¡Aléjate!

 

Con una carcajada sonora el misterioso sujeto se evapora en el aire, apagando la vela con un vendaval helado y  sumiendo a Spike en las más tétricas tinieblas…

 

************

 

Oficina de Roger Wyndam-Price. Noche.

Londres, Inglaterra.

 

Un leve golpe en la puerta desvía la atención de Roger de la lectura de unos documentos. Asomándose con algo de timidez, Willow pregunta si puede pasar a hablar con el Vigilante.

 

-¡Claro que si!- responde Roger, sonriendo de oreja a oreja- ¡Adelante, pasa! No tienes que preguntar para entrar a mi oficina, Will… Cuando necesites algo, sencillamente entras y me lo pides.

 

-Yo… lamento mucho molestarte… Roger- Willow se sienta en un sillón, restregándose las manos contra las piernas nerviosa- Perdóname si te molesto tan tarde, pero es que… me preguntaba si… Tú podrías facilitarme un par de viejos libros que necesito consultar.

 

-Claro que si. ¿Qué libros? ¿Algunos de la biblioteca del Consejo?

 

-Hum… no. Estuve allí hace un rato y no están precisamente estos libros… pregunté y me dijeron que tú capaz que los tenias…

 

-¿Sucede algo malo Will?- preguntó Roger, al darse cuenta del extremado nerviosismo de la chica- ¿Qué pasa? Cuéntame… recuerda que puedes confiar en mi para lo que sea.

 

-Yo...- hizo una pausa, antes de decidirse a hablar- Lo siento, Roger… Es solo que… Algo le pasa a Spike.

 

-¿Qué le sucede?

 

-Estuve hablando con él hace un rato y me dijo que empieza a sentirse como débil… sin energías… y de repente…- Will hace un gesto con las manos- ¡Se fue!

 

-¿Cómo que se fue?

 

-¡Desapareció! Así nomás… delante mío.

 

-Entiendo.

 

-No sé que pasa, Roger, pero tengo miedo de que… sea culpa de… el conjuro fallido de ayer.

 

Silencio. Roger se rasco la barbilla, pensativo.

 

-Willow, te diré que haremos…- el Vigilante se acercó a ella y le puso una mano en el hombro, afable- Dime que libros quieres específicamente y entonces, investigaremos codo a codo para ayudar a Spike, ¿si?

 

-¡Oh, claro!- la muchacha sonrió, mas calmada- Pero… ¿Y lo de la desaparición?

 

-Probablemente no sea nada… Tal vez sea temporario. Tal vez tenga que ver con el derroche energético del cuerpo astral de Spike, nada más… No creo que le suceda nada malo ni que se haya ido para siempre… Calmate… Ahora, dime que libros necesitas.

 

Willow suspiró, tratando de tranquilizarse. Se sentía realmente muy bien ante la presencia de aquel hombre, un sujeto por demás muy amable y realmente sabio. Desde que lo conoció, la joven se dio cuenta de que podría confiarle a ese hombre cualquier cosa, sin importar que rebuscada o extraña fuera, y que solo recibiría como respuesta su total atención y su apoyo incondicional.

 

************

 

Sala de Reuniones. Nuevo Consejo. Noche.

Londres, Inglaterra.

 

Del mismo modo en que se fue, Spike reaparece en otro lugar diferente del edificio. Esta vez, en la Sala de Reuniones que a esa hora, estaba vacía. Suspirando, el rubio meneó la cabeza tratando de entender que había sucedido y que había visto momentos antes.

 

-O una de dos… O me estoy volviendo un bloody fantasma loco o lo que vi fue real- se dijo a si mismo.

 

El rubio nota repentinamente que una lámpara cercana se enciende sola y se apaga. Mirándola en completo silencio, Spike observa como la lámpara se prende y se apaga una segunda vez.

 

-¿Y que se supone que es esto? ¿”Poltergeist”? ¿Cuándo aparece la niña rubia que ve fantasmas?

 

Un murmullo se deja oír. Spike no entiende nada al principio, solo frases sueltas, para luego darse cuenta de que algo cobraba forma entre las tinieblas cercanas… una aparición fantasmal de algún tipo.

 

-Dolor, dolor- decía aquella visión espectral.

 

Al salir a la luz de la luna, Spike reconoció al nuevo fantasma como una mujer vestida con un traje de época y con un terrible desgarrón en el cuello.

 

-Hola William… ¿Me recuerdas?- preguntó el fantasma, acercándosele.

 

-Muy bien… estoy asustado.

 

Spike retrocede y huye atravesando una pared.

 

************

 

Oficina de Giles. Nuevo Consejo. Momentos después.

Londres, Inglaterra.

 

-¿Quieres calmarte?- le pidió Giles, mientras sentado delante de su escritorio leía un libro grueso- Ya viene para acá… ¿Por qué no te sientas mejor y la esperas, eh?

 

De pie y caminado de un lado a otro de la sala, un muy nervioso (y asustado) Spike iba y venia con el ceño muy fruncido de la preocupación.

 

-¡Maldición! ¿¿Por qué no se apura?? Esto no me gusta nada… ni un poco.

 

-Spike, por enésima vez… ¿¿¿Te puedes calmar???

 

El rubio se detiene en el centro de la sala, mirándolo.

 

-Claro, para ti es fácil decirlo… ¡Si hubieras visto lo que yo vi!

 

La puerta de la oficina se abre y Buffy entra. Al verla, Spike suspira aliviado y sale a su encuentro.

 

-¡Nena! ¡Bloody Hell! ¿¿Por qué tardaste tanto??- le reprocha.

 

-Perdón… pero sucede, Spike, que mi casa aquí en Londres queda a varias cuadras del Nuevo Consejo y si a eso le sumamos que ya me había acostado a dormir…- la Cazadora hizo énfasis en estas ultimas palabras- Porque, aunque no lo creas, algunos todavía tenemos que dormir…

 

-Ya, ya… entiendo- Spike bufa, frustrado.

 

-Buffy, te mande a llamar porque Spike, aquí  presente, dice que vio algo… ¿Cómo decirlo? Atípico.

 

-Fantasmas- dice, antes de que la muchacha rubia pudiera replicar algo.

 

-¿Fantasmas?- Buffy enarca las cejas y le echa una mirada curiosa a Giles. El Vigilante se encoge de hombros sin decir nada.

 

-Fantasmas- reitera Spike, nervioso- Fantasmas de verdad… Ya sabes… no como yo… fantasmas de verdad… Fantasmas de…- enmudeció, sin poder continuar por un momento. Sus ojos se volvieron rápidamente hacia los rincones de la habitación, inquisitivos. Había oído algo allí… un murmullo.

 

-¿Spike?- la voz de Buffy lo devuelve a la realidad de golpe.

 

-Fantasmas de mis victimas- dice, todavía más nervioso- Estoy viendo los fantasmas de mis victimas.

 

Aquellas palabras flotan en el aire por un momento, sin encontrar respuestas. Buffy vuelva a mirar a Giles en busca de algún comentario o algo, pero el Vigilante no dice nada, concentrado en lo que había oído.

 

-No te entiendo, Spike… ¿Cómo fantasmas de tus victimas?

 

-¡Estoy viendo un par de bloodys fantasmas que pertenecen a gente que mate en el pasado, nena!- exclama el rubio, fastidiado- ¡Victimas de mi sed de vampiro! ¿Entiendes?

 

-Oh.

 

-¿Y dices que esos fantasmas te acosan?- por fin, Giles interviene en la charla.

 

-Así parece…- Spike enmudece otra vez. El murmullo que escuchó antes volvió a dejarse oír. Inquietantemente, ni Buffy ni Giles parecen haberlo oído.

 

“William, William…”, decía una voz extraña, en alguna parte.

 

-Están acá.

 

-¿Qué? – la Cazadora no entendía a que se refería el rubio.

 

-¡Están acá!- Spike agita sus manos señalando hacia los rincones de la sala- Puedo… sentirlos.

 

 “William… William… Ven con nosotros…”

 

-¿En este momento?- inquiere Giles, mirando hacia todos lados sin ver nada.

 

-Si. En este momento… Aquí…

 

“William… William… Te estamos esperando…”

 

-Me están hablando- Spike retrocede, espantado. Buffy y Giles le miran, consternados- ¡Tienen que creerme! ¡No estoy loco! ¡Están acá!

 

“William… Ven… Ven…”

 

“Únetenos…”

 

“Estamos acá por ti, William…. Venimos a llevarte”

 

El coro de voces inmateriales se volvió tan audible que Spike no entendía por que ni la Cazavampiros ni Giles podían oírlos. Totalmente aterrado, se resguardó en un rincón de la sala, apretándose su gabardina negra contra su cuerpo, temblando nerviosamente.

 

-¡Cállense!- gritó a las voces- ¡¡Cállense!!

 

-Giles…

 

-Lo sé, Buffy- el Vigilante asintió y salio corriendo de la oficina a buscar al resto.

 

************

 

Sala de Reuniones. Nuevo Consejo. Un momento después.

Londres, Inglaterra.

 

Alertados por Giles, el resto de la pandilla se reúne con la Cazadora y con el atormentado Spike en la sala de reuniones. En todo momento, Spike actuaba como si una multitud de personas invisibles le estuvieran hablando y de vez en cuando, se apretujaba en los rincones, como protegiéndose de algo.

 

-¿Qué le pasa a Gasparin?- preguntó Xander, sarcástico- ¿Se volvió loco?

 

-Xander, por favor- pidió Giles, serio- No estamos para bromas.

 

-Lo siento.

 

-¿Con quienes esta hablando?- le pregunta Dawn a su hermana mayor.

 

-Fantasmas.

 

-¿Fantasmas?- dice Andrew, sintiendo una punzada de miedo- ¿Aquí? ¿En este edificio?

 

-En todas partes- murmura Spike, mirando hacia los rincones- En cada bloody rincón.

 

-¿Puede ser cosa del conjuro fallido de ayer?- inquiere la Cazadora a Willow.

 

-Yo… no lo sé…- la muchacha pelirroja se muestra compungida con lo ocurrido- Puede ser… pero…

 

-No- dice Roger, entrando por una puerta- Definitivamente, no.

 

-¿Roger? ¿De que hablas?- preguntó Giles, curioso.

 

-Rupert, acabo de venir de ver a los síquicos del Consejo… Hicieron una barrida mística hace un momento.

 

-¿Y que dicen?

 

-Negativo.

 

-¿Qué significa eso?

 

-Es imposible que haya fantasmas acá… a excepción de Spike, claro. Además, el edificio esta resguardado con un conjuro protector, así que…

 

“William… William… Te estamos esperando”

 

-Vuelvan a chequear- dice Spike, temblando de los nervios- ¡Seguro que esos síquicos suyos son una sarta de ineptos! ¡Chequeen otra vez!

 

-Tal vez deberíamos…- empezó a decir Willow, pero el rubio la interrumpe.

 

-¡No! ¡¡VUELVAN A CHEQUEAR!!- grita, enojado- ¡Sé que lo que siento y veo es real! ¡Están acá! ¡Por favor!- sus ojos se vuelven desesperados hacia los de Buffy- ¡Tienes que creerme, nena!

 

-Spike, calmate… ¿Estas seguro de que…?

 

Pero la Cazadora se interrumpe al ver que Spike súbitamente se desvanece delante de ella como una nube de vapor. Un silencio tenso se apodera de la sala y entonces, todos se miran entre si, consternados y confundidos.

 

 

-OK… ¿Qué se supone que es esto?- dijo Xander, rompiendo el clima tenso- ¿Acaso se volvió loco o que?

 

-Giles… ¿Podría ser que…?- Buffy hace una pausa, para pensar bien su pregunta- ¿Podría ser esto obra del Primer Mal?

 

Hubo un estremecimiento general por parte de la pandilla. Todos recordaban al terrible villano con el que se habían tenido que enfrentar hacia tiempo atrás. El Primer Mal, una energía siniestra y tan antigua como la vida de este Universo… un ser que se aparecía ante sus victimas tomando la forma de los muertos… de sus fantasmas.

 

-Lo dudo, Buffy- dice Giles, luego de meditarlo bien- El edificio esta protegido contra influencias malignas ahora  y decididamente, el Primer Mal fue derrotado cuando se cerró la Boca del Infierno en Sunnydale…. No hay nada que nos conduzca a pensar que seria cosa de él… aunque…

 

-Es mi culpa- dice Willow, apesadumbrada- Es culpa de mi conjuro fallido, lo sé.

 

-Will, ya te dije que esto no es así- interviene Roger, paternal.

 

-No, sé que es mi culpa… Yo debería haberlo ayudado y en vez de eso, complique las cosas.

 

La muchacha pelirroja no puede contener el llanto. Varias lágrimas salen de sus ojos. Cerca de ella, Kennedy le apoya una mano en el hombro, consolándola.

 

-Calmate, nena- le dice- El señor Roger tiene razón… ¡No es tu culpa!

 

-Muy bien, hay que admitir que no estamos haciendo bien las cosas- Giles suspira y se saca sus lentes, para masajearse los ojos- Decididamente, acá hay gato encerrado.

 

-¿Un gato? ¿Dónde?- pregunta Andrew, sobresaltado,  para luego darse cuenta de que era una metáfora- Perdón… Yo… creo que también estoy nervioso, je.

 

-¿Qué hacemos, Giles?- Buffy lo ignora y trata de centrarse en lo que ocurre.

 

-Primero, tenemos que averiguar donde fue Spike…

 

************

 

Sótano del edificio del Nuevo Consejo. Un segundo después.

Londres, Inglaterra.

 

Spike se re-materializa una vez mas en aquel húmedo y extraño lugar. Temblando involuntariamente, se vuelve al oír un coro de voces que, surgiendo de las tinieblas cercanas, parecen dirigirse a él inconfundiblemente…

 

“William…”

 

“Estamos esperándote…”

 

“Ven con nosotros, William...”

 

-¡Bloody Hell! ¡¡ALEJENSE DE MÍ!!

 

Un grupo de personas había salido de las tinieblas. Hombres y mujeres de rostros exangües, cuyas pieles mostraban sendas marcas de cortaduras, magulladuras y demás… Hombres y mujeres de rostros ávidos de desesperación y desfigurados por el dolor.

 

Lentamente, los fantasmas se acercaron a Spike y estiraron sus manos para apresarlo. El rubio se debatió furioso contra ellos, pateándolos y empujándolos, mientras farfullaba incontables insultos, uno tras otros…

 

-¡Suéltenme!- grita- ¡Váyanse! ¡Ustedes no pueden estar aquí! ¡Están muertos!

 

“Morimos por tu culpa, William…”

 

“Tú nos mataste… y ahora venimos del Infierno por ti…”

 

“Ven con nosotros, a las sombras…”

 

-¡NOOOOOOOOO!

 

El grito de Spike tiene un efecto increíble entre aquellos fantasmas. Como si de niebla se tratase, los espíritus se esfuman en el aire, dejándolo solo una vez más… Solo y agotado, en mitad de la oscuridad de aquel sótano…

 

 

 

CONTINUARA…

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