“Ruinas Rojas”

 

(Escrito por Federico Hernán Bravo y Foolforspike)

 

 

CAPITULO  V

 

 

Sala de Reuniones del Nuevo Consejo.  En ese instante

Londres  Inglaterra

 

            Todos se quedaron en silencio mirando el lugar en donde hace solo unos instantes estaba ocupado por el cuerpo de Spike.  El desconcierto era generalizado, nadie sabía que hacer.   Buffy camina hacia el centro donde él había estado y dándose vuelta dice:

           

            -¡Tenemos que encontrarlo!  -exclama Buffy mirando a Giles

            -Lo intentamos Buffy.  Pero nadie encuentra nada.  –dice Giles meneando la cabeza

            -¡Pero en un lugar debe estar Giles!  ¡No puede desaparecer así de repente!  -vuelve a repetir Buffy

            -Pero lo hizo.  –dice Xander-.  El efecto Haudini.  Le salió muy bien.  –y abre sus manos como si hiciera desaparecer algo entre sus dedos.

            -¡Haudini era cool!  –agrega Andrew achicando los ojos.

            -¡Will, por favor!  -dice Buffy mirando a Willow desesperada

            -No sé Buffy.  Esto es todo tan extraño.  –y bajando la cabeza-. Es mi culpa

            -Aún no sabemos eso.  –dice Giles seco

            -¿Y si lo es?  -pregunta Willow entrecortándosele la voz-.  Él confió en mi, y yo…..

            -No.  No nos rendiremos.  ¡No ahora!  –dice Buffy decidida y mirándola-.  ¿Will?...... –hace una pausa-.  ¿Hay algo que puedas hacer?

            -Lo intentare Buffy.  Te lo juro.  –dice Willow mientras aprieta sus manos sin piedad-.  Revisaré el hechizo aunque se me caigan los ojos en el proceso.  Y si hay una forma la encontraré.

            -Gracias.  –le dice Buffy con una sonrisa y mirando a Giles-. ¡Giles!,…. ¿crees que existan esos fantasmas que Spike dice?

            -Los psíquicos no encontraron nada.  Es sólo la palabra de Spike.  –contesta mientras se sienta en una esquina del escritorio.

            -Parecía tan asustado.  –dice Buffy recordando-.  ¿Por qué mentiría?

            -Bueno si son los fantasmas de su victimas. –agrega Xander cruzándose de brazos-.   Debe tener una legión tras de él.

            -“William de Bloody”  ¡Eso suena peligroso!  –exclama Andrew con un gesto de admiración en su cara.

            -Está bien chicos. Ustedes quédense investigando.  –dice Buffy-. Yo, yo iré a ver si puedo encontrarlo.

            -¿Dónde Buffy?  -interroga Giles preocupado-. ¡No tenemos ni idea en donde puede estar!

            -¡Lo intentaré Giles!  ¡Eso es algo!  -dice Buffy y mirándolo molesta-.  ¿Qué quieres que me quede aquí cruzada de brazos?....,  ¿esperando qué?  ¡Lo siento!  ¡No es mi estilo!

            -No Buff.  Tu estilo es preocuparte por el señor colmillitos antes que por tus amigos.  –le responde Xander enojado.

            -¡Eso es mentira!  –Buffy gira indignada su cabeza mirándolo.

            -¡Uh!, este creo que no estamos desviando del punto.  –dice Giles levantándose y agarrando un libro agrega:-  ¡Xander toma el libro! y….. ¡Cállate!  -mirando a Willow-. ¡Willow ve a ver que encuentras!  -hace una pausa-. Y yo iré hablar con los demás miembros.  ¡Veré que puedo hacer!

            -Gracias Giles.  –dice Buffy mientras cruza la puerta. 

               

………………..

 

Sótano del Edificio del Nuevo Consejo.

Londres  Inglaterra

 

            Spike siente como su energía se debilita cada vez más.  Le toma incontables minutos volver a recuperar un poco de su fuerza.  La oscuridad en torno a él es total.  Levanta su cabeza intentando escrutar entre las sombras.  Sus oídos no perciben nada.  Entonces sabe que se encuentra sólo en aquel sótano.  Inclina su cabeza, y suspira.  Lentamente intenta ponerse de pie.

            Un leve destello de luz se vislumbra en una esquina del pasillo.  Es sólo un resplandor tenue que oscila de vez en cuando como si fuera movido por una corriente de aire.  Se lo queda observando.  Los segundos se agolpan condensándose sin que nada más suceda.  Con pasos cuidadosos Spike se acerca hacia la luz.  Se detiene mira a su alrededor. ¡Nada!  Solo él, y ese frió extraño que comienza a cernirse sobre el lugar.  Frente a él la luz oscila nuevamente.

            Mueve la cabeza, no le gusta para nada esta clase de jueguitos.  La vela parece descansar indiferente en el centro de la mesa.  Una corriente de aire proveniente de una esquina vuelve a mover la flama.  De repente la luz se intensifica.  Spike gira su cabeza hacia sus espaldas y cuando vuelve a mirar el cuarto está completamente cambiado.

 

            -¿Qué demonios?

 

            Parece una vieja habitación de fines del siglo XIX.  En el centro, la rustica mesa de madera con sus sillas, unos cuantos muebles desperdigados por las esquinas con adornos viejos y cubiertos de polvo. En el frente la chimenea encendida en donde todavía crepita un tibio fuego.  Las ventanas cubiertas por cortinas gastadas y ese leve aroma a comida recalentada que destila el ambiente.

            Spike observa todo detenidamente, y es cuando una corriente helada se apodera de todo su cuerpo.  Arropándose más fuertemente contra su gabardina de cuero.  La luz de la vela vuelve a titilar. Y puede ver como en una esquina de la habitación se materializa la figura de un hombre.  Este se halla sentado con su cara aún oculta por las sombras.

            Spike da un paso a tras.  No le gusta para nada todo lo que está viendo.  Hay algo en ese lugar que lo retrotrae a su pasado y antes que el extraño alce su rostro lo recuerda.

 

            -¿Alfred?  -pregunta agrandando sus ojos en la revelación.

            -¿Aún me recuerdas?…. ¡William!  –dice el hombre levantándose.  Las sombras cubrían todavía parte de su rostro-.  ¿Cuántos años han pasado?

            -Muchos,…. ¡no los cuento!  -dice Spike mirando hacia ambos lados.

            -Si deben ser.  –dice el otro tristemente-.  ¡Estoy muerto!  No puedo saberlo.  ¡Aquí todo es diferente!  –camina hacia el, su semblante se ve cansado y macilento.  Spike achica los ojos al verlo.

            -¿Y qué es aquí?  -pregunta Spike mirándolo de reojo-.  ¿Dónde estamos? 

            -¿No lo sabes?  –dice el otro sonriendo con un dejo de malicia en su voz-.  ¿No lo adivinas?   ¡Pobre, pobre William!  -agrega burlándose.

            -Spike.  –le retruca de inmediato.

            -¡Cámbiate el nombre si quieres!  -le dice acercándosele-.  ¡Pero allí en el fondo sigues siendo el mismo!  Sólo basta rascar un poco…. –agrega al tiempo que sus manos arañan el pecho de Spike, este retrocede asustado-.  Y el pobre y solitario Willam aparecerá temblando como un gatito.  ¡Recuerdas eso!  –mirándolo a los ojos-. ¡Yo lo recuerdo!

            -Para estar muerto tienes una sangrienta memoria.  –dice Spike observándolo desconfiado-.  ¿Qué es esto Psicologisémos al vampiro?  ¡No me interesa!  -y moviéndose hacia un costado-.  ¡Paso!

            -No puedes pasar William, es tú destino.

            -¿Cuál?  El ver gente muerta.  –dice señalándolo con un dedo-.  ¡No gracias, ya vi la película!  ¡Tengo la bloody imagen completa!  -vuelve a mirar todo a su alrededor.

            -El infierno. –dice el otro sonriendo con  malicia en su voz-.   ¿Oh, qué esperabas?  Campanas y ángeles.

            -¿Y tú viniste a buscarme? –le dice Spike mofándose-.  No necesito sangrientos guías. 

            -No, yo sólo vengo a mostrártelo.  –y abriendo sus brazos-.  ¡Soy por así decirlo tú comité de bienvenida!

            -¿Y por qué tú?  -le pregunta Spike achicando sus ojos-.  ¿No es que me interese?

            -Por que fui el primero.   ¿Lo recuerdas?  ¡Porque yo si William!  –le dice rasgando su camisa y mostrándoles las heridas en su cuello.  Spike da un paso atrás alejándose.  El otro lo ve y se ríe-.  No hay escapatoria.  ¡No de mí!  ¡No de tú destino! –acercándosele-.  ¡El infierno te espera!

 

            Y una fuerza invisible arroja a Spike contra la pared agrietándola.  El se levanta sacudiendo su cabeza pesadamente, mientras otra andanada lo hace cruzar toda la habitación hasta chocar con parte de la chimenea.

 

            -¡Sientes el dolor!  –dice mientras vuelve a arrojar a Spike por los aires-.   ¡Sientes el miedo!  ¡Yo lo sentí!   -grita Alfred acercándosele.  Spike se limpia la sangre de sus labios, apoyando sus manos contra el piso intenta pararse.

            -Era un vampiro ¿que pretendías?  -Spike lo mira-.  ¡Lo siento!  ¡Ese es el juego!

            -¿Quieres que llore?  -grita al tiempo que un tajo cruza el pecho de Spike.  ¿Y quién lloró por mí?  -sus ojos brillan de odio           

            -¡Demonios!  -murmura Spike entre dientes y viendo que el otro se acerca lo golpea jadeando por el esfuerzo. 

            -¡Uh, vaya aún conservas energías!  –dice sobándose la cara y golpeándolo en el rostro-.  Pero sólo estás deteniendo lo inevitable…. ¡Willam!  -y tomándolo por las solapas lo arroja sobre la mesa-.  ¡Este es tú destino!

            -Vaya eso estuvo fuerte.  –dice Spike cada vez más agotado

            -Y es sólo el comienzo.  –inclina su cabeza-.  ¡Ellos vendrán por ti!

 

            Unos murmullos comienzan hacerse oír de entre todas las paredes.  Alfred sonríe ampliamente satisfecho mientras ladea su cabeza.

            -Ellos vendrán por ti.  –le susurra al oído.

 

            “William,  William, vamos por ti”………. “William”

 

            Y un fuerte grito escapa de la garganta de Spike

 

………………..

 

Oficina de Roger-Wyndam-Price.  Un tiempo después.  

Londres  Inglaterra

 

            Willow se movía nerviosa de un lado a otro de la oficina.  No dejaba de refregar sus manos constantemente.  La joven morena trataba de calmarla en vano.  Acercándose a ella la detuvo por los hombros.  Willow se dio vuelta y hundió su cabeza entre su pecho.  Kennedy la abrazo cariñosamente, sobándole de tanto en tanto sus cabellos.

 

            -Todo estará bien honey.   ¡Ya vas a ver!  -acariciándola-.  ¡Todo se arreglará!

            -¿Y si no sucede?  ¿Y si es mi culpa?   -Willow hace un silencio-.  ¿Y si los demás me culpan a mí?

            -No.  –dice seca y apartándola para mirarla a la cara-.  ¡Si alguien se atreve le clavaré una estaca en su maldito trasero!

            -Espero que no lo hagas.  –le dice Willow observándola seria-. ¡Oh Dios!  ¿Por qué demora tanto?

 

            Las jóvenes se dan vuelta. Un hombre entra por la puerta cargando entre sus brazos una serie de libros.  Al verlo Willow le sonríe.  Y acercándosele a él le pregunta.

 

            -¿Los conseguiste?

            -¡Claro! ¡Te dije que lo haría!  -le dice sonriendo

            -¿Conseguir qué?  -pregunta Kennedy observándolos a ambos.

            -Es un pequeño manual que nos ayudará a encontrar a Spike este donde este y traerlo de vuelta.  –le responde Willow tomando los libros de los brazos de Roger

            -Defíneme el concepto de pequeño.  –dice Kennedy al ver la cantidad de gruesos volúmenes que la chica comienza a examinar-.  En fin.  –suspira encogiéndose de hombro y mirándola-.  ¿Qué se supone que estamos buscando?

            -Un hechizo localizador.  –le informa Roger entregándole un libro.

            -Necesitamos saber con exactitud en que plano se encuentra en realidad Spike.  Si el hechizo que realice falló,…. –Willow toma una respiración-.  debe tener sus consecuencias.  Ya sabes todos los hechizos dejan rastro.  –le dice mirándola-. Y eso nos llevará a donde está Spike.  La cuestión es encontrarlo.

            -¿El rastro o Spike?  -pregunta Kennedy confusa.

            -Las dos cosas.  –contesta Roger mirando a Willow

            -Yeah.

            -¿Y qué tipo de hechizo tiene que ser ese?  -vuelve a interrogar Kennedy

            -Uno de energía.  –dice Willow sin querer mirarla a los ojos.

            -¿Cómo el que hiciste la última vez?  -pregunta alarmada-.  ¡No sé Willow, pero no me parece buena idea!

            -¿Por qué no? –la interrumpe Roger.  La chica se da vuelta para mirarlo-.  Ella es buena.  Puede manejarlo.

            -¡Claro que puedo!  ¡Vamos, baby!  -le dice Willow acariciando su rostro-. ¡Necesito que me apoyes en esto!  ¡Se que  puedo!  -se da vuelta a mirar a Roger-.  ¡No abra fallas esta vez!  -y mirándola-.   ¡Te lo prometo!

            -¡Te creo Willow!   ¡Te creo!

            -¡Debemos continuar!  –dice Roger sentándose en un sillón-.  No tenemos tiempo que perder. 

 

            Se quedan un rato investigando en silencio.  De vez en cuando se oía el ruido de las hojas pasándose.  La luz tenue del día comenzaba  a descender por entre la ventana.

 

…………………

 

Sótano del Edificio del Nuevo Consejo.  Noche

Londres  Inglaterra

 

            Spike estaba desmayado en un costado de la habitación.  Las luces se habían atenuado.   Alfred se hallaba sentado en cuclillas a su lado.  De tanto en tanto lo observaba detenidamente.  Sus ojos se encendían como carbones enrojecidos.  Y una sonrisa de placer surcó su rostro.

            Spike se movió un poco sacudiendo su cabeza.  Ante sus ojos los pies de Alfred le recordaron en  donde estaba.  Intento pararse, pero un dolor agudo cruzó por su cara.  Arrastró su mano hacia un costado de su pecho, una gruesa mancha de sangre la bañó de repente.  Spike se levanto usando toda la fuerza que le quedaba, se apoyó cansado contra el muro, sosteniéndose.  Alferd retrocedió al verlo.  Alejándose del cuerpo magullado del vampiro.

 

            -Eres fuerte.  –le dijo sonriéndole entre dientes.

            -No sabes cuanto….. ¡imbécil!  –dice Spike apretando su pecho con su mano

            -¡Mejor! ¡Lo hará más divertido!  -exclama mirándolo desde la distancia.

            -¡Eres patético!  ¡Alfred!  -le dice Spike moviéndose lentamente

            -¡Nunca aprendiste a callarte!..... ¿Verdad William?  -exclama frunciendo el ceño-.  ¡Siempre el mismo tonto sentimental!..... Pero yo me encargaré de arreglar eso…..

 

            Spike lo mira con mala cara.  De repente se oye tras de Alfred unos pasos acercándose.  Este se da vuelta sorprendido.  Spike levanta una ceja intrigado, el rostro del hombre se había transfigurado por completo.  Los pasos se escuchaban cada vez más cerca. Y de pronto como surgida por un conjuro se oye la voz de la chica llamándolo.

 

            -¡Spike!......  ¿Spike, estás aquí?...... ¡Spike!

 

            La voz de Buffy repercute como una campana en la habitación.  Spike se incorpora de repente.  El dolor comienza atenuarse.  Alfred lo mira preocupado y da dos pasos a atrás de inmediato.

 

            -¡Buffy!.....   ¡Buffy!.....  ¡Aquí!  -la llama Spike

            -¡Spike!..... ¿Spike, estás aquí?  –vuelve a repetir Buffy.  El mira extrañado.  Siente su voz,….. tan cerca,….. tan próxima a él.  Pero solo la oscuridad lo rodea.

            -¡Buffy!  –vuelve a gritar Spike con todas sus fuerzas.

 

            Por un momento la figura de Buffy se materializa en frente de él,  como si de un holograma se tratara.  Spike intenta tocarla, sin conseguirlo.  Su mano la a traviesa por completo.  Ella ni siquiera se percata de su existencia.  Se da vuelta como si lo mirara, pero sus ojos se pierden en otro mundo en el que el no está.

            La atroz carcajada retumba en el ambiente.  Alfred ríe como un poseso ante el desconcierto de Spike.  Este levanta la vista, y lo observa molesto.

 

            -¡No ves!  ¡No lo entiendes Willam!  -le dice señalándola-.  ¡No perteneces a su mundo!

            -¡Cállate!  –le grita Spike con todas sus fuerzas.

            -Te desvaneces.  El infierno te reclama.  –se le acerca-.  El es tu padre.  –toma su cara con una mano y levantándole la cabeza-.  Y quiere a su hijo. –Alfred gira su rostro para mirarla-.   ¡Ella no podrá salvarte….. William!

 

            Spike lo empuja con todas sus fuerzas, haciendo trastabillar.  Alfred se le ríe.  El esfuerzo lo ha dejado exhausto.  Coloca sus manos sobre las rodillas para no caerse. 

            Ajena a todo Buffy gira su cabeza buscando algo que solo ella ve.  Y de repente desase sus pasos perdiéndose de su vista.

 

            -¡Buffy!….. ¡Buffy!  –llama Spike con un hilo de voz.

            -¡Ya es tarde!  –le dice Alfred acercándosele-.  ¡No hay esperanza!

 

            Spike levanta su cabeza y se lo queda mirando.

           

....................

 

Interior.  Sala de Reuniones.  Minutos después.

Londres  Inglaterra

 

            Todos se miraban entre sí expectantes.  Nadie se atrevía a romper el silencio.  Willow observa a Buffy con cara de culpa.  Roger a sus espaldas coloca una mano sobre el hombro de la joven para darle ánimo.  Esta se da vuelta y le dedica una tibia sonrisa.  El hombre asiente con su cabeza.  Willow toma una profunda respiración y se adelanta unos pasos.  Mira a Kennedy que le sonríe ampliamente desde una silla.  Vuelve a inspirar una vez más.  Y con voz temblorosa dice:

 

            -Es mi culpa. 

            Todos levantan la cabeza para mirarla.

            -¿Qué cosa?  -pregunta Buffy al cabo de un rato        

-¡Todo!  –dice Willow tristemente-.  Se supone que vine a ayudar y lo único que he

 hecho es complicarlo más.  –su voz tiembla-.  ¡Lo siento!  Yo, yo no debí de haberme entusiasmado con todo eso de la energía.  ¡Es demasiado!  -exclama mordiéndose el labio.

            -¡Te lo advertí!  –le dice Giles desde su sito bajando la cabeza y mirándola.

            -¡Lo sé!  Pero, pero creí que podía manejarlo y lo hice…..  –y suspirando-.  Lo que sucede es que fue demasiado…..

            -¿Demasiado qué?  -pregunta Buffy seria-.  Lo lamento pero sigo sin entender.

            -Energía.  –le contesta Roger-.  Verán….. –dice tomando la palabra, hace un silencio y observando a Willow prosigue-.  Lo que el conjuro hizo fue desestabilizar a Spike.  En vez de estar atrapado entre dos dimensiones como estaba antes.  Lo hizo deslizarle lentamente hacia el Otro Lado……

            -Hacia el Infierno.  Querrás decir.  –dice Xander.  Roger asiente con su cabeza.

            -¿Cómo que hizo?  -pegunta Buffy de repente-.  Eso quiere decir que lo perdimos.

            -No exactamente.  –dice Willow corrigiéndola-.  En realidad no estamos seguros de ello.  –vuelve a mirar a Roger por ayuda.

            -¿Y por qué nadie detecto a los fantasmas?  –pregunta Giles sobándose la barbilla.

            -Por que ellos están del otro lado.  –responde Roger y haciendo un silencio-.  Cruzaron la línea.

            -¡Bueno que importa eso!  –dice Xander cruzándose de brazos y moviendo una mano delante de él-.  Por lo menos el tipo ya se decidió.  Era su destino.  ¡Fin del asunto!

 

            Buffy baja la cabeza y desvía la mirada encaminándose aún rincón de la sala con el ceño fruncido.  Se queda pensando en silencio y mirando a Willow le pregunta:

 

            -¡Energía!  -dice de repente-.  ¿De qué tipo Willow?

            -De cualquier  tipo.  –dice Willow-.  ¿Por qué?

 

            Buffy mueve la cabeza, y apretando fuerte sus brazos en torno a ella.

            -Hace un momento cuando estaba en el sótano creí sentir algo.  No estoy segura.  Pero juraría….. no sé.

            -¿A Spike?  -interroga serio Giles

            -No estoy segura.  –contesta Buffy dudando

            -Si Spike está todavía en este plano lo encontraremos.  –dice Willow mirándola-.  Solo necesito tiempo.

            -¿Y si ya no tiene?  -pegunta tristemente Andrew desde su asiento.

            -Será su destino.  –dice Giles apretándose los ojos.

 

            Buffy los mira en silencio.  Avanza hacia la puerta y cuando esta a punto de salir se da vuelta y dice:

 

            -Will, ¿podrías venir?

            -Seguro Buffy.

 

            Ambas salen.  Cerrando la puerta detrás de ellas.

 

            -¿Qué pasa?  -le pregunta Willow una vez afuera.

            -Este, yo em……me preguntaba si ya sabes esas cosas de la energía resultaran.  Este,….  ¿Qué pasaría?

            -¿Con Spike?  -interroga  Willow.  Buffy mueve la  cabeza afirmativamente-. Bueno el se deslizará hacia uno de los dos mundos.  ¿Por qué?

 

            Buffy mira hacia el extremo del corredor, vuelve a mirar hacia la puerta cerrada en frente a ella y tomando un amplio respiro

            -¡Gracias  Will!  ¡Ya vuelvo!

            -Pero… pero ¿a dónde vas?..... ¡Buffy!  -dice Willow sorprendida.

 

            Buffy no la oye.  Sale corriendo perdiéndose en esos laberintos de galerías y cuartos que es el consejo.

 

………………..

 

Sótano del Edificio del Nuevo Consejo.  En esos momentos

Londres  Inglaterra 

 

            El grito de dolor se deslizó pesado por todos los viejos muros del sótano.  El vampiro trataba vanamente de controlar el sufrimiento que todo su cuerpo experimentaba. El hombre ante él rió desafiante.

 

            -¿Sufres William?  ¿Sientes el dolor?  -le dice Alfred arrastrándose hacia él-.  ¡El mismo que yo sentí cuando me mataste!

            -¡Nunca es suficiente!  –dice Spike entre dientes

            -¡Yo tenía una vida!  -le grita-.  ¡Y tú me la quitaste!  –lo golpea haciéndolo dar contra una pared.

            -¿Qué quieres que haga?   ¿Qué llore sobre tú tumba?  -Spike intenta levantarse, pero no puede.  –¡Es tarde para eso!

            -¡Tú me mataste!  -vuelve a gritarle-.  ¡Tú me condenaste!

            -¡Supéralo!  -le dice Spike con un gesto de dolor en su rostro-.  ¡Hello!  ¡Vampiro!  No mucha conciencia en ese tiempo.  ¡Ya era tarde! 

            -¡Si, es demasiado tarde!  –le susurra-.  ¡Mira!  –le dice señalando la chimenea que como una boca infernal comienza a abrirse lentamente-.  ¡Te esta llamando!  ¡Vienen por ti!

           

            Los ojos de Spike se dilatan ante la imagen,  intenta moverse pero no puede.  Alfred se cruza de brazos observando sus esfuerzos.  Tras sus espaldas un grueso humo negro comienza a envolverlo.  Spike se mueve agitado mientras a lo lejos la voz de Buffy rompe con el silencio

 

            -¡Spike!.... ¡Spike!.... ¿Puedes oírme?

            -¡Buffy!  –grita Spike con todas sus fuerzas-.  ¡Buffy aquí!

            Alfred se da vuelta molesto

            -¡Pierdes tu tiempo William!

            -¡Spike!  ¡Spike!  –insiste la voz de Buffy.  Spike hace uso de todas sus fuerzas y grita

            -¡Buffy!

 

            De repente ella se detiene.  Y dándose vuelta se dirige hacia donde escucho su voz.  Spike la ve acercarse, su rostro se transforma por completo, cuando observa que ella sonríe al verlo.  Detrás de ellos Alfred grita.

 

            -¡No!  ¡Detente!  –intenta golpear a Buffy pero Spike lo detiene.

            -Ni lo sueñes amigo.  –dice haciéndolo volar hacia un extremo de la habitación.

            Buffy llega a el sin comprender lo que pasa.  Spike se derrumba por el esfuerza ella se acerca corriendo.

 

            -¡Aquí estoy!  –le dice-.  ¡Te ayudaré!  Solo tienes que concentrarte.  –y extendiendo sus manos hacia las suyas le dice-.  ¡Ayúdame!

 

            Buffy intenta tocarlo, pero sus manos solo logran atravesarlo por completo.  Spike levanta una ceja y como comprendiendo pone todos sus instintos en sentir el tacto de Buffy.  Se quedan así por segundos. Luego de un tiempo, la sensación de unas manos tibias tocando las suyas se hace cada vez más palpable.  Spike puede sentir sus manos entrelazándose de a poco.  Cada centímetro de piel es como un fuego que comienza a recorrerlo, alimentándolo.  Cubriéndolo con su calor.  Llenándolo con su energía.  Spike levanta su vista sus ojos se encuentran con los de Buffy.  Se quedan mirándose como si nada más allá de estos muros existiera.  Él le sonríe….

            De pronto siente que la pierde.  Buffy es arrojada por el aire chocando contra la pared.   Alfred la mira encolerizado y volviéndose a Spike:

 

            -¡Es demasiado tarde para ti William!  –le grita furioso-.  ¡Ella no te salvará!

            -¡No, no lo hará!  –dice Spike levantándose.  Partes de las heridas que lo cubrían se iban cicatrizando y agarrándolo de las solapas-.  ¡Ni tú eres mi verdugo!  –le dice mientras lo arroja por el aire.

            -¡Tú me mataste!  ¡Este es tu infierno!.... ¡No el mío!  –mirándolo asustado-.  ¡No me lo merezco!  ¡Es tuyo!  –grita retrocediendo

             -Me merezco el infierno.  –afirma Spike con un tono lúgubre, y mirando a su alrededor su rostro se expande en la revelación-.  ¡Pero este no es el mío!  –le dice clavándole sus ojos y haciendo un silencio-.  ¡Este es el tuyo…..Alfred!

            -¡NO!  -grita desesperado-.  ¡Estas mintiendo! ¡Tú me mataste!

            -Si lo hice.  –dice Spike y avanzando hacia él-.  ¿Pero sabes una cosa?... me acabo de dar cuenta de algo.  ¡Tú lo deseabas!  -lo señala con su mano-.  En el fondo es lo que querías.  –y sonriendo-.  ¡Sólo fui tu bloody excusa todo este tiempo!

            -¡No es mentira!  ¡No lo escuchen!  –dice gritando mientras se tapa los oídos con sus manos- ¡Es mentira!

            -No es real.  –le dice Spike con la seguridad de un verdugo-.  Ahora lo recuerdo todo.  ¡Esos malditos poemas!  ¡Esos sueños de muerte!  –golpeándolo-.  ¡Tú la deseabas! ¡La llamaste!  –y sonriéndole-.  ¡Y yo vine!  –su voz se hace profunda, dura.

            -¡Mientes!  ¡Estás mintiendo! –grita como un poseso a las sombras-. ¡Él miente!         -No.  No lo hago.  –dice Spike y mirando las sombras-.  ¿Quién está jodido?

 

            La chimenea abrió sus fauces de demonio una vez más.  Un humo oscuro los rodeo a ambos.  Alfred corrió asustado hacia un rincón huyendo de esas garras que comenzaron a atenazarlo lentamente.

 

            -¡Nooooooooooo!  -grito quebrando su garganta en un último grito.  Antes de que lo engulleran por completo.

            -Lo siento Alfred.  –dijo Spike viendo el lugar donde antes se alzara la figura del hombre-.  ¡Era tu infierno!

            Las luces oscilaron por un momento y cuando volvieron la habitación había cambiado de nuevo.  Buffy se levanta tocándose el hombro dolorido.

 

            -¡Whua….. eso fue whuaa!  –y mirándolo-.  ¿Estás bien?        -le pregunta. Spike asintió con su cabeza-.  ¿Y qué era esa cosa?  -pregunto mirando hacia el lugar donde estaba la chimenea.

            -Nuestro infierno.  –contesta Spike serio

            -¡No tiene que ser así!  –dice Buffy observándolo con una mirada triste en su rostro.  Y mirándolo le dice-.  ¡Se han ido!

            -¿Qué?  -dice Spike levantando una ceja.  Buffy le toca la cara

            -Tus heridas.  –le contesta sonriendo.  Spike se toca el rostro.

            -Si, así parece pet.  –y mirándola-.  ¡Gracias!

            -Solo fue energía de cazadora.  –dice Buffy y alzándose de hombros-.  Nada más

            -¡Un plus para el fantasma!   –exclama Spike agachando la mirada

            -Lo arreglaremos.  –le dice Buffy mirándolo

            -No me quejo.  –y mirando a su alrededor-.  ¡Es mejor que nada!

 

            Ambos sonríen alejándose del lugar. Tras de ellos, la luz de la vela vuelve a oscilar.

 

            Alfred mira sorprendido el largo y túnel que se extiende ante sus ojos.  Unos murmullos de llantos comienzan a oírse en torna a él

 

            “Alfred,  Alfred” …………    “¿Dónde estás  hijo mío?”

 

            -¡Aléjate!....  ¡Apártate! -grita desesperado a las sombras-.  ¡Noooooooooo!

 

            “Es tú destino”

 

            -¡Nooooooooooo!

 

            “Bienvenido a el”

 

            -¡Nooooooooooo!!

 

            Y la luz de la vela se apaga definitivamente.

 

Continuará…. 

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