Sin
embargo, los scooby’s no podían permitir que se fuera sin despedirse, así
que decidieron alcanzarlo en al aeropuerto y entregarle algunos presentes que
harían que nunca los olvidara: a ellos, a Sunnydale y mucho menos a su
cazadora.
Después
de una improvisada despedida, Giles decidió abordar el avión que lo llevara de
regreso a su hogar, después de tantos años, casi había olvidado que su hogar
no era el viejo Dale.
Era
el momento el vuelo 39-82 con destino a Los Ángeles y Londres anunciaba su
partida.
Sin
embargo el regreso de Giles se vería interrumpido por aquella ligera escala,
antes de viajar a Inglaterra iría a Los Ángeles.
Penal
de Máxima Seguridad. Los Ángeles, California
Ahí
estaba el vigilante, no podía creerlo después de lo que había pasado y la
primera persona que vería después de su partida, no era precisamente a quien
le hubiera gustado ver pero tenia que estar seguro que ella estuviera enterada
de tan fatal “accidente”, no sabía cuál sería su reacción, probablemente
se alegraría, después de todo era lo que siempre había buscado, la muerte de
Buffy.
-¿Qué
haces aquí?
Pregunto
su morena interlocutora con un aspecto mezclado entre sorpresa, molestia y
desilusión
-Creí
que nunca te volvería a ver, sabes el único que me visitaba era Ángel. Sin
embargo no ha venido en por lo menos tres meses. ¿Sabes que pasa? ¿Por qué se
fue tan repentinamente?
No
podía creerlo, Ángel visitando a esta psicópata, después de que trato de
matarlo le mostraba no solo compasión sino ¿afecto?
-Bien
Faith. Lo que voy a decirte es muy importante. No estoy seguro si ya lo sabías,
pero Buffy murió... aproximadamente hace tres meses. Por lo tanto tú eres la
única cazadora con la que el consejo puede contar.
Se
detuvo, un nudo en la garganta le impidió seguir hablando, decirle a aquella
chica que sabía que odiaba a Buffy, la muerte de esta y sobre todo decirle que
era la única arma del consejo para atacar a las fuerzas de la oscuridad...
simplemente era demasiado.
-Ya
lo sabía
Contesto
la chica, con un dejo de tristeza en la mirada. ¿Tristeza? Se preguntaba el
vigilante, como era posible que la chica demostrara ese sentimiento, tal vez no
saltaría de gusto pero al menos esperaba que se burlara de él o lo lastimara
con algún comentario tan típico de ella.
-¿Cómo?
¿Quién te lo dijo? ¿Cuándo?
Ahora
él hostigaba a la joven cazadora con múltiples preguntas.
-Willow,
bien no me lo dijo ella en persona, me dejo una carta preguntando si ahora era
feliz con B muerta, diciéndome que ya podía dejar la actuación de chica
arrepentida y volver a lo habitual, ya sabes, tratar de arruinar su vida.
Contesto
con una ligera sonrisa que desconcertó al caballero.
-¿Entonces...?
-No
puedo creer que tu esperaras lo mismo que la pelirroja, ni siquiera se tomaron
un minuto para conocerme mientras estuve en Sunnydale. ¡¡No puedes venir diciéndome
que la única persona que al menos trato de conocerme murió y creer que estaría
bailando de alegría!!
Contesto
ahora una ligeramente sobresaltada Faith. A lo que siguió un interrogatorio por
parte de ella y las verdaderas razones por las que el vigilante se encontraba
allí.
-Pero
¿a qué vienes realmente?, No fue para darme la noticia, debiste suponer que
cuando Willow vino a avisarle a... Ángel, ¿Cómo esta él? Dios, debe estar
destrozado con la noticia.
-Así
es Faith, obviamente no le causo un gran placer el saber que Buffy esta muerta,
por lo que sé, se fue de aquí. No dejo de pensar que se siente un poco
culpable.
-Entonces
esa es la razón por la que no ha venido. Lo entiendo. Pero... no has
contestado, ¿Qué haces aquí realmente?
-Bien,
esto es importante.
Trago
una gran bocanada de aire antes de seguir con la explicación. Lo que le iba a
decir a Faith no era algo que realmente sintiera. Él pensaba que debía de
haber otra solución. ¡Tenía que haber otra solución!
-El
Consejo te quiere fuera.
Fueron
sus palabras, pero la chica no entendió.
-Fuera,
¿De dónde?
-De
aquí, te quiere libre, eres... la cazadora.
Al
decir estas palabras de nuevo se formo un nudo en la garganta del vigilante,
pero esa era la verdad y siempre la había sido. Faith era la cazadora y no
Buffy. Importaba mas la vida de esta niña que la de su rubia desobediente.
-¿Libre?
Estas seguro, por que la última vez que nos vimos, si me querían fuera... Pero
de este mundo.
Al
decir estas palabras, volvió a salir aquella chica ligeramente cínica que
todos conocían.
-Y
que van a hacer para sacarme de aquí, sabes la condena por homicidio es un poco
extensa.
-Aún
no lo sé. Pero es lo que me pidieron. Que viniera a informarte. Que te quieren
fuera de la cárcel.
Mientras
tanto. En la oficina del director del penal.
-Por
supuesto que no puedo permitirlo.
-¿Por
qué no? Lo ha hecho antes.
Contesto
un hombre mayor, cabello cano, bien vestido y con un marcado acento inglés. Al
director del penal, quien se encontraba visiblemente sobresaltado.
-Mire
Quentin este no es cualquier caso. Esa chica nos causó grandes problemas. Sobre
todo con los medios, los teníamos encima cuando comenzó su captura y después
les pareció sospechoso que ella misma se entregara a pesar de la intensa e
ineficaz persecución de la que fue objeto.
-Señor
Travers por favor. Que más da. Ha pasado tiempo y los medios han dejado de
presionarlo.
-Esta
bien señor Travers pero no es así, además hay un elemento de la policía que
sigue atentamente este caso. Aunque sé de buena fuente que fue despedida no
puedo correr tremendo riesgo.
-Debería
reconsiderar. Podemos darle algún aliciente.
Mientras
Quentin Travers decía esta frase abría un portafolio lleno de dinero, billetes
de diversas denominaciones. Había por lo menos un millón de dólares, era difícil
saberlo a ciencia cierta, pero la cantidad debía de ser muy alta.
-Creo
que me esta confundiendo señor.
Contesto
el sobresaltado director ante tal ofrecimiento.
-Creo
que no. Debo decirle que pertenezco a una asociación muy poderosa, y lo
hemos... como decirle... vigilado de cerca. Sabemos que tipo de negocios le
gusta hacer, que lugares visita cuando busca algo de... diversión. No creo que
a sus superiores les guste saber de donde provienen algunos de sus ingresos. Y a
su esposa, cree que le gustara saber de aquella joven a la que va a ver por las
noches. Además sabemos que los papeles de sus hijos no están en regla, no
querrá que los pobres sean deportados o ¿sí?
-Ah...
claro que no.
Contesto
ahora un desconcertado y temeroso director.
-Pero,
¿Qué propone? Como le digo tengo mucha gente al pendiente de este caso en
particular.
-La
muerte. Por supuesto.
-¿Cómo
dijo?
-Así
es. Que le parece la muerte de la chica. Así evitaríamos que la policía la
comience a buscar. Ya sabe. Si se tratase de una fuga eso pasaría.
-Pero
eso es muy complicado.
-Sabemos
que la prisionera ha participado en diversas peleas aquí dentro. Sería lo más
normal que falleciera en una de estas peleas.
-Pero
todos saben que es extremadamente fuerte, rápida y posee una gran habilidad
para pelear. Sería imposible que muriera en una de ellas.
-Ya
lo sabemos, pero todo será arreglado por nosotros. No hay por que preocuparse.
-Pues...
sí ustedes arreglan todo y no mencionan mi participación. Con gusto los
ayudare.
-Bien.
-Pero,
esto no puede ser ahora. La chica debe cumplir al menos con un par de años de
su condena. Esperemos por lo menos algunos meses. Además podemos debilitarla y
hacer más creíble su... muerte.
-Entonces.
Como usted comprenderá. No podemos darle su gratificación hasta no terminado
el trabajo.
-Claro.
Lo comprendo.
-Recuerde,
en cuanto este todo listo llámeme, lo estaremos vigilando.
Y
terminaron la plática con un fuerte apretón de manos.
Mientras
Giles se despedía de la chica.
-Y
que harás ahora. Digo con B tres metros bajo tierra. No creo que tengas algo más
que hacer en Sunnydale.
-Tienes
razón. Por eso decidí regresar a Inglaterra.
-Y
el Consejo. ¿Qué opina?
-Nada.
Esto es una decisión personal y no tienen porque entrometerse.
-Entonces
es probable que no te vuelva a ver.
-Así
es. Espero que te vaya bien.
-Gracias.
Y aunque tú y la pelirroja no lo crean siento la muerte de B.
El
vigilante se despidió dejando a una Faith un tanto desconcertada.
Camino
a su celda. La chica no podía borrar las palabras del vigilante de su mente. El
Consejo la quería fuera. Como era eso posible. Sabía que cuando el Consejo
tomaba una decisión era porque esta era definitiva. No sólo era eso. Ver a
Giles de alguna forma le recordaba porque estaba ahí. Una solitaria lagrima se
asomo en su rostro. Era incapaz de creer que Buffy había muerto. Nunca le pidió
perdón. Y no tendría la oportunidad de hacerlo. No podía negar que le
agradaba la chica. Su carácter, el hecho de que sea la única persona, además
de Ángel claro, capaz de patearle el trasero y hacerla huir. Hubiera querido
arreglar las cosas con ella.
Hasta
ahora se había negado a la posibilidad de su muerte. Pero era cierto. Así como
Buffy había muerto. Ella también podía hacerlo y sabía que no estaba
preparada para hacerlo.
Si
el Consejo tramaba algo. Ella los enfrentaría sin importar las consecuencias.
Estaba decidida. Lo haría por ella y por Buffy. Como una manera de pedirle perdón
y honrarla después de su muerte, al final de cuentas Buffy nunca se dejo llevar
por el Consejo.
A
las afueras de la prisión. Giles se encontró con Quentin Travers.
-Y
bien. ¿Cómo la viste Rupert?
-Bien.
Recuperada. Ha sufrido un gran cambio en su comportamiento. Creo que las visitas
que Ángel le ha hecho han sido trascendentales. Aunque no descarto una decaída
estoy seguro que realizara sus funciones al servicio del Consejo de manera
correcta. Aunque en este momento no confía en él.
-Eso
no importa. Lo único que nos preocupa es que vuelva a ponerse en nuestra
contra.
-No
lo creo. Ha recapacitado y meditado. No la siento totalmente arrepentida de su
conducta en el pasado. Pero creo que no volvería a actuar de esa forma si le es
concedida su libertad.
-Le
hablaste de nuestros planes ¿Verdad?
-Claro.
Sé lo importante que es para el Consejo esta misión. Y le informe que la querían
fuera. Que ella es la cazadora y que tiene que hacer su trabajo.
-Bien.
Supongo que ahora si partirás a casa.
-Así
es. No tengo nada más que hacer aquí. Mi trabajo como vigilante ha terminado.
Como debía ser.
-Siento
mucho lo de tu cazadora. Buen Viaje.
-Gracias.
Se
despidieron y partieron en rumbos diferentes. Era momento en que Giles hiciera
ese viaje que lo llevaría de regreso a Inglaterra. Era momento de olvidar lo
pasado y solo recordar los buenos momentos que vivió aquí. Su trabajo estaba
finalizado y termino como debía de terminar. No había porque arrepentirse ni
porque sentirse mal.
Mientras
tanto en Sunnydale
Después
de la muerte de Buffy todo había cambiado. Sin una cazadora vigilando sabían
que los demonios y demás criaturas atacarían sin piedad y sin temor. Willow
había reparado a la Buffybot de Spike para aparentar que aún estaba la
cazadora. Mientras preparaba un plan para traer a Buffy de regreso.
Después
de analizarlo junto con Tara se decidió a llevarlo a cabo. Para eso necesitaría
la ayuda de Xander y Anya, pero por seguridad ni Spike, ni Dawn y mucho menos
Giles serían avisados, al menos no hasta esperar a ver los resultados.
-Extraño
a Buffy. Pero la vida no se acaba solo porque ella ya no esta.
-Buffy
no murió de una forma natural. Tenemos una oportunidad.
-¿Tenemos
todo lo que necesitamos?
-Es
el momento.
-¿Estas
segura Willow? Hablamos de resucitar a los muertos.
-Es
tiempo que dejemos de hablar. Mañana por la noche traeremos a Buffy de regreso.
El
ritual fue violento, al inicio unas terribles cortadas aparecieron en los brazos
de Willow, después se comenzaron a formar unos pequeños bultos bajo su piel
transformándose en una serpiente que salió e su boca, todo era parte de una
prueba, los Scooby las miraban atónitos como era posible que la bruja no les
hubiera advertido sobre las reacciones que tendría.
Todo
era una prueba se repetía Tara cada vez más consternada, mientras esperaba que
todo acabara para poder abrazar a Willow.
Sin
embargo no todo iba muy bien, unos demonios que perseguían a una herida
Buffybot, quien tenía que ir a ser reparada con Willow, aparecieron justo donde
se realizaba el hechizo. Pasaron por encima de la tumba de la rubia cazadora y
destruyeron la urna de Osiris, elemento fundamental para terminar el ritual.
Ahora parecía todo perdido, Buffy no regresaría al mundo de los vivos.
Sin
embargo, lo que habían podido hacer del hechizo resulto suficiente, el cadáver
ya descompuesto de Buffy comenzó a regenerarse hasta quedar como si se hubiese
acabado de enterrar. Una confundida y recién resucitada Buffy luchó por salir
de la tumba en la que estaba encerrada, desorientada camino sin rumbo por las
calles de Sunnydale, hasta que se encontró con sus amigos.
-Buffy...
¿eres tu?
Aproximadamente
2 meses después.
Penal
de Máxima Seguridad. Los Ángeles, California
Habían
pasado casi dos años desde que estaba encerrada y no había pasado nada inusual
desde la visita de Giles, a excepción que la habían castigado y le habían
rebajado la comida. Aún no sabía porque, se había portado bien, había hecho
sus tareas y no había peleado. Hasta ahora la dejaban salir al patio.
Estaba
debilitada a causa del encierro y la falta de alimento. Ese no era el problema,
había pasado por cosas peores desde que era niña. Pero algo la desconcertaba.
Su instinto de cazadora pocas veces fallaba. Algo le decía que iba a pasarle
algo. Sentía que alguien la atacaría de un momento a otro, pero eso era prácticamente
imposible no había salido en poco más de dos meses. ¿Quién querría hacerle
daño?
Pero
no estaba equivocada. En cuanto salió un grupo de presas la observaba. Las
conocía muy bien, desde que había llegado ahí había tenido problemas con
ellas, la molestaban y por supuesto no iba a dejar que ellas ganasen. En una
ocasión mando a una a la enfermería porque le pareció gracioso ver su comida
en la cara de Faith y por supuesto Faith no le encontraba algún chiste a
servirle de plato.
-Vaya,
vaya. Hasta que la princesa se digno a visitarnos.
Siempre
era lo mismo, la misma mujer la que la molestaba. Sin embargo nunca la había
enfrentado cara a cara. Siempre era una de sus “ayudantes” con la que tenía
que pelear.
-No
fastidies
-¿Por
qué tan molesta princesita? Será porque no has comido muy bien. No te
preocupes, aquí te tengo un banquete digno de la realeza. Vamos ¡Pruébalo!
Al
decir esto le arrojo un plato de una extraña sustancia que parecía ser comida.
Este fue a dar directo a la cara de la cazadora.
-¿Qué
te pasa, no te gusto el platillo principal?
No
respondió. Prefirió buscar algún rincón donde descansar y pasar el receso.
Había sido un terrible encierro. Recordó las palabras de Giles. Sí el Consejo
la quería fuera, tenía que portarse bien, no podía arriesgarse, tal vez le
rebajaría la condena.
Lo
que Faith no sabía era que el director del plantel le había pagado a esta
mujer para que iniciara una pelea y la dejara inconsciente, sólo eso. Un
descuido y tendría encima al Consejo. Así que era mejor hacerlo todo cuanto
antes. Si la reclusa no la dejaba inconsciente, seguro lo haría el hambre o el
entumecimiento que el encierro en las frías celdas le había provocado.
-¡Princesa!
Ven, come con nosotros, aquí te apartamos un lugar.
Era
obvio que lo que buscaba era un pleito, no se dejaría provocar. Además estaba
muy débil, seguro que si peleaba no le resultaría tan fácil como antes.
-No
molestes.
-Vaya,
la princesita se ha enojado, ¿será porque su príncipe no la ha visitado?
Eso
era lo más la molestaba. Decían que su príncipe era Ángel. Era imposible
saber como se habían enterado que no había venido a visitarla desde hace algún
tiempo. Pero lo que más le molestaba era que la llamaran princesa y se
burlaran. Sabía que si seguía ahí, terminaría por hacer caso a la rea e
iniciaría una pelea.
Así
que decidió marcharse lejos de ahí.
-Faith,
ven aquí. Come conmigo. Toma algo de mi plato. ¿Quieres la manzana?
Bien,
no todas las reclusas eran tan molestas. Había ahí gente que no debía estar
ahí. Ese era el caso de Amber. Era una chica amable y tímida. Su cabello era
rubio, sus ojos eran de un color amarillo intenso, ámbar tal vez y grandes,
parecían dos piedras brillantes. Era un poco más pequeña que ella aunque de
la misma edad mas o menos, no era afecta a las peleas mas bien le gustaba jugar
con los ratones que en múltiples ocasiones las visitaban, ya que compartían la
celda, y gustaba de leer algunos libros que Ángel le llevaba a Faith. No sabía
como había ido a parar ahí, había llegado un par de meses antes que ella.
Parecía algo de un robo a una gran empresa, papeles o algo así. Pero Faith sabía
que eso no era cierto. Había algo más que no le quería decir. Amber no era
del tipo de personas que se meten en problemas, además era extraño el hecho de
que nadie la hubiese visitado en los dos años que habían estado juntas.
-Gracias
-No
te preocupes. ¿Cómo estas? ¿Sigues sin saber por que te encerraron?
Amber
era la única persona que se preocupaba por Faith ahí dentro. Y Faith le había
tomado cariño, era como la hermana que no había tenido, tal vez si se hubiera
dado la oportunidad tendría una relación igual con Buffy, pero ya nadie lo
sabría.
Así
que no era de sorprender su reacción cuando la mujer que la estaba molestando
atacó directamente a Amber, le arrojo un plato de comida y le dio un golpe que
la mando a volar por encima de un par de mesas.
Esto
hizo que Faith explotara, se lanzó contra la mas alta del grupo, que también
era la más fuerte, de un salto la mando al suelo, ambas rodaron tirando algunas
mesas, Faith quedo sobre la líder del grupo, y comenzó a golpearla, Amber que
apenas se había podido incorporar corrió a tratar de separarlas, sabía que si
las celadoras se enteraban de la pelea castigarían a Faith, y esta no soportaría
más tiempo sin comer y encerrada en una oscura y fría celda.
Sin
embargo no pudo hacer mucho, cuando iba a separarlas otra presa le saltó encima
impidiendo que separase a su amiga de su contrincante. No supo más, le
arrojaron una silla en la cabeza y no se enteró de la suerte de su amiga.
Justo
en ese momento la corpulenta mujer cambio la posición y ahora ella se
encontraba sobre una Faith que lucía muy pequeña debajo de ella. En ese
momento un pequeño grupo de prisioneras se fue contra las dos mujeres, eran al
menos cinco personas sobre Faith. Ninguna de las reclusas hizo algo para
ayudarla, sabían que eso sería suficiente para arruinar su estancia, se ganarían
el odio de estas reclusas y probablemente terminarían muertas en alguno de los
baños.
Mientras
las celadoras corrían a detener la pelea, lo último que las reclusas vieron
antes de ser enviadas a sus celdas fue a una Faith mal herida, con un gran golpe
en la cabeza y a su contrincante no en mejores condiciones, pero al menos
consciente.
En
la enfermería
-¿Cree
que sobreviva doctor?
-No
lo sé, pero ha demostrado tener una condición física envidiable. Por
desgracia fue encerrada por mucho tiempo y además presenta una anemia
preocupante.
-Pero
necesito que sobreviva, el Consejo no me dejara en paz, me arruinaran.
-Lo
sé, pero la pelea fue muy cruel, desigual. Solo un milagro la salvaría.
-Pues
hágalo.
Después
de esto el director se fue preocupado a su oficina, a sus encargadas se les había
pasado la mano y no solo era la vida de la Cazadora, también estaba la de
Amber, ella era inocente en todo esto, además le habían encargado que la
cuidaran, nada le podía pasar a la rubia, o pagaría las consecuencias.
En
ese momento una confundida Amber despertaba. Con un tremendo dolor en la cabeza
se dirigió a la cama donde estaba su compañera.
-Faith...
Faith... despierta.
-Por
favor señorita deje a la paciente descansar.
Amber
no pudo evitar una gran sonrisa, ¿Paciente? ¿Faith? Era claro que no la conocía.
-Esta
bien, pero se va a recuperar ¿verdad?
-No
estoy seguro, tendremos suerte si logra pasar la noche. Ahora vaya a la otra
habitación a que le revise el golpe.
Faith
comenzaba a despertar, en ese momento el doctor llamó al director.
-¿Estas
seguro?
-Así
es, ya despertó, es un milagro.
-No
me importa, es el momento. Estas seguro que nadie la vio despertar.
-Así
es, la otra reclusa esta en su celda y la otra chica esta en la otra habitación.
-Bien,
ahora has el anuncio de su muerte y la llevas a mi oficina. Tengo que hacer una
llamada.
Pero
ninguno de los caballeros se dio cuanta que una rubia cabeza se asomaba por la
puerta, Amber vio a Faith despertar y la oyó quejarse, pero ¿qué tramaban?
Tenía que proteger a su amiga. Sin embargo no le dio tiempo de hacer nada. La
enfermera la llamó y le dijo que podía irse a su celda.
-Ya
esta listo todo señor. Ya se dio el anuncio oficial, ya vinieron los encargados
y se llevaron un cuerpo.
-Perfecto.
Ya están aquí las personas que vienen por la difunta.
Al
decir estas palabras una siniestra sonrisa iluminó su rostro, pensando en la
gratificación que obtendría una vez terminado el trabajo. Pero algo no dejaba
de inquietar al corrupto director. No podía dejar de pensar en lo cerca que
estuvo de perder a su rea “consentida”, no podía permitir que nada le
pasara a Amber, se le había dicho que la vida de esa rubia valía más que la
de todas les reclusas del penal.
-Y
¿Cómo esta la otra chica?
-Bien
señor, no fueron golpes graves.
-No
puedo seguirme arriesgando. Con lo que paso seguramente no dejaran de
molestarla. Tengo que encontrar una manera de deshacerme de ella.
Una
adolorida y confundida Faith despertaba y pedía que le llevasen un poco de
agua, al oírla el director tuvo una idea. ¿Por qué no? Favor con favor se
paga, estas dos chicas parecían llevarse bien y seguramente Faith la protegería,
después de todo para algo la quería el Consejo fuera de ahí.
Justo
en ese momento llegó Quentin Travers acompañado de algunos chicos del Consejo.
-¿Cómo
esta la chica?
-Un
poco adolorida, pero estable, vivirá.
-Bien,
¿Ya quedo todo arreglado?
-Así
es, ya se dio el anuncio oficial de su fallecimiento. Así que ya cumplí con mi
parte del trato.
-Perfecto,
ahora mismo le entregaré su pagó a tan buen trabajo.
-Sí,
gracias. Sólo hay una condición que me gustaría que conociera.
-¿Una
condición? ¿Cuál es?
-Bien,
sucede que tengo aquí a una chica que no debería estar aquí, me han encargado
que la cuide. Sin embargo ya ha pasado mucho tiempo, todo marchaba bien, pero a
la pobre se le ocurrió entrometerse en la pelea. Resulto herida por defender a
su chica. Por desgracia golpeo a una de sus contrincantes, y en vista de ese
accidente no la podré mantener a salvó aquí dentro. Así que pensé, en vista
de que ambas parecen haber entablado una amistad, que Faith podría cuidar de
ella durante algún tiempo. ¿Qué piensa?
-Creo
que esta equivocado, las razones por las que queremos a Faith fuera de aquí,
son porque tiene un trabajo que debe cumplir, no puede estar de guardaespaldas
de su muchacha.
-Solo
le digo que sí no cumple con este trato, su chica no saldrá de aquí.
-Pues
entonces que así sea. Sólo le digo que Faith no hace amigos, no se preocupa
por nadie y puede abandonarla en algún lugar desconocido para ella.
-Tomare
el riesgo.
-Entonces,
lleve a ambas chicas a la parte trasera del penal, ahí las estaremos esperando.
Tal
como lo habían acordado Faith y Amber fueron llevadas a la parte trasera de la
prisión. Faith aún iba bastante desorientada, solo podía sentir que se movía.
Amber llevaba consigo la mochila de Faith, única propiedad de esta cuando llego
a la prisión.
-¿Dónde
vamos?
Pregunto
una tímida y confundida Amber a los hombres que las llevaban, estos solo se
limitaron a lanzarle una mirada feroz que la congeló y enmudeció por el resto
del trayecto a la salida.
Afuera
las esperaba un par de camionetas negras, vidrios polarizados, dentro de ellas
había algunos hombres muy extraños que aparentemente las esperaban.
-¿Quién
es ella?
Preguntó
uno de ellos, alto, delgado y con una cara de pocos amigos
-Te
explicó en el camino. Ira con nosotros.
-Bien,
súbelas.
Quentin
hizo subir a Faith a la camioneta y le ordeno a Amber que hiciera lo mismo,
después cerro la puerta y la rubia no volvió a saber nada de él.
Al
poco rato ya se encontraban algo lejos del penal. Pero Amber no podía saber dónde
estaban, se había quedado dormida durante el trayecto y por lo que se había
dado cuenta tampoco Faith había despertado, sin embargo no quiso preguntar no
confiaba en esa gente sólo podía esperar tal vez Faith si pudiera hacer algo.
Faith,
la miraba dormir, bueno de hecho aun estaba algo afectada por la pelea, sabía
que aquella chica era especial aunque realmente no la conociera. Pero por
desgracia no podía permanecer con ella por mucho tiempo, la perseguían, un
amigo le había dicho que ellos no buscarían en la cárcel, no se arriesgarían,
así que ahí estaría a salvo pero ahora, al director no le agradaba y no
contaría con su apoyo solo el dinero que le dio su amigo lo logro convencer
pero aún así ya se había desecho de ella, no, no arriesgaría a Faith
simplemente no soportaba la idea de que le pasara algo malo. Por eso debía
separase de ella cuanto antes, no la podía arriesgar.
La
camioneta seguía avanzando no podían ver donde estaban, Faith comenzaba a
despertar y salvo por los golpes que traía, se notaba estable, casi recuperada
era impresionante ver como se encontraba, sobre todo para Amber que creyó que
la chica no se recuperaría en mucho tiempo, mejor así podría irse estando más
tranquila. Repentinamente la camioneta se detuvo.
-Bien
niñas, hasta aquí llegamos.
-¿Dónde
estamos?
Pregunto
una desconcertada cazadora, su primera reacción fue atacar al conductor, pero
el hombre que iba en el asiento del copiloto la detuvo, la cazadora no pudo
evitar lanzarle una mirada de asombro y desprecio tal vez no lo había visto
antes, pero no pudo olvidar las palabras de Giles, sabía que esto era obra del
Consejo
-No
te importa niña.
-¿Quién
eres? Seguramente trabajas para el Consejo. Bien,
dile a tus jefes que me dejen tranquila o sí no...
-¿Qué?
Nos golpearas hasta morir. No lo creo. Ni siquiera creo que puedas mantenerte en
pie así como estas. Fue una buena pelea. Ligeramente desigual pero... al
Consejo no deja de asombrarle lo
buena cazadora que eres.
Al
pronunciar las últimas palabras el hombre dejo notar un sarcasmo al referirse a
Faith como la cazadora.
Si
bien Faith sospechaba que el Consejo tenía algo que ver con su encierro y con
la pelea ahora no tenía ninguna duda. Se disponía a golpear al hombre cuando
sintió una mano apoyada en su hombro, inmediatamente volteo y se encontró con
la mirada de Amber, desconcertada pregunto que hacía ella ahí.
-El
Consejo la envío junto contigo, aparentemente el director del penal quería
deshacerse de ella y le pidió al Consejo que tú la protegieras.
-¿Yo?
¿Por qué querría el Consejo cuidar a esta chica?
-No
lo sé y no me importa. Esas fueron las ordenes. Ahora bajen.
Ambas
chicas bajaron entonces Faith notó que traía atadas las manos y pies, trato de
liberarse pero no pudo. Miro a Amber y vio que ella no estaba atada, traía una
mochila al hombro, mochila que reconoció como suya, no había prestado atención,
pero hacia frío y la rubia no paraba de temblar.
-¿Pueden
darle algo con que cubrirse?
Pregunto
la cazadora, justo le iban a contestar cuando apareció Quentin. Se encontraban
en un extraño poblado era un lugar que se encontraba en las cercanías de algún
desierto.
Fueron
llevadas a un pequeño hotel, las encerraron, era una habitación pequeña con
dos camas aún más pequeñas y aunque había una ventana esta no era lo
suficientemente grande como para que escaparan, ni siquiera se cerraba bien lo
que ocasiono que al abrirla entrara una corriente de aire helado, como la del
desierto debe ser, así que ahí pasaron la noche Faith le dio su chamarra a una
Amber, como una manera de pedirle perdón por haber abierto la ventana, que
parecía que iba a morir de frío.
-¿Qué
crees que nos vayan a hacer?
Pregunto
una temerosa Amber.
-No
lo sé.
-¿Tienes
miedo?
-No,
lo que sea que me vayan a hacer no me importa. Pero a ti, no te harán nada si
son lo suficientemente inteligentes.
Al
dar esta respuesta Faith le sonrío a Amber de tal manera que esta oculto su
sonrojado rostro entre la sabana que parecía servir más para un museo que para
cubrirse.
-Buenas
noches Faith.
-Buenas
mm zzzz.
Fue
la respuesta de una ya profundamente dormida cazadora. A Amber no dejaba de
dolerle la idea de tener que separarse de Faith, pero ese era su destino, al
menos sabía que los abogados le habían perdido la pista... por el momento.
A
la mañana siguiente fueron despertadas por el chofer y llevadas a otra habitación
donde Quentin habló con Faith en privado mientras Amber tomaba lo que le habían
dicho era su desayuno. No alcanzó a escuchar la conversación, sin embargo en
cuanto esta llegó al punto más importante las pequeñas voces se convirtieron
en gritos del inglés y reclamos de la cazadora que incluso un pequeño ratón
que jugaba son un trozo de pan que Amber generosamente le ofreció, salió
disparado a su agujero con todo y pan.
-¡No
puede ser posible!
-Faith
te aseguro que es lo mejor para todos.
-Lo
mejor... Me estas diciendo que quieres que desaparezca para que el Consejo pueda
hacer algo para conseguir otra cazadora.
-Eso
no es totalmente cierto y lo sabes.
-¿Lo
sé? Pues si no es cierto, entonces que es la parte que no he entendido.
-Tu
seguirás como cazadora si es lo que deseas. Y si no, puedes hacer tu vida como
te plazca, el Consejo no interferirá más.
-Bien,
pero, ¿No se supone que debo morir para que haya otra cazadora?
-Así
es, pero como te digo, el consejo arreglará ese error.
-¿Error?
Claro, no notaron que Buffy no había muerto y entonces enviaron a Sandra
-Kendra
-Como
sea. La chica murió, no era muy buena cazadora si murió tan pronto, y me envían
a mí a Sunnydale.
-Entonces
te volviste mala, ya sabes el detalle de asesinato, caíste en coma,
despertaste, golpeaste a mis chicos y después huiste a la cárcel.
-No
huí.
-Como
sea.
-¿Y
Amber? ¿Para que demonios la quieren? No les ha hecho nada y si tus chicos le
hacen algo me las pagarán.
-Vaya,
la chica te preocupa, eso es nuevo en ti, ni siquiera Buffy te preocupo tanto.
-Eso
no les importa. Y deja que B descanse en paz.
-¿Qué
Buffy descanse en paz? Entonces aún no te has enterado.
-Enterarme
¿De qué?
-Buffy...
esta viva. El vampiro no te lo dijo.
-¿Viva?
¿Cómo?
-Al
parecer una bruja la revivió utilizando un complicado hechizo, incluso consiguió
la urna de Osiris que ha sido buscada por cientos de años por miles de hombres.
Me gustaría saber quien es ella y como la consiguió.
-Willow
-¿Qué?
-Viva
y cuando fue eso.
-Hace
aproximadamente dos meses.
-Cuando
Giles vino a hablar conmigo.
-Así
es. Al parecer el no conocía los planes de esta chica.
-Y
¿Cómo esta ella?
-Honestamente
no lo sé.
-Amber,
¿para qué la quieren?
-Tu
amiga no nos sirve de nada. El director de la cárcel la puso como condición
para dejarte salir. Tienes que cuidarla o algo así.
-Cuidarla.
¿De quién?
-De...
En
el instante en que iba a contestar Amber entró de manera precipitada a la
habitación, interrumpiendo al señor e impidiendo que le dijera a Faith quienes
la perseguían.
-¡Amber!
-Lo
siento es que no has desayunado, ni usted tampoco y sus hombres salieron y me
dejaron sola.
-Bien,
como te decía, toma este dinero y vete. No quiero volver a verte Faith. Si
alguien del Consejo te ve ten por seguro que tratara de matarte. Y por la policía
no te preocupes ya nos hicimos cargo.
-Me
cuidare Quentin. No me volverás a ver.
-Bien.
Entonces llévate a la chica lejos y desaparezcan.
Travers
se fue dejando un sobre con dinero. Cuando Faith lo abrió quedo impresionada,
al parecer el Consejo había sido muy generoso.
-¡Espera!
Salió
gritando Faith.
-¿Dónde
estamos?
-A
las afueras de Los Ángeles.
-Gracias.
-Toma
esto Faith. Creo que lo querrás usar. Es de mi parte.
Quentin
le lanzó otro sobre un poco más abultado que el otro. Al abrirlo Faith miró
con sorpresa que dentro había dos pasajes de ida a Sunnydale, una estaca y un
reloj.
-Sale
a las cuatro. Faith, aprovecha esta oportunidad que el Consejo te esta dando.
Eres una chica realmente valiosa y sabemos que saldrás adelante.
-Lo
haré. Y el Consejo estará ahí para verme. Gracias.
Así,
ambos partieron en rumbos opuestos.
-Bien.
¿Adónde vamos Faith?
-Tengo
que visitar a alguien. Vamos a que conozcas a unos amigos.
-Sí.
Pero ¿Dónde?
-Vamos
a Sunnydale
Penal
de Máxima Seguridad. Los Ángeles, California
-Hola,
vengo a visitar a Faith.
-¿Cuál
es su nombre?
-Ángel,
de Investigaciones Ángel
-¿A
quién viene a visitar?
-Faith,
pequeña, cabello castaño, bonita, continuamente en medio de alguna pelea.
-Ah
sí. Lo siento señor.
-¿Qué
pasa?
-La
chica. Murió hace poco.
-¿Murió?
-En
una pelea, estaba muy débil cuando le levantaron el castigo. La provocaron e
inicio la pelea, muchas reclusas se lanzaron contra ella al mismo tiempo. Al
parecer ni siquiera despertó.
-¿Cuándo?
-Ayer
por la tarde.
-¿El
cuerpo?
-Vinieron
unos señores y se lo llevaron lo más pronto posible.
-Gracias.
-Lo
siento. ¿La quería?
-Como
a una hermana
Ángel
salió sumamente desconcertado, se culpaba por no haberla visitado en meses,
desde lo que pasó con Buffy, ni siquiera le había ido a informar. Pero algo no
estaba bien, se dirigió al hotel donde Fred y Cordelia lo esperaban. Al entrar
ni siquiera las saludo, se dirigió a la recepción, tomo el teléfono y marco
un número.
-Bueno
-Comunícame
con Buffy.
-¿Ángel?
-Sí
Willow, ¿Está Buffy?
-No.
¿Qué pasa? Me estas asustando
-Faith
esta muerta.
-Faith
¿Muerta?
-Así
es, fue ayer por la tarde. Avísale a Buffy.
-¿Qué
paso? Espera Buffy esta aquí.
-¿Sí,
Ángel qué pasa?
-Faith
-Se
escapo
-No,
murió.
-¿Cuándo?
-Ayer
por la tarde en una pelea. Pero hay algo raro y creo que el Consejo esta detrás
de esto.
-¡Ángel,
Wesley y Gunn ya están aquí! Es hora de irnos
Gritó
Cordelia desde el otro lado de la habitación, haciendo que Ángel terminara la
conversación lo mas pronto posible.
-Buffy,
tengo que marcharme
-Sí.
Adiós
Pero
Ángel ya había colgado, les anuncio la noticia. Wesley se mostró dolido,
Cordelia no hizo nada, solo mirar a Ángel que se sentía culpable por no haber
visto a Faith, Fred y Gunn se limitaron a preguntar
-¿Quién
es Faith?
Sin
embargo el trabajo no los dejo pasar mas que unos minutos, había que ir a cazar
demonios.
En
Sunnydale
-¿Qué
fue lo que paso Buffy? ¿Cómo murió?
-En...
una pelea al parecer.
Buffy
también estaba confundida, en ese momento entró Dawn a la casa y ambas
guardaron silencio, lo que inquieto a la adolescente.
-¿Qué
pasa Buffy?
-Faith...
-¿Qué
hay con ella?
-Murió.
En
ese momento recibió una llamada de Giles que se encontraba en Inglaterra y la
felicitaba por su cumpleaños. Buffy le dijo a su vigilante la noticia.
-Ya
era hora.
Sin
duda no era la reacción que esperaba del vigilante, pero cuando Buffy le
preguntó el porque, Giles se limito a felicitarla por su cumpleaños ya que no
podría hablar ese día con ella y a despedirse.
-Me
tengo que ir en este momento.
-Recordó
que Ángel se oía preocupado, Giles estaba en Inglaterra. ¿Tendría algo que
ver su vigilante en esto?
-Adiós
Buffy y... feliz cumpleaños.
-Espera
Giles...
Demasiado
tarde reacciono, Giles ya había colgado y Willow
y Dawn se fueron a la cocina
dejando a Buffy pensando en el viaje de Giles.
En
la cocina de las Summers
-Tenemos
todo lo que necesitamos
-¿Estas
segura Willow?
-Sí,
mañana por la noche todo estará listo
-¿Y
Tara?
-No
te preocupes por mí, la pelea fue conmigo no contigo y mucho menos con Buffy,
estará aquí puntual con su material.
-¿Qué
hacen chicas?
-Nada
Buffy, le explicaba a Dawn como se pueden leer las tortillas.
-Interesante.
-Sí
Buffy, en cuanto aprenda, gustosa leeré las tortillas que prepares aunque debe
ser muy difícil saber que significan esas cosas deformes a las que llamas
tortillas.
-¡Dawn!
-Bueno,
me voy a la tienda
-Adiós
Willow
En
algún punto entre Sunnydale y Los Ángeles
-¡Es
completamente estúpido!
-Cálmate
Faith.
-¿Qué?
¿Calmarme?
-Ese
camión nos abandono a mitad del desierto y quieres que me calme
-Pero
fue nuestra culpa
-¿Nuestra
culpa? Claro, si no te hubiera dado hambre
-No
me dio hambre, la que se bajo a comer fuiste tú.
-Ahora
me culpas
-No,
solo digo que tal vez si corremos lo alcanzamos en la siguiente estación.
-No
sé dónde esta la otra estación y no voy a perseguir un camión que Dios sabe
en donde va.
-Entonces...
¿Cómo vamos a llegar a Sunnydale?
-Caminando,
corriendo, pidiendo aventones, como sea... tenemos que llegar.
En
eso una camioneta pasaba, Amber le hizo una señal, la camioneta se detuvo y
ambas chicas subieron.
“La
Caja Mágica”, Sunnydale
-¿Qué
pasa Willow?
-Nada,
no estoy segura que es lo que vamos a hacer.
-Podemos
llevar bailarines, Xander quiere unas chicas en su cumpleaños.
-¡Anya!
-Tú
lo dijiste.
-Will,
¿Qué tienes planeado?
-Un
pastel, globos y nada más, alguna idea.
-¡Un
payaso! Conozco un demonio-payaso que hace trucos con hámsters petrificados.
-Gracias
Anya, pero creo que a Buffy no le gustan los animales petrificados ni los
payasos.
-No
te preocupes, sé de un lugar donde va gente como ella que le tiene miedo a tan
amables y pálidas criaturas.
Esta
vez el grito fue por parte de ambos.
-¡Anya!
-Y
¿Tara? ¿Vendrá?
-No
lo sé, creo que es una buena ocasión para hablar con ella, Dawn la invitó
pero no esta segura de que venga, espero que así sea.
-¡Sorpresa!
-¿Qué
te pasa Anya? ¿Cuál sorpresa?
-La
fiesta, una fiesta sorpresa.
-¿Una
fiesta sorpresa? No es mala idea. Por eso me agrada mi chica.
-Y
¿Cómo planeas sorprender a la cazadora?
-Spike
-¿Spike?
Sí, él podría ser una buena sorpresa.
-No,
él puede distraerla por la tarde mientras preparamos todo en su casa, ya sabes
la comida, los regalos, adornos, horribles sombreros y la diversión.
-Claro,
puedo llevar un mago que aparezca conejos.
-Muy
graciosa, como si un mago pudiera controlar a esas horribles bestias.
-Es
buena idea Willow, además creo que hace falta algo que anime a Buffy.
-Tienes
razón. Iré a hablar con Spike, estoy segura que aceptara.
-Bien.
Ve. Yo cerrare la tienda y, me iré con Xander a nuestro hogar.
En
alguna cueva de las muchas en Sunnydale había unas pequeñas criaturas con
capuchas obscuras, solo relucían sus ojos a través de las sombras. Eran cinco
o seis criaturillas
-Esta
todo listo. Mañana al atardecer eliminaremos a la pequeña cazadora.
-Ja
ja ja ja ja ja ja ja.
-Así
es, la pequeña cazadora
Willow
y Dawn fueron a la cripta de Spike a tratar de convencerlo para que distrajera a
la cazadora mientras preparaban la fiesta.
-Tienes
que hacerlo
-No
-Vamos
Spike, será divertido y pasarás tiempo con Buffy.
-Ya
te dije que no.
-Vamos
Spike, hazlo por mí.
Sonó
al fondo de la cueva una súplica
-Vamos
pequeña, no quiero hacerlo, quiero alejarme de todos ustedes. No es por ti. Es
por ellos.
-Entonces
Hazlo por Buffy.
-Buffy...
-Esta
bien. Pero será por solo un par de horas y después del atardecer.
-Gracias.
-Gracias
Spike.
Dawn
se despidió del vampiro con un beso en la mejilla.
-Vamos
Dawn, tenemos una fiesta que preparar.
En
la casa Summers.
-¡Ya
llegué!
-Hola
Buffy
-¿Cómo
estuvo tu cacería?
-Muy
bien, ya sabes algunos vampiros por aquí, demonios de formas indescriptibles
por allá, lo de siempre.
-¿Cómo
te sientes?
-Bien...
¿Por qué?
-Faith
-Ah
sí. Sé que van a decir que tal vez estoy
loca, pero no creo que haya muerto.
-¿Estas
segura? Ángel se oía muy convencido por le teléfono.
-Ese
es el problema, creo que Ángel la esta protegiendo de alguna manera.
-Crees
que escapó y Ángel te dijo que estaba muerta para que no la persiguieras.
-No
lo sé. En cuanto a Faith se refiere, Ángel y yo nunca estamos de acuerdo, él
siempre la apoya.
-No
lo creo Buffy, Ángel nunca te ocultaría algo así.
-Ya
lo hizo una vez. Siempre es ella la que gana. Pero no quiero seguir hablando de
Faith, me voy a dormir. Hasta mañana Willow. Buenas noches Dawn
-¡¿Dawn?!
No deberías de estar dormida.
-Sí,
pero Willow me estaba explicando algo de geometría que no entendía.
-Bien,
pero ya vete a dormir o no querrás levantarte temprano mañana para ir al
museo.
-Sí.
No te preocupes. Buenas Noches.
-Buenas
Noches.
-Hey
Buffy.
-¿Sí?
-Feliz
Cumpleaños
-Gracias
Buffy
se fue a dormir, estaba muy cansada por la cacería, por alguna razón no había
visto a Spike y mejor así. Además la cabeza le dolía, todo ese asunto de
Faith, que tal vez esa loca, psicópata y demente este fuera de su encierro
tramando quién sabe que cosa y ella ni siquiera estaba segura si Faith estaba
lejos de ahí o ya estaba cerca. Además el hecho de que ya se iba a convertir
en mayor de edad, llegar a los veintiún años con seis de cacería nocturna, un
par de relaciones horribles con chicos que se van, una madre muerta, una hermana
que no existía, dos muertes propias y una resurrección a cuestas, era increíble
como había logrado pasar de los veinte. Aunque bueno... no lo había hecho.
Esa
madrugada, a las afueras de Sunnydale un par de chicas se encuentran caminando
por la autopista.
-Te
dije que ese camión no era.
-No
es mi culpa, tú le hiciste la señal para que nos llevara
-¡Cállate
y camina! No falta mucho para llegar.
-¿Adónde
vamos? ¡Exactamente!, Llevamos horas viajando y no me dices a donde vamos.
-No
te preocupes, ya estamos muy cerca.
Justo
frente a ellas se levanta un gran anuncio amarillo con grandes letras blancas,
aunque notablemente reconstruido en varias ocasiones, donde se leía
“Bienvenidos Sunnydale”.
-Bien,
ya estamos en Sunnydale, ahora ¿qué?
-Buscaremos
a Buffy
-La
chica que murió
-Así
es, esta viva y quiero ir a verla.
-¿Crees
que te recibirá?
-No
lo sé, tal vez si, me querrá dar una paliza acompañada de sus amigos, el
gracioso Xander y Willow la bruja.
-¿Una
bruja?
-Algo
así. Por otra parte estoy segura que Giles ya le dijo que estaba fuera de la cárcel,
así que tal vez me esperan.
-¿En
la madrugada? Claro, seguro te tienen una fiesta sorpresa.
-Tienes
razón, vamos sé donde podemos quedarnos.
Ambas
se dirigieron al centro de la ciudad, pasaron frente Expresso Pump donde se
detuvieron a comer algo, justo en ese momento, Tara pasaba por ahí para ir
camino a la universidad donde se estaba quedando con un amigo ahora que ya no
vivía con Willow y no podía recuperar su habitación, Scott era una buena
elección, aunque no estaba segura si era ella creyó reconocer a Faith pero no
a la otra chica se iba a cercar cuando Scott llegó por detrás gritando su
nombre.
-¡Tara!
¡Tara!
En
ese momento Faith volteó pero no pudo reconocer a Tara. Aunque no la conocía
muy bien, y tal vez se confundía, sobre todo cuando la vio saludar al chico.
-¿Qué
pasa Faith?
-Nada,
creí ver a alguien
-Scott.
¿Qué haces aquí?
-Nada,
salí a comprar algunas cosas, pero la tienda de magia esta cerrada, ¿No se
porque ha cambiado tanto en los últimos meses?, Y al voltear te vi. ¿Qué
haces aquí? ¿Quién es ella? ¿Nueva conquista?
-N-n-no.
E-e-es alguien a quién confundí con otra persona. I-i-iba a la universidad.
Tara
no pudo evitar sonrojarse, realmente nadie a excepción de Scott le hablaba tan
abiertamente. ¿Otra conquista? Como si ya hubiera olvidado a Willow.
-Vamos,
Tara, ya es muy noche
-Voy,
quiero ir por un café.
Tenía
que asegurarse que la chica de la cafetería no era aquella chica que cambió de
cuerpo con Buffy.
-En
la habitación hay café, ya vamonos, además ya me quiero dormir.
-Bien,
ya vamonos.
Así
que se fue con Scott, quien era un excelente estudiante y muy dormilón, ese
chico era adorable, aún recuerda como lo conoció cuando acababa de entrar a la
Universidad.
Desde
que lo vio caminando por el campus le había gustado, al principio la confundió,
nunca se había sentido así mucho
menos por un chico, pero él era algo especial. Alto, cabello oscuro, casi negro
y un poco largo, ojos violetas muy oscuros nunca los había visto, una gran
sonrisa, delgado pero con un buen cuerpo, seguramente era deportista, vestido
siempre en colores oscuros pero elegantes, pantalones de piel y camisas largas
siempre ceñidas a su cuerpo. Además era inteligente, le gustaba la historia,
la mitología, la teología y la literatura sobre todo la antigua, era un chico
muy especial.
Como
siempre él fue el primero en hablar, lo que la asusto, pero Scott fue muy
amable.
-¿Sabes
como llegar al gimnasio?
-N-n-no.
E-estoy pe-perdida
-Yo
también. Soy Scott.
-Ta-tara
-Bien
Tara, dime adónde vas, tengo un mapa.
-N-n-no,
gracias. No te quiero molestar.
-No
es molestia, de cualquier manera ya no llegué a la practica. Mira, es un mapa
real.
Cuando
se lo mostró Tara se puso sumamente nerviosa, tiró el mapa, cuando trato de
recogerlo sus libros cayeron y Scott los levanto rápidamente.
-“Historia
de la brujería”, es bueno aunque me gustan materias menos complejas.
-¿Qué?
-Sí,
ya sabes sobre mitología, historia, si no los vas a usar para que pierdes tu
tiempo.
Le
dijo con un guiño y le mostro un libro que traía “Hechizos y Posiones para
principiantes 2”
-Puedes
creerlo, ni siquiera hay un volumen 1, eso es lo místico del tema.
-Ah
¿si?
-Sí,
aunque no me gusta la brujería, respeto a la gente que la practica. Conoces
“La Caja Mágica” es una tienda muy buena que vende cualquier cosa que
necesites.
-No,
acabo de llegar a Sunnydale.
-Yo
también, llevo aquí solo unas semanas. Entonces, quieres que te diga donde
esta “La Caja Mágica”.
Tara
asintió sintiendo que su rostro se encendía cuando Scott la tomo de la mano y
la llevo por el campus hasta la tienda de magia. Podía escuchar los murmullos
de los chicos y las chicas alrededor, aparentemente Scott era ya un chico
popular y sentía como las chicas le lanzaban miradas de desprecio y envidia al
verla de la mano de aquel apuesto joven.
La
llevo a la tienda, después fueron a tomar un café y desde entonces son amigos,
aun cuando había atracción entre ambos, Scott siempre supo que Tara no era
para él y aún así la supo comprender y ser su amigo. Cuando Tara conoció a
Willow en el círculo wicca él fue el que le dijo que la buscara, le hizo caso
y encontró al amor de su vida, sin embargo tuvieron que separarse Willow y la
escuela no le dejaban tiempo para ver a su amigo que también estaba muy ocupado
en cursos especiales y sobre todo en esa beca que ganó para estudiar un tiempo
en Inglaterra. Era impresionante la manera que ganó esa beca, sobretodo
superando a los de último año.
Era
un chico adorable. Acababa de regresar de Londres, había pasado poco más de un
año allá. Y aunque ahora era un poco más serio no dejaba de ser el chico
adorable que siempre había sido. Sin duda lo había extrañado mucho sobretodo
con lo de Willow y Glory. Pero ahora él estaba aquí para darle todo su apoyo y
para darle su sofá, aunque le había dado su cama y él dormía en el sofá
realmente lo había extrañado.
-Tara
ya es hora de dormir.
-Si,
ya voy
No
podía evitar sentirse inquieta, sí la chica de la cafetería era Faith tenía
que avisarle a Willow. Willow, mañana la volvería a ver, después de la pelea
la había visto muy pocas veces en la escuela, ni siquiera se saludaban. Pero mañana
la volvería a ver, le hablaría. No hubiese aceptado ir a la fiesta de Buffy de
no ser porque realmente la apreciaba, desde que la defendió de su padre, le
tomo un cariño muy especial, y Dawn, quería a esa niña como a una hermana,
como decirle que no. Ya no se podía retractar, tendría que ir a esa fiesta
aunque el corazón se le rompiera en mil pedazos al ver de nuevo a su chica.
-Vamos
Tara, ¿Qué haces pegada a la ventana?
-Nada,
irás conmigo a la fiesta ¿No?
-Claro
que no. No voy a interrumpir tu reconciliación con la pelirroja. Además ni
siquiera conozco a los chicos que estarán ahí.
-Pero
tú lo prometiste. No voy a ver a Willow y te puedo presentar a los chicos.
Vamos es un favor que le hago a Dawn.
-Como
sea, además no puedo, tengo un examen por la mañana.
-¡Pero
es sábado!
-Es
por parte de la escuela en Londres. Es muy importante. ¿Qué te parece si voy
por ti mas tarde y te invitó a cenar?
-Esta
bien. Te estaré esperando.
-Bien,
pero puedes irte a dormir.
-Sí,
buenas noches.
-Buenas
noches.
Cerca
de Expresso Pump. Amber y Faith subían por una escalera que se encontraba al
final de un callejón. Al subir entraron a un departamento que parecía
abandonado.
-¿Qué
estamos haciendo?
-Buscando
un lugar para vivir.
-Claro,
nos metemos a un departamento extraño. ¿Qué sigue? Ya sé. Atacaremos a los
dueños y les pediremos dinero. Espera, el Consejo te dio dinero y te pidieron
que no te metieras en problemas. ¿Qué hacemos?
-Este
departamento era del alcalde, él me lo dio.
-Si
este departamento es tuyo, ¿Por qué forzamos la ventana?
-Porque
obviamente no tengo las llaves.
Encendieron
las luces, pero descubrieron que no había nada, encontraron unas cajas con algo
de ropa, se cambiaron e improvisaron una cama donde pasaron la noche.
-¿Qué
vas a hacer mañana Faith?
-Voy
a buscar a Buffy.
Al
otro día por la mañana en la casa de las Summers.
-Buffy
ya despierta, me están esperando en el museo.
-Dawn
puedes irte tú sola. Tengo que ir al banco creo que esta vez sí podrán
hacernos un pequeño préstamo. Dile a Willow que te prepare el desayuno
-Willow
no esta.
-¿Dónde
esta Willow?
-No
lo sé. Date prisa o no llegare y el profesor Valmont no me dejará entrar con
el grupo entonces tú tendrás que acompañarme para poder visitar el museo y sé
que no te agrada todo lo que tenga que ver con la escuela.
-Esta
bien Dawn. Por cierto ¿Willow te menciono algo de Spike?
-¿Spike?
No ¿Por qué?
-Me
dijo que Spike quería verme hoy por la tarde. Hey tal vez me quiera dar un
regalo de cumpleaños.
-Seguro
-¿No
crees que Spike quiera darme algo de cumpleaños?
-Creo
que vendría a la casa a dártelo. Tal vez quiere que lo ayudes con algún lío
de gatitos.
-Tal
vez. Bien ya vamonos.
Buffy
y Dawn pasaron toda la tarde en el museo. Como siempre a Buffy se le hizo tarde
y se perdió. Willow fue a “La Caja Mágica” para avisarles a Xander y Anya
a que hora tenían que estar en la casa para la fiesta.
-Spike
va a entretener a Buffy hasta después del atardecer. Después la traerá a la
casa donde la estaremos esperando.
-No
puedo cerrar temprano.
-Vamos
Anya, por un día no pasara nada.
-Xander
tiene razón además no podríamos comenzar la fiesta sin ustedes.
-Esta
bien. Pero prometiste que no habría conejos.
-Lo
cumpliré. De cualquier forma no pude conseguir al mago. Entonces los espero ahí.
No lleguen tarde.
Ya
por la tarde todos los scooby’s estaban listos para la fiesta. Anya había
decidido cerrar temprano “La Caja Mágica”, Xander había comprado los
vasos, el hielo y los gorritos. Spike se había unido a la causa y ofreció
llevar algunos gatitos lo que le agrado a Dawn sin embargo Willow prefirió que
los guardara para él. Además ya había ayudado mucho llevándose a Buffy por
unas horas, pese a que Willow se opuso, Dawn decidió ir con Buffy y Spike de
cacería. Willow por su parte se había dado la tarea de preparar las
diversiones no-mágicas, después de todo Tara iba a venir, y la comida. Tara
llevo el pastel y algunas golosinas a petición de Dawnie.
-Ya
esta todo listo.
-¡Que
comiencen las celebraciones!
-¡Anya!
-Tenemos
que esperar a que lleguen.
-Entonces
no entiendo porque hicieron que cerrará temprano la tienda.
-Están
a punto de llegar. Tara no quieres tomar algo.
-No
Willow gracias. Espero que Buffy no tarde mucho.
-No
te preocupes ya llegará en cualquier momento.
-Si
es que alguien vendrá por mí y le prometí que no tardaría.
-¿Alguien?
Willow
no pudo evitar que se dibujara en su rostro una expresión de tristeza y
desilusión. No habían hablado en semanas, solo la había visto pasar en la
universidad, tal vez un saludo pero no más, ni siquiera sabía donde estaba
durmiendo, esta podría ser una buena ocasión para la reconciliación, pero
alguien la esperaba. Era de suponerse que no estaría mucho tiempo sola. No es
que Willow creyera que Tara era capaz de conseguirse a alguien mas, tampoco que
Tara dependía de ella solo sabía que alguien como ella no estaría sola por
mucho tiempo.
Al
mismo tiempo Tara no podía evitar sentir como su corazón latía mas y más
fuerte cada vez que Willow le dirigía una mirada. Dios con solo una mirada y
podía leer su mente, pero eso era lo mejor, era por su bien y si la quería tenía
que dejar que ella se diese cuenta de su error. Sólo esperaba que Willow no
viera a Scott o sí no todo terminaría para siempre.
En
ese momento afuera de “La Caja Mágica”
-No
entiendo, aquí dice que cierran hasta las nueve de la noche. ¿Por qué esta
cerrada ahora? Era el único lugar donde me dijeron que Buffy podría estar a
esta hora.
-Tal
vez tuvieron algo que hacer.
-No
lo creo. Supongo que tendré que ir a casa de Buffy. A la universidad no puedo
porque probablemente estará ahí la bruja. Pero Buffy no debe estar en su casa,
tal vez este patrullando.
-Entonces
la buscamos por toda la ciudad, vas a su casa, vas a la universidad o la buscas
mañana temprano.
-Mañana,
ahora quiero divertirme. Vayamos a arreglarnos y te llevaré a un lugar
divertido.
-¿Dónde?
-Al
Bronze
Eran
cerca de las siete cuando Buffy, Spike y Dawn regresaban a casa. Había sido una
cacería muy ocupada, Buffy estaba cansada y solo quería llegar a su hogar, por
otra parte Dawn estaba emocionada con el patrullaje y Spike solo quería dejar a
Dawn en algún lugar donde algún demonio la callara.
-No
puedo creerlo. ¿Viste como golpeé a ese vampiro?
-Si
Dawn todos lo vimos.
-Claro
pequeña tienes un buen brazo derecho no como tu hermana.
-¡Spike!
-Tengo
razón Buffy. Un vampiro nunca te había dado tantos problemas.
-Hubiera
sido más fácil si no hubieras corrido al basurero a recoger esa caja con
gatitos. Además estaba cansada porque en la mañana fui con Dawn a un museo de
cosas raras donde caminamos por horas.
-Era
arte. Y ni siquiera recorrimos la nueva exposición que el profesor Valmont
recomendó.
Justo
Spike iba a decir algo sobre el arte cuando los gatitos que traía en la caja
comenzaron a saltar. Buffy volteó y vio unas cosas que estaban cerca de la
casa, se apresuró a alcanzarlos. No dio tiempo a que Dawn o Spike la alcanzaran
y avisaran a los otros para que se prepararan.
-¡Sorpresa!
Buffy
no sabía que hacer por un segundo olvido que había algo raro afuera de su
casa, recibió un abrazo de los chicos y algunos regalos. Afuera Spike y Dawn
fueron a la parte trasera de la casa a ver que eran esas cosas vieron que había
unos sujetos pequeños cubiertos con capuchas púrpuras que huían hacia el
bosque eran cinco o seis y aparentemente acababan de realizar un hechizo.
Una
densa nube color violeta envolvió la casa, se metió por las ventanas y la
cubrió totalmente. Spike decidió entrar a la casa a ver si todo estaba bien,
después recordó que esperaban a Buffy así que debió distraerse con la fiesta
y por eso tardaba tanto.
Echó
a correr hacia el bosque con Dawn por detrás para saber si los sujetos pequeños
aún estaban ahí. Sin embargo no los encontró. Pero encontró un objeto de
metal parecía una medalla la echo en su bolsillo y fueron a la casa.
Entraron
por la puerta trasera. No se escuchaba algún sonido. Era raro porque si se
trataba de una fiesta todos deberían de hacer ruido. Sin embargo tal vez el
hechizo les hizo algo. Dawn corrió a la sala donde vio algo que no esperaba
ver. Lo único que el impacto le permitió hacer fue dar un paso hacia atrás
tirando las bebidas. Spike al oír romperse algo fue directo a la sala donde no
pudo articular palabra.
Una
pequeña niña rubia de cómo seis años se colgó del abrigo de Spike, una niña
pelirroja aproximadamente de la misma edad se soltó a llorar cuando la niña
rubia de ojos cafés y el niño de cabello negro la empezaron a perseguir. Ellos
también parecían de cinco o seis años. Dawn trató de detenerlos pero el
chico le lazó una almohada en la cara. Todos parecían histéricos, bueno no
todos, había una pequeña niña rubia de mirada dulce y azul que estaba
escondida en un rincón entre la pared y uno de los sillones.
Spike
se libró de la rubia y comenzó a llamar a Buffy.
-¡Buffy!
¡Buffy! Donde diablos estas.
-Aquí.
-¿Dónde?
-Aquí
abajo.
Spike
volteó abajo y vio que la pequeña rubia le hablaba.
-¿Tú
eres Buffy?
-Sí.
-¿Qué
demonios te paso?
-No
sé.
-¿Sabes
quién soy?
-No.
-Spike.
Soy Spike.
-Y
¿Quién es ella?
-Dawn,
no la recuerdas. Es tu hermana.
-No.
-Ellos
son...
-No
sé.
-¿Willow?
Pregunto
Dawn a la pequeña pelirroja que estaba en el tercer escalón tratando de huir
de Xander y Anya.
-Presente.
Xander
comenzó a reírse y le dijo que Dawn no era la maestra.
-¿Xander?
-Sí.
-¿Anya?
-Sí.
¡Aaaaaaaaaaaah!
El
gritó hizo que Spike volteara y vio a la pequeña rubia de ojos azules abrazada
a un conejito de peluche, Anya la volteó a ver y empezó a gritar cuando ésta
le ofreció el conejito.
-Y
supongo que tú debes de ser Tara.
-S-si.
-¿Qué
les paso?
Tara
levantó los hombros y fue al lado de Anya.
-No
sé pequeña. Debió ser algún tipo de hechizo.
-Tal
vez fueron las cosas que estaban afuera de la casa.
-Tal
vez.
-¿Qué
hacemos?
-Tratar
de controlarlos y averiguar que les paso.
-No
creo que sea muy difícil contro... ¡auch!
Xander
golpeo a Dawn mientras huía de Willow que lo perseguía con una almohada. Tara
consolaba a Anya mientras le lanzaba el conejito a Spike.
En
ese momento Spike y Dawn se dieron cuenta que los niños estaban medio vestidos
con sus camisetas, aunque estas no los cubrían muy bien porque se les caían.
-Primero
tenemos que conseguirles ropa y marcarlos con algo para que no se pierdan. Creo
que no se reconocen entre ellos.
-¿Dónde?
¿En una tienda? No tengo dinero pequeña. Pero puedes ponerles un pequeño
cartel con su nombre.
-Creo
que en el sótano hay una caja con ropa mía y de Buffy de cuando éramos pequeñas.
Bueno... ahora ella es pequeña... otra vez.
-Date
prisa.
Spike
trataba de controlar a los niños pero estos no dejaban de perseguirse unos a
otros. Tara que al principio estaba muy asustada se unió a los demás cuando
Willow la invitó a jugar.
Anya
corrió a la escalera cuando Xander le enseñó el conejito. Willow y Buffy
empezaron a perseguir a Xander y Tara corrió a ayudar a Anya cuando ésta rodó
por las escaleras. Spike se asustó y se lanzó para atraparla pero se golpeó
la cabeza con un escalón, lo que hizo que Anya cayera sobre él.
Dawn
regresó con una caja llena de ropa para niños. Spike se transformo en vampiro
y comenzó a gritarles.
-¡Vengan
aquí en este mismo momento!
Sin
embargo en vez de asustarse los niños comenzaron a reírse.
-¡Hey!
¿Quieren pastel?
Gritó
Dawn captando toda la atención de los niños, Spike se volvió a transformar en
humano y llevo a los niños a la sala donde comenzaron a tomar las golosinas que
Tara llevó. Y gritaban impacientes al saber que el pastel venía en camino.
-¡Sí!
-Bien.
Pero se tienen que quedar quietos mientras les pongo algo de ropa.
Dawn
revisaba en la caja y buscaba algo de ropa para cada uno. A Buffy le puso un
pequeño overol de mezclilla con una playerita verde. A Xander le encontró un
traje de marinerito. A Willow le puso un short y una sudadera blanca. A Anya le
dio una faldita y una playerita sin mangas y a Tara un vestido color azul, el
favorito de Dawn cuando ésta tenía esa edad. También les puso un cartel
alrededor del cuello porque cada que se querían hablar entre ellos lo hacían
por cualquier tipo de palabra menos por su nombre.
Dawn
llevó la caja a la cocina y le dijo a Spike que revisaría en la recamara de
Buffy mientras él buscaba donde Willow. Mientras tanto, los pequeños
comenzaron una pelea por las golosinas.
-Noooooo.
Dame eso “marinerito”
-Ahhhhhhhh.
Xander
corrió con la bolsa de las golosinas huyendo de Buffy que quería una paleta de
caramelo. Willow los seguía con la mirada pensando en unirse a la carrera.
-¿Quieres
un poco?
-¿Eh?
Ah, sí gracias Tara.
-¿A
mí no me das de tus dulces?
Pregunto
Anya a Tara cuando vio que ésta le dio a Willow un chocolate, inmediatamente
Tara metió su pequeña mano en la esquina del sofá y sacó un puñado de
dulces.
-Si
los dejaba afuera Xander o Fuffy se los comerían.
-Jajajajajajaja...
no es fuffy, es Buffy.
-P-perdón.
-No
te preocupes, no les diré na... ¡aaaaaah!
Anya
gritó de nuevo cuando Xander arrojó el conejito al sofá ya que le estorbaba
para huir de una enfurecida y llena de pastel Buffy.
-Espera
marinero.
Tomo
la bolsa que Xander había tirado, tomo los dulces que Tara tenía en la mano,
ante la mirada atónita de esta ¿quién se creía para tomar sus dulces?, puso
todo en la mesa y dijo de manera solemne arriba de la mesa de centro...
-Bien,
somos cinco así que propongo repartir los dulces igualitivamente.
-Equitativamente
-No,
me tocarían menos.
-Jajaja,
no, se dice equitativamente.
-Oh,
gracias Villow.
-Es
Willow.
-Disculpa,
pero no me gusta que me corrijan. Especialmente si es alguien con el cabello tan
rojo.
-¿Cabello
rojo?. Mira quien habla fenómeno extraño.
-Creo
que su cabello es lindo.
-Gracias
Tara, también me gusta tu cabello.
-¿Fenómeno
extraño? Ya te viste el traje “marinero”
-Soy
Xander, no marinero. Ya verás.
Xander
se lanzó sobre Buffy e iban a iniciar otra pelea de no ser por Anya que se subió
a la mesa y comenzó a repartir los dulces entre ella, Willow y Tara ya que
parecía que Buffy y Xander disfrutaban mas pelear que comer dulces.
-Bien,
Tara toma.
-Gracias.
-No
hay de que. Willow estos son para ti.
-Y
¿todos esos que sobran? ¿Son para Buffy y Xander?
-¡No!
Son para mí. Al ser el cerebro de la operación me tocan más.
-Hey
-Esta
bien marinero, te daré algunos y a Buffy también.
-Gracias.
Perdón por lo del cabello rojo Will.
-No
hay problema.
Se
sentaron todos, la sala estaba sucia, había pastel por todos lados, pero los
pequeños estaban en paz disfrutando de sus golosinas.
En
“La Caja Mágica” Spike y Dawn llegaron con los cinco pequeñines, aunque
con un poco de problemas, cando salieron de la casa Buffy echó a correr como
desquiciada casi es atropellada, de no ser porque Spike la alcanzó a lanzar a
la casa de enfrente. Pero eso a Buffy no le gusto por lo que empezó a berrear
sin que nada pudiese callarla, por desgracia contagio a Anya quien también
lloró, Xander la trato de consolar escapándose de la mano de Dawn que estaba
distraída tratando de que Willow y Tara cruzasen la calle, la pequeña rubia
no quería y si ella no cruzaba, Willow no lo haría, así que al tratar de
cargar a Tara, Xander se soltó y corrió hasta donde estaban Spike, Buffy y
Anya.
Dawn
corrió al escuchar llorar a su hermana, Tara la siguió y Willow que estaba
distraída viendo a una luciérnaga se paralizó al verse sola en medio de la
noche hasta que Tara volteó y le ofreció su mano. Juntas cruzaron la calle y
fueron a consolar a Buffy que seguía asustada.
Al
poco rato llegaron a la tienda, mentira tardaron mas de una hora debido a los
niños se soltaban y salían corriendo por todos lados. Cuando por fin
pudieron llegar Spike lanzó a Buffy y Xander dentro de la tienda porque se
colgaron de su abrigo desde una calle antes.
-Bien
pequeña, tu cuídalos mientras busco algún libro.
-¿Seguro?
Porque yo conozco mejor la tienda y tu seguramente controlarías mejor a los
niños.
-No
pequeña, yo iré a buscar algo sobre el hechizo y tu distraerás a los niños.
-No
es justo, no se quieren calmar y ya me cansaron, creí que serían más
tranquilos pero ni siquiera Willow y Tara están quietas, Xander las contagió
y todos corren como locos.
En
ese momento los cinco comenzaron a correr por toda la tienda, Dawn trató de
llevarlos a la parte trasera donde entrena Buffy, pero resulto peor porque en
cuanto llegaron comenzaron a jugar con los aparatos.
-¡Buffy
deja eso!
-¡No!
Xander pásame ese cuchillo.
-Toma.
-Buffy
deja eso, Xander ven aquí. ¿Dónde están las otras?
Xander
y Buffy alzaron los hombros y empezaron a correr por todo el salón, a
lanzarse contra las colchonetas y saltar sobre ellas.
Anya,
Willow y Tara entraban al salón con algunos hámsters petrificados y un par
de libros que habían llamado su atención.
-Dejen
eso.
-¿Me
lees un cuento? Mi mamá solía hacerlo.
-Si
Tara, bien siéntense todos.
Dawn
comenzó a leer un cuento, Hansel y Gretel, Willow y Tara se emocionaron en la
parte de la bruja y lloraron al final, Buffy se limitó a decir que la bruja
se lo merecía, Xander no dijo nada y Anya decía que era un mito. Dawn le
explico que sí, que ninguno existía, entonces Anya dijo que era un mito que
fuera un mito, que si existieron, que Hansel se volvió zapatero y Gretel fue
acusada de brujería años después. Que la bruja era una mujer buena que solo
quería ayudar a los niños pero ellos eran malvados.
Después
los niños, ya exhaustos de correr y saltar, se quedaron dormidos. Dawn fue en
busca de Spike para ver si había encontrado algo.
-¿Encontraste
algo Spike?
-Eso
creo pequeña, mira...
Le
mostró un libro que tenía una imagen del medallón que Spike encontró.
-Perece
ser algo griego. Pero no estoy seguro.
-Y
no sabes dónde más buscar. ¿Qué dice ahí?
-Al
parecer es para regresar a las personas a su niñez, pero ¿para qué querrían
a Buffy como niña?
-No
sé. ¿Hay manera de revertirlo?
-Parece
que sí pero debe estar en otro libro.
-Busquemos
ya están dormidos.
En
el apartamento de Faith, Scott la puso en su cama. Amber estaba molesta porque
no había podido hablar con Faith.
-Bien,
ya me tengo que ir me están esperando.
-Gracias
por traerla, nunca la había visto ebria.
-De
nada, bye.
Scott
salió pensando en que tal vez se encontraría a Willow en su habitación, si
Tara no había llegado era por algo importante y que más importante que una
reconciliación.
Amber
estaba triste, empacaba sus cosas en una maleta. Tomo parte del dinero que el
Consejo le dio a Faith y le dejo una nota despidiéndose. No pudo contenerse
iba a comenzar a llorar y si lo hacía la despertaría, se limito a despedirse
y la besó en la frente, ésta era probablemente la última vez que la veía y
quería decirle cuanto significaba para ella, alguien que por fin se
preocupara por ella y tendría que dejarla. Bueno, no era por mucho tiempo en
cuanto acabara con esos abogados regresaría al lado de la cazadora y la
seguiría en sus múltiples aventuras.
En
el momento en que se disponía a salir Faith despertó y la miro extrañada,
se fijo en la maleta que llevaba, en la gorra y en que no llevaba zapatos para
no hacer ruido alguno.
-¿Qué
haces?
-Me
voy.
-¿Es
por Scott? Porque él y yo no hicimos nada
-No,
no es por él.
-Entonces...
-Bien,
supongo que tienes que saber, mi nombre es Amber...
-Bien,
eso ya lo sé. ¿Qué ocultas?
-Belkin
-¿Qué?
-Amber
Belkin, creo que nunca te lo había dicho.
-No,
nunca.
-Bien,
entonces...
Dejo
la maleta en el suelo y se acerco a la cama, retiro un oscuro mechón del
rostro de la cazadora, y comenzó a contar, con un susurro por voz, su
historia.
Amber nació
en un pequeño poblado de Ontario, Canadá pero a los pocos años fue llevada
de ahí a Estados Unidos, vivió en Washington tres años mas o menos. Su
familia era una familia acomodada, tenía tres hermanos era la tercera, y
después le seguía Samuel, su hermano pequeño. Su padre era el director de
la oficina postal del estado, su madre, bueno, digamos que pocas veces veía a
su madre que continuamente estaba de viaje porque era bailarina de la compañía
nacional. Así que la mayor parte de su vida la pasaba cuidando a Samuel,
peleando con sus hermanos o con su padre.
Al poco
tiempo de que nació Samuel, su abuela paterna
fue a vivir con ellos desde Escocia para cuidar a sus pequeños. Quería mucho
a su abuela así que el día que murió quedo desconsolada. Tuvieron que ir
hasta Escocia al entierro, le gustaba cuando le contaba historias de la
antigua Escocia, historias de hadas, caballeros, seres fantásticos, tal vez
no le creía completamente, pero sabía que el solo escucharlas hacía feliz a
su abuela.
Cuando
llegaron a Escocia se encontró con algunos amigos de su abuela, al parecer
les había hablado mucho de ella, durante el viaje fueron a dar un paseo con
uno de estos amigos a Inglaterra, era la primera vez que visitaban en “Viejo
Continente” así que tenía que ser especial.
Al
poco tiempo de llegar a Londres se sintió extraña, los llevaron a una casa
muy antigua, el hombre sacó un pequeño cofre que le entrego diciéndole que
le pertenecía por herencia, era la única nieta. Regresaron a Canadá pocos días
después y a los pocos meses partieron rumbo a Estados Unidos.
No
abrió el cofre hasta después de llegar a su casa, encontró un libro muy
viejo, con un candado y no estaba la llave, de hecho no tenía cerradura.
Saco
el libro de su maleta y se lo mostró a la cazadora.
-Es
este.
-Vaya.
¿Qué pasó?
Al
lado del libro había una nota, escrita en un papel amarillo, la leyó en voz
alta y, como si fuera una orden, el candado se abrió. Comenzó a hojear el
libro, había dibujos extraños, versos, listas de ingredientes y muchas hojas
en blanco. En la última hoja que estaba escrita se leía: “Espero que estés
bien querida, si tienes este libro en tus manos es porque mi misión en este
mundo ha terminado. Ahora tú estas a cargo. Te preguntaras que es esto, para
que sirve y por qué tú. Bueno, nuestra familia ha sido la encargada de
vigilar el mundo”... Bien, tenía doce años cuando esto pasó así que era
obvio que esto la impresionara un poco.
Lo
que seguía escrito era la historia de la familia, las mujeres de esa familia
debían de cuidar que hubiera una especie de equilibrio en el cosmos, el mal
no funciona sin el bien y viceversa, el blanco no sería blanco si no hubiera
un negro, el día y la noche igual, todo en este mundo esta en equilibrio.
Pero a veces este equilibrio se rompe cuando una fuerza se sobrepasa e invade
el espacio de la otra.
Durante
mucho tiempo ha existido ese equilibrio, el mal había sido representado en
muchas maneras, la inquisición cuya misión era eliminar a aquellas personas
que en un futuro pudieran arruinar sus planes, el nazismo era algo parecido,
solo que este atacaba al llamado “pueblo elegido”, y así continuaba la
historia. En los últimos años no había habido tanta acción, las energías
de ambas fuerzas estaban concentradas en la llegada del nuevo milenio, en el
nacimiento del salvador y el anticristo. Sin embargo, ninguno descansaba y
mientras el bien seguía preparando a sus soldados, el mal preparaba el
escenario para la batalla.
En
este punto de la historia, Faith miro fijamente a Amber a los ojos, ésta le
contesta de manera afirmativa. Por mas que se sorprendiera la cazadora era uno
de los soldados más importantes del bien y Faith tenía esa responsabilidad.
La
muerte de la abuela de Amber solo era el inicio de su participación, se suponía
que el mediador no debía de intervenir a favor de una fuerza en particular.
Sin embargo durante mucho tiempo había sido tentado, bueno tentada, por el
mal. En la actualidad esta mal se ocultaba tras las leyes de los humanos, las
usaba para su provecho.
Después
de leer la hoja Amber guardo el libro y se olvido del asunto durante algunos años.
-Entonces
tú eres...
-Así
es Faith, la mediadora.
-¿Pero
que hacías en la cárcel?
Amber
le contó a Faith que la última parte la había dejado intrigada “Se
ocultan tras las leyes de los humanos” al llegar a Estados Unidos, se sintió
extraña, por alguna razón el bufete de abogados Wolfram & Hart le había
ofrecido un puesto importante a su padre el cual acepto gustoso. Se mudaron al
sur de Washington, todo iba bien, no dejaba de sorprenderle que le ofrecieran
un trabajo así, su padre no sabía de leyes y las condiciones eran más que
perfectas, un inmejorable sueldo, casa, escuela para los niños, auto y demás
cosas que hicieron que su padre no dudara en aceptar el trabajo.
Al
poco tiempo de empezar a trabajar con ellos, pasaron muchas cosas extrañas.
Nunca le comento nada a nadie acerca del libro y de la nota, simplemente no lo
creía pensó que era un inventó de su abuela. Sin embargo estaba muy lejos
de ser un invento.
Wolfram
& Hart se preparaban para la batalla final, trataron de hacer que uno de
los soldados más importantes del bien se uniera a ellos, Ángel, pero les
falló. Así que decidieron tratar con la mediadora, era una niña según sus
informes, la localizaron y la trajeron a su terreno. Amber nunca conoció a
los abogados de la firma, ni su padre, era contactado solamente por
representantes de estos.
Cuando
la localizaron esperaron a que tomara conciencia de lo que era, esto pasó
cuando Amber tenía mas o menos quince años. La contactaron y le dijeron que
trabajara para ellos, al fin entendía lo que significaba la última frase,
trataba de escapar pero le resultaba difícil de huir de alguien tan poderoso,
se negaba a servir al mal.
Sin
embargo Wolfram & Hart no se darían por vencidos, tenían que tener a
Amber de su lado a cualquier costo. Por desgracia Amber no tenía idea de lo
que harían para tenerla de su parte, semanas después uno de sus hermanos fue
acusado de homicidio en Texas, por desagracia la condena era la muerte, nunca
se despidió de su hermano, solo recuerda que vio cuando lo llevaban, recuerda
como gritaba que era inocente, que era un error; las lágrimas de su padre,
sus hermanos gritando y corriendo tras el auto de la policía. Nunca
recibieron el cadáver, al parecer había habido “problemas” nunca
supieron que fue de él, ni siquiera si de verdad estaba muerto. Su otro
hermano fue acusado de robo, pero al poco tiempo salió y regresó a Canadá.
Amber
sabía o al menos intuía que todo esto tenía que ver con Wolfram & Hart
no quiso arriesgar a su padre y a su hermano así que llamó a aquel hombre
que le dio el cofre y le pidió que la ayudara.
-Y
¿Qué pasó? ¿Qué hizo?
-Tú
que crees...
-Pues
obviamente no hizo nada contra los abogados porque estos siguen fastidiando a
la gente.
-Bien...
El
hombre logró que una empresa importante en el ámbito intercontinental
llamara al padre de Amber, le ofreció un puesto más interesante que el que
tenía con W & H, ya que requería que viajara por todo el continente de
manera constante, por desgracia si nunca veían a su madre, ahora no verían a
su padre. Esto fue una decisión difícil, pero logro que dejaran que ella y
Samuel fueran a vivir con sus tíos mientras su padre conseguía establecerse
en algún lugar de Europa, y su madre... bueno, se divorció y nunca la volvió
a ver.
Sin
embargo no era suficiente, Samuel había sido atacado por supuestos
pandilleros, decidió que tendría que apartarse de él también. Habían sido
más de dos años huyendo y no quería arriesgar a Samuel, así que se fue no
sin antes decirle a Samuel la razón por la que huía, antes de separarse
Samuel prometió encontrar una salida.
Al
poco tiempo de separarse recibió noticias: Samuel conocía a alguien que al
parecer podía ayudarle, sabía que quienes la perseguían eran abogados, así
que lo mejor era esconderla frente a ellos.
-Y
por eso estabas en la cárcel
-Así
es, no podían buscarme ahí porque si lo hacían comenzarían a investigar y
al parecer la policía de Los Ángeles ya tiene sospechas de W & H.
-Y
¿Qué vas a hacer ahora que estas fuera?
-Bueno...
quiero terminar con esto. Se como hundirlos y quiero que dejen de perseguirme
y de hacer daño a los que quiero... no quiero que...
-...
me lastimen. No tienes que preocuparte por mí y lo sabes.
-Sí,
pero aún así. No los conoces, aunque creas que sí, son malvados y no
descansaran hasta destruirme... porque nunca me uniría a ellos.
Faith
no sabía que hacer, Amber estaba decidida y no podría impedir que se fuera.
Aún sabiendo que iría a buscar su destrucción.
-No
te puedo detener ¿verdad?
-No.
-Entonces
déjame ayudarte.
-No
vas a acompañarme.
-Nunca,
pero sí sé quién te puede ayudar.
-¿Quién?
-Ángel
-¿Ángel?
El vampiro con alma que no puede ser feliz y él que te visitaba y te llevaba
libros a la cárcel.
-Así
es, él te puede ayudar, ten... aquí lo puedes encontrar.
-Bien,
trataré de buscarlo. Es muy tarde me tengo que ir
-Realmente
no puedo impedir que lo hagas.
-Sabes
que no.
-Entonces
te deseo lo mejor y... hey, te quiero volver a ver. Recapacita, aquí estoy
para ayudarte.
-Gracias.
Amber
se dio media vuelta guardando la tarjeta de Investigaciones Ángel en un
bolsillo de su pantalón, y salió de la habitación.
Faith
no pudo evitar sentirse triste, pero no podía regresar, Wolfram & Hart
también la querían y el Consejo le había advertido sobre su situación,
ella estaba muerta así que no quería correr riesgos, no hasta hablar con
Buffy.
En
“La Caja Mágica” los niños se habían quedado dormidos después de que
tiraron algunos frascos, Anya empezó a llorar en cuanto Xander leyó algunas
palabras de un libro y comenzaron a aparecer conejos por todas partes, Tara y
Willow estaban fascinadas con unos cristales que había sobre el mostrador
pero Tara se enfadó con Willow cuando ésta tomo uno de ellos y echó a
correr. Buffy solo iba tras Dawn y Spike que no podían quitársela de encima
hasta que le dieron permiso para que golpeara un costal de arena.
-Entonces
que hacemos Spike.
-Pues
puedo ir a investigar para ver si encuentro alguien que nos ayude con el
hechizo o... solo alguien.
-Tengo
miedo, la mayoría de las veces estas cosas no terminan bien. ¿Conoces a
alguien?
-Por
desgracia no pequeña pero ya encontraremos a alguien...
Scott
estaba muy preocupado, pasaban de las tres de la mañana y Tara no aparecía,
había ido al dormitorio de algunas de las amigas de Tara pero nadie sabía
nada de ella ni de Willow. Si Tara no estaba ahí y tampoco estaba en su
cuarto ¿dónde estaba?
Comenzaba
a preocuparse así que decidió salir a buscarla a algún lado, con suerte y
se encontraría con Faith o Amber. Primero fue a la casa Summers, pero no había
nadie, no estaba Dawn ni tampoco el chico rubio que vio cuando fue a buscar a
Tara mas temprano. Así que por muy extraño que le pareciera iría a “La
Caja Mágica” tal vez habían querido hacer algún hechizo para celebrar.
Cuando
llegó le pareció aún mas extraño, pero a la vez se sintió aliviado de que
hubiera alguien. Toco la puerta pero nadie abría así que decidió entrar. Al
entrar se encontró con Dawn que revisaba algunos libros.
-Dis-disculpa
¿Dawn?
-Si,
¿quién eres?
-Scott,
amigo de Tara, té vi en la casa hace unas horas, sabes sigo sin encontrarla y
estoy preocupado porque ella nunca desaparece así, y si llega tarde llama
antes.
-No.
No sé dónde esta.
-Bien,
pero si la vez dile que estoy preocupado.
-Sí,
adiós.
-Adiós
Scott
salió de la tienda no muy seguro de que Dawn le hubiese dicho la verdad, pero
decidió seguir buscando. Tenía un mal presentimiento sobre Tara y sabía que
un vigilante siempre tenía que hacer caso a sus presentimientos.
Mientras
Faith había salido a dar una caminata por Sunnydale, no se sentía cómoda
sabiendo que Amber había partido a L.A. y mucho menos sabiendo que era muy
probable que ella nunca llamaría a Ángel para pedirle ayuda.
Decidió
que lo más importante era que Amber estuviera a salvo, sin importar su misión,
realmente quería verla aunque sea por ultima vez, así que fue al teléfono más
cercano y comenzó a teclear el número que decía en la tarjeta.
-Bueno...
¿Ángel?
-Sí
¿quién habla?
-Faith
-¿Faith?
No puede ser ella esta muerta.
-Vaya,
al menos no te olvidaste de mí, no estoy muerta Ángel, estoy viva y libre.
-¿Qué
paso?
-Larga
historia...
En
ese momento Faith vio a Scott pasar al otro lado de la calle, se veía
preocupado
-Luego
te cuento, mi amiga Amber esta el L.A. quiere deshacerse de Wolfram & Hart
y no creo que lo logre, ¿puedes cuidarla?
-Si,
pero ¿quién es?, ¿Cómo es?, ¿Qué te paso?
Scott
iba a doblar la esquina cuando escucho que alguien lo llamaba y al voltear vio
a la cazadora que agitaba su mano llamándolo.
-¿Qué
pasa Faith?
-Nada,
es rubia, ojos grandes y color miel, un poco parecida a Buffy, tal vez te
llame. Me tengo que ir. Bye.
-Bien
pero....
Angel
no pudo hacer mas preguntas, Faith ya había colgado. Sin embargo quedo algo
preocupado, en ese momento Cordelia lo llamó para decirle que alguien lo
buscaba.
-¿Amber?
-Si,
hola, veo que Faith te avisó.
-Así
es.
-¿Faith?
No estaba muerta.
-Parece
que no, ¿Para qué me buscas?
-Wolfram
& Hart, ¿Cómo puedo eliminarlos?
-No
puedes.
-¿Quiere
eliminar a Wolfram & Hart? Espera, te traeré un café.
En
ese momento entraron Fred, Wesley y Gunn, traían noticias de la firma.
-¿Quién
es ella?
-Angel,
Wolfram & Hart están planeando algo, parece que buscan a alguien muy
importante y creen que tú la proteges.
-Chicos,
les presento a Amber, será nuestra huésped por un tiempo.