Spike el malvado, el gran seductor, el no-muerto, el no hombre, el vampiro enamorado, el lúcido deslenguado, el sarcástico lleno de dolor... Decir a estas alturas que Spike es un personaje fascinante, no supone ninguna novedad. Entender en qué reside su atractivo me sigue siendo un misterio. Y por muchas vueltas que le dé (y se las doy) sólo llego a la conclusión de que está lleno de contradicciones, de ambigüedad, que es tan escurridizo que resulta imposible de caracterizar. ¿Es malo? Sin duda. Pero ¿no es uno de los chicos buenos? Pues... también. Como Buffy, a veces pienso que habría que matarlo y otras, que quererlo es poco. Sometido a un estudio pormenorizado, las conclusiones son confusas: - Físicamente, las características biológicas destacan las diferencias de los vampiros con los seres vivos. Por ejemplo, la temperatura corporal más fría. Posibilita su detección por medios tecnológicos como los de la Iniciativa. Otro rasgo característico es la palidez, fruto más probable de la falta de sol que, como dice Giles, de la ausencia de melamina. Palidez y frialdad, ambas connotaciones de muerte, hacen inquietante la idea de trato íntimo, pero siempre la unión de amor y muerte ha tenido una aureola morbosa profundamente erótica. También la anatomía presenta notorias diferencias, aunque Spike parece arreglárselas para saltar las barreras: Los vampiros carecen de respiración (sin embargo Spike fuma), su corazón no late (aunque él siente que si lo hiciera, golpearía contra su pecho), ni seguramente su sistema digestivo está preparado para otra cosa que la ingesta de sangre por lo que las papilas gustativas de los vampiros son superfluas (pero a Spike le encantan las alitas de pollo y le gusta experimentar con texturas y “grumitos” añadiendo cereales a la hemoglobina. Y en cualquier caso, siempre ha preferido el búrbon como el mejor filtro para acabar con el dolor. Evidentemente le hace efecto porque sus borracheras son de las que quedan en la memoria). Sobre su capacidad sexual parece no caber ninguna duda, si bien destaca por una exquisita dedicación a todo tipo de “aficiones alternativas”: fetichismo, voyeurismo, fantasías, infidelidad, sexo oral, juguetes como la buffybot o las más tradicionales esposas y sobre todo un muy acusado sadomasoquismo, herencia probable de Drusilla. De todas formas, parece que lo único que él considera rechazable es lo que le recimina a Angel (In the dark, Angel 1x03): “¡Enamorarse de una cazadora, qué perversión!” (Por consideración a nuestro chico, ahorraremos esta vez el comentario, pese a lo tentador que resulta.) - Intelectualmente, es muy listo. No sólo inteligente, sino dotado de una inteligencia práctica notable. Es astuto, capaz de engañar y manipular a cualquiera (a los scoobies uno por uno en El factor Yoko, a Ángelus e incluso a una diosa como Glory). Pero además tiene una “inteligencia sensitiva” que le permite entender al instante lo que sienten los otros. Es perceptivo y muy intuitivo, un rasgo único que está a medio camino entre el instinto animal y la sensibilidad del expoeta. Esto hace que Spike sea el primero y a menudo el único que se da cuenta de cuándo alguien está sufriendo. - Socialmente, es un inadaptado. Siempre. Tanto en la sociedad victoriana de donde procede (por un exceso de sensibilidad y bondad), en el clan de Ángelus (por un exceso de violencia), entre los vampiros y demonios y entre los humanos de Sunnydale. - Moralmente, Spike es una criatura de la noche, un monstruo, según su propia definición. Mata. Y lo hace sin remordimiento, con astucia, en busca únicamente de su beneficio. Si deja de matar, es simplemente porque no puede seguir haciéndolo, no por ninguna otra razón. Las reglas morales no le afectan, ni siquiera se las plantea. Quizás no tengamos tampoco derecho a aplicárselas, porque tales reglas son humanas y él no lo es. Es sólo un depredador de humanos, el Hostil 17. En cualquier caso, no contempla las implicaciones éticas de los actos, como ocurre con la muerte de Katrina (Dead things). Probablemente el verdadero abismo que le separa de Buffy es ése, su negativa –porque no puede o porque no quiere- a someterse a un planteamiento ético. Si moralmente Buffy se sitúa en el polo del bien y Spike en el del mal (hipótesis por otra parte discutible), para encontrarse, uno u otra deberá acercarse al contrario. En principio Spike parece atraer a Buffy hacia su oscuridad, pero a la larga eso sólo puede llevar a que Buffy deje ese camino y, para decepción de Spike, la única salida que le queda, si realmente la quiere, es que él se dirija hacia el bien. Con todo, que no acepte cortapisas morales, no significa que no sea plenamente consciente de cuándo obra mal. Por cálculo o por su aguzada percepción del sufrimiento ajeno, Spike sabe perfectamente cuándo ha sobrepasado la línea. Por ejemplo, al delatar las salidas nocturnas de Riley. Sabe que actos como ése exigen reparación. Aunque difícilmente pueda proporcionarla con una caja de bombones aplastada. - Afectivamente, Spike “apesta a humanidad”. Y poco más cabe añadir a la afirmación del Juez. Salvo que la “humanidad” de Spike se define por el ansia de amor. Amor pasión, prácticamente obsesión, amor intensamente sexual, pero también –daños colaterales de su relación con humanos-, amor que se tiñe de cariño y se caracteriza por la empatía, hacia algunos –pocos- privilegiados: Joyce, Dawn, quizás Anya. Y, sobre todo, amor por Buffy, tan lleno de comprensión que no retrocede ni ante la autoinmolación. - Simbólicamente, es, junto con Buffy, uno de los dos personajes trascendentes de la serie. (Tres, si añadimos a Angel en la distancia). Son los personajes con altura mítica, los que persiguen una meta trascendente. Angel quiere hacerse perdonar, redimir sus pecados. Buffy, salvar al mundo. ¿Y Spike? ¿Qué demonios busca Spike? Más bien parece que él no busca nada. Se lo encuentra. Mejor dicho, busca una cosa y se encuentra otra. En realidad, lo que le obsesiona es Buffy. Su objetivo es el amor de Buffy. Como no puede conseguirlo siendo como es (un vampiro sin alma), Spike, que es muy inteligente, comprende que tiene que cambiar. Y como es muy osado, dice que lo hará. Pero nadie le cree. Buffy ni siquiera le escucha cuando él afirma que puede cambiar. Así, que se lanza a la demostración por los hechos. Y buscando el amor, encontrará, sin embargo, la humanidad (el alma). De esa manera, Spike encarna la esforzada conquista de la humanidad por un ser no humano. Pero en líneas generales y dejando aparte elucubraciones filosóficas hay que reconocer que el retrato parece más bien el de un psicópata peligroso. La simpatía que genera Spike sigue siendo inexplicable. ¡Tendrá razón cuando dice que las mujeres se casan con los psicópatas! Si es un cúmulo de malas acciones, un villano nunca del todo reconvertido, insultante, hiriente y peligroso para la protagonista, ¿por qué entonces es tan cautivador? Todas las explicaciones (que las hay: es irritantemente sincero, siempre actúa por un buen motivo (o sea, un motivo bueno para él), sus indudables cualidades, su apasionante evolución,...) no parecen suficientes para explicar la atracción que despierta, pero que es innegable. Spike es la paradoja personificada: el no humano, más humano que nadie; el vitalista que está muerto, el personaje con alcance simbólico psicológicamente más complejo, el malvado capaz de generosidad y heroísmo, el vampiro enamorado... Puede presentarse distante, sarcástico, cruel... pero siempre es capaz de la pirueta sorpresiva que desnuda su lado de ternura, del comentario irónico que muestra la incongruencia –no sólo suya, sino sobre todo nuestra-, de la salvación por el humor y el sentimiento. Su vitalismo, hedonismo, sensibilidad, inteligencia... demuestran que la Humanidad, ese mundo al que él aparentemente no pertenece, aún tiene una posibilidad de redención. Como en la escena casi final de Once more with feeling: Buffy está a punto de quemarse en el baile diabólico mientras sus amigos contemplan atónitos e inmóviles la escena. Entra Spike y es el único que la detiene. La salva diciéndole que debe vivir, “para que uno de los dos viva”. Es evidente que no será él. Quien debe vivir es Buffy. Si el regalo de la Cazadora es la muerte, el regalo de Spike es la vida, la vida para otros.
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