UNIVERSIDAD
DE SUNNYDALE, POR LA TARDE...
La
clase había terminado. Guardando sus cosas en su bolso, Buffy fue la ultima en salir del
aula.
En
la puerta del edificio, se encontró con su amigo Xander, que venia acompañado por Anya.
-Hola,
Buff- le saludo el muchacho- ¿Qué te ocurre? Te noto preocupada...
-Como
no estarlo. Mañana es el cumpleaños de Willow.
-¡Caray!
Lo habíamos olvidado. ¿Ya sabes que le vas a regalar?
-No
y es eso lo que me tiene mal- la Cazadora trago saliva- Ciertamente, no sé que comprarle.
-Podrías
regalarle algún amuleto o algo así- intervino Anya
-¿Tú
crees?
-¡Claro!
¿No se dedica a la hechicería? Creo que si le compras una cosa de esas para la buena
suerte o para protección, te lo agradecerá.
-Es
una buena idea... pero no sé de donde sacar algo así.
-Pídeselo
a Giles. Tiene muchas de esas cosas en la tienda.
-No...
si voy con él, ella lo sabrá y la sorpresa se habrá arruinado. Tengo que conseguirlo en
otra parte.
-No
conozco muchas tiendas de artículos esotéricos en Sunnydale. La única es la de Giles-
dijo Xander, pensando.
-Aguarden
un segundo. Yo se de una tienda cerca del muelle...
-¿De
verdad?
-Si...
no es muy conocida, pero vende esas cosas. Te daré la dirección...
-¡Gracias,
Anya! ¡Me sacaste un peso de encima!
MUELLE
DE SUNNYDALE, AL CAER LA NOCHE...
Después
de hacer una ronda de patrullaje como de costumbre por el cementerio (y de pasar a mejor
vida a un par de vampiros molestos) Buffy se encamino hacia la dirección que le dio Anya.
Encontró
la tienda enclavada en un deslustrado edificio antiguo. El letrero sobre la entrada
rezaba: ARTICULOS ESOTERICOS Y MÍSTICOS DAIMON.
-Daimon-
repitió- Lindo nombre.
Cruzando
una desvencijada puerta, se hallo en el interior de una amplia sala llena de estantes
repletos de libros, estatuas y demás cosas antiquísimas.
El
olor de la tienda misma parecía emanar un cierto aroma a viejo. Echando un vistazo a todo
lo que allí había, la Cazadora no sabia cual de estas cosas podrían servir para
regalarle a su amiga.
Se
encontró hojeando un viejo libro cuyas páginas habían sido roídas por los ratones,
cuando una súbita voz a sus espaldas la hizo sobresaltar...
-Cuidado
con ese libro, jovencita. No es para cualquiera.
Al
volverse a ver quien le hablo así, Buffy calmo sus nervios al comprobar que se trataba de
un simple anciano, de largos bigotes blancos.
Tomando
el libro que ella hojeo, el anciano lo coloco en uno de los estantes y a continuación, se
encamino detrás del mostrador, listo para atenderla.
-¿Qué
tenia de malo ese libro?- le pregunto ella.
-Ah...
el Necronomicon... no creo que le guste. Es muy... feo- el viejo sonrió.
-Ya
lo creo que si.
-¿Deseaba
algo en particular, jovencita?
-En
realidad, si... estoy buscando algo para regalar a una amiga...
-¡Ah!
¡Nada mejor que un regalo! La vida misma es como un regalo, ¿sabe? Al igual que ellos,
nunca se sabe que sorpresas han de venir.
-Si,
je.
A
Buffy le estaba empezando a entrar algo de miedo. Es raro, ya que generalmente la Cazadora
le temía a pocas cosas. Pero en esa tienda (y en su dueño, en particular) existía un
no-sé-qué que la inquietaba mucho.
-Tengo
muchas cosas que pueden ser regaladas, joven- al anticuario se rasco la barbilla- ¿A que
se dedica su amiga?
-Bueno,
ella es... bruja.
-¡Ah!
¿Con que una estudiante de las Ciencias Prohibidas, eh? Veamos... tengo por aquí cierto
par de libros sobre Magia Negra...
-No,
libros no... ¿No tiene algún amuleto o algo así?
El
anticuario pareció pensarlo.
-Si,
de hecho, tengo algo que creo que le va a interesar a su amiga...
Dichas
estas palabras, se retiro hacia la trastienda. Paso un largo rato hasta que volvió. En
ese espacio de tiempo, los nervios de Buffy se tornaron demasiado insoportables. Deseaba
salir cuanto antes de la tienda aunque no sabia por que.
-Aquí
tengo lo que busca- dijo el viejo, con una cajita entre las manos- ¿Cómo se llama su
amiga?
-Willow.
-Willow.
Es un nombre poco común... en fin, a Willow le encantará esto.
-¿Qué
es?
El
anticuario abrió la caja. Un increíble anillo reposaba en su interior. Tomándolo
trémulamente con sus manos, la Cazadora se fascino con la visión de la joya negra
engarzada en él.
-Es
precioso- dijo- ¿Cuánto cuesta?
-No
mucho. En realidad, es muy antiguo y tiene su valor... pero le diré, usted me ha caído
bien jovencita y por lo que me ha contado de su amiga, creo que pudo vendérselo a una
suma modesta.
-¿Cuánto?-
insistió Buffy. La sensación de salir de la tienda se le torno insoportable.
El
viejo dijo un precio que parecía una ganga. Sacando el dinero, la rubia muchacha pago y
guardándose el anillo con la caja en el bolsillo, se dispuso a salir de ese opresivo
lugar.
-Ha
sido un gusto hacer negocios contigo, Buffy... dale mis saludos a Will de mi parte- la
saludo el anciano antes de que ella saliera, sonriéndole enigmáticamente.
Cuando
la puerta se hubo cerrado a sus espaldas, Buffy quedo confundida.
¿Había
dicho su nombre al anciano? ¿Cómo lo supo?
-¡Rayos!
¿Y por que me preocupo por eso? Esto es Sunnydale.
Apurando
el paso, se alejo del edificio.
Y
A LA NOCHE SIGUIENTE, EN LA CASA DE WILLOW...
Uno
a uno, los invitados llegaron con sus regalos. Willow, acompañada de su madre, recibía a
todos cordialmente en la puerta de entrada.
-Hola,
Xander, bienvenido- saludo la Sra. Rosenberg al muchacho, una vez que llego junto con su
inseparable media naranja, la exdemonio Anya.
-Es
un gusto volverla a ver, Sra. Rosenberg... Hola Will, ¡feliz cumpleaños!
-Si,
feliz cumpleaños- Anya parecía un loro, repitiendo lo que su novio decía.
-¡Gracias
chicos! Me alegro de que estén aquí...
-Toma,
esto es para ti- Xander le entrego un paquete a la pelirroja.
-No
te hubieras molestado... a ver- Willow abrió el paquete. Se quedo sorprendida al
encontrar en su interior un conejo- ¡Caray! G-Gracias...
-No
nos lo agradezcas. Xander insistió tanto... si fuera por mí, ni me acercaba a esa cosa-
la cara de Anya se torció en una mueca de asco.
-No
superas más ese miedo a los conejos, ¿eh?
-¿Miedo?
¿Y quien te dijo que les tengo miedo? Es solo que...
-Muy
lindo el regalo, chicos- Willow saco al conejo y lo sostuvo entre sus manos- Es un conejo
realmente... ups.
Sorpresivamente,
el conejo se orino.
-¡Viste!
¡Yo te decía! ¡Mira lo que ha hecho ese animal!- exclamo Anya- Ya ves por que no me
gustan los conejos.
-No
tiene importancia. Solo me mancho este vestido que me costaron algunos buenos dólares...
Creo que iré a cambiarme.
Xander
no sabia adonde meterse. Era una verdadera vergüenza.
Un
rato después, Willow (ya cambiada) volvía a recibir a sus amigos que vinieron a su
cumpleaños.
Estaban
Giles, Spike, Tara, Buffy y su pequeña hermana, Dawn.
-¡Feliz
cumpleaños, Will!- dijo Buffy, abrazando a su amiga.
-Gracias,
Buff. Hola Dawn. Me alegro de que vinieran.
-¡No
iba a perderme la fiesta de mi mejor amiga! A propósito, este es mi regalo...- Buffy saco
la cajita donde estaba el anillo.
Al
abrirlo, la joven hechicera se quedo sin aliento.
-Un
anillo.
-Si,
¿te gusta? Lo compre en una tienda cerca del muelle... no se si es mágico, pero el que
me lo vendió, dijo que te gustaría- al evocar el recuerdo del anticuario, la Cazadora
sintió otro leve escalofrío.
-Gracias...
es... lindo.
-A
mi me parece una porquería- dijo Spike, cigarrillo en mano.
-A
ti todo te parece una porquería. No se para que viniste- comento la Cazadora.
-Vine
porque me invitaron...
-Entonces,
mejor compórtate bien. No quiero que le arruines la noche a Will.
-Descuida,
nena. El gran Spike se quedara quieto en un rincón, viendo como la tonta Cazadora y sus
amigos festejan el cumpleaños de la bruja.
Buffy
bufo. Realmente, Spike sabía como ser pesado. A pesar de eso, no dejaría que le
arruinara la noche a su amiga.
-Es
un lindo regalo, Buff- Willow se coloco el anillo- Gracias.
-¿Dónde
fue que lo conseguiste?- pregunto Giles, curioso.
-En
una tienda vieja cerca del puerto. Me lo dieron a precio de ganga.
-¿Y
por que no viniste a mi tienda? Yo también vendo cosas como esas.
-Lo
siento Giles, pero no quería que la sorpresa se arruinara. Si iba contigo, Willow se
enteraría de todo, así que...
-¿Me
estas diciendo que no puedo mantener mi boca cerrada?- el Vigilante parecía ofendido.
-¡Cielo
Giles, no! Es solo que...
-Esta
bien, no tienes que disculparte- la calmo- Era una broma. Eres libre de ir a comprar
adonde sea...
Tara
no podía quitarle la vista al anillo de Willow. Por un momento, le pareció que su color
negro se intensifico.
Que
raro,
pensó.
MINUTOS
DESPUES...
El
ceremonial feliz cumpleaños fue cantado por todos. Willow pensó entonces que
aquello seria su final. Escuchar los desentonos de Anya y de Spike coreando la letra, le
provocaron un dolor de tímpanos que ni en su vida pensaba que iba a tener. Gracias al
cielo, todo termino y la Sra. Rosenberg comenzó a partir lentamente el pastel.
-¿Quiere
un trozo, Sr. Giles?
-¡Ciertamente
me encantaría!
-No
comas mucho, jefe. No conviene que engordes- comento irónicamente Buffy.
-Pero
si yo no estoy gordo- se excuso, medio dolido por aquel comentario de su pupila.
-Por
eso te lo digo.
-¡Que
graciosa que estas! ¿Sentido del humor de Cazadora?
-Algo
así.
-¿Ustedes
quieren?- pregunto la Sra. Rosenberg al resto.
Todos
aceptaron, menos Spike (obvio, como es un vampiro, solo se alimenta de sangre).
De
repente, Tara se estremeció. Hacia más frío que de costumbre.
-¿Qué
te sucede?- le pregunto Willow.
-N-Nada.
Es solo que... siento algo de frío.
-No
puede ser. Tenemos la calefacción prendida.
-Es
solo una sensación pasajera. No te preocupes. De seguro, se me ira.
-Lo
que a esa chica le pasa, es que no ve la hora de quedarse sola con Will- comento Spike,
divertido.
-¡Spike!
-¿Qué?
-¿¡Como
vas a decir eso!?- Buffy le dio un codazo.
-¡Oh,
vamos! ¿Me lo vas a negar? Si en la cara se le notan las ganas de estar con
la pelirroja.
Todos
se quedaron mudos. La cara de Willow se había tornado más roja que su cabello.
-Es
una broma, claro- dijo la Sra. Rosenberg.
-¡Claro
que si! Mi amigo suele ser un bromista pesado, je- Buffy le propino un fuerte pisotón al
rubio vampiro- ¿No es cierto?
-¿Acaso
no sabe a que se dedica su hija en sus ratos libres, señora?- continuo Spike,
ignorándola- ¿De verdad no le han dicho aun?
-¿Decirme
qué?
¡Ay,
no! ¡No ahora!,
Willow se atraganto con el pedazo de pastel que estaba comiendo. Se la veía venir.
-¡Su
hija es lesbiana! ¡Tara y ella salen desde hace año y medio! ¿De veras que no lo
sabía?
La
Sra. Rosenberg se quedo pasmada. Miro a su hija y a Tara con cara de espanto.
-¿Es...
eso cierto?
-¡Ay,
mamá! ¡Por favor! ¿Cómo va a ser cierta semejante cosa? ¡Ja, ja, ja! ¡Este Spike,
que gracioso que está!
-¡Contéstame
la pregunta! ¿Es eso cierto?- su madre se torno dura e inflexible.
-Mamá...
-Si
es cierto- exclamo Tara, sorpresivamente.
Ay
Dios. Esto se arma...,
pensó Xander.
-¿¿¡Tara!??
-Si,
¿por qué vamos a seguirlo ocultando, Will? Es mejor que ella lo sepa ahora. Todos lo
saben y lo aceptan, ¿por qué ella no puede hacerlo también? Digo, es tu madre, ¿no?
Tal
y como Xander predijo, se armo.
-¡¿Cómo
pudiste hacer semejante cosa?!- grito la Sra. Rosenberg- ¡Debería darte vergüenza!
¿Cuándo diablos me lo ibas a decir, eh?
-Mamá,
por favor...
-¡Por
favor nada! ¿Cómo demonios quieres que me sienta ahora? ¡Mi hija, convertida en... una
pervertida!
-¡No
soy una pervertida!- intento defenderse. Era inútil.
-Señora
Rosenberg, por favor cálmese... su hija no quiso decírselo por este motivo- Giles
intentaba poner paños fríos a la situación.
-¡Usted
no hable, que es el menos indicado para opinar! ¡Y yo que pensé que dejando a mi hija
juntarse con usted y los demás, todo iba a andar bien! ¡Ya veo lo equivocada que estaba!
-¡No
le permito! ¡Si Will tomo una elección equivocada es cosa de ella, no de nosotros!
-¿¿Equivocada??-
Willow no lo podía creer- ¡Giles! ¡N-No creí que consideradas mi opción de vida
equivocada!
-Bueno,
Willow... ciertamente, no quería decirlo pero...- se saco sus lentes y se froto los ojos-
La verdad es que si. A mi me parece que es una elección equivocada.
-Mira
quien habla de equivocaciones- intervino Anya.
-¿Qué
quieres decir?
-Que
no tienes autoridad moral para hablar elecciones equivocadas, Destripador.
El
Vigilante se quedo duro. Nadie, salvo Ethan Rayne y su antigua banda de amigos cuando era
joven, le había llamado así desde hacia como cuarenta y pico de años.
-Creo
que el buen Giles debería recordar como era su vida en aquellos años alocados, ¿no?
-Anya,
no sigas- le advirtió él.
-¿Y
por que no? Cuéntales a todos lo que hacías por aquel entonces...- se volvió hacia sus
compañeros- ¿Les menciono ya que Ethan y él una vez asesinaron a alguien, para
conseguir dinero?
-Anya...
-¿También
les contó de la orgía que hicieron con aquellas prostitutas en...?
-¡¡Anya!!-
Xander la sacudió- ¿Qué diablos estas diciendo?
-¡Solo
la verdad! ¡Eso fue lo que paso!
Giles
se derrumbo en un sillón, demolido. Durante muchos años trato en vano de mantener en
secreto su vida anterior, la que tenia cuando era joven. Ahora, parte de esa salvaje y
destructiva vida fue expuesta ante todos.
-¡Resultaste
ser divertido, eh, viejo!- Spike le guiño el ojo.
-¡Tú
cierra la boca!- le ordeno Buffy- ¡Mira lo que lograste! ¡Tú y tu boca maldita!
¡Debería estaquearte acá mismo!
-¡Por
favor! ¡Si no puedes hacerlo!
-¿Eh?
-Vamos,
admítelo: te gusto.
-N-No
se de que estas hablan...
-¡Admite
que te mueres por que el gran Spike te de una buena sacudida!
Dawn
se rió. Fue una sencilla carcajada, lo que le provoco una reprimenda por parte de su
hermana.
-¿¡Se
puede saber que es lo gracioso!?
-Lo
siento...
-¡Si,
lo siento! ¡Como si no tuviéramos suficiente, tú vas y te ríes! Lo
siento, ja.
-¡Ya
te dije que lo siento! Es solo que me causa gracia la forma en la que te lo dijo...
-¡Y
tú le festejas todos los chistes! ¿Podrías hacerme un favor, Dawn? ¡Solo cierra tu
boca!
La
manera agresiva con la que Buffy se dirigió hacia su hermana la dejo asombrada. Jamás en
su vida le hubo hablado de esa forma, ni cuando su madre todavía vivía.
-¿Y
por que te molesta tanto si no es cierto?- dijo a su hermana mayor.
-Es
cierto. Vamos, admite que estas loca por mi- Spike la miro y saco su lengua como una
serpiente, de manera lasciva.
-¡Ya
es suficiente!
De
un solo golpe seco, la Cazadora lo arrojo contra el suelo. Poniéndose de pie, el vampiro
escupió algo de su sangre y a continuación, sonrió.
-Ya
ves que es cierto.
-¡Cállate!-
Buffy le propino una feroz patada.
Furioso,
Spike cambio su rostro, revelando su cara de demonio y se inicio un violento intercambio
de golpes entre ellos.
-¡Hagan
algo, se están matando!- grito Dawn.
Pero
ninguno de los presentes pareció darse cuenta. La Sra. Rosenberg seguía discutiendo
acaloradamente con su hija y con Tara (que defendía su postura); Giles permanecía sentado, sumido en el silencio,
y Anya con Xander en un rincón, comenzaron a agredirse ruidosamente...
-¡Eres
una desconsiderada!- le reprocho él.
-¿Por
decir la verdad?
-¡No
tenias porque decirla!
-¡Si
que tenia! ¡Estaba cuestionando a la pobre de Will, cuando él hizo cosas peores en su
juventud!
-¡Pero
no de esa forma!
Repentinamente,
algo blanco se arrincono a los pies de la exdemonio. Era el conejo que le regalaron a
Willow.
-¡¡Ajjhh!!-
de una seca patada, Anya lo arrojo lejos.
-¿Qué
estas haciendo?
-¡Alejando
a esa condenada cosa! ¡Ciertamente, me da asco! ¡No se para que se la compraste! Es un
bicho repulsivo.
-¡Por
Jesucristo, es un simple conejo! ¿Le tienes miedo a un conejito?
-¿Y
que hay?- Anya se ofendió- Prefiero temerla a los conejos... y no a todo, como tú.
-¡Yo
no tengo miedo!
-¿No?
Cada vez que aparece algún demonio, lo único que haces es esconderte detrás de mí.
¡Eres un cobarde, Xander!
-¡Pero
maldita...!
Fuera
de si, el muchacho le aferró el cuello a la chica, comenzando a retorcérselo. Anya saco
la lengua, ahogándose.
-¡Alto,
deténganse!- grito Dawn, en vano- ¡Buffy!
Nada.
La Cazadora seguía con su intercambio de golpes contra el vampiro. La terrible batalla
que libraban estaba destrozando media casa. Todos los muebles volaban de las patadas y
puñetazos que ambos se propinaban.
Era
el caos.
-¡Giles,
detenlos!- Dawn sacudió al Vigilante por la solapa de su traje. No se movió- ¡¡Giles!!
-¿Eh?-
Giles pareció salir de su ensueño.
-¡Detenlos,
se están matando!
-¡Cielos,
si, es cierto!
Se
puso de pie pero antes de que pudiera hacer algo siquiera, recordó las palabras que Anya
le dijera...
-¡¡Anya!!
¡Estas muerta!- grito y se acerco a ella, ayudando a Xander a ahorcarla. La pobre ya
parecía un muñeco de trapo, de tanto zarandearla de aquí para allá.
-¡¡AGHHH!!
-¡Por
Dios, deténganse!- grito Dawn, a todo pulmón.
Era
inútil.
-¡Muérete,
rubio del demonio!- dijo Buffy, arrojando a Spike sobre la mesa de la cocina y subiéndose
sobre él.
-¡Epa!
¡Que bien! ¿Sobre la mesa? Buffy, yo sabia que detrás de esa imagen de chica seria eras
una increíble degenerada...
Un
fuerte puñetazo demoledor choco contra la fea cara del vampiro.
-¡Me
encanto! ¿Me das otro, mami?
Así
lo hizo. Dos, tres, cuatro puñetazos. Spike seguía sonriendo.
-Dios,
eres mejor que Drusilla- dijo él apresando con sus manos su cabeza y besándola en la
boca apasionadamente.
Con
un empujón, ella se zafo de él y escupiendo, volvió a darle una lluvia de golpes
sincronizados en su rostro.
-¡Buffy,
detente!- Dawn corrió hasta su hermana y la aferró del brazo- ¡Algo muy malo esta
sucediendo! ¡Todos han enloquecido!
-¡Ya
déjame en paz, maldita chiquilla!- de un golpe, Buffy tumbo en el suelo a su hermana.
-¡Buffy!-
Dawn estaba llorando. El golpe fue tan fuerte que termino escupiendo sangre.
-¡Ya
deja de gimotear! ¿Qué clase de hermana mía eres? ¡Dios, actúas como una chiquilla
malcriada!
La
niña lloro, dolida. Las palabras de su hermana eran increíblemente crueles. Lejos de
detenerse, la Cazadora siguió...
-¡Oh,
la pobre nena esta llorando! Que pena. ¡Perdió a su muñeca!- le saco la lengua- ¡Nena
llorona, nena llorona!
Dawn
no pudo resistirlo. Se coloco las manos en los oídos, tapándoselos.
-¡Por
tu culpa, mamá esta muerta!- Buffy la sacudió- ¿Escuchas lo que digo, maldita cosa?
¡Por tu culpa, esta muerta!
-¡¡¡BASTA!!!
-¡Maldita
cosa! ¡Muere!- comenzó a ahorcarla.
-Buff...
agh...
-¡Si,
si, muere, muere!- la cara de Buffy se torno bestial. Una sonrisa sardónica se asomo-
¡Muere! ¡¡Muere!!
-Buff...
me... estas... lastimando- alcanzo a farfullar.
Aquello
la devolvió a la realidad.
-¡Por
el amor de Dios! ¿¿¿¿¿¿Que estoy haciendo??????
La
soltó inmediatamente. Jadeando, Dawn alcanzo a respirar.
-¡Dios
misericordioso! ¿Qué demonios nos esta pasando?- pregunto, mirando a sus compañeros.
Riendo
como ella lo había hecho, Xander y Giles seguían intentando ahorcar a Anya, que no
dejaba de forcejear para evitar esto. En otro extremo de la casa, la madre de Willow ahora
tiraba de los cabellos de su hija enfurecida, mientras Tara hacia lo mismo, pero con ella.
-¡Ahora
lo entiendo! ¡Esa maldita cosa, ese anillo es el causante!
Corriendo
hacia Will, la Cazadora la tomo de la mano.
-¿Qué
estas haciendo?
-¡El
anillo, quítatelo!
De
un manotazo, Buffy se lo arranco. Cuando cayó en el suelo, de un fuerte pisotón, lo
aplasto.
Un
violento destello se produjo y la casa entera tembló. Inmediatamente, todos los presentes
recobraron la compostura.
-¡Santo
Dios!- Xander y Giles soltaron a una pobre y casi azul Anya.
-¿Qué
hemos hecho?
Tara
y la Sra. Rosenberg dejaron de tirarse de los cabellos.
-¿Q-Que
nos ha sucedido?- pregunto Xander, confundido.
-Ha
sido ese maldito anillo- dijo Buffy, agotada- De alguna forma, estaba hechizándonos para
que nos peleemos entre nosotros, hasta matarnos.
-¡Dios
mío, Willow, perdóname!- la Sra. Rosenberg no entendía bien que era lo que le paso,
pero se sentía muy mal.
-¿Estas
bien, Dawn?- pregunto la Cazadora a su hermana.
Dolida,
esta asintió.
-¡Santo
cielo! ¡Estaba a punto de...!- llorando, la abrazo- ¡Oh, mi Dios!
-Ha
sido ese anillo- Willow miraba los pedazos esparcidos por el suelo- Estaba maldito.
-¡Ahora
lo recuerdo!- exclamo el Vigilante- ¡Yo vi ese anillo en otra parte!
-¿A
que... te refieres?- pregunto Anya, masajeándose el cuello.
-¡Es
el Corazón de la Oscuridad! ¡Un anillo que se decía, era propiedad del
mismo Satanás, el Señor del Infierno! Volvía loca a la gente, haciendo emerger su lado
oscuro y sus pasiones más aterradoras... fuera de control.
-¿Satanás?
¿Te refieres al... Diablo? ¿El Señor de las Tinieblas, el más grande de todos los
demonios?
-Si,
Xander, a él me refiero. Solo él podía dar ese anillo a la incauta victima que lo
solicitaba.
Buffy
recordó al anticuario de la tienda.
-¡Como
no me di cuenta! ¡Entonces ese viejo era...!
-Sabia
lo que hacia cuando te lo vendió- prosiguió Giles- Es muy astuto. Sospechaba que
llegaría el día en que él personalmente nos atacaría, pero no imagine que fuera
de esta forma.
La
Cazadora sintió que su furia retornaba, pero esta vez, dirigida hacia aquel odioso
anciano.
-Vuelvo
dentro de un rato- dijo, saliendo puerta para afuera, decidida.
-¿Adonde
va?- pregunto su hermana.
-A
patearle el trasero al Rey de las Tinieblas- comento Spike, con la cara hinchada.
MUELLE
DE SUNNYDALE, AL RATO...
La
tienda todavía estaba en aquel lugar. Mascullando rabia, la Cazadora tiro de una sola
patada la puerta de entrada abajo.
-¡¡Satanás!!
¡Da la cara!
El
anciano anticuario se hallaba allí. Sentado en
un sillón, leía un periódico.
-Esta
cerrado, vuelve mañana.
-¡Maldito!
Buffy
corrió hacia él y tomándolo del cuello, lo levanto a escasos centímetros del suelo.
-¡Esta
es por lo de mi hermana!
Lo
arrojo contra algunos estantes repletos de libros. Antes de que pudiera ponerse de pie,
siquiera, le dio una patada y lo tiro contra el mostrador.
-¡Y
esta es por arruinar el cumpleaños de mi amiga!
Empujándolo,
Buffy lo tiro de la barra del mostrador contra la pared.
Un
ser humano normal y ordinario ya estaría muerto, pero el anciano sorprendió a la
muchacha moviéndose a una velocidad descomunal y colocándose de pie justo delante suyo.
-Bueno,
es mi turno- dijo y sus ojos dejaron de ser humanos, tornándose similares a los de una
serpiente.
De
un simple y pequeño golpe, Satán hizo atravesar el vidrio de la tienda a la Cazadora
hasta el exterior. Caminando lentamente, salió a su encuentro.
-Tienes
un carácter realmente efusivo, chiquita- dijo el Rey de las Tinieblas.
-¡Púdrete
en el Infierno!
Buffy
arremetió contra él y de un empujón, ambos rodaron por el sucio suelo.
Sacándosela
de encima como si de una mosca se tratase, Satanás la tomo de sus cabellos rubios y la
estrello contra un poste de luz.
-Ciertamente,
Buffy, es lamentable que nos conozcamos en esta situación, pero bueno, ¿qué se le va a
hacer? Tarde o temprano iba a ocurrir...
-¡Maldito!-
evitando ser golpeada nuevamente por su rival, la Cazadora tomo distancia y a
continuación, le propino una patada voladora.
Satanás
escupió sangre.
-¡Caray!
¡Te felicito! Desde hace siglos nunca nadie me ha hecho semejante herida... sin duda,
eres muy buena en tu trabajo.
Buffy
se detuvo. Estaba transpirada y no dejaba de jadear. Por el contrario, su rival estaba
igual que al principio.
-¿Le
gusto el regalito a Willow?- se burlo.
-¡Vete
al diablo!
-Me
temo que eso es imposible. Yo soy el Diablo. ¡Pero que cara la tuya! ¿Acaso
pensabas que podrías pasar toda tu vida de Cazadora sin enfrentarte a mí? Que ilusa...
-¿Qué
pretendías al darme ese anillo?
-Simplemente,
que se mataran. Ni remotamente me iba a ensuciar las manos luchando contra criaturas
tan... inferiores como ustedes, así que me dije: hey, ¿por qué no les das tu
preciado anillo y que ellos hagan el resto? Y así fue. Debo decir que
ustedes los humanos son tan previsibles... una vez más hicieron lo que yo quise que
hicieran. Aunque, evidentemente, resultaste ser muy fuerte. Descubriste mi engaño y te
zafaste de mi hechizo. Te felicito.
-No
quiero volverte a ver por Sunnydale nunca jamás, ¿me entiendes? Si vuelves por aquí...-
Buffy trago saliva- ...Voy a matarte.
Satán
rió. Era una risa animal, despiadada. Pobre chica, no sabia con quien se metía.
-De
acuerdo, ganaste. Me retiro, pero solo lo haré de momento... Sin duda, en el futuro,
volveremos a vernos.
-¡Esfúmate!
Siempre
riendo, Satanás se metamorfoseo delante de los ojos de la Cazadora. Mudando su aspecto de
viejo, se convirtió en un enorme demonio rojo, de inmensos cuernos curvos, alas
membranosas como los murciélagos y un repulsivo rostro semejante al de un chivo.
-VOLVEREMOS
A VERNOS, CAZADORA... Y TÚ Y TUS AMIGOS LO LAMENTARAN- dijo, antes de desvanecerse en una
nube de azufre y fuego.
-Cuando
quieras... maldito.
CASA
DE WILLOW, UN RATO DESPUES...
La
Sra. Rosenberg servio café para todos. Sentados delante de la mesa de la cocina,
intentaban recomponerse después de la horrible experiencia vivida.
-¿Estas
bien, Spike?- pregunto Dawn.
-Más
o menos- dijo el vampiro, con una bolsa de hielo en la cara- Tu hermana si que me dio una
paliza...
-Anya,
por favor, perdóname- se disculpo Xander- Casi te mato... Dios, esa cosa nos volvió
locos a todos.
-No
hay cuidado... solo bastara que de ahora en más lleve algún trapo para cubrirme los
moretones que me dejaron ustedes dos en el cuello- dijo, todavía masajeándose la zona.
-Will,
hija... Yo también quiero decirte que lo siento- se disculpo la Sra. Rosenberg- Me he
portado como un animal.
-Descuida,
mamá... todos lo hicimos.
-No,
pero yo he sido la peor. Lo siento mucho... quiero decirte que te comprendo. Sé lo
difícil que era para ti hablarme sobre esa... delicada cuestión, pero quiero que
sepas... que no importa el camino que escojas y lo que hagas, siempre serás
mi hija y te apoyare en todo. Te amo,
Will.
-Yo
también te quiero, mamá- llorando, la muchacha pelirroja la abrazo.
-A
ti también te quiero pedir perdón, Tara.
-Descuide,
Sra. Rosenberg. Todos caímos victima del hechizo de aquel anillo infernal.
-A
propósito, ¿dónde estará Buffy?- Giles miraba por una ventana hacia el exterior- Se ha
tardado demasiado.
-Esperemos
que este bien.
La
puerta de entrada se abrió. Sonriendo, la Cazadora retorno con sus amigos.
-¡Buffy!-
exclamo Dawn al verla, corriendo a abrazarla.
-¿Le
diste su merecido al Diablo?
-Si
y no, Xander. Tuvimos una pequeña batalla y el muy desgraciado la abandono.
-¿Se
fue así nomás?- Spike no lo podía creer.
-Pero
prometió volver.
Todos
se quedaron en silencio.
-Pero
no se preocupen. Si vuelve a pisar Sunnydale... yo misma voy a encargarme de él y para
siempre.
Sonrisa
general. Por el momento, habría paz.
-Dawn,
siento mucho lo que te dije... no era yo cuando...- Buffy sentía vergüenza.
-Lo
sé.
-Dios
santo, ese maldito casi hace que mate a mi propia hermana, ¿se dan cuenta? No le hizo
falta atacarnos directamente ni enviar a un ejército de demonios. Solo fuimos nosotros
mismos...
-El
peor mal es el que habita dentro de nosotros- recordó Giles- Controlarlo y doblegarlo es
nuestra misión.
-Si,
pero no dejo de pensar en lo horrible que se siente tener... ese tipo de sentimientos
dentro de una.
-Bueno,
considera esta aventura como una parte más de tu entrenamiento.
-Si
que me diste una golpiza- intervino Spike, bolsa de hielo en mano- Me dejaste la cara
estropeada.
-Entonces
algo bueno tuvo todo esto. Esa hace tiempo que me la debías.
-Muy
graciosa. Vamos a ver si te ríes cuando te llegue la cuenta del dentista... me arruinaste
los colmillos.
Todos
se rieron. Gracias a Dios, la locura se termino.
Pero
Giles sabía que solo era temporal. Ahora que el Amo de las Tinieblas hizo acto de
presencia, en persona, no pasaría mucho hasta que volviera a arremeter contra ellos.
La
pregunta era: ¿qué les preparaba para la próxima?
Fin
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