El Fin del Amanecer (X):

CUARTA PARTE

CAPITULO PRIMERO

Era tan extraño estar de vuelta en Sunnydale; la ciudad que había sido testigo de los mejores y peores momentos de su vida. “Bienvenidos a Sunnydale. Disfruten de su estancia”, leyó Buffy mentalmente mientras el coche pasaba de largo el cartel que les recibía a la Boca del Infierno.

Ángel le había tomado gusto a los hoteles, y allí fue donde acudieron en primer lugar, a un hotel abandonado en el que estaban instaladas Faith y algunas potenciales. Wesley también se encontraba allí poniendo algo de orden mientras Ángel estaba ausente.

La recibida fue muy rápida. Buffy notó que Faith no se comportaba con naturalidad delante de ella.

- ¡Eh, B! – le dijo como de costumbre - ¿lista para la batalla? Espero que lo estés  porque esto es un auténtico infierno. La ciudad está desierta, y los bichos esos con colmillos no paran de dar la lata. Nos vienen muy bien un par de guerreros más… con súper fuerza.

- Claro –fue lo único que respondió Buffy. Hubo un silencio incómodo durante unos segundos.

- Wes os dirá dónde podéis acomodaros – dijo Ángel – hay habitaciones de sobra para todos pero no todas están habilitadas.

Buffy no contestó, y Spike pasaba de él mirando por todos lados, cotilleando el lugar.

- Es por aquí – Wes se dirigió hacia las escaleras y Buffy y Spike le siguieron.

Se instalaron en habitaciones contiguas del segundo piso. Cuando Buffy cerró tras de si la puerta de su dormitorio, se sintió aliviada. Caminó hacia la ventana y la abrió y dejó que el aire entrara en la estancia refrescándole el rostro.

 

Durante el día, las potenciales entrenaban junto a Faith, y Wes a veces se les unía para impartir un poco de técnica. Ángel mientras tanto, estudiaba planos y documentos intentando averiguar algo más de El Primero y su centro de poder. Spike solía pasearse por el hotel a esas horas y Buffy permanecía en su cuarto por el día; si salía a estirar las piernas era durante unos pocos minutos. Le incomodaba tropezarse con alguien: con Faith, la ahora Cazadora, a la que envidiaba sobremanera, porque sabía que sentía lástima por ella y eso la hacía enfurecer; alguna potencial, que instintivamente se sentían nerviosas con cualquier vampiro, con o sin alma; Wesley, porque odiaba lo amable que era con ella después de lo borde que Buffy había sido cuando fue su vigilante; y desde luego, le preocupaba toparse con Ángel. Podía tolerar ya su presencia, pero aun así siempre lo evitaba y puede que fuera porque no quería olvidar lo que le hizo, como si estando con él, corriese el riesgo de bajar sus defensas y verle de nuevo como el Ángel del pasado.

Por la noche salían de patrulla; se dividían en dos grupos: Ángel y Faith iban con algunas potenciales, y Wes, Spike y Buffy se llevaban a otras; algunas se quedaban en el hotel. Un hechizo protector pronunciado por Wesley protegía el recinto de fuerzas malignas.

Una noche, al volver al hotel, Ángel comentó al grupo que ya era hora de llevar la iniciativa y dejar las rondas nocturnas para lanzarse en picado al centro del mal en Sunnydale. Eso era el instituto, mejor dicho, debajo de él. Tenían que bajar por el sello del que surgían los Ubervampiros y detener lo que fuera que hiciera que saliesen.

-Pero no sabemos que hay ahí abajo –dijo Wes – no podemos arriesgarnos tanto, y menos con las chicas.

- Ellas no vendrán – le respondió Ángel.

- Bueno, entonces de qué sirve todo el entrenamiento que han recibido – replicó Faith – algunas son realmente buenas.

- No contra una de esas cosas, Faith. Tú apenas puedes con uno sola.

- ¿Y se supone que ahí abajo hay muchos más?

- No lo sabemos – respondió Ángel – eso tenemos que averiguar.

- ¿Y luego qué? – Spike se introdujo en la conversación. Todos le miraron. Ángel no le contestaba. - ¿Cuál es el plan? Si hay uno, si, podremos con él, pero ¿y si no es así?, ¿y si hay cientos? ¿Y si hay algo más que supervampiros? Sería una carnicería… o mejor dicho una polvareda. No distinguirían tus cenizas de las mías en un millón de años.

- Pensaremos en algo – le cortó Ángel seriamente.- Pero no podemos seguir así para siempre, esperando que sean ellos los que ataquen, hasta que un día nos pillen desprevenidos. Hay que atacar y hay que hacerlo ya.

Buffy seguía la conversación como si no estuviera pendiente de lo que decían, pero en realidad estaba prestando atención.

- El medallón – dijo entonces ella. Los demás se giraron para verla; Ángel parecía asombrado gratamente, y Spike estaba extrañado. Buffy se dio cuenta que su intervención era todo un espectáculo para ellos. – La baratija que le dieron a él – no podía pronunciar el nombre de Ángel aun, pero todos sabían a quién se refería. - ¿es mágica? ¿Qué dicen los documentos de vuestra firma de abogados?

Ángel tomó aire antes de contestar.

- No está muy claro; es muy poderoso y probablemente muy peligroso… - como aprendido de memoria, Ángel le enunció lo que había leído sobre él - tiene un poder purificador, o un poder de limpieza... o de posibles burbujas depuradoras, la traducción es... – hizo un gesto de duda, Spike puso los ojos en blanco.

- De todas formas, otorga fuerza, llevado por la persona adecuada – añadió Wesley.

- ¿Y la persona adecuada es? – preguntó Faith.

- Alguien con alma – fue la respuesta de Ángel. Spike levantó una ceja y miró a los demás. Ángel se apresuró a añadir - Pero más fuerte que un humano, un campeón.

Se miraron unos a otros.

- Eso son cuatro de cinco – dijo Faith sonriendo – el vigilante queda excluido… no te ofendas – dijo mientras le miraba.

- Yo no me echaría flores, Faith… la cuestión del campeón es aun dudosa para algunos – esto pretendía ser una réplica a lo dicho por Faith, pero a todos les hizo recapacitar sobre ello. ¿Qué significaba ser un campeón? Hubo un silencio incómodo para todos.

Ángel fue quien reanudó de nuevo el tema; estaba decidido a bajar y se previó el ataque para el siguiente martes. Hasta entonces, irían preparándose bien, con todo tipo de armas, para cualquier imprevisto. Ángel incluso contactó con Los Ángeles, para atar algunos cabos también por allí, dejándole a Gunn encargado de un segundo frente.

 

 

CAPITULO SEGUNDO

Buffy salió a tomar algo de aire en un patio del hotel; Spike salió tras ella con paso lento; ella notó que la seguía pero no le importó.

- ¿Cómo te sientes, Cazadora?

Buffy le miró melancólicamente.

- No me llames así, Spike… - Spike le sonrío un poco.

- Es la costumbre, cielo… a veces cuesta.

- Sip – dijo ella suspirando. Hubo un silencio, y luego Spike se dispuso a marcharse.

- ¡Spike! – le llamó Buffy. Él se giró. Ambos se quedaron mirando, pero Buffy no decía nada.

- ¿Buff? – Buffy medio le sonrió.

- ¿Nunca te cansas? – le preguntó con intriga.

- ¿De qué?

- De todo… pero sobre todo de no alcanzar nunca lo que deseas…

- Depende de lo que desees. ¿Tú qué deseas? –le preguntó rápidamente.

Buffy se encogió de hombros.

- Deseaba paz… siempre he deseado todo lo que no podía tener.

- No te lo tomes a mal, pero eso lo hacemos todos… y eso nos hace querer vivir día a día… pero tal vez, si supiéramos que podemos alcanzar la meta, no sería tan fascinante el camino.

- Eres un filósofo – sonrío ella.

- Solía ser mejor poeta – dijo Spike devolviéndole la sonrisa.

- Pero con todos no funciona así.

- Puede que sea eso lo que tú crees… veamos, ¿tu querías paz? Recibiste paz.

- Duró muy poco – añadió.

- Siempre pasa con lo bueno – Spike le echó una profunda mirada que hizo que ella apartara la vista. Hubo un silencio y Spike se dispuso a marcharse de nuevo. Buffy volvió a llamarle:

- Gracias – le dijo rápidamente mientras él se giraba hacia ella. Spike frunció el ceño sin entenderla. – por no dejarme pasar por esto sola.

Spike intentó buscar con su mirada qué significaba aquello, la miró tiernamente, pero ella no respondió a esa ternura, simplemente le sonreía. Al final, Spike rompió el encanto del momento que empezaba a volverse embarazoso.

- Debo tener un problema… pero eso me lo han dicho muchas veces – Buffy soltó un soplido divertido – no abandono fácilmente. Además, no había nada más divertido que hacer; si el fin del mundo se acerca… ¿porque no participar de él para pasar a la Historia? – Buffy frunció el ceño y Spike sacudió la cabeza. – aunque no habrá historia a la que pasar si hay un fin del mundo… bueno, el caso es… - Spike bajó los hombros con un suspiro – tú ya me entiendes – Buffy asintió con la cabeza.

Aquella noche fueron juntos charlando hacia sus respectivos dormitorios; Ángel contemplaba el acercamiento de Buffy y Spike y el progreso de ella, y se entristecía de que por mucho que lo deseara, él ya no pudiera hacer nada por ella.   Se acordaba de su tiempo juntos en Sunnydale, de cuando ella era sólo una chiquilla arrogante e insegura al mismo tiempo, de cómo ella acudía a él cada vez que tenía problemas o cuando quería compartir con él sus experiencias. Él se sentía importante y eso le daba fuerzas para seguir viviendo. Pero él sólo le había devuelto sufrimiento, a pesar de que ella estuviera dispuesta a renunciar a miles de cosas por estar a su lado. Ángel había intentado no hacerla sufrir, pero era imposible; hiciera lo que hiciere, Buffy acababa herida por su culpa.

Los siguientes días, sin que nadie se diera cuenta, observaba a Buffy y Spike juntos a distancia. Se preguntaba cómo todo esto era posible; cómo habían evolucionado las cosas hasta llegar a ser como ahora eran. ¿Qué le diferenciaba de Spike, a aparte de los detalles de la restauración de sus almas? No habían sido las circunstancias lo que le había conducido hasta donde estaba ahora, sino él, Ángel lo había provocado todo; sus elecciones que él creía buenas y aunque realmente lo fueran objetivamente, puede que no hubieran sido las correctas en su caso.

- No debí haberme ido – susurró Ángel mirando al vacío.

- ¿Qué? – preguntó Wesley, que en aquel momento pasaba por su lado. Ángel le miró sorprendido, y se sintió azorado. Wesley intuyó que esa cara larga se debía a Buffy, no había que ser muy listo para saberlo. Wes le sonrió y le dio unas palmaditas sobre su hombro, recogió unas armas de la mesa al lado de la cual se encontraba Ángel y se marchó, dejándole solo en la estancia.

 

 

CAPITULO TERCERO

La patrulla se estaba complicando, cada vez aparecían más ubervamps y se hacía más difícil controlarlos. El grupo de Buffy, Spike y Wesley luchaba contra cuatro, y a duras penas podían con ellos. Buffy se movía ágilmente, aquello era lo suyo, pero los demás necesitaban mucha más ayuda, sobretodo las potenciales. El primer uber ya estaba hecho polvo por Buffy, ésta se sacudió las manos y enseguida se fijó en las tres potenciales que se defendían de otro; fue hacia ellas para socorrerlas, y prácticamente las apartó de la batalla; su pensamiento estaba en la lucha y poco a poco Buffy se iba creciendo como luchadora. “En cada generación, hay una Elegida. Una chica en todo el mundo con la fuerza y la destreza para …”. En ese instante, corriendo apareció Faith y Ángel y su grupo tras de ella para ayudarles. Las dos chicas se quedaron mirando a los ojos durante un segundo, entonces Buffy apartó la mirada esquivando un golpe. Spike y Wesley que luchaban con sendos vampiros agradecieron la ayuda.

Buffy seguía con el mismo vampiro; Wesley con unas potenciales ayudado por Faith, con otro; Spike estaba solo evitando que otro chupasangre se comiera a dos chicas… Ángel vio a Buffy sola y acudió para ayudarla. Buffy se sorprendió al ver al uber derribado por un golpe de Ángel, sin perder tiempo lo golpeó mientras se ponía de nuevo en pie. Los dos luchaban de forma casi sincronizada, como en los viejos tiempos. En ese instante, Buffy se fijó en Spike, luchando solo y siendo derribado continuamente. Casi sin pensar, mientras Faith y Wesley hacían polvo a su vampiro, Buffy dio una fuerte patada al uber arrastrándolo a varios metro de distancia, y corriendo se fue a socorrer a Spike, dejando a Ángel solo.

Buffy agarró al uber de Spike por el cuello y lo alejó de Spike, mientras éste se ponía en pie. El uber la cogió por el brazo y la tiró al suelo, pero ella se levantó casi de inmediato, y junto a Spike acabaron con él. Ángel por su lado, también acabó con el otro ubervamp después de recibir la ayuda de Wesley y Faith.

- ¿Estás bien? – le preguntó Buffy a Spike.

- Lo tenía bajo control

- Ya veo. –le sonrió ella mientras se acercaban al grupo.

- Cada vez hay más – dijo con preocupación Wes. – vienen todos del instituto.

- Pronto acabará todo – fue la réplica de Ángel en tono confiado. Al ver lo rotunda que había sido su contestación añadió - para ellos o para nosotros.

- Me encanta el optimismo, ¿os lo había dicho? – bromeó Faith. – Bueno, por esta noche creo que ya he tenido bastante.

Todos se dispusieron a marcharse al hotel. Buffy y Spike se distanciaron del grupo hasta que quedaron lejos de ellos. Caminaban en silencio hasta que Spike rompió el hielo.

- Ya les ha oído, el fin de los días está cerca, ¿por qué lado apuestas?

- Eso te lo dejo a ti, estoy a dos velas de gatitos – bromeó Buffy y Spike se rió.

- Nunca me libraré de ese estigma ¿verdad?

- Nop – sonrió ella. Y luego hubo otro silencio.

- Viendo el lado positivo… - volvió a decir Spike - … si fallamos puede que al fin encuentres la paz.

Buffy  resopló y frunció el ceño con desilusión.

- Eso no es seguro. Puede que lo que nos espere sea el tormento eterno. – dijo sin saber si lo decía en broma o en serio.

- Mmmmm…. Dejavue, no gracias.

Seguían caminando en dirección al hotel con paso lento, como si quisieran hacer durar el rato juntos.

- ¿Tienes miedo? – le preguntó él ahora en serio.

- No lo sé – Buffy se mordió el labio inferior – Creía que no. No me preocupa qué pueda pasarme. Pero me asusta ahora… - Spike la escuchaba atentamente y Buffy hizo una pausa poniendo un serio semblante. - … seguir sin lo que me da fuerzas. – Buffy apartó la mirada y Spike la miraba con brillo en los ojos. Ambos dejaron de caminar. Sabiendo ella que él la estaba mirando, cogió aire y le miró a los ojos. – Esta noche me asustó perderte.

Spike le sonrió con ternura.

- Estoy aquí – sus ojos mostraban también gratitud por las palabras de ella. Spike no lo entendía del todo, pero Buffy parecía emocionada, sus ojos se pusieron vidriosos al mirarle y apretaba con fuerza los labios. El vampiro se aventuró a dar un paso y puso su mano sobre el rostro de Buffy. Hacía tanto tiempo que no sentía su tacto. Ella ladeó un poco la cabeza acariciando la mano de él con su mejilla. El tiempo pareció detenerse, Spike estaba petrificado. Ella le besó la palma de la mano y luego se abrazaron. Spike la rodeó con sus brazos y ella le apretaba con fuerza; hacía tiempo que necesitaba una muestra de amor como esa, pero ella se había dado cuenta de eso ahora. Cuando se separaron, Buffy se puso de puntillas y le besó en los labios, y él le devolvió el beso volviéndose a abrazar.

Cuando llegaron al hotel, todo estaba en silencio; subieron a la segunda planta donde se encontraban sus respectivos dormitorios. Buffy cogió de la mano a Spike y ambos entraron en el de ella, mientras se besaban de nuevo cerrando la puerta detrás de si.

 

                                                                                        Capitulo 4