El Fin del Amanecer (II):

 

CAPITULO TERCERO

Buffy corría por la calle; ya estaba cerca de su casa, pero el tramo que le faltaba por recorrer le parecía interminable. Spike la seguía a pocos metros. Ambos iban sucios y con algunas heridas. La casa tenía los cristales de las ventanas rotos y la puerta estaba abierta. Buffy emitió un “no” inaudible llena de horror. Entró en la casa y lo primero que vio tras el desorden visible fue el cuerpo sin vida de Anya, con la cabeza girada a un lado y los ojos abiertos. Buffy corrió hacia ella, y se arrodilló ante su cadáver; Spike miró con tristeza a Buffy y fue a registrar la casa. Desde el comedor, llamó a Buffy para que fuera a donde él estaba.

-Oh, Dios mío – gimió, mientras se apresuró ante un montón de escombros en el comedor, debajo de los cuales había dos cuerpos. Ambos descubrieron los cuerpos de Willow y Xander. Buffy los miró con desesperación y rompió a llorar, mientras los examinaba buscando alguna muestra de vida en ellos. Spike estaba arrodillado junto a ella y trato de calmarla, pero Buffy lo apartó con violencia.

-No, apártate – le gritó entre sollozos. Y se volvió hacia sus amigos; acarició el rostro de Willow que parecía estar en paz, y luego el de Xander. Entonces se dio cuenta de que Xander aun seguía vivo.

-Xander, Xander, ¿puedes oírme? Oh Dios mío, Xander, dime algo. Spike llama a una ambulancia, rápido.

Xander entreabrió los ojos, estaba muy malherido, e intentó decir algo. Buffy le acariciaba el rostro con ternura, y entonces dijo:

-Buffy... Dawn – En ese momento, Buffy se horrorizó al pensar que algo le hubiera ocurrido a su hermana.

- Dawn... Él la tiene.

Spike se volvió a acercar tras llamar por teléfono. Buffy se levantó de un saltó y le dijo.

-Spike, escúchame. Quédate con él, que no le ocurra nada, por favor. Yo tengo que irme.

-Buffy no, no puedes ir sola.

-¡Spike! Por favor – dijo en tono de súplica – haz lo que te digo – aun se le asomaban las lágrimas en sus ojos.

- Espera e iré contigo.

-Debo irme ya, no hay tiempo que perder, tiene a Dawnie. Si algo le ocurriese – y rompió a llorar. Spike la abrazó mientras ella lloraba sobre su pecho. Entonces, Buffy lo apartó y se movió para irse. Pero Spike le cogió de un brazo para impedírselo, ella se giró y él le sujetó el otro brazo.

- No dejaré que lo hagas, no ves que...

- ¿No lo entiendes? No puedo dejar que muera, y si no voy ahora morirá. Él quiere que vaya, de eso se trata, de torturarme, de atacarme con lo que más me duele, y ya lo ha hecho – movió su cabeza hacia donde estaban Willow y Xander, Spike siguió su mirada y comprendió.- Necesito que te quedes, que te quedes con él, si sé que está contigo... me sentiré más fuerte. Pero debo irme ya.

Buffy movió sus brazos hacia fuera deshaciéndose de Spike y salió de la casa corriendo, sabía dónde encontraría a Ángel y se marchó en su busca.

 

CAPÍTULO CUARTO

La mansión estaba en tinieblas, Buffy entró casi sin aliento y sin precaución a gran velocidad mirando en todas direcciones buscando a su hermana. Conocía aquel lugar perfectamente pero ya no parecía el mismo, ahora tan falto de sentimientos gratos. Paró en seco en la entrada del gran pasillo principal, y al otro lado del mismo, cubierto por las sombras se encontraba Ángelus. Dawn estaba con él, indefensa entre los brazos de su raptor.

- ¡Suéltala! – gritó Buffy, intentando esconder su horror – ya estoy aquí.

- Buffy, Buffy, Buffy... siempre pensando que eres el centro de todo. ¿Por qué crees que iba a soltarla con lo divertido que es verte así?

- Dawn, tranquila, voy a salvarte – dijo Buffy intentando calmar a su hermana que había empezado llorar en silencio.

- Oh, si Dawn – Ángel giró bruscamente a Dawn, de manera que ella le viera la cara – no te preocupes, tu hermana mayor te va a salvar. ¿Sabes, Buffy? Siempre he admirado ese aire de superioridad en ti, te hacía tan deseable y tan... La brujita también dijo que tú la salvarías, pero... claro,  no puedes estar en todo. ¿Dónde estabas, por cierto? ¿Pasándotelo bien con Spike?

Buffy no podía seguir escuchando, la imagen de Willow muerta le vino a la cabeza y la furia la empujaba, pero no podía en esos momentos dar ningún paso en falso, porque la vida de su hermana estaba en juego.

- ¡Cállate! – dijo desesperada – y suéltala. – Ahora el horror se reflejaba en su rostro y las lágrimas empezaron a caer sobre sus mejillas.

- Los vampiros te ponemos, ¿eh? Primero yo, luego Spike. Lo cierto es que él y yo tenemos gustos muy parecidos, ¿no te parece? Pero yo las consigo primero; él sólo se queda con los deshechos.

Buffy dio un paso hacia delante dispuesta a lanzarse contra él si seguía hablando, pero en ese momento, Ángel apretó con su mano un poco más el cuello de Dawn, y ella hubo de detenerse y aguardar.

- Ángel – dijo Buffy pausadamente e intentando parecer calmada - ¿Qué quieres?

- Muy buena pregunta, ¿Que qué quiero?. ¿De verdad te interesa? Ahora mismo busco un poco de diversión, algo que se me ha negado durante más de tres años. Me viene a la mente la última vez que nos vimos,...  dejamos algo a medias.

- No, no dejamos nada a medias.- respondió secamente

- Si, ya no te acuerdas. Acatla, la lucha de espadas, todo aquello quedó incompleto.

- Yo te vencí, eres tú el que no se acuerda.

- Te equivocas, fue a tu novio con alma a quien venciste. Por cierto, muy bonito por tu parte hacerle eso. Yo creí que deseabas que volviera, y mira por donde...

- ¿Quieres venganza? ¿Qué quieres, Ángel? – preguntó desesperada.

Ángel no respondió; se quedó pensativo buscando una respuesta y cuando iba a dársela, cerró los labios sonriendo. Hubo un silencio, interminable para Buffy. Dawn seguía sujeta por Ángel, y no dejaba de mirar a Buffy, pidiendo con los ojos un rescate rápido.

Buffy observó a su hermana y con la mirada le expresó todo su dolor por no poder hacer nada por ella; luego miró a Ángel a los ojos, y sin separar la mirada de él, comenzó muy lentamente a caminar en su dirección. Ángel la miraba acercarse y esta vez no hizo ningún gesto amenazante para detenerla, sino que dejó que lo hiciera y parecía que eso fuera lo que deseaba. Sin separar los ojos de Buffy y con la media sonrisa aun en su rostro, giró el cuello de Dawn velozmente con sus grandes manos, matándola al instante. A Buffy no le dio tiempo a reaccionar; se quedó atónita al ver con qué rapidez el rostro de su hermana se había relajado. Ángel aun sostenía a Dawn con sus manos; la miró y luego miró a Buffy, que parecía estar en estado de shock y cuando ésta alzó la vista hasta coincidir con su mirada, Ángel levantó los hombros, y borró la sonrisa de sus labios.

- ¡Oopss! – soltó burlonamente y volvió  sonreír. Hubo un silencio tenso.- Verte así no tiene precio.

Buffy se abalanzó hacia él llena de dolor y furia, pero entonces Ángel interpuso el cuerpo sin vida de Dawn, que Buffy rápidamente cogió en sus brazos y se desplomó en el suelo con él.

 

                                                                                        Capitulo 5