SEGUNDA PARTE
CAPITULO PRIMERO
Las sábanas lo asfixiaban, se retorcía
bañado en sudor tratando de escapar de sus acciones pasadas que lo perseguían
continuamente, cuando estaba despierto, pero más intensamente cuando dormía. Y una
imagen no se separaba de su mente en ningún momento: Buffy. Él la había matado y era
incapaz de seguir viviendo con ello. Hacía días que no salía de su casa; desde que lo
trajeron de vuelta a Los Ángeles, no había vuelto a ser el mismo.
Ángel se despertó sobresaltado diciendo
el nombre de Buffy mientras abría los ojos. Se sentó en la cama y trató de calmarse. La
casa estaba en penumbra. Se frotó la cara con las manos y alzó la mirada. Había una
figura a varios metros frente a él. No sabía de quién se trataba, pero a medida que se
acercaba, se dio cuenta de quién era.
- No eres real dijo ansioso.
Buffy le sonrío, y siguió acercándose
hasta que solo quedó medio metro entre ellos.
- Claro que soy real. ¿Crees que no
estoy aquí porque tú me mataste?
Ángel se estremeció de dolor y bajó la
cabeza. Seguía sentado en la cama con las manos apoyadas en el colchón.
- Lo siento, Buffy, yo... rompió
a llorar en silencio sin mirarla a la cara.
Buffy alargó la mano hasta tocar con
ella la cabeza de Ángel. Él la sintió y lentamente levantó la cabeza hasta que se
quedó mirándola a los ojos. Estaba asombrado.
- ¿Buffy? y se levantó despacio
hasta quedar frente a ella. Buffy miraba hacia arriba para alcanzar su mirada y Ángel la
abrazó con fuerza.
- ¡Estás viva! ¡Oh, Dios mío, Buffy!
No sabes cuánto... le acarició la mejilla con su mano y la sintió fría. Buffy
seguía mirándolo sonriendo sin expresión. Ángel no comprendía. - ¡No! ¿Buffy?
- Ángel dijo ella. He
soñado tantas veces contigo. Tú conmigo también, ¿verdad? Lo sé, lo he visto.
- Eres...
- Lo soy. Como tú y como todos a los que
he convertido tantas veces en polvo.
- ¡Oh, Dios mío! No es posible.
- ¿Ah no? y le miró
inocentemente Es que no te acuerdas...
- ¡No! dijo Ángel sin querer
escuchar más.
- Tu beso mortal me dio nueva vida.
¡Qué ironía! La cazavampiros convertida en un vampiro. Ese fue tu plan maestro, no
pareces muy contento.
Ángel puso ambas manos en las mejillas
de Buffy y acercó su rostro al de ella mirando sus grandes ojos verdes. Ella se dejó.
- ¿Qué buscas, Ángel? acarició
sus manos y empezó a besárselas. - ¿Acaso no es esto lo que siempre has deseado? Seguro
que incluso yo lo deseé alguna vez, ser iguales, para que nada se interpusiera entre
nosotros.
- No, Buffy... dijo apesadumbrado.
Yo no quería que esto sucediera. Fue el monstruo que hay en mí. No yo. Yo
jamás...
Buffy le miró herida. Soltó sus manos y
él se dejó caer en el suelo apoyando su espalda en la cama con la cabeza entre sus
rodillas.
- Está bien, está bien, cariño
Buffy se agachó y le levantó la cabeza. No te preocupes más por ello. Mírame,
estoy bien. ¿Es que no te alegras de verme?
Él la miró con tristeza, pero no podía negar que no se alegraba de verla, y sonrió débilmente, confundido aun por sus sentimientos. Ella se acercó más a él y le besó los labios. Ambos se fundieron en un abrazo apasionado mientras se besaban, pero Ángel reaccionó y la apartó.
- No, quieta ella se abalanzó de
nuevo hacia él, pero él la detuvo hemos de decírselo a alguien. Hay que buscar
una...
- ¿Qué quieres decir?
En ese instante, la puerta se abrió de
golpe y Cordelia y Gunn entraron corriendo, cargando cada uno una estaca y una cruz de
madera.
- Apártate de él, Buffy dijo
Cordelia mientras le mostraba la cruz, Buffy
la rechazó, al igual que Ángel, que se cubrió el rostro con el brazo. Buffy se puso en
pie y se quedó mirando a Cordelia.
- ¿Crees que vas a poder conmigo con eso
sólo?
- No, Buffy, también he traído esto
y le enseñó la estaca. Buffy al verla se rió a carcajadas encontrado bastante
irónico todo aquello. Puede que no podamos contigo así, pero los demás están de
camino, así que mejor será que te marches y no vuelvas.
- Los demás, ¿eh? ¿Y quiénes son?
¿Cuáles son sus poderes? ¿Crees que podrán conmigo? ¿Con la cazadora?
- Podemos comprobarlo respondió
Cordelia con firmeza y ya no eres la cazadora, sino un vampiro más.
- Es cierto, Cordy. Un vampiro más, como él y ambas miraron a Ángel. - Tu crees que es una desgracia, pero no lo es. Soy más libre de lo que lo he sido nunca, puedo hacer lo que quiera sin preocupaciones, y puedo conseguir cualquier cosa.
- ¡Márchate ya!
Ángel seguía tirado en el suelo,
tratando de ignorar lo que estaba sucediendo, como si formara parte de una pesadilla de la
que trataba de despertar. En ese momento, aparecieron Connor y Wesley; irrumpieron en la
habitación casi cómicamente.
- No habéis tenido bastante antes
Buffy se dirigió a ellos burlonamente.
Buffy era el centro de la reunión, y los
demás excepto Ángel formaban un semicírculo a su alrededor, amenazantes pero
precavidos, pues ya se habían enfrentado a ella antes de que se dirigiera al hotel de
Ángel y sabían de lo que era capaz.
Ángel levantó la cabeza y contempló la
escena, pasó su mirada de Buffy a los otros, y decidió actuar. Nadie le observaba, todos
estaban pendientes de Buffy y sus movimientos. Se puso en pie, no estaba herido ni
enfermo, pero el peso de su recientemente recuperada alma le hacía sentirse débil y sin
fuerzas. Caminó hacia Buffy; pasó por delante del grupo casi sin prestarles atención.
Ellos se le quedaron mirando sorprendidos y con temor.
- No sigas Ángel le advirtió
Connor.
Buffy le veía acercarse con la cabeza
girada a un lado. Ángel se detuvo a un metro de ella.
- Buffy, por favor dijo suplicante
déjales.
- No les estoy haciendo nada
replicó ella alegremente.
Mientras Buffy seguía mirando a Ángel,
Gunn se abalanzó sobre ella, y Connor hizo lo mismo. Los tres comenzaron a pelear, Buffy
era demasiado fuerte y astuta, y no lograron reducirla. Lanzó a Gunn hacia la pared,
Connor la atacó pero ella le esquivó, le giró el brazo hacia su espalda con una mano y con la otra le rodeó ferozmente el
cuello. Connor no podía defenderse; el dolor del brazo era intenso y la presión en el
cuello lo estaba dejando poco a poco sin sentido.
- ¿Es esto todo lo que se os ocurre?
- ¡Suéltale Buffy! gritó
Cordelia asustada. Buffy hizo un gesto levantando una de sus cejas.
Buffy emitió un sonido de dolor y
arqueó un poco su espalda mientras soltaba a Connor hasta dejarlo caer al suelo. Ángel
la había golpeado por detrás.
Ángel fue hacia Connor para comprobar
cómo se encontraba, pero sólo recibió una
mirada de furia de su hijo. Todos estaban paralizados, incluso Buffy; esperaban el
siguiente movimiento de Ángel. Éste se levantó del suelo, y al mismo tiempo lo hizo
Buffy que no apartaba su mirada de él.
- Parece que papi ha hecho algo mal
dijo con burla. - ¿Por qué me has hecho eso, Ángel? Lo estaba haciendo a tu
estilo. Lo aprendí de ti.
Ángel la miraba horrorizado; por dentro
agonizaba, el dolor de ver a Buffy convertida en un monstruo, ver a sus amigos y a su hijo
presenciando esa escena era algo que apenas podía soportar, y todo ello era culpa suya.
¿Cómo podían arreglarse las cosas? Buffy ya no era Buffy, dialogar con ella no sería
una buena idea, con muy pocos vampiros funcionaba, y matarla... No.
- Buffy, no les hagas daño, por favor
intentó apaciguar las cosas.- Siento haberte convertido en lo que eres.
- Soy lo mismo que eres tú.
- ¡No! contestó Cordelia. Todos se quedaron mirándola. Sabes muy bien que él no es como tú. Es un vampiro, pero tiene alma ahora.
- ¡Oh, si! ¡Alma! dijo Buffy irónicamente. Eso se da mucho por aquí. Pero no deja de ser un ser de la oscuridad, créeme lo sé. El alma puede que te dé más fuerza de voluntad para esconder tu verdadera naturaleza, pero no la destruye, sino que se contiene hasta que ....
Se oyó un ruido procedente de fuera, y
luego Spike apareció por la puerta. Buffy soltó un respingo, y los demás se quedaron
mirándole.
- Lo que faltaba murmuró
Cordelia.
Spike no entró, se quedó en el umbral
contemplando la escena con un semblante de seriedad. Buscó a Buffy y se encontró con la
mirada de Ángel. Spike jamás podría perdonar lo que le había hecho a Buffy y a él
mismo, convertirla en un vampiro. Y a pesar de eso, no
podía dejar de amarla, ni podía abandonarla, y ahora vivía una existencia aun más
dolorosa que cuando ella era humana. Su alma, sus recuerdos,... Y ahora obligado a olvidar todo eso para formar
parte de ella, sin dejar de atormentarse cada día que pasaba.
Al principio, Spike había ido ilustrando
a Buffy sobre su naturaleza de vampiro intentando omitir la parte de la caza de humanos.
Creía que si la acostumbraba a alimentarse de animales o de lo que él sacaba de la
carnicería, ella no dañaría a nadie. Pero se equivocaba, era una depredadora y eso es
algo innato en los vampiros. Solía salir sola de caza mientras Spike merodeaba por los
caminos o por las tiendas de comestibles al anochecer. En ocasiones, la había visto a los
lejos, había observado su rostro de satisfacción tras una muerte. Antaño hubieran
formado una buena pareja, hubieran sido felices, seguro que más de lo que lo había sido
con Drusilla; pero ahora, ver aquello lo hundía cada vez más, aunque no lo dejaba ver.
Siempre aparentaba fortaleza delante de ella, pero no podía engañarla, y ambos sabían
eso.
- Buffy, vamos, ya es hora de que
abandones la fiesta; estos chicos no parecen muy felices con tu presencia dijo
Spike con ironía pero sin sonreír. Buffy le miró como si le hubiera aguado la
diversión a presentarse allí.
- ¡Mi caballero andante!
respondió sonriendo.- Siempre tan atento conmigo. Nunca me abandona. Deberías aprender
algo de él, Ángel.
Ángel miró a Spike con desconcierto y
pudo sentir todo el odio que desprendía éste al mirarle. Spike no le caía bien, ni
siquiera con alma, pero los ojos del vampiro rubio no solo mostraban odio y desprecio sino
que le recordaban más que nunca que él era el culpable de todo, sólo él.
Buffy se abrió paso entre los chicos
hasta llegar a la puerta junto a Spike. La pandilla la dejó marchar sin objeción, pues
no iban a poder con ella. Si alguien podía, ese era Ángel, pero todos sabían que ese no
era el momento.
Antes de marcharse, Buffy miró a Ángel
y le sonrió con tal dulzura que éste podía ver en ella a la Buffy de antes, la humana,
la niña a la que había amado.
- Ya nos veremos, Ángel y se
marchó seguida de Spike.
CAPÍTULO SEGUNDO
- ¿Por qué no dejas ya de entrometerte?
- No puedo, ya lo sabes.
respondió Spike con furia.
- ¿Qué no puedes? Es muy sencillo, tan
solo déjame hacer mi trabajo. Yo te dejo hacer lo que quieres, ¿no? ¿Acaso te digo yo
cómo has de cazar tus malditas y asquerosas ratas o tus perritos perdidos y abandonados?
Spike aguantó su frustración
mordiéndose los labios y esbozando una sonrisa forzosa. Ambos estaban cara a cara en
medio del cementerio. Buffy con las manos apoyadas en la cintura, esperaba a ver qué
tenía que decirle Spike.
- Puedes vivir sin necesidad de hacerlo.
- Sobrevivir, mejor dicho. Eso es lo que
tú haces, y mírate, por favor. Eres patético. Si no te gusto, déjame, no entiendo por
qué sigues aun como un perrito faldero detrás de mí.
- Yo tampoco, créeme. dijo Spike
intentando eludir una respuesta más detallada. pero ese no es el caso.
- ¿Y cuál es el caso? Somos vampiros,
al menos yo lo soy, ¿tú qué eres, Spike? Spike se rió de su pregunta. En
serio. El alma no te ha cambiado, sigues sin poder ser ni un hombre ni un vampiro, igual
que cuando no la tenías.
- Eso era diferente dijo Spike con
desagrado. Tenía un chip en la cabeza, no era igual que ahora; entonces no sentía
lo mismo Spike se quedó en silencio dubitativo, sus palabras le estaban
confundiendo.
- No vas a poder cambiarme, y lo
sentiría por ti sino fuera porque me encanta verte tan afectado. Spike la sujetó
bruscamente del cuello lleno de furia. Buffy se sobresaltó pero luego le sonrió
maliciosamente. Por lo visto, lo
nuestro tampoco ha cambiado.
Spike la soltó de repente, dejándola
libre y la miró herido; esas últimas palabras le habían hecho más daño que nada que
le hubiera dicho antes. Sabía que su relación con Buffy tras recuperar su alma no había
sido la misma que cuando no la tenía; a veces había creído que ella incluso le amaba,
le había parecido verlo en sus ojos, pero les faltó tiempo a ambos; Ángelus apareció y
todo se estropeó. Y le parecía imposible que aquella Buffy que tenía delante fuera la
misma; en realidad no era la misma, pero seguía teniendo un lado de la auténtica Buffy,
su lado oscuro, y eso él también lo había amado en ella.
- Cállate... por favor. dijo
entonces entrecortadamente y desvió la mirada. Buffy seguía con la sonrisa en la boca.
Spike dio media vuelta y se dispuso a marcharse.
- ¿Eso es todo? Vaya, qué decepción,
esperaba una buena pelea, como en los viejos tiempos, ¿qué querías?
- Deja de hacer daño a gente inocente
respondió mientras se marchaba.
- También esos perritos tuyos son inocentes, ¿sabes? le gritó ella con burla.