TERCERA PARTE
CAPITULO PRIMERO
A veces el tiempo pasa rápidamente sin darnos cuenta; sin embargo, puede que al mirar atrás nos sorprendamos de lo cercanos que están ciertos recuerdos que ocurrieron hace tiempo: del colegio, del instituto, y de la reciente nueva vida; y ahora recomenzar esa nueva vida. Una nueva ciudad, un nuevo empleo y un futuro aun sin planificar, ¿para qué?. Vivir el momento es lo que haría a partir de ese momento, vivir cada momento con tranquilidad y precaución, alejándose del peligro y de las situaciones extrañas. Ahora le resultaría más fácil, también más aburrido, menos excitante; pero Xander creía que ya había tenido suficientes aventuras para un hombre de su edad y además sin superpoderes. Sus mejores amigas, es decir, su familia había muerto. No pudo evitar su muerte; ni siquiera pudo vengarse. Lo último que recordaba era el pánico al ver a Buffy convertida en un vampiro. Después oscuridad, para despertarse empapado y a punto de coger una pulmonía en un callejón vacío, desconcertado, sin saber qué hacer. Se dio cuenta que habría de desistir en lo de la venganza; al fin y al cabo, él era sólo un hombre contra criaturas de la oscuridad. El ansia de venganza desapareció en su estado inconsciente aquella noche. Ahora sólo sabía que tenía miedo.
Lo primero fue abandonar Sunnydale, Los Ángeles y alrededores. Marcharse lejos de aquel imán de fuerzas demoníacas. Pensó en Nueva York, luego en el norte, bordear la costa hasta la frontera; llenó el depósito del coche y se despidió de su pasado. ¿Quién le iba a decir que algún día abandonaría aquel lugar?
El coche le dejó tirado en San Francisco, ni siquiera había podido salir de California. Se instaló en una ciudad cercana a Berkeley: nuevo trabajo, nueva casa aunque fuera alquilada una nueva vida al fin y al cabo. Ahora le quedaba enterrar poco a poco los recuerdos dolorosos.
CAPÍTULO SEGUNDO
Xander salió de la oficina poco después de las 6, se había entretenido con el papeleo de un nuevo proyecto de obra; normalmente salía más temprano del trabajo, antes de que empezara a oscurecer. Quería darse prisa en llegar a casa. Aquella ciudad parecía bastante tranquila, no se había tropezado aun con ningún elemento extraño, mágico o místico, pero aun así no quería confiarse. Hacía dos días que por su barrio rondaba una extraña figura. No sabía de quién se trataba; llevaba una capa negra hasta las rodillas con capucha que le ensombrecía el rostro. Podía tratarse perfectamente de algún indigente, pero por si acaso quería llegar cuanto antes a la seguridad de su hogar.
Durante el trayecto se había hecho completamente de noche. Aparcó en frente de su casa, salió del coche y se dirigió a la puerta. Buscó las llaves en su chaqueta con rapidez y cuando por fin fue a abrir la puerta alguien le susurró:
- Xander
Xander se dio la vuelta rápidamente y se encontró cara a cara con Buffy. Emitió un débil grito de horror. Apresuradamente giró la llave en el cerrojo y entró en la casa cayendo al suelo. Buffy se inclinó hacia él para ayudarle pero la barrera invisible contra vampiros en la puerta la obligó a detenerse. Xander desde el suelo la miraba asustado. Ella era la figura que había estado viendo esos días; llevaba aquella capa oscura, pero ahora sin la capucha.
- No te acerques, no entres decía nervioso.- No, no voy a invitarte, así que márchate.
- Xander, tranquilo. No voy a hacerte daño. intentó calmarle Buffy.
- Claro, eso se lo dirás a todos. Vamos, vete.
- En serio, no quiero hacerte nada; solo hablar. Xander la miró con escepticismo - ¿estás bien?
Xander se levantó del suelo y dio un paso hacia atrás; puso una mano en la puerta dispuesto a cerrarla, pero entonces se percató del maletín que se había quedado al otro lado de la puerta. Buffy también se dio cuenta de ello. Lo cogió y se lo pasó amistosamente. Él dudaba en cogerlo.
- ¿De qué quieres hablar? ¿Qué es lo que quieres? preguntó Xander.
- Quería saber qué tal estabas, cómo te va. contestó Buffy con una pequeña sonrisa. Xander levantó una ceja y sonrió irónicamente.
- De maravilla, ya ves. Hubo una pausa. Ambos se miraban seriamente. - ¿tienes pensado matarme? Es decir, en cuanto me descuide, ¿irás a por mí?
- ¡No! contestó rápidamente. Claro que no.
- ¿Sabes? No te creo. ¿Está Ángel también por aquí? Xander ojeó por los alrededores. Buffy apretó los labios.- ¿es esto algún tipo de juego?
- Estoy sola Buffy bajó la cabeza no estoy con ellos.
- La última vez no me pareció eso. Buffy volvió a mirarle a la cara. - ¿Qué es esto? ¿Qué vas a decirme? ¡Oh, espera! ¡Ya lo tengo! Eres un vampiro con alma, ¿verdad?.
Xander detuvo un momento el movimiento de sus brazos que acompañaban sus palabras y captó la tristeza en el semblante de ella, y sin saber cómo comprendió que acababa de dar en el blanco, aun habiendo dicho esto sarcásticamente.
- ¡Oh! ¡Vaya! Entonces, ¿eres tú de nuevo? ¿Buffy?
Buffy asintió con la mirada.
- ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quién te ha ?
- Aquella noche en el callejón, supongo que fueron los amigos de Ángel, e ignoro cómo.
- ¿Es eso cierto? Xander parecía más contento. Buffy lo siento. Siento lo que te ha pasado.
- Lo sé.
Ambos se quedaron mirando el uno al otro casi con lágrimas en los ojos.
- Buffy, esto ha sido muy duro para mí. Buffy asintió. ya no he querido correr más riesgos, por eso me marché.
- Hiciste bien.
- Yo no puedo invitarte a entrar.- Buffy no se movió.- lo siento.
- Oh, lo entiendo, Xander. Ni siquiera te lo he pedido. No te lo pediría. Buffy intentaba ocultar el dolor por lo que acababa de escuchar.
- Tú sigues siendo un vampiro.
- Está bien, Xander, en serio. Yo quería saber de ti, sólo eso. Te he estado observando varios días.
- Yaaa
- No sabía muy bien cómo entrarte. Xander sonrió.
- Lo has hecho muy bien, casi no me provocas un infarto. Buffy sonrió.
- He estado mucho tiempo dando vueltas, yendo de un sitio a otro, intentando ¿ya sabes? Adaptarme. Pero es difícil. No me quedaba nada de lo que yo era. Pero tú aun estabas por aquí. Buffy levantó los hombros.
- Si dijo duramente.
CAPÍTULO TERCERO
- Si, lo recuerdo. Nos lo pasábamos bien juntos.
- He de confesar que la mitad del tiempo estaba aterrorizado. Incluso salir con Cordelia me daba miedo.
- Bueno, tenías tus motivos Buffy sonrío y enseguida dejó de hacerlo. Bueno no, ahora sí los hubieras tenido.
- ¿Qué?
- Nada. Eh, ¿y aquella vez que te confundieron con el camarero de aquel bar y estuvieron toda la noche pidiéndote bebidas?
- Si, fue entonces cuando me di cuenta de mis opciones para el futuro. Y que nunca debes ponerte pajarita para salir de marcha.
- Siii. ¡Hey!, ahora estás bien situado.
- Si, no me puedo quejar. dijo Xander convencido.
Xander y Buffy pasaban muchas noches charlando en el porche, haciéndose compañía el uno al otro, hablando la mayor parte del tiempo de nimiedades y recuerdos, intentando no rozar viejas heridas. Los primeros días, Xander se quedaba dentro de casa con la puerta abierta y Buffy fuera; se sentaban en el suelo, cada uno a un lado del umbral. Pero con el tiempo, se dio cuenta de que aquello era una tontería, confiaba en Buffy, pero aun temía invitarla a entrar en su casa, y como ella nunca lo mencionaba, finalmente era Xander quien salía afuera para las charlas nocturnas.
Al principio, se contaron qué había sido de sus vidas desde la última vez que se vieron. Xander le explicó su intento de huida lejos de la Boca del Infierno, y Buffy le contó muy parcamente, qué hizo tras recuperar su alma.
Spike impidió que se clavara una estaca aquella noche en el callejón, y estuvo haciéndolo allá donde fueran durante días hasta que se dio por vencida. Durante un tiempo estuvieron viviendo en una cripta en un cementerio de Los Ángeles, pero ella no soportaba la compañía de otro vampiro, porque le recordaba lo que era realmente. Spike la cuidaba y la obligaba a beber sangre para sobrevivir, pero no podía curar su dolor. Ambos se hacían daño mutuamente cuando se miraban a los ojos. Spike la conocía y comprendía por lo que estaba pasando, él mismo se había odiado al recuperar su alma. Buffy también sabía por lo que estaba pasando Spike al verla así. Sus almas se comprendían, estaban más unidas que nunca, pero Buffy no quería eso, no quería más dolor, solo rechazar lo que ahora era.
Una noche, salió a pasear como tantas otras a solas, y ya no volvió. Spike la esperó durante días, aunque a las pocas horas de su ausencia ya sabía que lo había abandonado.
- ¿No crees que vaya en tu busca? preguntó Xander.
Buffy no le contestó, levantó los hombros mostrando indiferencia.
- Bueno, si lo hace espero que no te encuentre. Este lugar es bastante tranquilo, no quisiera que lo gafara. Él y Ángel ya sabes que nunca me
Xander dejó de hablar de golpe al ver el rostro de Buffy al mencionar el nombre de Ángel. Buffy apretó los labios e hizo como si tomara aire.
- Es curioso dijo sonriendo Puedo fingir que respiro aun cuando no lo necesito. He de irme ya.
Xander le sonrío amigablemente, sabiendo que había sido un error nombrar a Ángel, y comprendiendo que quisiera marcharse para estar a solas. Siempre sola. Esa era Buffy.
Mientras rondaba por la calle antes de volver a su guarida, Buffy observaba todo lo que la rodeaba sintiendo que ya no pertenecía a ese mundo. Con tristeza se puso la capucha para ser ella la que se aislara de su entorno, y entonces sintió algo. Se detuvo un instante, cerró los ojos y sin esfuerzo comprendió qué ocurría. Abrió los ojos y emprendió la marcha con decisión, dejando atrás una sombra envuelta en humo.