Un amor más allá de la muerte:

 

     Capítulo XII

 

Buffy y Spike se encontraban frente a frente. Él la miraba fijamente, por su mente pasaban en pocas décimas de segundo muchas imágenes de su vida pasada. Recordaba el amor tan grande que sentía por la mujer que estaba frente a él, todo lo que había hecho por ella, pero también recordaba el sufrimiento, el dolor que el estar a su lado le producía, sus desprecios, sus insultos, como lo usó para sentirse viva, como lo confundía con su comportamiento pareciendo que entre ellos dos había más que una simple amistad cuando al final....., no era nada, al menos él así lo sentía, ella así se lo hizo sentir. Veía cada momento en los que él quedó por debajo de ella, veía y oía las escenas como si las viviera de nuevo, como si de una obra de teatro se tratara en el que él era el secundario y ella la protagonista, en las que ella se lo recordaba que era inferior a ella, que era un monstruo.... . Después consiguió su alma por ella pero no era suficiente, el daño que se habían infringido el uno al otro ya no podía ser salvado por nada, era una barrera demasiado alta incluso para su amor, si ella al menos le hubiera amado a él con la misma intensidad con la que él la amaba a ella...., las cosas podrían haber sido diferentes, pero ella no lo podía amar así, y nunca lo llegaría amar así, lo sabía. 

 

Ella también lo miraba fijamente, no se creía que el momento que más había deseado en los últimos meses por fin llegara a producirse. Admiraba su bello rostro, más infantil y tierno que el del Spike que ella conocía. Sólo mirarle hacía que su corazón latiese con más intensidad, a su mente llegaron las imágenes del día en que él sacrificó su vida por ella y por el mundo dotándola de la vida normal que había soñado durante toda su vida de cazadora. Recordaba la cara de dolor mientras los haces de luz salían del medallón quemando su piel como fuego, recordaba la llama nacida del amor que sentían el uno por el otro cuando sus manos se unieron en una sola, recordaba con claridad cómo ella le había expresado sus sentimientos para descubrir con horror que él no la creía. Quizás ella no había estado lo suficientemente convincente, quizás sus palabras sonaron a hueco, inertes, quizás no tenían la intensidad suficiente para hacerle sentir amado, quizás ella no estaba preparada aun para amar, quizás necesitaba un tiempo del que carecía, pero eso ya daba igual, demasiados quizás que quedaron en el pasado. Allí dejó morir a su amor, entre fuego, luz y piedras, allí enterró la poca dignidad que le quedaba. Ahora los momentos malos sólo eran recuerdos borrosos en su mente, el intento de violación y todas las veces que ellos se habían castigado con palabras y golpes quedaban en un segundo lugar, quedaban sumidos en la oscuridad de su cerebro, sumidos en el olvido para nunca más atormentar su mente.

 

Allí estaban los dos chicos frente a frente. El tiempo para ellos no parecía pasar, los dos, sumidos en sus pensamientos parecían no darse cuenta de que el tiempo corría. Él sentía el dolor de su anterior vida, ella sentía en toda su magnitud el amor que el vampiro le había entregado sin pedir nada a cambio. Él sólo recordaba el dolor, fueron pocos los momentos en que se había sentido amado. Por más que intentaba descubrir  la razón de su amor por aquella mujer lo único que encontraba era dolor, pena y sufrimiento.

Ella recordaba su calor, aun siendo un ser sin calor corporal, él la hacía sentirlo, era capaz de transmitirle calor con solo una mirada, con sólo una caricia, con un tierno beso.

Pero seguían parados el uno frente al otro sin mediar palabra, sólo pensando.

 

Ella comenzó a andar hacia él, sus pasos eran lentos e inseguros, no sabía muy bien lo que debía hacer pero allí estaba, caminando con miedo hacia el vampiro que tanto amaba. Se colocó frente a él y con su mano derecha acarició su dulce rostro haciendo que el vampiro temblara en cada uno de sus movimientos. Él cerró los ojos, tomó una bocanada de aire y su mente voló lejos.

Recordó una sonrisa, unas manos que lo acariciaban haciéndole sentir el hombre más feliz de la tierra, unas palabras que lo hacían sentirse una persona. La figura de la persona que le hacía sentirse bien estaba borrosa, de ella emanaban sentimientos, palabras llenas de amor y deseo, llenas de cariño. De ella emanaba una bondad que lo hacía admirar a esa pequeña joven que se escondía tras un velo de miedo, dolor y soledad. Él se identificaba con esa persona, los dos tenían tantas cosas en común....., y por más que buscaba no encontraba odio entre ellos, no encontraba golpes, dolor, no encontraba indiferencia. Una sonrisa se dibujó en los labios del vampiro recordando los buenos momentos pasados con esa sombra que aparecía ahora en su mente recordándole su existencia.

 

Buffy vio dibujada la sonrisa en el rostro de Spike, supo entonces que era el momento, supo entonces que debía de demostrarle en ese momento que ella lo amaba como a nadie había amado hasta entonces. Se acercó a él y suavemente depositó un beso en sus labios. Él, sin abrir los ojos aun siguió el movimiento de su boca y capturó el beso que la joven tan apasionadamente le ofrecía. Ella lo abrazó fuertemente pegándolo contra sí intentando evitar que el vampiro volviese a salir de su vida de nuevo. Él también las rodeó con sus brazos, unos brazos fuertes y musculosos que la hacían sentir segura envuelta en ellos.

 

Mientras todo esto ocurría, desde el umbral de la puerta Gwen veía horrorizada como el vampiro al que tanto amaba, el vampiro que la había hecho sentir no sólo amada sino también el que la había enseñado a amar, a sentir, a no huir del miedo, a afrontar los temores, a aceptarse como lo que era, una chica especial, estaba en brazos de otra mujer, él había elegido.

El dolor se le clavaba en el corazón como una estaca, estaba observando delante de sus ojos como ese vampiro al que tanto quería estaba en brazos de su antiguo y gran amor. Todo estaba ya claro, él la había recordado, su amor fue tan grande que ni la muerte los había podido separar. De sus ojos brillantes por la emoción cayeron dos lágrimas que significaban el fin de la esperanza, el fin de lo que ella creía un amor entre los dos, el fin de sus ilusiones y de sus deseos.

La joven frotó sus ojos con una de sus manos y se dio la vuelta para no sentir más la punzada de dolor que la atravesaba el cuerpo de arriba abajo al ver la escena de ese beso tan pasional. Se fue sin mirar atrás llorando por dentro la pérdida de un amor que podría haber llegado a ser tan grande como intenso, asumiendo así la derrota.

 

Gwen salió corriendo del Hotel de forma desesperada. En su camino tropezó con Fred a la que casi tiró de un fuerte golpe. No podía parar de correr, la escena del beso pasaba una y otra vez por su mente como si de una película antigua se tratara. La noche ya caía, la luna llena se erguía en el centro del firmamento desafiante mientras la joven seguía corriendo sin mirar atrás, con el corazón destrozado.

Sin quererlo sus pasos le habían llevado a la azotea del edificio donde Spike y ella se habían besado por primera vez. Parecía que nada hubiese cambiado, la luna también era llena cuando ellos dos se miraban procesándose un amor que ahora yacía roto en mil pedazos. Allí, con el único testigo de la luna en esa noche fatídica, Gwen cayó al suelo de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente tapándose el rostro con sus manos desnudas.

 

Mientras en el Hotel Hymperion........

 

Los dos jóvenes seguían unidos aun captando los sabores y olores que cada uno de ellos desprendía, unos sabores ya conocidos, unos olores añorados y perdidos en el pasado.

La mente de Spike seguía oyendo una y otra vez las dulces palabras que salían de esa sombra que lo tenía cautivado, de esa persona que desde un principio lo había aceptado por lo que era. La sombra poco a poco se desvanecía quitando la venda que cubría los ojos del vampiro que no le permitía ver a la persona que verdaderamente ocupaba su corazón. Poco a poco pudo ver que la persona que allí aparecía no era su amor pasado, no era ese amor que él creía inmortal, que él creía indestructible. La chica que allí aparecía no era otra que Gwen, la joven con la que tan buenos ratos había pasado y que tanto le había ayudado desde su regreso. Comenzó a abrir los ojos mientras por su mente pasaban todos los momentos compartidos con la joven, momentos en los que reían, lloraban de emoción, en los que se besaban..., en ninguno de ellos existía el odio o el rencor, ella siempre había estado junto a él, apoyándole, ayudándole... . Abrió los ojos para comprobar que la mujer a la que estaba besando no era su amor, no era la que ahora ocupaba su corazón. Se sentía un traidor. De repente se separó bruscamente de Buffy, ella quedó estupefacta ante el rápido y repentino movimiento del vampiro. Él no dejaba de mirarla, de ver lo que había hecho, de sentirse mal, de sentirse sucio. La miraba fijamente mientras en el rostro de ella se dibujaba la sorpresa y el miedo. Ella volvió a acercarse al vampiro pero éste se apartó de su lado dejando a una Buffy aun más confundida y desesperada;

Spike: No puedo seguir, Buff, ya no... –el vampiro miraba a la chica con los ojos brillantes por la emoción, unos ojos que ahora expresaban el dolor, el miedo y la decisión ante lo que iba a hacer-

Buffy: Spi......, Spike –las palabras no lograban salir de su garganta, un gran nudo le impedía casi hasta respirar- Qué intentas decirme?? –la voz de la joven era suplicante, no quería entender lo que el vampiro le intentaba decir pero en el fondo, por mucho dolor que eso le infringía, sabía perfectamente que lo que él intentaba decirle era una despedida. En su cara se dibujó una mueca de horror, de miedo a volverlo a perder, se sentía perdida y desilusionada, nerviosa y temerosa-

Spike: Lo siento Buffy, nuestro tiempo ya pasó, yo ya no siento lo mismo –el vampiro la miraba directamente a los ojos, en su mirada estaba dibujada la pena pero a la vez la esperanza de una nueva vida- me han dado una nueva oportunidad de vivir mi vida de una forma diferente, sin el dolor y el daño que nos hicimos, sin la sombra del odio y el miedo...., lo siento...

Buffy no podía creer lo que estaba oyendo. El vampiro que tantas cosas le había perdonado, que siempre volvía dando igual lo que le hubiera hecho o dañado..., se negaba ahora a regresar con ella.

La chica comenzó a llorar viendo que sus esperanzas se habían roto en mil pedazos, tantos como en los que estaba roto su corazón.

Buffy: No, no, no....., Spik... –a la chica le costaba hablar por las lágrimas que no dejaban de caer por su mejilla, se le hacía difícil incluso respirar- No me puedes hacer esto..., no puedes!!!!! –la joven cayó de rodillas mientras lloraba desconsoladamente- No lo entiendo Spike, yo pensé que tú me querías!!!

El vampiro se agachó y se puso frente a ella. Su cara mostraba la tristeza de ver así a la chica, una chica que no había mostrado sus sentimientos hacia él en ningún momento y que ahora en el momento del final, no podía parar de llorar por el pasado.

Spike: Mírame Buff......, por favor, no llores... –Spike acariciaba la larga melena de la chica intentando tranquilizarla- Mírame Cazadora!!

Buffy levantó la mirada hacia la del vampiro. Sus ojos estaban hinchados por el llanto y la cara expresaba el horror de admitir que tu gran amor ya no es tuyo, que pertenece al pasado.

Spike: Mira Buff, yo morí por ti, morí por el mundo, ahora lo recuerdo. Recuerdo también mi vida pasada, una vida marcada por el dolor y el sufrimiento. Recuerdo mi amor por ti porque eso, Cazadora, nunca lo podré olvidar –su mano acarició la mejilla de la chica que cerró los ojos ante el paso de esa mano suave y sedienta de cariño- Mi amor fue algo muy grande, aun ahora sé que te amo, de una forma diferente, pero es amor..... .

Los Poderes Superiores me dieron una nueva oportunidad de vivir mi vida, Buff, un regalo que no puedo despreciar.

Buffy: Pero Spike, ......, yo te amo!!!! Por qué no puedes entenderme??? Por qué?? –la joven rompió a llorar de nuevo-

Spike: Lo sé, luv, ahora lo sé, pero ya es demasiado tarde para nosotros. No puedo volver contigo, sería volver a mi antiguo yo, a un yo del que no me siento orgulloso. Cuando te miro sólo veo los malos recuerdos Buff, porque para mí no hubo alegría en nuestra relación. Tú siempre me hacías sentirme pequeño, siempre inferior a ti. Me usaste, me utilizaste para sentirte bien, incluso cuando tenía alma lo hacías. Jugabas conmigo sin importarte lo que yo sentía o lo que sufría por ello. No, no quiero volver a sentirme así nunca, me entiendes?

Buffy: Pero yo...., no estaba preparada para amarte, ahora lo estoy!!!!

Spike: Sí, pero yo no lo estoy para amarte a ti. Las cosas han cambiado, ya no soy el Spike que conociste. Ahora disfruto de la vida como hacía siglos no lo hacía, como nunca lo he hecho –el vampiro la miraba ligeramente azorado- Ahora soy feliz, pet. Tengo amigos y una persona que me ama –la chica miró asombrada y boquiabierta al vampiro. Él al ver su reacción supo que era el momento de explicarle sus sentimientos- Tengo a mi lado a una persona que no sólo me ama por lo que soy, sino que confía en mí, me entiende y me desea. Yo la amo a ella también, con toda mi alma, ella está ahora en mi corazón –la voz del chico sonaba firme y sincera- Gwen es ahora mi sangre para vivir. Cuando la miro no veo sufrimiento, dolor y miedo. No tengo miedo de tocarla ni de sentirla. Soy plenamente feliz a su lado. Ha estado junto a mí desde que volví de donde quiera que estuviese, siempre conmigo incansable. No puedo dejarla ahora, no quiero dejarla...., Buff, si tú me quieres....., dejarás que yo sea feliz como lo hice yo hace ya tiempo –su voz era segura y a la vez suplicante mientras admiraba la belleza de la mujer que tenía frente a él, una mujer cuyo rostro expresaba perplejidad y asombro ante el desarrollo de los acontecimientos-

La chica se levantó y se secó las lágrimas. Todo estaba hablado ya, él había tomado su decisión, había decidido olvidarla y seguir su camino con una persona que lo amaba por lo que era, algo que ella nunca había sabido hacer hasta que fue demasiado tarde.

Sabía que la única responsable y culpable de la reacción del vampiro había sido ella, sabía que se había comportado mal con él, lo había despreciado muchas veces y tratado como a un monstruo. Aun cuando él consiguió su alma ella no se comportó bien con él, demasiadas dudas, demasiados miedos para que esa relación funcionara. Y el vampiro hizo lo único que Buffy nunca pensó que haría, cansarse de ella y de sus indecisiones. Ella lo entendía pero le dolía sólo el hecho de saber que era otra la que estaba con él, que era otra la que lo tocaba, la que lo sentía. El dolor más fuerte que en toda su vida de Cazadora había sentido no era ni la mitad de intenso que el que sentía ella en esos momentos. Miró al vampiro dulcemente mientras él lo hacía con duda y temor a su reacción. Con una mano acarició suavemente su mejilla y rozó suavemente sus labios. Se acercó y juntó los suyos con los del vampiro en un tierno beso de despedida;

Buffy: Nunca me podré perdonar el hecho de haber perdido al ser más maravilloso del mundo –su boca dibujó una sonrisa mientras se echaba hacia atrás y se dirigía a la puerta. Cuando llegó al umbral se giró para mirar por última vez al vampiro que la observaba en silencio mientras se marchaba- Siempre te querré William, no te olvidaré nunca. Te entiendo y quiero que sepas que apoyo tu decisión. Sólo una cosa más, si algún día te cansaras de ella, quiero que sepas que te esperaré, ni la muerte podría hacer que mis sentimientos por ti desaparecieran. Si algún día eres capaz de perdonarme por todo el daño que te he causado en toda tu vida, búscame en Sunnydale, allí te estaré esperando.

Spike miraba entre lágrimas como la mujer a la que tanto había amado desaparecía para siempre de su vida. A partir de ese momento su nueva vida comenzaba, una vida llena de amor, deseo y por fin, esperanza.

Salió rápidamente de la habitación en la que se encontraba. Se dirigió al dormitorio de Gwen, llamó y entró con una gran sonrisa dibujada en sus labios. Por fin había recordado todo lo que su corazón y su cabeza habían olvidado, por fin era libre para continuar hacia delante con alguien especial para él, por fin era libre para volver a amar.

Cuando estuvo dentro miró derredor con la ilusión en sus ojos buscando a la bella joven que ahora ocupaba su corazón pero ella no estaba allí, la habitación se encontraba vacía. Esto extrañó al vampiro que salió de nuevo y se dirigió a la cocina, allí encontró a Fred que se encontraba sentada en una silla con la mirada perdida en el infinito.

Spike: Hola Fred!! –dijo con voz alegre- has visto a Gwen?? La llevo buscando un rato y no la veo por ningún sitio....

Fred: Ella...., bueno, se fue –su voz expresaba la gran preocupación que sentía. La voz le temblaba por momentos- Salió hace unos minutos llorando, se tropezó conmigo y casi me tira. Sabes tú qué le ha podido pasar?? Estoy muy preocupada por ella, nunca la había visto así.... - El vampiro cambió el gesto de su cara, pasó de la alegría desbocada que traía a la preocupación y miedo por ella. Una punzada de dolor cruzó todo su cuerpo cuando se dio cuenta de la razón por la que la joven lloraba. Le debía de haber visto besarse, Dios mío!! Pensó el vampiro-

Spike: Debo encontrarla cuanto antes!!!

Dicho esto salió corriendo siguiendo sus pasos dejando a una Fred boquiabierta y sin entender nada de lo que pasaba.

Llegó a la calle, intentó rastrearla pero LA era demasiado grande y había demasiada gente para que su rastro no hubiera desaparecido. Aun así lo intentó, tomó aire mientras cerraba los ojos intentando saber la dirección que la chica había tomado. En el aire distinguió varios perfumes y olores diferentes, pero ninguno era de Gwen. Frunció el ceño y soltó una maldición, un grito salió de su garganta mientras los músculos de su rostro se endurecían por la tensión. Cerró el puño y dio un fuerte golpe en la pared que le hizo sentir un dolor terrible en la mano que comenzó a sangrar. Miró al cielo maldiciéndose de nuevo mientras se frotaba la mano, de repente algo que arriba vio le hizo cambiar la expresión de su rostro. Arriba, la misma luna que en esos momentos Gwen seguía mirando con lágrimas en los ojos se erguía prepotente y protagonista en medio de un firmamento sembrado de estrellas.

Spike: Ya sé dónde estás, luv, espérame!!! –dicho esto salió corriendo mientras la luna observaba impasible como la pareja se volvía a encontrar ante su sola presencia-

 

En pocos minutos Spike estaba en la parte de abajo del edificio donde aquella noche hacía tiempo él y ella se besaron por primera vez, aquella noche tan hermosa como especial en la que los dos se dieron cuenta de lo que sentían el uno por el otro. Tomó de nuevo aire, ahora sí que pudo notar su olor, su dulce y conciliador perfume que tan loco lo volvía. Respiró hondo y emprendió la subida. Llegó arriba en unos minutos, era un edificio alto desde donde se divisaba toda la ciudad.

Cuando llegó arriba miró derredor pero no vio a nadie. Una punzada de miedo por la pérdida de su amor le atravesó el cuerpo. Volvió a mirar de nuevo, esta vez más despacio, con más cuidado, de repente, allí en medio de la oscuridad, agazapada en el suelo se encontraba Gwen de rodillas, llorando desconsoladamente.

Spike se acercó despacio y muy sigiloso, no quería asustarla. Oír su llanto le rompía el corazón. Llegó a su lado y puso una mano sobre su hombro. Ella pegó un respingo que la hizo perder el equilibrio y caer de lado. En su cara estaba reflejado el miedo, por nada del mundo ella podría imaginar que el vampiro se encontrara allí con ella, pensaba que alguien la habría seguido y estaba dispuesto a hacerla daño. Parecía que ya nada la importaba, todo el dolor que ella sentía recordando ese beso era mucho más fuerte que el que cualquiera le podría hacer.

Ella se arrastró hacia atrás intentando ver quién era la persona que estaba frente a ella, no la lograba ver pero una voz la tranquilizó;

Spike: No tengas miedo Gwen, soy yo, Spike –su voz sonaba tranquilizadora. La chica quedó sorprendida cuando escuchó su voz-

Gwen: Spike!!?? –dijo con tono incrédulo- qué haces aquí??

Spike se agachó para que pudiera ver su rostro. La luna reflejaba en su piel la luz dotándolo de una belleza increíble.

Spike: He venido a buscarte –dijo mientras le tendía una mano para ayudarla a levantarse- Ven conmigo, amor.

La chica se alejó de él de nuevo arrastrándose, en su cara se dibujaba un gesto de horror, no entendía cómo podía jugar así con sus sentimientos.

De repente ella observó su mano, estaba cubierta de sangre, de una gran herida fluía sangre a borbotones. La chica se quedó mirando al vampiro, en su mirada suplicaba una respuesta;

Gwen: Qué te ha pasado?? –dijo tomando su mano mientras arrancaba un trozo de su blusa para cubrirle la herida-

Él la miraba envelesado. A pesar de lo mal que se debía de sentir, a pesar de lo que había visto en esa habitación, ella lo anteponía todo a su cuidado, su seguridad a sus sentimientos de dolor y tristeza. Este hecho no hizo más que aumentar el amor que el vampiro sentía por ella. Cuando ella hubo vendado la mano de Spike, los dos se miraron tiernamente.

Spike: Que qué hago aquí?? Muy fácil, amor, he venido a buscarte y llevarte a casa, conmigo.

Ella permanecía incrédula escuchando lo que el vampiro le contaba.

Spike: Sé lo que has visto, sé lo que has creído ver pero....., eso no es real.

La chica se entristeció agachando la mirada al pensar de nuevo en el beso, él vio su gesto, sintió su dolor, la angustia en su interior. Con una mano, la que tenía intacta, levantó la cara de la chica hasta que sus miradas se cruzaron. Ella tenía los ojos brillantes y aun con lágrimas, él se los secó suavemente y la besó tiernamente en la frente.

Spike: Gwen, ......., entre Buffy y yo no hay nada, lo hubo, mucho amor pero ahora......, - tomó aire despacio sin dejar de mirarla- mi corazón pertenece a otra persona. –La chica se sorprendió ante esa declaración, todo el sufrimiento que tenía en su cuerpo, toda la tensión acumulada desde que ella los vio besarse parecía que desaparecían de repente - Sé que fue duro vernos en ese momento pero eso me hizo recordar todo mi pasado. Conozco todo lo que ha pasado por tu cabeza cuando Buff y yo nos besamos, lo sé porque yo pasé por lo mismo hace tiempo, sabes? –el vampiro dibujó en sus labios una sonrisa de melancolía recordando el beso entre Angel y Buffy poco antes de su muerte- Pero yo no cometeré otro error, te amo, lo sabes, desde que te vi en aquel callejón has sido mi salvación, has sido mi amanecer y mi anochecer, has sido lo único por lo que salí adelante, me completas y........ –la acarició dulcemente el pelo- por ser como eres, por ser quien eres, por ser....tú, te amo, luv.

La chica se quedó petrificada ante sus palabras, nunca, ni en el mejor de los sueños habría llegado ni a imaginar que aquel momento se hiciera realidad.

El vampiro la tomó por los hombros y la ayudó a levantarse. Los dos chicos se pusieron frente a frente, ella lo miraba fascinada, lo veía aun más bello de lo normal, se amaban tanto que les producía dolor.

La chica acercó la mano temblorosa a la mejilla del vampiro, no se atrevía a tocarla, temía no poder controlar sus poderes en ese estado de nerviosismo. Él tomó su mano y la acercó a su rostro cerrando los ojos. Ella pudo tocarle, sentir su piel bajo su mano, una piel que se tensaba ante el contacto de su mano, una piel que tantas veces había deseado besar y que nunca había sentido por miedo.

Spike abrió los ojos, la miró con sus penetrantes ojos azules, un azul tan intenso que el mismísimo cielo envidiaría su color, su fuerza, su intensidad. Ella seguía temblando, cuando sintió la piel bajo su mano el temblor desapareció. Allí estaban, bajo la luz de una gran luna llena que era la única testigo de su amor, mirándose, hablándose con la mirada, sintiéndose.

Ella entonces apartó su mano de la mejilla del joven y sin dejar de mirarlo la puso sobre su corazón. Mediante una pequeña descarga eléctrica que hizo que el vampiro dibujase una mueca de dolor en su rostro, su corazón comenzó a latir por unos segundos. Él la miraba maravillado, enternecido, una lágrima caía por su mejilla mientras los latidos de su inerte corazón iban desapareciendo. Ella lo observaba maravillada mientras lloraba de felicidad al ver el rostro del vampiro al sentir de nuevo su corazón latir. Gwen, ahora más tranquila y decidida, acercó su mano y limpió los ojos de Spike mientras le confesaba su amor;

Gwen: Spike, te doy las gracias por hacerme sentir viva de nuevo, gracias por hacerme sentir especial. Contigo ya no me siento perdida –la chica le hablaba sin apartar su mirada de la de él- Te amo desde el primer momento en que te vi en ese callejón, perdido, solo, temeroso. Me veía reflejada en ti pero conocerte ha sido lo mejor que jamás me podría haber pasado en toda mi vida porque has hecho de mí una chica nueva, feliz y sobre todo, más humana. Te amo Spike, por lo que eres, por lo que representas, por lo que sufres y sientes, por tu sonrisa, por tu sarcasmo, por tu belleza, por ser tú William, por completarme...., te amo sólo y exclusivamente a ti, mi rubio vampiro.

Los dos chicos se acercaron lentamente juntando sus labios y fundiéndose en un tierno y sensual beso. Pasaron varios minutos en los que cada uno de ellos disfrutó de los sabores que el otro le entregaba como regalo. Sus bocas se buscaban ávidas de placer y amor, ávidas de deseo y calor.

Se separaron para mirarse. Se miraron durante un buen rato, entonces Spike se quitó su saco de cuero y lo tendió en el suelo. Cogió suavemente a Gwen y la tendió sobre él. Ella se arrodilló, él hizo lo propio, sin dejar de mirarse, sin dejar de sentirse en ningún momento.

Ella comenzó a acariciar su rubio pelo, a juguetear con él, el movimiento de su mano enloquecía al vampiro que la miraba con una fuerza y un brillo especial en los ojos, el brillo de la pasión. Fue bajando su mano rozando levemente los labios del chico de forma insinuante. Introdujo su dedo en la boca del vampiro sintiendo el calor que en ella se experimentaba, sintiendo su protección. Él cerró los ojos mientras sentía el contacto de ese dedo que jugueteaba en su interior volviéndolo aun más loco de pasión.

El movimiento de su mano siguió explorando el cuerpo del chico cuya respiración se hacía cada vez más rápida. Él se desabrochó poco a poco la camisa dejando al descubierto un pecho perfectamente marcado y formado. Ella exploró cada una de las perfectas curvas de ese hermoso pecho, siguió bajando la mano en su movimiento hasta que llegó al pantalón, esa era una frontera que ella no sabía pasar. Paró de golpe el recorrido de su mano. El vampiro abrió los ojos extrañado, mirando a la joven que lucía un poco azorada.

Spike: Gwen, qué pasa?? –dijo con mirada conciliadora y sosegada- Tranquila, si no estás segura podemos....

Gwen: No –dijo cortando rápidamente al vampiro- Sí estoy segura Spike, esto es lo más claro que he tenido en mi vida pero es que....- bajó la mirada para que el chico no viera que sus pómulos se enrojecían por el apuro de la situación- ....yo nunca he....... –su voz temblaba como la de una niña-

 Spike se dio cuenta enseguida de lo que pasaba, ella nunca había estado con nadie, sus problemas y los poderes que le habían sido concedidos habían hecho que la joven se refugiara en ella misma, se aislara, que no hubiera tenido contacto con ninguna persona, que no se hubiera abierto a nadie antes de la forma en la que lo estaba haciendo con Spike. El vampiro se avergonzó de sí mismo, no entendía cómo no se había dado cuenta antes, estaba tan acostumbrado a que tomaran las riendas (Buffy no era precisamente de las que se dejaban manejar...) que había olvidado ya lo que era tomar la iniciativa.

El joven la miró sonriendo, la chica cada vez le sorprendía más y eso le gustaba.

Spike: Tranquila Gwen –le susurró al oído mientras la besaba el cuello- Yo te guiaré, sólo debes dejarte llevar y confiar en mí, lo haces luv?? Confías en mí??

La chica respondió jadeante con un movimiento afirmativo de cabeza.

Spike: Piensa amor que los dos estamos en una situación parecida, ésta es mi primera vez también como el nuevo Spike, como tu Spike, así nuestro amor será más fuerte, puro y especial que nunca –ella lo miraba fijamente mientras acariciaba su pecho- Simplemente déjame amarte.

 

Dicho esto el vampiro comenzó su danza sexual, comenzó a besarla todo el cuerpo mientras la desprendía de su ropa. Cada uno de sus besos la quemaba como si de fuego se tratara. Poco a poco se deshizo de su blusa bajando con sus labios escrutadores y recorriendo todo su cuerpo, besando cada uno de los rincones de esa bella joven que se entregaba a él en cuerpo y alma. Mientras, ella no permanecía estática, sus manos deseosas y ávidas de calor recorrían su piel mientras él se estremecía a cada paso de sus dedos. Sus pantalones no tardaron en desaparecer y los dos cuerpos ya desnudos se unían como uno solo. La danza comenzó lentamente, sus cuerpos simplemente se tocaban y sentían, el calor comenzaba a surgir entre ellos, la pasión comenzaba a ser aplastante. Las caricias, los besos..., los sumergían en un lago de amor y ternura, de sexo y pasión en el que ambos se ahogaban, la muerte más dulce jamás expuesta.

Por un momento se separaron, sólo mirándose, sólo sintiéndose. Spike estiró uno de sus musculosos brazos y rodeándola por la cintura la trajo hacia sí con gran fuerza haciendo que sus cuerpos chocaran. Esto provocó en ella un leve jadeo que fue aumentando en intensidad conforme él investigaba con sus dedos las zonas más escondidas y calientes de la joven. Ella con los ojos cerrados mordisqueaba la oreja del vampiro haciéndole volar dentro de una nube de placer. Spike, en un rápido movimiento giró a la chica y se puso sobre ella. Los dos se miraron a los ojos, ella estaba preparada, él lo sabía, ella se lo había hecho saber. El vampiro comenzó a moverse rítmicamente dentro de ella llevándola cerca de la locura por una pasión tan desenfrenada como deseada. Él a su vez temblaba como un niño mientras la hacía la mujer más feliz del mundo, mientras se convertía en el hombre más afortunado de la tierra. El movimiento se hacía cada vez más intenso, el ritmo era arrollador tanto que de ellos emanaba tal energía, tal calor que una aureola de luz los encerró en su interior. Allí, los dos seguían unidos como uno solo, los dos seguían sintiéndose como nunca antes lo habían hecho, los dos seguían diciéndose te quiero con cada uno de los movimientos. Los jadeos retumbaban en sus oídos como si de martillos golpeando hierro se tratase, parecía que habían quedado solos en el mundo, aislados de todo y de todos. Más sudor, más pasión desenfrenada, más jadeos y de repente, todo cesó.

El vampiro se desplomó al lado de Gwen mientras esperaba que su respiración volviese a su estado normal. Cerró los ojos mientras cogía aire y llenaba sus pulmones aunque no lo necesitara para sobrevivir, simplemente era algo que en ese momento necesitaba hacer. Ella hacía lo mismo pero con una gran sonrisa dibujada en sus labios.

 

Cuando sus cuerpos y sus mentes regresaron a su estado normal los dos chicos se abrazaron desnudos sintiéndose el cuerpo el uno del otro. Ella se tumbó a su lado acariciando con un dedo su pecho y besando ese cuerpo que la había llevado a un momento de éxtasis tal que había llegado a abandonar su cuerpo para regresar más tarde y seguir sintiendo sus caricias, la había hecho volar de placer, volar gracias a su amor, a su deseo. Los dos chicos se miraron a los ojos;

Spike: Bueno luv, deberíamos irnos, está a punto de amanecer y deseo seguir repitiendo contigo esto el resto de mi vida.......

Gwen sonrió mientras le daba un beso en los labios. Se vistieron y antes de irse Spike la abrazó por detrás mirando los dos a la luna que desaparecía ya con la claridad.

Spike: Te amo, Gwen, tú has sido y serás mi único amor después de la muerte.

Ella agarró fuertemente los brazos que la rodeaban y sin dejar de mirar la luna que se despedía de ellos por esa noche dijo....

Gwen: Tú has sido Spike mi único amor en esta vida y en las venideras, te amo como a nadie he amado y doy gracias a Los Poderes Superiores por haberte traído a mí.

La chica se dio la vuelta, besó al vampiro y juntos emprendieron el camino a casa, un camino que para ellos era ahora largo y esperanzador, pero sobre todo, un camino lleno de amor.

 

 

             Fin

 

 

     Epílogo 

Tantos años esperando un amor que no llega, tantos años añorando el calor y la suavidad del ser amado y, cuando menos lo esperas, llega a ti como una luz que te fulmina y te ata, te atrapa y te emociona.

Después de conocerse en LA y pasar la época más importante de sus vidas, una época rosa, una época efulgente, una época en lo que lo más maravilloso era despertar contemplando los ojos del amor en la persona que tienes enfrente, poco les quedaba ya por hacer más que esperar la muerte unidos, juntos por SIEMPRE.

 

La pareja permaneció unida por sus lazos, unos lazos más fuertes incluso que la propia muerte, su amor, el más grande que jamás haya existido en el mundo y que jamás existirá, no se extinguió hasta el fin de sus días, 60 años después de esa noche que los unió para siempre.

 

En una cama en una pequeña casa a las afueras de LA, Gwen, de 92 años de edad yacía muerta junto a un montón de polvo, junto a los restos de su amado vampiro redimido totalmente de sus pecados que yacía  ya por fin esperándola por la eternidad para reencontrarse con ella en el otro mundo y guiarla en su camino al paraíso.

 Una ventana abierta daba la bienvenida al nuevo día que se había llevado en su regreso al vampiro y a su amada que ahora, en el más allá, vivirán juntos por siempre, sin separarse jamás.

 

 

 

“Olvidaste que el amor duele como la belleza. Duele como la vida. Duele porque uno tiene miedo de perderlo...”

                    

                                                               Vlady Kociancich

 

       

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                                                                                     Final Alternativo