Al final de la tarde el cielo había comenzado a cubrirse, como consecuencia de lo cual por la noche se desencadenó una fuerte tormenta de verano. La lluvia caía con tanta fuerza y cantidad que apenas fue perceptible el sonido del timbre que anunciaba la cena. Faith se incorporó de la cama y dejó su celda. Caminó sin prisa por los pasillos de la prisión ante la atenta mirada de los guardas.
Cuando llegó al comedor, las colas casi se habían disipado. Esperó su turno sin darse prisa, hasta que le llenaron la bandeja con una montaña de judías, una bola de puré de patata que hizo chof al caer y un escuálido filete duro y reseco. Renunció al postre con un gesto de la mano y se encaminó al lugar que ocupaba a menudo, la última mesa pegada a la pared, donde siempre comía sola.
En cuanto se hubo sentado, sin embargo, recibió una visita. La vio caminar con paso seguro, mientras que el desafío se reflejaba en su rostro. No era algo extraño, cada cierto tiempo alguna chica nueva, que quería hacerse respetar, o subir en la extraña categoría de la cárcel, se enfrentaba a ella y salía muy mal parada. Unos días atrás una chica se había acercado a la mesa de Faith, y con voz entrecortada, intentando pronunciar su amenaza, sin conseguirlo, de malos modos, le había ordenado que dejase la mesa libre. Se llamaba Annie Simpson, todos sabían que era una buena chica a la que su novio había cargado el muerto de un robo. Tenía un bebe y siempre se mantenía al margen del jaleo. Sin embargo, le sorprendió más el temor que reflejaban sus ojos redondos y oscuros durante el desafío, tanto temor que Faith, no se creyó la amenaza hasta que la chica volcó el contenido de su bandeja sobre ella y le golpeó la cabeza. La cazadora no esperó explicaciones y de una patada la hizo rodar por el suelo. La chica, con los ojos llorosos, se incorporó mirando hacia la puerta y después se dirigió de nuevo a Faith, que volvió a situarla en el suelo de una patada. Aún tuvo fuerza para volver a levantarse, pero Faith ya no fue tan amable. La agarro por el cuello y la apoyó contra la mesa, Annie pateó sin fuerzas bajo ella llorando. La cazadora deseaba matarla, pero alguien la golpeo, un guarda, y soltó a la chica como el león que suelta a su presa. La miró con desprecio y al segundo se sintió arrepentida. Las dos fueron conducidas a la enfermería. El doctor recetó unas inyecciones a Faith, aunque esta se sentía perfectamente. Sin embargo, la chica desapareció de la penitenciaria aquella misma tarde. Pronto empezó a correr la leyenda de que Faith se la había cargado.
Por eso, cuando la chica con cara desafiante se dirigió hacia ella, y dejó caer la bandeja con fuerza sobre la mesa que ocupaba, no la tomó por sorpresa. El estruendo alertó al resto de las chicas que fijaron su atención en lo que parecía indudablemente el inicio de una pelea. Faith, sin embargo, siguió jugueteando con las judías ignorando el desafío, como si no fuese con ella la cosa. La chica no se rindió ante la indiferencia de la cazadora, de un manotazo apartó la bandeja de Faith que describió un corto vuelo antes de caer al suelo. Faith se quedó con el tenedor suspendido en el aire, entonces levantó los ojos hacia la chica.
-¿Tu eres nueva verdad?- dijo inmutable mientras mascaba una de las judías
-¡Fuera , zorra!- fue la contestación de la otra
-¿tienes algún problema? ¿No te gustan las judías?- preguntó sarcástica Faith- ¿quieres que te sirva algo especial? ¿Ración de tortas por ejemplo?
-No gracias- dijo la otra- me conformo con mi plato favorito, sesos de cazadora con salsa bechamel
El rostro de Faith cambió del desdén a la sorpresa. Nadie conocía su faceta de cazadora, no tenía amigos en la cárcel, ni siquiera un conocido que entendiese su condición de cazadora allí dentro. Contuvo el aliento y observó a la desafiadora, su aspecto era más el de una modelo que una reclusa. Llevaba el uniforme azul, con la camisa desabrochada estratégicamente dejando al descubierto parte de su anatomía, que parecía obra de bisturí. Sobre la cadera colgaba un cinturón que sin duda era muy caro. Las manos se veía cuidadas y el pelo que caía en bucles dorados, como recién salido de la peluquería. Llevaba la cara minuciosamente maquillada y sobre su pecho oscilaba un colgante en forma de media luna. Por su escrupuloso aspecto, nada adaptado al ambiente carcelario, Faith dedujo que algo no andaba bien
-¿Sabes cuantas púas tiene un tenedor?- preguntó Faith ante la asombrada mirada de la otra y sin perder el tiempo se lo clavó en la mano
La chica emitió un fuerte chillido, dejó caer la cabeza hacia atrás como impulsada por un golpe seco. El chillido fue disipándose y convirtiéndose en un susurro y después en una risa suave, al principio, y estridente después. Con la mano sana, se arrancó el tenedor, ante la atenta mirada de Faith y el resto de las reclusas. No había sangre, lo apretó con la mano hasta que se convirtió en un hierro retorcido irreconocible.
-Sorpresa sorpresa canturreó divertida, y antes de que Faith pudiese reaccionar, la había levantado del suelo con una sola mano y estrellado contra la pared.
Faith acabó haciendo compañía a la bandeja que hasta escasos minutos le pertenecía. Fue en ese momento, junto a los restos de lo que había sido su comida, cuando se sintió débil, física y moralmente. No tenía fuerzas para enfrentarse a aquella cosa. La vio venir hacia ella, y el miedo se apoderó de su cuerpo. Se arrastró frenéticamente debajo de las mesas, mientras las reclusas se apartaban intentando que la pelea no las pillase por medio. Se arrastró como un gusano entre restos de judías y suciedad, hasta que sintió que alguien la agarraba por un pie. Pateó angustiada intentando defenderse, pero pese a su resistencia fue levantada por una fuerza que le pareció descomunal. La había vuelto a coger. La zarandeo durante un rato como a un pelele o un gato que juega con su presa, la dejó caer en el suelo como un trapo viejo. Cuando Faith intentó levantarse, el aturdimiento la hizo resbalar. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando volvió a ver que se acercaba tras coger una cuchara del suelo. La agarró por el cuello y la apretó contra la pared poniéndose a la altura de su cara para poder mirarla a los ojos.
-No te preocupes querida- dijo dulcemente- solo será un golpe, no sentirás nada, o eso creo ¿crees que duele que te levanten la tapa de los sesos? después disfrutaré de ti- y se relamió los labios mientras mostraba jubilosa la cuchara
-¿Quién eres?- dijo Faith- ¿Qué es lo que quieres de mi?
-Me llamo Bel, querida- dijo- y ya te lo he dicho, solo quiero tus sesos
Entonces el rostro de Bel cambió de la felicidad a la sorpresa. Una mano se había posado en uno de sus hombros y antes de que se diese cuenta la apartó de su presa. Faith siguió su trayectoria hasta caer en el suelo tras tropezar con una mesa que acabó siendo astillas. Era Angel, había aparecido como salido de la nada, Faith se lanzó a sus brazos agradecida. Nunca se había alegrado tanto de ver a un vampiro.
-No te preocupes, te sacaré de aquí- dijo y después de separarse de Faith cogió una mesa y se la tiró a la sorprendida Bel, dejándola atrapada- no tenemos mucho tiempo, corramos
Faith no esperó explicaciones y echó a correr tras el. Angel parecía tener un plan preestablecido, se deslizó seguro por los pasillos de la cárcel. Enseguida los guardas dieron la voz de alarma y empezaron a reaccionar, uno salió al encuentro y los amenazó con un arma. Antes de que pudiese disparar Angel lo apartó de un puñetazo. Siguieron corriendo hasta entrar en la sección de las oficinas. Invadieron el despacho del director y bloquearon la puerta.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó Faith vigilando atentamente la puerta
-Saldremos por donde he entrado- dijo Angel mientras arrancaba la rejilla del aire acondicionado.
Los guardas ya habían llegado a la puerta y amenazaron con disparar. Faith intentó subirse al conducto del aire acondicionado, pero entonces la debilidad volvió a invadirla.
-No puedo- dijo- no se lo que me pasa
-Yo si- dijo Angel, mientras de un empujón la elevaba hacia el conducto- pero ahora no es tiempo de explicaciones.
Justo cuando Faith entró en el conducto, los guardias echaron la puerta abajo y dispararon sobre Angel, que cayó al suelo. Faith se detuvo por un momento, entonces oyó golpes y al cabo de unos minutos sintió que reptaba tras ella. Tardaron unos cinco minutos hasta llegar a un conducto lo suficientemente alto como para ponerse de pie.
-¿Y ahora?- pregunto Faith
-Ahora las alcantarillas- dijo Angel, y se inclinó en el suelo levantando una tapa.
En cuanto la hubieron abierto un insoportable olor fétido lo invadió todo. Faith contuvo la respiración y se deslizó por unas escaleras. Angel le advirtió que no se moviera demasiado pues podía caer en el pequeño riachuelo de podredumbre. Entonces oyeron la alarma que anunciaba la fuga de un preso y empezaron a correr a oscuras guiados por la escasa luz que se filtraba al final de la salida. Cuando por fin casi la habían alcanzado, una silueta se dibujo en la claridad de la boca del túnel, la reconoció en seguida.
-¡¡Buffy!! ¡que desagradable sorpresa!- exclamó Faith entre la sorpresa y la ironía- ¿Qué te trae por aquí?
-Yo tampoco te he echado de menos- fue la sincera contestación de Buffy
Las cazadoras se observaron de cerca sin acercarse demasiado, manteniendo las distancias. Del túnel empezaron a emerger ladridos de perro y voces que anunciaban que los perseguidores se aproximaban.
-Yo los entretendré- dijo Angel dirigiéndose a las chicas- Cordy os está esperando en la carretera, así que, daos prisa.
Faith se acercó a Angel y se abrazó a el, ante la mirada recelosa de la otra cazadora.
-Gracias - dijo- otra vez.
Corrieron sin dirigirse la palabra ni mirarse, dejando atrás a Angel. Atravesaron el campo y un pequeño bosque de matorrales. A lo lejos se distinguía la carretera, pero Faith estaba demasiado cansada para sentirse aliviada o esperanzada. Finalmente tropezó con una raíz y cayó al suelo mojado. Buffy volvió sobre sus pasos.
- Levántate- dijo- solo tenemos unos minutos
- No me siento bien- contestó Faith agarrándose el pie con las manos
-El combinado ha hecho efecto- dijo Buffy
-¿El que?- preguntó Faith mientras Buffy la ayudaba a levantarse
Aquel primer contacto entre ellas las sorprendió. Hacía tiempo que no se tocaban y la última vez que lo había hecho, era para pegarse.
-Una droga- explicó Buffy bajando la vista mientras se ponían a andar- es la droga que usan los del consejo para el crucimentum. Ya sabes, el feliz 18 cumpleaños de las cazadoras
-Pero yo ya pasé el crucimentum- dijo Faith confusa- además ya no trabajo para el Consejo
-No Faith- dijo Buffy- tu ya no trabajas para el Consejo, por eso quieren eliminarte, muriendo tu, tendrán a otra cazadora a la que manejar. Yo no les sirvo, tú eres la cazadora activa, por eso metieron a ese demonio en la cárcel y te inyectaron la droga
Faith empezó a atar cabos, ahora comprendía el absurdo enfrentamiento de Annie Simpson y su extraña desaparición. Sin duda había hecho un trato y ahora disfrutaba de la libertad, junto a su hijo.
-A Giles todavía le quedan algunos contactos en el Consejo, disidentes con la política que llevan a cabo- continuó Buffy- se puso en contacto con ellos y le explicaron que habían engañado al demonio diciéndole que comiendo los sesos de la cazadora activa sería invencible, para asegurarse de que cumplía su objetivo te inyectaron la droga, eres una carga hasta para el consejo.
-Lo dices con satisfacción- dijo Faith mostrando su sonrisa más cínica- pero entonces ¿Qué haces aquí?
-No estoy aquí por gusto- aclaró Buffy mientras seguía caminando- ese demonio vino a Sunnydale buscándote, es tan tonta que ni siquiera se enteró de que estabas en los Angeles, hirió a Willow y amenazó a Xander, Annya la reconoció como una antigua colega de profesión. Vine a avisar a Angel y el me pidió que echara una mano. Lo hago por que el me lo ha pedido, no por ti, que quede claro.
-Muy claro- concluyó Faith, entonces escucharon voces y echaron a correr otra vez
Llegaron a la carretera pero no se veía ni rastro de Cordelia o el coche. Caminaron por el asfalto con la esperanza de que se hubiese desplazado a un lugar más seguro, sin embargo el coche no aparecía y las voces y los ladridos de los perros seguían acercándose. A lo lejos vieron avanzar las luces de un coche.
-Bien- dijo Faith situándose en medio de la carretera- haré que se pare, cuando lo haya hecho atízale y larguémonos.
Faith permaneció en medio de la carretera haciendo aspavientos. El coche consiguió frenar cuando la tenía justo encima, de el se bajó un hombre
-¿Estás bien?- dijo preocupado- lo siento, no te vi.
Entonces el hombre pareció reconocer el uniforme carcelario de Faith y caminó unos pasos hacia atrás, Faith hizo un gesto a Buffy, pero esta se limitó a preguntarle
-¿Puede llevarnos a la ciudad?
Mientras se montaban en el coche, Faith recriminó a Buffy lo poco que había aprendido de ella.
El hombre las acompañó temeroso hasta el norte de la ciudad, y las dejó donde Buffy le había pedido, después de que Faith amenazara con buscarlo allí donde se encontrara y hacerlo picadillo si se atrevía a ir a la policía e indicar donde las había dejado. Le dijo que pertenecía a una sangrienta banda que podía hacerle la vida imposible y se quedó con su número de matrícula por si incumplía su promesa. Después le besó en los labios. El hombre abandonó la calle totalmente desquiciado mientras, Faith reía como no lo hacía desde mucho tiempo atrás.
-¿Qué buscamos?- preguntó Faith estirando los brazos sin dejar de sonreír, deleitándose con las luces de la ciudad y la libertad
-El Dragón Rojo- explicó Buffy, que había estado observando su larga historia con el conductor, mientras señalaba el letrero de un pub que representaba un dragón- Cordy dijo que nos esperaría aquí si pasaba algo inesperado. Anya está con ella.
-¿Me llevas a bailar para celebrar nuestro reencuentro?- dijo Faith y corrió veloz para alcanzar la puerta, pero Buffy la alcanzó antes a ella.
- Ni hablar- dijo mientras la sujetaba por el brazo- quédate aquí y volveré en un par de minutos, por hoy ya te has divertido suficiente. No estoy dispuesta a arriesgarme a que te metas en un lío
Buffy entró cerrando la puerta tras de si, dejando a Faith en la calle. Por la apertura se coló el sonido de la música y la gente, el chocar de las copas y el olor de la cerveza, Faith esperó unos minutos, después se quitó la camisa de su uniforme dejándose solo la camiseta blanca que llevaba debajo y entró. Un segundo después había birlado un vaso de cerveza que estaba sobre una mesa. Se dejó llevar por la música, arrastrándose hasta la pista, las luces la poseyeron, la música parecía sonar mejor que nunca, se desplazó entre la gente, moviéndose al estilo Faith, rodeó con uno de sus brazos el cuello del primer hombre que se puso a su alcance y bailó con el.
Mientras Buffy, ajena a que Faith había entrado en el pub, se había acercado a la barra. Pronto una voz conocida la llamó para que se acercase. Anya y Cordy hablaban amablemente de las cosas comunes y el tiempo que no se había visto, mientras bebían cerveza.
- ¿Problemas? - preguntó Buffy dirigiéndose a Cordy
- La guardia de la cárcel hace rondas en el exterior regularmente- explicó Cordy- conseguí convencerlos de que se me había estropeado el coche, pero no pude seguir allí parada
- ¿Sabes algo de Angel?- preguntó Buffy
- Acaba de llamar, va al puerto, nos esperará junto al barco que sacará a Faith del país ¿por cierto donde está? cuanto antes la metamos en el barco, estaré yo más tranquila. Esa chica es peligrosa
-Ahí fuera- indicó Buffy- será mejor que nos demos prisa
Se disponían a levantarse cuando Cordy tuvo una sacudida
-¿te encuentras bien?- le preocupó Anya tocándole el brazo
-Faith- dijo Cordy- he visto como la muerde un vampiro hay luces está aquí.
Buffy se movió con rapidez, de un salto se subió a la barra ante la protesta enérgica del barman y los aplausos de los clientes que creían que estaba lo suficientemente borracha como para montar un baile al estilo Coyote. Oteó todo el establecimiento intentando localizar a Faith. Un hombre en estado de total embriaguez, que celebraba una despedida de soltero con sus amigos, la sujetó por una pierna mientras le decía que se quitase la ropa. Buffy tuvo que empujar su cabeza con el pie para que la dejase tranquila. El hombre cayó del asiento, y en un segundo se montó una pelea entre los amigos del borracho, que también estaban borrachos y el resto de los clientes que vitoreaban a Buffy.
¡¡¡Buffy!!!- gritó Anya señalando la pista- Allí
Saltó de la barra y caminó entre la reyerta avanzando a trompicones. La vio en la pista abrazada a un tipo alto y moreno que al mismo tiempo la sujetaba como una lapa. Se acercó furiosa y pudo ver como el hombre tenía la boca apoyada en su cuello. Aceleró el paso, sacó su estaca y se la clavó en la espalda al vampiro que se hizo humo. Faith se desplomó en el suelo aturdida, mientras las luces giraban a su alrededor mareándola y los clientes seguían peleando.