Nuestro gran final:

Spike se encontraba indeciso, él amaba a Buffy pero otra vida con sus rechazos le haría mucho daño. Y el cielo, tantas veces había deseado descansar en paz…
Pero no, no se podía ir al cielo sin saber del todo cierto si los sentimientos que le había expresado Buffy en su último día en la tierra eran ciertos, además la amaba demasiado como para dejarla…
Spike sin pensárselo mas le dijo al hombre…

Spike: Prefiero ir al infierno sabiendo que he hecho todo lo posible para estar con ella que ir al cielo sin haber seguido luchando hasta el fin de verdad.

Hombre: Muy bien, tu has decidido, ahora no te puedes echar atrás. Muy bien, tendrás un mes para prepararte, pero no creas que será para entrenarte físicamente, sino síquicamente ya que tendrás que enfrentarte una persona muy retorcida de mente, y no podrás evitar escucharla y tampoco tendrás ninguna arma. Esa persona de la que te hablo es alguien que tu conoces muy bien, ella es la que te convirtió, tu madre vampiresa y tu amante…

Spike: Dru…

Hombre: Exactamente. Sabes que tiene un gran poder mental. Con esta prueba comprobaremos a parte de tu aguante síquico el amor que sientes por la cazadora, ya que si la amas de verdad pasaras la prueba y entonces sabremos que vosotros merecéis otra oportunidad para podes estar juntos.

Spike: Lo conseguiré, demostrare que soy digno de su amor y volveré a por ella y quizá me acepte, si no con poder verla seré feliz…

Hombre: Todo se verá, a partir de ahora tienes un mes para prepararte, medita, aprende a concentrarte en lo que de verdad quieres.

Spike: Iré bien preparado…

En Sunydale…

El tiempo pasaba y el pueblo se estaba reconstruyendo, la gente volvía, la gente estaba animada. Pero para una persona el tiempo se había detenido hacía casi un mes, se había parado en ese fatídico día en el que había perdido al ser que más había amado en este mundo. Buffy apenas salía de su cuarto, no tenia hambre, no tenia ganas de hacer nada. Se sentía sola, desgraciada… Sus amigos intentaban ayudarla lo mas que podían, la querían sacar de ese pozo sin fondo en el que estaba sumida pero parecía que ella no
quisiera salir, ella se aferraba a el recuerdo de él. No conseguía olvidar…
Y el tiempo siguió pasando hasta que llegó el día que hacía un mes que se había realizado la gran batalla.

Ese dia en aquel lugar tan remoto entre el tiempo y el espacio..

Hombre: Spike, ya estás preparado, hace un mes en la tierra que se ha producido la batalla. Es la hora de enfrentarte a tus verdaderos fantasmas.

Spike: Si, ya es hora de pasar cuentas…

Hombre: Te deseo suerte.
El hombre chasqueó los dedos y de pronto Spike se encontró sentado en medio de una gran sala blanca y delante de él estaba ella, Drusilla, con su cara de loca pero su gran belleza.

Dru: Hola Spike, por lo que me han dicho has muerto para poder salvar a tus supuestos amigos.

Spike: Eran amigos de verdad, los únicos que he tenido y estoy orgulloso de haberme sacrificado por ellos…

Dru: Pero que tonto que eres Spike, te crees que esos eran verdaderamente tus amigos??? Jajajaja. A ellos sólo les dabas pena!!! A Xander nunca le has caído bien, ni sin alma ni con ella. A la bruja le dabas pena, le daba pena ver como llegabas a humillarte delante de ella… tu supuesto amor, una persona que solo te ha causado dolor y encima es una cazadora!!! Nunca creí que llegarías a caer tan bajo. Y ahora todos ellos están rehaciendo sus vidas como si nada hubiera pasado, son felices y no piensan que ha sido gracias a ti, ellos deseaban estar sin ti y por fin lo han conseguido!!

Spike: No te creo!! No es verdad!!- Spike estaba a punto de llorar.

Dru: Si que es verdad, en el fondo lo sabes pero no lo quieres aceptar- Drusilla era muy fuerte- Ellos te han olvidado pero en cambio yo no… yo te perdonaría si regresas conmigo… tu y yo juntos reinaríamos en el infierno, seriamos una pareja, como antes de que apareciera esa cazadora. Serias por fin feliz, sabes que en verdad es lo que deseas…

Spike: Lo que deseo…- parecía que los poderes de Dru empezaban a hacer efecto…



                                                                                                Capitulo 3