Renacer:

 

Capítulo 5:

Una noche larga en las calles, la mayoría de sus instintos de conseguir información no habían resultado. Sabían que Lilith había llegado a la ciudad, pero todos preferían morir antes que decir una sola palabra. Lo que si sabían era que no venía atraída por la boca del infierno recientemente destruida, sino porque la cazadora se había convertido en una amenaza importante para ella y sus hijos.

Los dos caminaban durante las últimas horas de la noche, deseando que el grupo de casa hubiera tenido más suerte, pero también teniendo las noticias que podían llegar de la costa. Cuando más se alejaban de las calles y se acercaban a la casa, sus pasos se volvían más lentos, sus manos se juntaban, deseando poder robar unos minutos antes de tener que unirse con el resto.

Había pasado el primer día, y necesitaban toda la información posible, pero además necesitaban hablar, de sus miedos y deseos, de lo que deparaba el futuro. Pero cuando este se veía tan lejano e incierto, como podían hablar de el sin sumirse en negros pensamientos.

Su lento paseo les llevó por fin hasta la casa todavía iluminada a pesar de las horas que eran, subieron lentamente las escaleras y ella sintió como él se quedaba atrás.

-¿No vas a entrar?

-Voy a fumar un cigarro. Si me lo fumo dentro empezarán los comentarios estúpidos.- Su rostro se iluminó.- Aunque llevo mucho tiempo sin darle una colleja al carpintero. Es una de las muchas cosas que he echado de menos.

-No seas malo.

-¿Yo?. Soy un techado de virtud.

-Todos te han echado de menos.- Se acercó hasta él acercando sus labios a su oído.- Saben lo que hiciste, incluso él ha sentido tu pérdida. Además quien sino tu sabe insultarle tan bien.- El sonrió de forma extraña.

-Vale, me has convencido.

Los dos entraron juntos en la casa, donde el grupo se había reunido para trazar planes. Aunque sabían las noticias algunos todavía no se lo creían, hasta que vieron entrar al vampiro rubio en el salón.

-Hola a todos chicos, vuestras peores pesadillas se han hecho realidad, he vuelto.-Se dejó caer en el sillón de forma indolente. Sacó el tabaco y el mechero para encender un cigarro.- Vale, no saludéis todos a la vez. ¿Qué tal carpintero?.

-Yo...Ese es un mal vicio.

-Ya lo sé, y me va a matar, aunque parece que no ha funcionado.- Su cara se ensombreció por unos instantes.- Espero que vosotros halláis averiguado algo más.

-Si, en la ciudad nadie sabe nada, y si lo saben no lo quieren decir. Incluso un vampiro se ha clavado una estaca para que no le interroguemos. Ya ni me dejan hacer mi trabajo.- Un mohín cruzó su cara.- Por lo menos no me ha caído polvo de vampiro.

-Creo que habló por todos diciendo lo mucho que nos alegra tu vuelta.- El antiguo vigilante hizo un gesto hacía el joven rubio.- Pero también me preocupa un poco como y porque has vuelto.

-No eres el único abuelo.

-¿Les habéis contado todo chicas?

-Si, los de la costa nos han dicho que mandarán toda la información que tengan.

-Si, por cierto un viejo amigo nos ha dicho que tengamos cuidado con su guardia personal.

-¿Pero le habéis dicho lo de...?.- La cara de la cazadora se nubló por unos instantes al mirar a su sucesora.

-No, he pensado que preferirías contárselo tu.

-Te lo agradezco, puede que alguien no se lo tome muy bien.

-Eso es un eufemismo. Ese estirado va a estallar de rabia. Y voy a tener que perdérmelo.

En ese momento la más joven de las hermanas entró con unos cuantos papeles en las manos.

-Hay noticias chicos. Nos han mandado algunas cosas sobre nuestra nueva amiga. Y dan un poco de miedo. Haz los honores.- Le dio el fajo al viejo estudioso que los ojeó durante un rato.

-Bueno, ¿vas a contarnos algo o nos toca jugar a las adivinanzas?

-Si claro, bueno, creo que gracias a esto sabemos porque ha venido.

-Vale cuenta, así vamos a por ella antes de que se cumpla el plazo y nos la quitamos de encima.

-No creo que debas ir a por ella.

-¿Por que? Es un vampiro, soy cazavampiros, ¿creo que es mi trabajo no?

-En este caso preferiría que no te acercaras a ella.

-¿No me iras a decir que por ser quien soy no me puedo enfrentar a ella?

-Más o menos. Esto sólo habla de sus primeros 2000 años de existencia.

-¿Primeros 2000?

-Si, su rastro desapareció totalmente más o menos durante el surgimiento del cristianismo, pero no hay fuentes que hablen de su muerte.

-Vale es vieja, ¿qué más?

-Al parecer durante el tiempo que más o menos hay registrado se dedicó a buscar protección. Consiguió matar a la primera cazadora, pero quedo debilitada. Así que decidió crear una guardia personal que la defendiera. Los dos primeros eran hombres, a los que entrenó para enfrentarse a las cazadoras.

-No es para tanto, un vampiro es un vampiro.

-Si, si, tienes razón, pero después encontró mejores miembros para su guardia.

-Que, ¿Empezó a convertir demonios en vampiros?, ¿nos enfrentamos a una guardia invencible?

-No, todos son vampiros y mujeres.

-Bueno entonces una estaca y listo. Hay que averiguar donde está su nido.

-No es tan fácil. Todas esas mujeres antes de ser convertidas...

-Venga ya, me estas diciendo que no tengo el record?.- El joven rubio le miró con sorna, pero al ver su cara lo comprendió.- Entonces hay que sacarla de la ciudad enseguida.

-¿Como? Creo que yo podré decir algo ¿no?

-En este caso no. Acabo de recuperarte, y no pienso perderte de nuevo.

-¿De que hablas?

-Si me permitís seguir...

-Vale pero ve al grano.

-Como decía, todas esas mujeres antes de ser convertidas eran la cazadora, las elegidas de su generación.

Las palabras del antiguo vigilante fueron poco a poco entrando en las mentes de todos.

-No puede ser. El Consejo nos lo hubiera dicho.

-El Consejo parece ser que las contabilizó como muertas nada más.

-Pero ¿cuántas? Tres o cuatro.

-Al menos veinte y no se sabe que ninguna este convertida en cenizas.

-Pero por mucho que las convierta, ellas recordaran quienes son.

-No, parecer ser que las reeduco. Pero, no eran seres humanos normales, y por tanto, son más que los vampiros a los que estamos acostumbrados. Se las puede matar por medios convencionales pero no se conoce de nadie que lo consiguiera.

-Vale. Puede que la huida no sea tan mala idea.

 

 


Capítulo 6:

 

Cuando despertó, se encontró solo en la cama. Por unos instantes, dada la oscuridad que envolvía la habitación, pensó que seguía en medio de la nada, que los acontecimientos de los dos días anteriores habían sido una pesadilla más. Pero, poco a poco, su mente recordó todo y sus manos comprobaron que todo era real.

Se levantó preguntándose donde estaría su asesina preferida. Se puso los pantalones y abrió lentamente la puerta de la habitación, habían sido considerados y todas las cortinas y persianas de la casa estaban cerradas. Miró el reloj, ya había pasado el mediodía. Se encontró a la pequeña en el salón mirando un montón de papeles.

-Buenos días, que madrugador.

-Sí, ya, supongo que necesitaba una cura de sueño.-Fue hasta la cocina y abrió la nevera.-Veo que alguien ha ido a la carnicería.

-Sí, pensé que a necesitarías.

-Gracias.

-No hay de que.

El joven se sirvió un vaso y lo calentó un poco.

-¿Dónde está tu hermana?

-Abajo, entrena en el sótano.

Se dirigió a las escaleras y se paró unos segundos, recordando todo lo que había pasado en aquel lugar. Al final se decidió a bajar la escalera, enseguida escuchó los golpes contra el saco de arena. Bajo en silencio y se quedó en las sombras mientras veía como la joven daba puñetazos y patadas contra el cuero, observando como los músculos se movían bajo la sudorosa piel.

-Das miedo.- La joven se sobresaltó al verle salir de las sombras.- Aunque más que miedo me haces sentir otras cosas.

-Siempre tan dulce.

-¿Yo? Sabes que es una de mis mejores cualidades.- Se acercó hasta ella y la atrajo hacia si.- Creo que cuando te vi por primera vez intentado matarme fue cuando me enamoré de ti.

-¿Me estás diciendo que para conservarte tengo que intentar matarte de vez en cuando?

-Tu lo has dicho intentarlo.

-Vale.- La joven se movió con agilidad, le agarró del brazo y con una llave le tiró al suelo sentándose sobre él.- ¿Es esto lo que querias?

-Sabes que si.- Ella se inclinó sobre él y le dio un largo beso.

-Esto es vida.- Ella se separó con rapidez.

-Si, pero ahora no hay tiempo, hay que entrenar.

-Venga ya esto también es ejercicio.

-Levanta.

-Eres muy cruel conmigo.

-Lo se.- La joven siguió con su entrenamiento, totalmente concentrada en sus movimientos.

-¿Estas preocupada? Te veo muy seria.

-Bueno, teniendo en cuenta que el vampiro más viejo del mundo ha venido a mi ciudad para enfrentarse conmigo y convertirme en una de sus mascotas. Si estoy un poco preocupada.- La última patada descolgó el saco del techo.

-No estás sola cielo.

-Lo se.

-Saldremos de esta, como siempre.

-¿Te recuerdo que la última vez te mataron?

-Pero he vuelto, siempre salimos de estos líos.- Le dio un rápido beso.- ¿Has desayunado o has bajado directamente?

-Todavía no he desayunado.

-Pues venga arriba, tienes que recuperar fuerzas.- Miró a su alrededor y se fijó en la cama y las cadenas que durante un tiempo le habían mantenido sujeto.- Veo que no te has librado de eso.

-Debería hacerlo. Vamos y no digas nada.

-Tus deseos son ordenes para mi.

Subieron riendo las escaleras, él con el brazo sobre los hombros de ella. Cuando abrieron la puerta, un hombre moreno conversaba con la pequeña. De repente algo le llamó la atención y se volvió a mirar a la pareja, sus ojos se abrieron asombrados, no creía lo que veía.

-¿Qué es esto? ¿Qué haces aquí?.- Ella se puso entre los dos y miró a cada uno por turno.

-Al primero que se mueva le doy una paliza.- Se dirigió al moreno.- Si ha vuelto, sigue con alma y me ha salvado la vida.- Se volvió al rubio.- Hemos pedido ayuda y se han molestado a venir así que compórtate. Espero que seáis unos caballeros el uno con el otro. ¿Entendido?.- Los dos bajaron el rostro, como niños pequeños a los que se les ha prohibido tocar sus juguetes. El moreno habló primero.

-De acuerdo, me comportaré.

-Vale mami, no te enfades, seremos buenos.

-Cuidado, no te pases, no estoy de humor.- El vampiro rubio se puso serio.

-Me portaré bien preciosa, no te preocupes.

La joven se relajó un poco y se dirigió hacia el moreno.

-Eso esta mejor. ¿Has venido solo?

-No, un par de amigos me han acompañado, ella está arriba.

-Genial, reunión de instituto.- Su sonrisa se desvaneció.- ¿Puedo dejaros solos? ¿O encontraré un par de montones de ceniza?.- El joven rubio le dirigió una ambigua sonrisa.

-Créeme, si llegamos a las manos encontrarías uno solo.

-Bien, hermanita vigílalos, puedes pegarles si es necesario.

-No hay problema, además tengo esto conmigo.- La joven sacó una ballesta de debajo de la mesa.- Y tengo buena puntería.

Ella se dirigió a la puerta mirando a los dos vampiros que se quedaban atrás con desconfianza.

 

-Bueno ¿qué tal estas?

-Déjalo, no hace falta que disimules conmigo.- El joven moreno estaba enfadado.

-Hay cosas que nunca cambian. ¿Cuánto tiempo vas a seguir odiándome?.- Los ojos azules del joven se llenaron de tristeza.

-El que haga falta hasta que te alejes de ella.

-Toda la eternidad entonces.

-Entiéndeme, no me importa que hayas vuelto a la vida, hiciste algo noble, pero como te acerques a ella y le hagas daño te perseguiré durante toda la vida.

-Llegas tarde, ya estoy con ella.- La sonrisa picara de sus labios lo decía todo.

El otro le miró, su cara se convirtió en una máscara de odio, hasta que en un instante mostró su verdadero rostro y se tiró a por el otro. Le hizo caer al suelo y empezó a golpearle hasta que una saeta pasó rozándole.

-Creo que os han dicho que os comportéis.- La joven sostenía la ballesta con firmeza, y la había cargado nuevamente.- Suéltale o la próxima irá más cerca.- El otro vampiro no había intentado defenderse, su cara ya mostraba los signos de los golpes que había recibido. Lentamente el otro se separó de él y pudo levantarse del suelo.

-Pequeña, no creo que a tu hermana le interese saber nada de esto.

-Tienes razón.

-Bueno creo que me iré a dar una ducha.- Subió las escaleras y llegó hasta el cuarto que compartía con ella. El agua caliente le relajó, y se llevó parte del dolor de las magulladuras. Cuando salió envuelto en una toalla ella le estaba esperando sentada en la cama, vio su cara.

-¿Qué ha pasado?

-Nada.

-No mientas. ¿No has cambiado verdad?

-¿Qué quieres decir?

-Me prometiste que te comportarías.

-Y lo he hecho.

-Si, y por eso tu cara está así. ¿Le has dado una paliza?

-¿Eso es lo que crees?.- Empezó a vestirse con lentitud.- Si de verdad piensas eso de mi, puedes encadenarme en el sótano.

-¿Qué quieres que piense? En el salón tengo muebles rotos, una saeta clavada en la pared y el otro no quiere verme.

-Siempre él, dices que no quieres perderme, que me necesitas a tu lado, pero sigues dudando de mi.- Se puso el abrigo con decisión.- No quiero tener que explicarme a cada momento.- Se dio la vuelta para salir de la habitación, ella se levantó de la cama y le obligó a parar.

-¿Dónde vas?

-A emborracharme, creo que lo necesito.

 

 

Capítulo 7:

 

Sola otra vez, porque tenía que haberle dicho esas palabra. Se había ido justo cuando el sol se ponía, y no sabía si volvería. Su hermana entró furiosa en la habitación, abriendo la puerta con violencia y la cerró de un portazo.

-¿Qué has hecho?

-Nada.

-Se ha ido, casi estaba llorando, y el es muy fuerte para eso.

-Yo... Solo hemos discutido, nada importante.

-¿De que?

-Eso no te interesa.

-Si le alejas de nuestras vidas si me interesa.- La joven estaba apenada.- Primero el estúpido de tu ex le da una paliza, y luego tu le gritas.

-¿Que? Ha sido él quien ha empezado.

-Ni hablar, ha sido ese estúpido troglodita, él ni siquiera se ha defendido.- La joven se levantó de la cama y se dirigió hacia ella.

-Pero cuando he visto el salón, y el otro no quería que le viera...

-Has pensado lo peor. ¿Cuándo vas a empezar a confiar en él?

-Espero que cuando se congele el infierno.- El joven moreno había entrado sin que ellas le oyeran. Ella se fijó enseguida en que no tenía ni un solo golpe.

-¿Has sido tu?

-El me ha provocado.

-¿Y desde cuando no lo ha hecho? ¿Qué te ha dicho para enfurecerte?.- El joven no contestó.- Venga, dímelo.

-Ha hablado de ti.- La joven le miró expectante.- Ha dado a entender que el y tu...

-¿Acaso eso es un crimen?

-Así que es cierto, esa sabandija se ha atrevido a tocarte.

-Esa sabandija forma parte de mi vida, y si tu quieres pertenecer a ella, más te vale que empieces a respetarle.

-Eso está fuera de toda discusión.

-Entonces tu estás fuera de mi vida.- La joven se giró para marcharse y el le agarró por el brazo.

-¿Tanto te importa? ¿A pesar de las veces que intentó matarte?.- La joven le miró con furia.

-Te recuerdo que tu también me has intentado matar un par de veces, y yo incluso te envié al infierno.

-No es lo mismo.

-Claro que es lo mismo. El es mejor que tu. Tu sin alma eras un monstruo, el en cambio estaba a mi lado.- Ella se fue sin mirar atrás, dejando solos a su hermana y al joven moreno.

-Yo...

-Las personas cambian, tu más que nadie debería saberlo. El ha pasado de todo en esta vida, y ha tenido que luchar mucho para demostrar su valía.

-Tu no lo conoces como yo.

-Tienes razón, yo solo se de el que me ha salvado la vida más veces de las que puedo recordar. Y que dio la suya por nosotros.- La joven se dirigió con seguridad hacia la puerta y se volvió para mirarle.

-Si todavía quieres ser recibido en esta casa más te vale que te disculpes con él. Y también con ella, ayúdala a buscarle.

-Nunca debí abandonarla.

-¿Y de que hubiera servido? Solo os habría llevado a la destrucción.

-Pero él...

-Ha cambiado. Espero que te des cuenta de una vez. Ahora deberías ayudarla a ser feliz.

-¿Crees que habrá ido a buscarle?

-Supongo, y no me gusta nada con lo que hay fuera.

-He leído los informes, iré con ella.

-Bien, pero intenta controlarte un poco.

El joven sonrió con tristeza y bajó las escaleras, ella estaba en el salón, eligiendo armas para salir a la noche.

-Dame un par de estacas.

-¿Vas a intentar matarlo?

-No, voy a ayudarte a encontrarlo, puedo seguir su rastro y tu no.

-¿Qué pretendes?

-Yo...lo siento, he sido un estúpido, yo he seguido mi vida, y entiendo que tu lo hagas. Intentaré ser su amigo.

-Gracias.

-Venga démonos prisa, si no su rastro se enfriará.

Los dos salieron por la puerta hacia la oscuridad del exterior. El fue siguiendo el olor del vampiro rubio. La primera parada les llevó hasta el cementerio, hasta la antigua cripta que había sido su hogar durante años. Ahora se encontraba vacía y abandonada desde hacía tiempo.

Siguieron buscando y el rastro les fue llevando a barrios peligrosos, en un determinado momento el vampiro se paró haciéndole un gesto a la joven. Ella esperó, sabiendo que había algún peligro cerca.

Unas figuras aparecieron al final de la calle, cuatro hombres que se dirigieron hacia ellos.

-Menos mal, carne fresca, cada día es más difícil de conseguir.

-Os estáis equivocando chicos.- La joven se acercó hasta ellos.- No os convengo.

-Hacedla caso, suele ser muy indigesta.

-¿No la quieres compartir? Tenemos que ayudarnos unos a otros.

-Eso es algo que he aprendido hace poco.- El vampiro se retiró dejando sola a la joven.- Enséñales lo que sabes.

Ella se preparó para la lucha mientras los otros se colocaban a su alrededor. El primero atacó solo, pensando que sería una presa fácil, fue directo a por ella, y le vio venir con facilidad. Agarró uno de los brazos y utilizó el propio movimiento del ser para tirarlo al suelo, el vampiro no se lo esperaba, y se quedó más sorprendido aún cuando vio la estaca que había en su mano. No pudo ni defenderse y la joven la clavó con rapidez en medio del corazón.

-Demasiado rápido, yo quería divertirme.

Se levantó con agilidad, he hizo un gesto a los que quedaban. El mayor hizo a los otros dos y les indicó que fueran a por ella. Esta vez se movían con más cautela, pasaron al ataque y fueron a la vez intentando sorprenderla, los golpes rápidos se sucedían pero consiguió pararlos todos, uno de ellos se despistó y recibió el golpe de la estaca, el otro esperó a que su maestro le ayudara. Cuando miró hacia él le vio corriendo para salvar su vida, pero el joven moreno sacó una ballesta de debajo del abrigo le dio de lleno por la espalda. La joven acabó con facilidad con el que quedaba.

-Creía que ya todos te conocían.

-Espero que no, me quedaría sin trabajo.

-Sigamos, el rastro es débil.

Los dos siguieron su camino hasta el centro de la ciudad, normalmente los vampiros no solían atacar en esa zona, ya que demasiada gente recorría sus calles. El rastro les llevó hasta el viejo cine de la calle mayor, donde emitían una película en blanco y negro. La joven fue hacia el, pero su acompañante le indicó que parara.

-Espera. No está solo.

-¿Qué quieres decir?

-Hay vampiros ahí dentro, quizás cuatro o cinco.

-¿Estas seguro?

-Si, y creo que han matado unos cuantos humanos.

-De acuerdo, ve por detrás y ten mucho cuidad.

-Tu también.

-¿No lo tengo siempre?

-No, y eso es lo que me preocupa.

 

Capítulo 8:

Caminaba solo por las calles, pocas personas se atrevían a salir cuando el sol se ocultaba por determinados barrios de la ciudad. Poco a poco se fue acercando al centro, fumaba un cigarro tras otro, sin preocuparse en mirar a su alrededor Sus pasos le dirigieron a la puerta de un cine donde reponían una película de Bela Lugosi. Sonrió ante la ironía y decidió entrar a verla, la sesión acababa de empezar y solo unos pocos noctámbulos se veían bajo la vacilante luz de la película.

Estaba tan inmerso en ella y en sus propios pensamientos que no se dio cuenta que una figura se sentaba a su lado.

-¿No te encantan las tonterías que los humanos piensan de nosotros?.- Una voz suave, casi un susurro.

-¿Qué haces aquí?

-Venía a consolarte. ¿Tu cazadora te ha echado?

-No sabes de que hablas.

-Por favor. Tu viejo “amigo” llega a la ciudad, te dan una paliza.- Sus dedos recorrieron algunos de sus golpes y él se apartó de ese toque helado.- Y andas solo por las calles de la ciudad. Eso me suena a pelea de enamorados.

-Déjame en paz.

-No, tu vales mucho más. Ella te desprecia.- Él la miró desafiante.- Si mi querido hijo, ella te desprecia, te usa.

-Tu no la conoces en absoluto.

-He conocido a muchas como ella, y las he saboreado a todas. Solo le importa la caza y el exterminio.

-Creo que el mundo sería mejor sin nosotros.

-No, fui creada al mismo tiempo que ellos, este mundo nos pertenece también.

-Somos monstruos.

-Somos mejores. He visto los principios de la historia y viviré hasta el final del mundo.

-Asesinando para existir.

-Si, pero ellos no son nada. Tienen vidas breves. Piénsalo. ¿Qué pasaría si siguieras con ella? La felicidad de unos míseros años de existencia. ¿Y luego? Ella envejecerá y no te quedará nada.

-Prefiero unos instantes de felicidad.

-Pero no tiene porque ser así. Ella podría estar contigo por toda la eternidad.

-Ni lo pienses.

-Todavía confía en ti, puedes  hacerlo.- Se acercó  más a él y   le susurró al oído.- Sería tuya, no tendrías que compartirla con ese patético vampiro con alma.

-Olvidas que yo también tengo alma.

-Si, pero un alma no tiene porque ser pura.

-Nunca la destruiría.

-Pues entonces tendré que destruirte a ti.- Con un rápido movimiento le levantó del asiento y lo tiró en medio del pasillo. Nadie se movió en la sala.

-Los has matado a todos.

-Mi ejercito es muy efectivo.- Fue hasta el y se enzarzaron en una lucha desigual, los golpes se sucedían, era demasiado rápida para el. Un golpe le mandó contra una pared e hizo esfuerzos por levantarse. Ella cogió un trozo de una butaca y se dirigió a por él. De pronto un golpe la dio por la espalda.

-¿Nunca te dijo tu madre que no hay que jugar con desconocidos?            

La cazadora rubia se acercó hasta el y le ayudó a levantarse con cuidado.

-¿Estás bien?

-¿De verdad te importa?

-Más de lo que piensas.

Lilith se levantó acompañada por una de sus secuaces, su cara reflejaba ansias de venganza por la afrenta sufrida.

-Vaya par de tortolitos.- Ella se giró hacia atrás lentamente.

-Anda pero si sigues aquí.

-¿Crees acaso poder derrotarme niña?

-Estoy segura de ello. ¿Por cierto no había tregua de tres días? Solo han pasado dos.

-Puede que mintiera. Pero tienes razón, por ahora solo voy a dejar que mis guardias te enseñen modales.- El joven se puso con resolución entre ella y las figuras que la amenazaban.

-Vete de aquí cielo, yo te cubro.

-Estas herido y yo soy la cazadora.

-Me encanta el caso que me haces.

-Creía que era lo que te gustaba de mí.

Las dos mujeres avanzaron hacia ellos, estaban tranquilas, pensaban que serían un lucha fácil y rápida. Se inclinaron ante ellos, como reconociendo su valor por no huir ante el combate.

Ellos se pusieron en guardia y esperaron el avance con cautela. Las guardias atacaron a un tiempo, perfectamente sincronizados, pero ellos también lo estaban después de tanto tiempo juntos. El combate se fue alargando, sin que ninguno de ellos sufriera daños, Lilith gritó una orden en una extraña lengua y sus mascotas endurecieron el ataque. El joven empezaba a mostrar signos de cansancio, y uno de los golpes de su rival traspasó sus defensas haciéndole volar un par de metros.

-Estas bien.

-Si, no te distraigas.- Se levantó con esfuerzo y se lanzó de nuevo al ataque. Ella no sobreviviría a un combate con las dos, pero con una podía defenderse.

El joven miró a su adversaria sonriendo, podía que no sobreviviera a esta noche, pero intentaría llevarse a alguien por delante. Siguió luchando, y otro golpe le dio. Se quedó aturdido en el suelo, y cuando su atacante avanzaba hacia el, recibió un golpe por la espalda. El vampiro moreno la había sorprendido por detrás y atacó. Era buena tenía siglos de preparación, aun así le faltaba una razón por la que luchar, y cuando el rubio se sumó a la lucha tuvo que hacer uso de todos sus conocimientos para mantenerlos a raya. Al final se distrajo durante una milésima de segundo, y una estaca se clavó en su corazón. La miró llena de sorpresa y algo cambió en sus ojos, un susurro salió de sus labios antes de que se deshiciera en polvo.

-Gracias.

Los dos la vieron desvanecerse y se giraron a un tiempo para ver a su amiga luchando. Las dos eran buenas pero a la joven asesina le faltaba mucho para estar a su altura. Uno de los golpes la hizo caer y cuando la otra intentó golpearla de nuevo los dos hombres se puesieron ante ella, luchando codo con codo para vencerla. Uno de los golpes de la vampira dio de lleno al joven moreno dejándolo sin sentido, la joven gritó su nombre y ocupó su lugar en el ataque.

Después de lo que pareció una eternidad, los golpes se volvieron más frenéticos, hasta que lograron acercarse lo bastante para que una estaca se clavara en ella. Lo mismo que con la anterior, sus ojos, su expresión cambió, y fue desapareciendo dándoles las gracias.

Ellos se acercaron a su amigo caído sin dejar de mirar a su alrededor.

-Reconozco que esto va a ser más interesante de lo que creía.- La mitológica reina vampiro se acercó hasta ellos.- Habeis ganado el primer asalto, pero esto no hace nada más que retrasar un final inevitable.

-Eso lo veremos momia.

-He esperado durante siglos este momento, y tu no me lo vas a arrebatar ahora. Volveremos a vernos.- El grupo se fue despacio, y ellos se inclinaron sobre la figura caída.

-Despierta, ¿Estas bien?

-Venga ya no ha sido para tanto.- La joven le miró muy seria.

-No empieces, si no hubiera sido por el no te habríamos encontrado nunca.

-Lo siento, pero es verdad. Aunque me cueste admitirlo el puede aguantar mucho más.

El joven tendido en el suelo empezó a moverse con dificultad, y se apoyó en ellos para poder levantarse.

-Tengo que estar muy mal si creo haber escuchado una alabanza de ti.-Miró a los ojos azules del rubio.

-No es una alabanza, es que las palizas que te he propinado consiguieron endurecerte la cabeza.

-¿Tu a mi? Ya te gustaría-

La joven miraba alternativamente a uno y a otro sin saber como reacciona, ya que a pesar de las palabras reinaba un ambiente festivo.

-Chicos.

-No te preocupes asesina, no vamos a empezar a pegarnos

-¿A que viene ese cambio de actitud?

-Simplemente la gente cambia.- El joven moreno se encogió de hombros dirigiéndose a la salida. Ella miró a los ojos del que estaba a su lado.

-Casi prefiero que os peguéis, me da miedo veros tan tranquilos.

-Creo que llegaremos a un entendimiento.

-Eso espero.- Le dio un rápido beso.- Pero como vuelvas a desaparecer de esa forma me encargaré yo misma de clavarte una estaca en el corazón.

 

Continuará….                                                     Deja tu opinión sobre el Fic