Angel: (mirando su vaso de sangre) Parece que se ha echado a perder. Ha empezado a coagularse.
Cordelia: ¡Ah! (mirando la sangre) No, eso es canela. ¿Qué? ¿No puedo hacer pruebas?
Wesley: (viendo una foto de Angel de 1952) Bueno... Ahora sabemos algo con certeza.
Cordelia: Si. Y no es que los vampiros no salgan en las fotos. Es solo que no salen bien fotografiados.
Cordelia: Es como un puzzle. Es... “¿Quién murió porque Angel la fastidió hace 50 años?”
Judy: ¿No va a preguntarme porque me echaron?
Angel: ¿Por qué te echaron?
Judy: Porque no soy lo que digo ser. Lo finjo desde que tenía 15 años.
Angel: ¿Qué finges?
Judy: Ser blanca. Mi madre era negra, mi padre... Ni siquiera lo conocí. Mi sangre no es pura. Está sucia.
Angel: Es solo sangre, Judy. Tan solo es sangre.
Judy: Nadie lo cree así. Ni la familia de mi madre. No soy ni una cosa ni la otra. No soy nada.
Angel: Sé como te sientes.
Denver: Eso es... ¡Huye, cobarde de la noche! ¡Y que sepáis que estoy pensando seriamente en plantarme en este mismo lugar para que no podáis entrar sin invitación! ¿Tenéis idea de con quien estáis tratando?
Angel: (cogiéndole por la espalda) Tienes reputación, por eso estoy aquí. Hace mucho tiempo que no abro una vena, pero lo haré si no dejas de jugar al cazavampiros conmigo. ¿Está claro?
Denver: Así que eras de mi misma edad cuando te transformaste.
Angel: No lo sé. ¿Cuántos años tienes?
Denver: Algo más de 30.
Angel: (ofendido) No.
Denver: Un vampiro que quiere eliminar a un demonio para ayudar a unos humanos mugrientos... No lo entiendo.
Angel: Sinceramente, yo tampoco lo entiendo.
Wesley: (invocando al thesuliano o demonio Thesulac, chasquea los dedos a Gunn) ¡La “Bola de Ramjarin”!
Gunn: “La Bola de Ramjarin, por favor”, y te la doy.
Wesley: ¡Por favor! Y ten cuidado, las antiguas bolas de conjuros son muy frágiles. (Gunn se la lanza y la coge a duras penas) ¡Angel!
Angel: Chicos, no le escuchéis. Sea lo que sea lo que os susurre debéis ignorarlo
Cordelia: Llevan así todo el viaje en coche hasta aquí.
Angel: ¡Oh!
Thesuliano: (a Angel) ¡Dios, adoro a la gente! ¿Tú no? Me han dado lo peor y ahora se lo voy a devolver. El miedo y los prejuicios se convertirán en certeza y odio. Cogeré otro poquito y... mmm. (saboreándolo)
Thesuliano: (a Angel) Oh, ¿han herido tus sentimientos? Mira lo que pasa cuando les enseñas el cuello, ¡te ponen una soga alrededor!
Thesuliano: ¡Eh! ¿Sabes qué? Hay todo un hotel lleno de almas torturadas que... podrían utilizar tu ayuda... ¿Qué me dices?
Angel: Quédatelos.
Thesuliano: No recuerdo haberte pedido nada. Pero me gusta lo que me has traído. No tan delicioso como la última vez quizá, pero lleno igualmente de sabrosa paranoia. (señalando a Wesley) Especialmente ese.
Wesley: ¿Qué ha querido decir?
Wesley: ¿Qué quiso decir con “especialmente ese”?
Wesley: Me han acusado de muchas cosas en mi vida, pero... ¡la paranoia! nunca ha sido una de ellas. A no ser que alguien lo diga a mis espaldas...
Wesley: Angel... ¿Me encuentras... especialmente paranoico?
Angel: No especialmente.
Wesley: ¡Oh, gracias a Dios! Menos mal.
