No mates al chico en la primera cita

 

Buffy pelea con un vampiro en el cementerio. Acaba con él, pero a juicio de Giles gasta demasiada energía. Simplemente debería “clavar y a otra cosa”. Ve entonces un anillo en el lugar donde cayó el vampiro. Decide investigarlo, pero no cree que signifique nada.

El Maestro lee una profecía. Está a punto de lograr su mejor arma y no está dispuesto a que unos incompetentes se lo impidan.

En la biblioteca, Buffy, sorprendentemente, es capaz de descubrir que el anillo pertenece a la Orden de Aurelius cuando Giles ya descartaba cualquier conexión demoníaca. En ese momento entra Owen, un estudiante, para sacar un “Emilie Dickinson”. Buffy coquetea con él, y parece que se gustan. Más tarde se lo cuenta a Willow en la cafetería. Le ven comiendo solo, así que Buffy decide hacerle compañía, pero Cordelia la intercepta y se la cae la bandeja. Owen la ayuda a recoger y la invita al Bronze aprovechando la invitación que le acababa de hacer Cordy a él. Pero Giles tiene otros planes. Ha descubierto una profecía por la cual un miembro de la Orden de Aurelius le llevará al Maestro su arma más poderosa contra la Cazavampiros: el Ungido. No hay tiempo de citas. Tienen la oportunidad de vencer a las fuerzas del mal.

Tras horas de espera en el cementerio, Giles acepta que quizás se equivoco en sus cálculos y no es esa la fecha de la profecía, por lo que deja ir a Buffy a su cita, no sin antes recordarla que es peligroso relacionarse con alguien que no sepa de sus “habilidades” y se descubra su secreto.

Cuando Buffy llega al Bronze, ve a Owen y a Cordy bailando muy juntos y se va.

Los pasajeros de un minibús están nerviosos. Uno de ellos, un hombre con pinta de loco, no hace mas que hablar del fin del mundo, acercándose a los otros, 2 mujeres y un niño. El conductor le pide que se siente cuando ve que hay alguien parado en medio de la carretera. No puede frenar a tiempo y va a ver como esta el atropellado. Es uno de los vampiros miembros de la Orden de Aurelius, que le atacan junto con el resto del autobús.

Buffy le cuenta a Xander su desastrosa cita. Cree que nunca podrá llevar una vida normal. Sin embargo Owen la pregunta porqué no apareció. Ella le dice que se le rompió el reloj y él acepta su disculpa y la vuelve a invitar a salir. No solo eso, le da su reloj (de bolsillo, para pasmo de Xander) y asegura a Buffy que no hay nada entre Cordy y él, solo bailaron un par de veces.

Buffy se asegura esta vez de que Giles no la va a necesitar esa noche. Y para su alegría, la dice que no.

El Maestro está satisfecho. Esa noche tendrá un poderoso aliado.

Will y Xander ayudan a Buffy a arreglarse para su cita. Bueno, al menos Willow, porque Xander solo piensa en taparla lo más posible. Cuando llega el momento de cambiarse, solo logran que se dé la vuelta, y con un espejo, tratará de mirar.

Cuando llaman no es Owen, sino Giles, que ha leído en el periódico la noticia de la muerte de los 5 ocupantes del autobús. Quiere asegurarse que no sean los 5 de la profecía, pero Buffy no está dispuesta a que le vuelva a estropear la cita, y más cuando aparece Owen, a quien Xander y Will se llevan a parte (aprovechando Xander para aleccionarlo adecuadamente para la cita, recomendándole no mirar, tocar ni besar a Buffy), mientras esta convence a Giles de que no hay nada extraño en un accidente de trafico. No queda muy convencido, pero acepta que vaya a su cita. Si pasara algo de verdad, solo tendría que llamarla al busca. Will propone seguir a Giles (está preocupada por lo que pueda hacer), Xander a Buffy (no se fía de Owen).

Owen y BuffyOwen nota a Buffy distraída (no es para menos, no deja de mirar el busca). Bailan. Cordy no está dispuesta a consentir que le levanten el ligue, pero no tiene nada que hacer.

Giles va a al funeraria. Por desgracia tenia razón al preocuparse, los vampiros de la Orden de Aurelius están allí y le atacan. Pero una cruz les mantiene a ralla, permitiéndole entrar y encerrarse en una sala de autopsias. No puede escapar por la ventana, que tiene rejas, pero Will ganó y le han seguido, por lo que le dicen que irán a buscar a Buffy.

Esta se lo esta pasando genial con Owen. Cordy le dice a una amiga que el “espectáculo” la está abochornando, pero se la pasa cuando ve entrar a Angel. Este no se le escapa. Ni siquiera llega a presentarse, Angel va directamente hacia Buffy, que en ese momento está sola. No parece sentarle muy bien que pase de la profecía, si la conoce ¿qué hace ahí? Llega Owen, al que Buffy presenta como “su pareja” y Angel dice a este que conoce a Buffy del “trabajo”. Llegan Will y Xander, quienes para disimular frente a Owen proponen salir como 2 parejas a algún sitio divertido...¡cómo la Funeraria Sunnydale! Vieron entrar a 2 tipos que parecían pasárselo muy bien. Buffy capta el mensaje y propone a Owen dejarlo para otro día, pero a él le ha parecido un buen plan y quiere ir. Ella no cede. Le da un beso y se despide. Pero una vez allí descubren que les ha seguido, así que Buffy se lo encarga a los chicos mientras ella busca a Giles. Encuentra la sala, destrozada y ni rastro de Giles, pero cuando le llama sale de su escondite. Le dice que tiene que poner a salvo a los chicos antes de buscar al Ungido. Les manda encerrarse en un velatorio, y mientras Will y Xander se hacen fuertes (Owen solo lo mira todo con cara de asombro), Buffy y Giles comienzan a buscar.

Owen abre la cortina que separa el velatorio del cuerpo. Nunca había visto uno de verdad, pero no cree que debiera moverse tanto. El muerto es el loco del autobús y ahora es un vampiro que se ha despertado con muy buen humor. Como pueden quitan los muebles de la puerta y huyen, pero los vampiros de la Orden han bloqueado las salidas, por lo que están atrapados con el vampiro en el interior de la funeraria.

Buffy, que ha acudido en su ayuda, pide a Giles un arma, pero el vampiro la pilla de espaldas y la deja inconsciente. Giles trata de protegerlos con una cruz, pero el vampiro también lo deja inconsciente lanzándole contra el mecanismo que pone en marcha la incineradora. Cuando se inclina el vampiro sobre Buffy llega Owen y consigue golpearlo y dejarlo inconsciente. Ayuda después a Buffy, pero el vampiro se levanta y cae de mala manera, golpeándose en la cabeza. Parece muerto y Buffy se cabrea:¡ha matado a su cita! Comienza a golpearlo hasta meterlo en la incineradora encendida, donde le encierra. Es entonces cuando despierta Owen, algo confuso pero no muy seguro de querer seguir saliendo con Buffy. Los chicos le acompañan a su casa.

Al día siguiente tratan de animarla por su desastrosa cita. Pero la dejan cuando se acerca Owen. Sorprendentemente quiere repetir. Estar cerca de la muerte le hace sentir vivo. Ante sus palabras, Buffy le deja lo más delicadamente que puede. Giles la consuela: Conocemos nuestro camino al avanzar por él, y ella, como Cazavampiros, lo está haciendo bastante bien. Ha detenido una profecía.

El Maestro recuerda la profecía: “...y surgirá El Ungido y la Cazavampiros no le reconocerá, no le podrá detener y él la arrastrará al infierno”. Da la bienvenida al Ungido, el niño del autobús.

 

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