La fiesta del muerto

 

       Buffy deshace la maleta y sale de patrulla tras decírselo a su madre, que está redecorando su cuarto con arte nigeriano.

Una vez en la calle escucha algo y va a comprobarlo, pero no es un vampiro, es Xander vestido de comando y armado con una cruz, una estaca y un walkie. No les da tiempo a saludarse siquiera, por que les ataca un vampiro. El resto de la patrulla (Willow, Oz y Cordelia) acuden al rescate de Xander, pero es la cazadora la que logra matarlo. Después, tímidamente, les saluda. Lo primero que hacen es acompañarla a casa de Giles para que por fin pueda dormir tranquilo. Esta contentísimo de verla (aunque lo disimule muy bien), y mientras toman el té sugiere que no acosen a Buffy con preguntas. Están todos de acuerdo, sobre todo Buffy, que solo quiere  recuperar su vida, y quizás incluso dar una fiesta.

La madre de Buffy no consigue que el director Snider la readmita. Es más se comporta como un grosero metiéndose con ella y asegurando que solo lo hace porque le produce un gran placer.

El día no continua mucho mejor. Willow no llega a una cita con ella y su madre quiere meterla en un colegio privado femenino, a invitado a sus amigos a cenar sin avisarla y quiere ponerles la vajilla buena. Para rematarla, cuando va a por la vajilla al sótano, le cae un gato muerto desde lo alto del armario. Tener que enterrarlo en el jardín no ayuda a ponerla de mejor humor. Se siente fuera de lugar, tanto entre sus amigos como en casa, ya que su madre se ha echado una nueva amiga, Pat, y parecen muy unidas.

Mientras duermen, uno de los adornos nigerianos, una mascara, cambia. Los ojos se iluminan y parece emitir un zumbido. El gato del jardín resucita y sale de su tumba.

Buffy sueña que está en el instituto. Esta vacío, pero en el claustro encuentra a Angel, que la dice que sus amigos la esperan, y que es normal que esté asustada.

A la mañana siguiente, su madre la propone contar que es una cazavampiros, a lo que ella se niega. Cuando abren la puerta del jardín, el gato muerto se cuela en la casa. Llaman a Giles, que acude con una jaula donde mete al gato que había llegado a la habitación de la madre de Buffy. Se fija en la mascara, pero Buffy considera que el asunto del gato es más importante que los extraños gustos decorativos de su madre y, como no puede pisar el instituto, manda a Giles a investigar el asunto y avisarlas en cuanto sepa el motivo de su resurrección.

A Oz le gusta el gato, incluso propone llamarle “Manchas”. A Cordelia solo le da asco. Luego comienzan a discutir sobre algo tan trascendental como si la cena de Buffy será un ágape, un convite o un agasajo. Xander explota, está furioso con Buffy por haber desaparecido y tenerles con el alma en vilo durante meses, pero decide dejarlo de momento. Wil propone convertir la cena en una fiesta como quería Buffy llevando al grupo de Oz ("Un dingo se comió a mi bebé") a tocar allí. Giles acepta el voto de la mayoría, aunque no esta convencido de que sea una buena idea.

A Buffy se le viene todo encima. Primero Pat se une a la cena, y sin darla tiempo a reaccionar llega el grupo. Cuando se quiere dar cuenta la fiesta ya está montada y ella no se siente cómoda. Ninguno de sus amigos está con ella y a la mayoría de la gente no la ha visto nunca. Se acerca a Wil que no quita los ojos del grupo y la pregunta si hay algún problema, pues da la impresión de evitarla. Ella lo niega, están todos muy contentos de su regreso, por eso es la fiesta.

Mientras, la mascara vuelve a encenderse y muertos de toda la ciudad se levantan y se dirigen a casa de Buffy.

Xander y Cordy también están muy ocupados, besándose, así que tampoco saca en claro de ellos. Pero al ir a la cocina escucha a su madre decirle a Pat que casi ha sido peor que Buffy regresara. Ante esto, sube a su habitación y comienza a hacer su maleta.

Para que luego digan que los libros no sirven para nadaGiles por fin descubre lo que ha devuelto a la “vida” al gato. La máscara de la madre de Buffy es de un demonio que despierta a los muertos para que vayan en su busca. Si alguno se la pone, el demonio renacerá en él. Llama a Buffy, pero con el ruido de la fiesta el que conoce no entiende bien por quien pregunta y le cuelga.

Wil descubre a Buffy haciendo la maleta y se muestra hiriente. Buffy la pide que no se lo haga más difícil, se las estaban apañando muy bien sin ella. Wil trata de hacerla ver que solo hacían lo que podían, pero que la necesitaban, no solo para cazar, ella la necesitaba como amiga. Su vida es cada vez más extraña, sale formalmente con un hombre lobo y estudia magia, y no puede compartirlo con nadie más que con ella, y cuando se fue la falló.

Giles coge el coche y va hacia la fiesta para avisar a Buffy, pero con las prisas atropella a alguien. Se baja para comprobar su estado y descubre que ¡es un zombie! Este le ataca, y aparecen mas que se lanzan a por él. Consigue refugiarse en el coche, pero descubre que las llaves se le han caído fuera, y no parece buena idea salir a buscarlas. Sin problema. Hace un puente y consigue así arrancar el coche (este bibliotecario tiene mucha carrera rodada).

La madre de Buffy también descubre sus intenciones, pero Wil la ha dejado confusa y Buffy trata de evitar a su madre volviendo a la fiesta. No le sirve, por que ella la sigue y la encara sin importarla los demás. Xander se une a ella. Tenia ganas de decirla que el desaparecer así fue cuanto menos cruel. Buffy trata de explicarles que no le quedó más remedio que irse ella la dijo que no volviera y él dejó bien claro lo que pensaba de Angel. No supo que más hacer. Cordelia intenta ayudarla diciendo Buffy debió de sufrir y sentirse culpable con lo de Angel (pero a su manera, es decir, sin ningún tacto). La pelea comienza a subir de tono, pero la violenta irrupción de los zombis logra detenerla matando a la mitad de los presentes y la otra mitad defendiéndose como puede. Buffy, su madre, Wil y Xander se ocultan en la habitación de Joyce, y meten a Pat a la que creen inconsciente. Pero está muerta y despierta.

Cordy y Oz salen del armario en el que se habían escondido. Todos los zombis están en el piso de arriba. Llega Giles y les explica el problema y que los zombis van detrás de una mascara que se encuentra allí.

Pat logra ponerse la mascara. Los chicos saben que tienen problemas realmente serios cuando ven que los zombis la temen. Pat ataca. De sus ojos salen destellos que atontan momentáneamente a sus enemigos, aprovechando entonces para atacar. Buffy se abalanza sobre ella y salen por la ventana cayendo al jardín.

Giles lo oye y mientras Cordy y él mantienen a los zombis bajo control, manda a Oz a decirle a Buffy que debe atacarle a los ojos, pues allí está su poder. Pero no tiene necesidad de decírselo. Buffy lo ha deducido por si misma y la clava una pala en ellos, desapareciendo tanto ella como el resto de los zombis.

Todos se felicitan por la pelea y se reconcilian.

Giles visita a Snyder en su despacho. Tiene que readmitir a Buffy. El no quiere ni escucharle, pero le hace una velada amenaza (“¿tendré que convencerle?”) que parece captar su atención.

Buffy y Wil hablan de sus cosas. Wil la cuenta como van sus estudios de brujería, y la mete alguna puñalada. Durante un tiempo todavía se lo hará pasar mal, pero ya son las amigas de siempre.

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