No hay nada como estar en casa

 

            

            Hace dos meses:

            Dos monjes corren perseguidos por algo que no llegamos a ver. Cierran una gran puerta de madera y junto a un tercer monje comienzan un ritual para proteger La Llave, mientras algo, con una gran fuerza rompe la puerta.

 

            Hoy:

            Buffy mata a un vampiro en el exterior de un complejo de almacenes. El vigilante la toma por una joven de las que acude a fiestas rave. Buffy no se lo discute. Antes de irse el vigilante le da una bola luminosa que hay en el suelo creyendo que es algo que ha traído “para la fiesta”. Buffy se la lleva tan confusa como el vigilante sobre qué puede ser.

            A la mañana siguiente, Buffy termina de preparar el desayuno a su madre y advierte a Dawn que no toque nada para que no se estropee. Demasiado tarde, porque Dawn tira el agua del jarroncito en el que Buffy había puesto una rosa al intentar poner otra. Dawn intenta limpiar el estropicio cuando llega su madre, que cree que ambas la han preparado el desayuno y Dawn la da la razón al afirmar que “Buffy la ha ayudado”. Buffy quiere aclararlo, pero su madre cree que quiere que su hermana se quede con todo el merito. Buffy cambia de tema y no puede creer que los medico aun no sepan que la pasa a Joyce, y después siente celos porque Dawn era de pequeña “el bocadito de nata” de su madre, y a ella nunca le puso un apodo cariñoso. Joyce la anima a irse a la inauguración de la tienda de Giles, y decide llevarse a Dawn para que descanse tranquila su madre.

            La tienda ya esta abierta y Giles espera a sus clientes vestido como un mago de cuento de hadas. Buffy es la primera en entrar y Giles se siente avergonzado, así que se quita la túnica y el gorro antes de que entre Dawn. Aun no han entrado clientes, pero es Sunnydale, así que está seguro que no le faltarán. Buffy le cuenta que está muy preocupada por su madre, ya que sigue enferma y los médicos no saben lo que le pasa. Willow y Riley llegan, y se decepcionan al no ver a Giles vestido de mago. Buffy aprovecha para enseñarles la esfera luminosa que encontró el vigilante. Riley se ofrece a acompañarla a ver si hay mas, y aunque Buffy no parece muy ilusionada con la idea, no le dice que no. Lo hace Dawn, que le cuenta que Buffy no quiere que la acompañe pues corre mas peligro si tiene que protegerle. Riley trata de tomárselo bien, pero le duele y le pide a Giles que le deje entrenar un rato en la parte de atrás. Buffy se lleva a Dawn cabreada. Willow la pide antes que no sea muy dura con ella, pero Buffy la confiesa que ya está cansada de ser la adulta mientras su madre y su hermana se hacen mimitos. ¿Por qué no puede ser ella el bocadito de nata o hija única? En ese momento Dawn rompe algo.

            Cuando llegan a casa, aun Dawn se está disculpando, pero no todos pueden tener los maravillosos reflejos de los elegidos. Todo queda olvidado cuando descubren a su madre en el sofá, que se encuentra peor. Buffy quiere llamar al medico, pero Joyce cree que bastará con que compre su medicación. Así que Buffy va al hospital a comprarla. Allí se encuentra con Ben, el residente, que está atendiendo a un paciente fuera de si. Buffy les ayuda a inmovilizarlo, pero este coge la mano en la que sostiene las pastillas para su madre y la dice que no servirán de nada. Buffy le reconoce entonces: es el vigilante que le dio la esfera. El sigue hablando y la dice que van a por ella y que harán daño a su familia.

            Mientras, en un almacén abandonado, uno de los monjes hace cálculos sobre un mapa. Unos golpes tratan de tirar abajo la puerta metálica que cierra el almacén. La Bestia le ha encontrado. No tarda en derribar la puerta y entrar. Tiene la forma de una atractiva mujer rubia enfundada en un vestido corto rojo y zapatos de tacón alto.

            Giles está entusiasmado. La Caja Mágica es un éxito. Willow, por su parte, aun no ha descubierto nada de la esfera. Anya llega de mal humor y arremete contra los precios de Giles, pero es que tiene poco dinero. Le sugiere incluso ponerle en contacto con el fabricante de los polvos mágicos para conseguirlos a mejor precio. Dejan la conversación cuando llega Buffy, que dice que lo que le pasa a su madre es sobrenatural, pues el vigilante que encontró la esfera se volvió loco y se lo dijo. Giles, Willow y Anya se alejan al oír lo de la locura, pero Buffy les recuerda que ella lo tuvo toda una noche y no la ha pasado nada, pero el hombre ha visto que la iban a atacar por medio de su familia. No sabe aun quien, pero cuando lo averigüe los matará.

            La mujer de rojo ha atado y amordazado al monje y trata de convencerlo de que ella es la victima en todo este asunto, ya que no está donde la corresponde. Este mundo la asquea, se merece una existencia mejor y su actitud le parece muy egoísta por negarse a decirla dónde está La Llave. Al fondo se ve otra figura, a la que la mujer ignora mientras quita la mordaza al monje para que pueda hablar. Empieza a desvariar y el la pide que le mate, porque no le va a decir nada. El hombre del fondo resulta ser otro vigilante que la suplica que le suelte y la habla de su familia mientras la mujer sigue hablándole al monje, literalmente, como una loca. De pronto, mete los dedos en la cabeza del vigilante, que grita de dolor, y se tranquiliza.

            La Caja Mágica está abarrotada de compradores. Willow y Anya ayudan a Giles que se encuentra desbordado. Xander convence a Anya para que trate con mas educación a los clientes y después pregunta a Buffy qué esta investigando. Esta le explica sus sospechas pero que no le va muy bien. Mientras Willow termina de envolver un articulo para regalo que Anya cree que solo se podría considerar bien hecho si lo hubiera hecho con los pies, así que decide hacerlo ella misma. Mientras recuerda a una bruja francesa del siglo XVI que tenia un hechizo que traía de cabeza a los demonios llamado “tirar la coverture”, es decir, “tirar de la manta”: se ponía en trance y era capaz de ver los rastros de los hechizos, imperceptibles al ojo humano. Buffy decide hacer este conjuro. Asegura que ha mejorado su técnica de concentración y que tiene que hacerlo por su madre.

            En el cuarto de Buffy, Riley se dispone a ayudarla, pero tras explicarle que en realidad solo tiene que encender incienso y hacer un circulo a su alrededor con arena, se da cuenta de ella solo trata de hacerle sentir mas “masculino”, así que, tras asegurarla que esta bien, la deja para que pueda concentrarse mejor. Buffy traza el circulo con la arena roja y enciende el incienso, pero apenas ha empezado a concentrarse cuando la interrumpen unos golpes en la puerta. Es Dawn, que huele el incienso y quiere ver como hace magia. A pesar de sus amenazas de chivarse a su madre, no logra convencer a Buffy de que la deje entrar. Pasa el tiempo y Buffy entra en trance. Su visión se ha alterado. La casa se ve diferente, en el piso de abajo encuentra a su madre y, para su desencanto, no ve nada raro en ella, pero si lo ve en una foto. Dawn aparece y desaparece de la fotografía familiar. Cuando su madre se va Buffy coge otra foto y ocurre lo mismo. Sube al cuarto de su hermana, y este se entremezcla con una visión de un cuarto lleno de trastos viejos. Dawn llega en ese momento. Está muy enfadada y le recrimina a Buffy que haya entrado en su cuarto sin su permiso. Buffy ve horrorizada como también Dawn aparece y desaparece ante sus propios ojos y sale entonces del trance. Dawn esta furiosa y la insulta. Pero Buffy la sujeta por los brazos con fuerza mientras Dawn le amenaza con decírselo a su madre. Buffy la empuja contra el armario al tiempo al tiempo que le dice que no se acerque a ella. Suena el teléfono y Buffy la suelta para contestar. Es Giles, que esta muy preocupado: ya saben que es la bola. Se llama “Miedo de Dagon” y tiene muchos siglos de antigüedad. Es un artilugio creado para “repeler a lo innombrable”. Buffy decide volver al almacén donde lo encontró y Giles le pide que tenga cuidado, porque “lo innombrable” suelen ser objeto de gran adoración o temor o ambos. Buffy le dice que el trance no ha funcionado al sentir que Dawn les esta escuchando. Buffy la dice antes de irse que volverá antes de que lo haga su madre. Cuando sale de la casa siente algo, y saca a Spike de detrás de un árbol, que está fumandose un cigarrillo. Tras darle un puñetazo le pregunta que hace ahí. Spike le asegura que estaba dando una vuelta y, aunque Buffy no le cree, él insiste, Buffy no tiene tiempo para discutir, así que decide dejarlo. Tras un par de sarcasmos y de asegurarla que ella no le gusta y que su pelo es ridículo, Spike se va. Buffy no puede evitar fijarse que en el suelo, junto al árbol tras el que se ocultaba Spike, hay una docena de colillas. Buffy se aleja mientras Dawn la observa desde la casa.

            Buffy llega al viejo almacen y ve la puerta de hierro arrancada.

            Joyce vuelve a casa antes de lo esperado. Dawn sale de la cocina con una taza en las manos. Joyce pregunta por Buffy mientras la cuenta que ha suspendido “su gran noche” porque ha vuelto a sentirse mal. Dawn la dice que no se preocupe por Buffy al tiempo que le ofrece la taza de te. Lo ha hecho especialmente para ella.

            Buffy encuentra al monje atado a la silla, muy maltrecho. Le dice que le va a ayudar. Es mas fuerte de lo que parece, tiene experiencia... El monje ve acercarse a la mujer del vestido rojo, pero a pesar del terror que refleja su cara, no dice nada. Buffy le acaba de soltar y agarra a la mujer por el cuello. No es estúpida. Pero la mujer se suelta y le da una bofetada que la lanza contra la pared. ¿Esta segura?

            La Caja Mágica por fin cierra. Xander, Willow y Giles están destrozados, pero Anya esta llena de energía haciendo la caja, el inventario y planes para la tienda. Giles no quiere oír nada que tenga que ver con eso hasta el día siguiente, excepto si a ella le gustaría trabajar para él. Anya acepta encantada. Giles esta algo preocupado por Buffy, pero está seguro de que si no hace nada precipitado no pasara nada.

            Buffy esta recibiendo una paliza mientras la rubia habla sin parar. Cuando se da cuenta que no puede vencer coge al monje y salta con él a través de una ventana. La mujer trata de seguirles, pero se le rompe un tacón y golpea con fuerza el suelo. Esto hace que se abrá una grieta hasta uno de los pilares ya dañados por la pelea, haciendo que se desplomen las paredes a su alrededor. Buffy ayuda al monje a llegar a la verja de la  entrada, pero está demasiado débil. Sabe que va a morir y la pide que proteja La Llave. La explica que muchos morirán sino, y que La Llave es energía, un pórtico, que abre una puerta. Durante siglos no tuvo forma, pero la transformaron en humana para que Buffy la protegiera, y crearon sus recuerdos. Buffy quiere que cambien eso. ¡Es su vida de lo que está hablando y ni siquiera sabe lo que es Dawn! El monje le asegura que ahora es su hermana. Esta indefensa, es inocente y la necesita. Buffy le dice que no es su hermana. Pero él la recuerda antes de morir que ella ignora ese detalle.

            Buffy ve en el sofá a Dawn y a su madre. Dawn se va enfadada y la dice que no la molestaba. Joyce quiere saber que pasa, pero Buffy le asegura que son cosas de hermanas y sube a hablar con ella. Buffy entra en su cuarto y se disculpa repetidamente pero Dawn no esta dispuesta a perdonar. Eso cabrea a Buffy ¡siempre hace lo mismo! Se detiene y vuelve a intentarlo. Se sienta a su lado. Dawn la sugiere que ella es la hermana intrusa a la que su madre encontró en una caja de cartón y no se lo ha dicho para no hacerla daño. Buffy se disculpa alegando que ha tenido un mal día. Dawn la recuerda que no es la única. Buffy le acaricia el pelo y se detiene cuando Dawn le pregunta que le pasa a su madre. Buffy reconoce que no lo sabe y sigue acariciándola el pelo.

 

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