Cuarta parte
CIUDAD DE LOS ANGELES, EN EL ANTIGUO HOTEL HIPERION, CUARTEL GENERAL DE INVESTIGACIONES ANGEL, POR LA NOCHE...
-¡Puff! La verdad, es que detesto este trabajito- comento Cordelia, una vez que ella, Wesley, Ángel y Gunn hubieron regresado de enfrentarse como de costumbre a un demonio.
-Mira el lado positivo de las cosas, Cordy- dijo Wes, limpiando sus lentes con un pañuelo- Al menos, hemos detenido a una amenaza más que podría haber provocado la muerte de cientos de vidas inocentes.
-La manera en que lo dices suena bonito. Deberías trabajar como escritor de novelas. Creo que te pagarían bien, Wes.
-¿Tú crees?
Ángel sonrió. Si, aquella noche había sido una victoria más en su eterno combate contra las fuerzas del mal, (llámese si se quiere Wolfram & Hart).
Solo quería tomar un buen baño y dedicarse a algo más liviano, como por ejemplo, leer algún libro o cosa semejante.
-Yo no sé ustedes, pero tengo hambre- comento Gunn, dejando su bate de baseball sobre una mesa- ¿Podríamos encargar una pizza?
-Esa si que es una buena idea.
-Muy bien- tomo el teléfono- ¿Con o sin anchoas?
-Sin- dijo Cordelia.
-Con- dijo al mismo tiempo Wesley.
Ambos se miraron.
-Bueno, decídanse.
-A mi me encantan las anchoas.
-¿Cordy?
-Y a mi no me...- repentinamente, Cordelia se vio acometida por un ataque de dolor de cabeza- ¡¡¡¡AAAAYY!!!
-¡Cordy!- Wes y Gunn corrieron a asistirla.
La pobre ya se retorcía en el suelo, gimiendo. Ángel se aproximo, comprendiendo que estaba teniendo nuevamente otra de sus ya famosas videncias.
-¿Que sucede?- pregunto el vampiro- ¿Qué es esta vez?
-¡Buffy!- exclamo ella, abriendo los ojos- ¡Buffy esta en peligro!
Wesley miro a Ángel. Su rostro se había tornado inexpresivo.
-Debes darnos más datos, Cordy- suplico Wes- ¿Qué le sucede a Buffy?
-¡Peligro!- repetía- ¡Buffy y la banda están en peligro! ¡¡Todo Sunnydale esta en peligro!! Fr-Frederick... Frederick esta de regreso.
Ni Wesley ni Gunn entendía a que se refería. Pero Ángel si.
Cuando escucho aquel nombre, supo que las cosas se pondrían muy feas.
SUNNYDALE, CALIFORNIA, TAMBIEN POR LA NOCHE, EN LA TIENDA DE ARTICULOS ESOTERICOS DE GILES, LA CAJA MAGICA...
Suspirando, Anya contaba el dinero recaudado durante la jornada. Era un trabajo muy lento y aburrido, pero debía hacerlo.
-Ojalá Xander estuviera aquí- se dijo- Por lo menos, tendría con quien hablar.
Giles había salido un momento y no volvería hasta dentro de un rato, por lo que la exdemonio estaba absolutamente sola en el local, apenas iluminada por la tenue luz de algunas lámparas.
Un curioso ruido en la trastienda le llamo la atención. Trato de agudizar el oído.
¿Y eso? ¡Lo único que falta es que hallan entrado ladrones!, pensó, ¡Y nosotros sin seguro antirrobo!
El ruido volvió a repetirse. Temblando, Anya tanteo debajo del mostrador... encontró el revólver que Giles solía guardar allí, para casos especiales (demonios, vampiros, etc).
Esgrimiéndolo trémulamente delante suyo, camino muy despacio hasta el origen del sonido, conteniendo la respiración.
-¿Quién anda ahí?- pregunto, elevando la voz.
Nada. Silencio. No obtuvo respuesta.
-Pregunte que ¿quien anda ahí?- insistió- ¡Si le meto un balazo, no es culpa mía! ¡Yo le advertí que me dijera quien es, eh!
Una caja se cayó. Definitivamente, alguien estaba dentro de la tienda.
Anya cerro los ojos y disparó al techo, a modo de advertencia final. Se produjo un grito.
-¡¡Anya!! ¿¿¡Que te ocurre!?? ¿Estas loca?- pregunto Giles, cubriéndose la cabeza con un libro.
-¡Giles! Yo... perdón... lo siento. ¡Es que pensé que eras un ladrón!
El Vigilante refunfuño algo inentendible y se acerco a ella. Tomando su revolver, lo volvió a colocar bajo el mostrador, molesto.
-¡Creí haberte dicho que esta pistola solo era para casos especiales, nada más!- la reprendió- ¿Y si hubiese sido Dawn la que entraba?
-Lo siento. No volverá a suceder- la muchacha estaba afligida.
-De acuerdo, cálmate. ¿Terminaste de contar el dinero?
-Casi. Estaba por la mitad cuando... bueno, entraste.
-Bien, prosigue con tu trabajo. Yo solo vine a buscar unas llaves que me olvide.
Casi con resignación Anya regreso a lo que estaba haciendo, deseando fervientemente que algo ocurriese, para que las cosas se pusieran un poco más interesantes.
Una visión sorprendente la dejo paralizada a mitad de camino. Una nube de niebla se colaba por entre un ventiluz y se aglutinaba en el centro de la sala.
-¿Qué demonios...?
-No. Demonios no- dijo Frederick corporizándose- Vampiros, amor.
Giles escucho el grito de Anya mientras estaba en una habitación contigua y supuso que la chica otra vez se había confundido. De seguro, nuevamente estaba con el revólver en la mano apuntando esta vez a Xander o a Willow.
-¡Anya! ¿Podrías dejar de gritar de esa forma? Francamente hablando...
El bibliotecario se detuvo. Con mucha sorpresa, vio a Anya asida fuertemente de los cabellos por un muchacho joven de veinti-tantos años vestido con un abrigo negro, que lo miraba irónico.
-¿Pero que...?
-Buenas noches, Sr. Giles- saludo Frederick- Es un placer conocerlo personalmente. Hacia años que añoraba este encuentro.
-¡Giles! ¡Es un vampiro!- grito Anya y recibió otro tironeo doloroso en el pelo.
-Anyanka, ¿qué modales son esos? ¿Te indique que hablaras acaso?
-¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí? ¿Cómo... entro?- pregunto Giles, desconcertado.
Se suponía que ningún vampiro podría entrar a una vivienda sin que su dueño lo invitara.
-Bueno, Sr. Giles, un mago no revela nunca sus secretos- bromeo el vampiro- Yo tampoco puedo hacerlo... solo le diré que mi nombre es Frederick. Quizás usted me conozca ya.
-Yo... no...
-Recuerde su pasado cuando trabajaba para el Consejo de Vigilantes. ¿Esta seguro que no escucho hablar nunca de mí?
Si, había oído acerca de él. Comenzando a sudar, el Vigilante deseo haber tenido en aquellos momentos una estaca o una cruz, al menos.
-Veo que ya recordó. Lo felicito. Para su edad, tiene una memoria sorprendente.
-¿Qué quiere de nosotros?
-De ustedes nada. Es a la Cazadora a quien yo quiero.
-¿Para que?- la pregunta fue estúpida, pero lo que Giles quería, era ganar tiempo. Trataba de pensar como evadir a aquel sujeto sin tener que arriesgar la vida de Anya ni la suya.
-¿Y que quiere todo el mundo con la Cazadora? ¡Matarla, por supuesto! ¡Cortarle la cabeza y arrancarle el corazón! Además, ella y yo tenemos un asunto pendiente, algo que quedo inconcluso de nuestro primer encuentro.
-¿Eso quiere decir que ustedes ya... se vieron?- Giles estaba confundido.
-Si. Oh... ¿es que ella no se lo contó? Que raro. Bueno, creo que se le debe haber pasado- Frederick comenzó a juguetear con el cabello de Anya- El caso es que ella y yo tenemos cosas que aclarar y he esperado muchos años para ello.
Los rápidos ojos de Giles divisaron algo a su izquierda que podría servirle. Una ballesta, colocada sobre una mesa. Si pudiera acercarse a ella...
-¿Así que usted ha venido a destruir a Buffy? Supongo que estará enterado de la locura de sus pretensiones.
-Podría ser. Pero, ¿sabe una cosa? Hace ya muuuchos años que perdí totalmente la razón- el rostro del vampiro se transfiguro, tornándose demoníaco.
-Y ahora, va usted a perder la vida.
-¿A que se refiere con...?
De un salto, Giles tomo la ballesta y disparo una flecha al pecho del infernal ser. Desgraciadamente, jamás lo toco.
Termino atravesándolo como si nada, como si su estructura física estuviera echa de humo.
-Sr. Giles, la verdad es que lo creía más inteligente- Frederick extendió su mano hacia el bibliotecario, sacudiéndolo con una onda de energía mental.
El pobre fue a golpear contra una pared, violentamente. Anya grito y el vampiro le volvió a tirar del cabello, con más fuerza.
-Bueno, Anyanka, es tu turno de ayudarme- le dijo, señalándole a la entrada del local- Allá afuera están mis amigos. Ellos no son como yo y necesitan que alguien los invite a entrar. ¿Qué dices? ¿Nos das una mano, bonita?
-¡Vete al diablo!
-Respuesta incorrecta.
Arrastrando a la muchacha hasta el mostrador, el vampiro la hizo golpearse contra su fría superficie de madera. La nariz de Anya comenzaba a sangrar.
-Ahora, repito: ¿nos das una mano?
-¡Nunca!
-Dios, que difíciles que son las mujeres- comento Frederick y volvió a golpearla.
El rostro de la exdemonio estaba quedando tremendamente magullado, pero aun así se negaba a obedecer a su captor.
-Por última vez: ¿vas a invitarlos a entrar?
-¡¡¡Nunca!!!
-Bueno, intente ser amable. Realmente lo intente.
Frederick la soltó y antes de que ella pudiera reaccionar siquiera, comenzó a atacarla mentalmente. Anya se tomo de la cabeza y sintió como si un millón de abejas furiosas le picaran dentro de ella.
-¿Duele, no? El dolor puede irse si dices que si. ¡Invítalos a entrar o morirás!
-¡¡¡¡ARGH!!!! ¡Esta bien, esta bien! ¡Entren, entren!- grito, revolcándose por el piso.
La puerta principal de acceso se abrió y seis vampiros pertenecientes a la Garra Negra entraron.
-¡Llévense a ese viejo y destruyan el lugar! Aquí se inicia mi plan de acción- dijo Frederick a sus discípulos.
-¿Y con ella que hacemos?
-Mí adorada Anyanka... Déjenla con vida. Quiero que sea ella la que le lleve la buena nueva a la Cazadora.
Sacando hachas y palos, los vampiros comenzaron a destruir la tienda. Un impotente Giles observaba como el lugar era totalmente puesto patas para arriba en cuestión de segundos.
-¡Vamos, anciano! ¡Tú vienes con nosotros!- casi a rastras, uno de los vampiros saco a Giles de ahí y lo metió en el interior de una camioneta negra.
Respirando dificultosamente y en un rincón, Anya miraba todo sin saber que hacer. Cuando los vampiros terminaron de destruir la tienda, se retiraron. Solo Frederick se quedo con ella.
-Quiero que vayas con Buffy y le digas que Frederick quiere verla- le dijo- Dile que si quiere volver a ver con vida a su Vigilante, deberá ir la vieja fabrica abandonada. Y que lo haga rápido... últimamente, mi paciencia se acabo.
Temblando, la muchacha salió del local bamboleándose. Frederick espero hasta que se hubiera alejado lo suficiente para hacer lo que tenia planeado.
-¡¡Que todo este maldito lugar arda!!- grito.
Y así fue. La Caja Mágica quedo totalmente envuelta en llamas.
CASA DE LOS SUMMERS, MOMENTOS DESPUÉS...
-¡Spike! ¡Eres un maldito tramposo!- exclamo Xander, ofendido.
-¿Yo? ¿Por qué?
-¡Tenias una carta escondida en la manga!
-Estas delirando Xander. Mejor cómprate un par de lentes, ¿quieres?
-¡Por favor, no discutan! Les recuerdo que estamos en mi casa- dijo Buffy, con un cenicero en la mano- Spike, ¿seria mucho pedir que si vas a fumar, al menos tiraras las colillas aquí?
Mirándola irónicamente, el rubio dio una pitada a su segundo cigarrillo y lo apago en la pequeña mesita donde Xander y él estaban jugando a las cartas.
-¿Y si no quiero?
-Spike...
-¡Esta bien! ¡Era solo una broma!- limpio la mesa y tiro los restos del cigarro en donde ella le indico- ¡Summers, eres todo un problema! Deberías tratar de controlar ese carácter tuyo.
-Estoy bien con mi carácter, gracias.
-¿Quien va ganando?- pregunto Dawn, bajando unas escaleras y reuniéndose con ellos.
-Spike, pero haciendo trampa.
-¡Hey! ¡Ya te dije que no estoy haciendo trampa! ¿Esta claro?
El timbre de la puerta sonó.
-Voy a ver quien es- dijo Buffy- Quizás sean Will y Tara...
Pero no eran ellas. Era Anya. Apenas la Cazadora abrió la puerta, la pobre se desplomo exhausta en el piso.
-¿Anya?
-¡Anya!- Xander corrió a levantarla.
-¡Dios mío! ¡Esta herida!- señalo Dawn, preocupada.
-Anya, ¿qué te sucedió? ¿Quién te ataco?
-F-Fre... Fre...- balbuceo, intentando no perder la conciencia.
-¿Fre-Fre qué?- insistió Spike.
-¡Frederick!- exclamó, tomando aire- ¡Frederick se ha llevado a Giles!
-¿Quién?
-Frederick- el rostro de Spike se ensombreció- No lo puedo creer.
-¿De que estas hablando? ¿Sabes algo de esto?
-¡Después hablan, chicos! ¡Anya necesita ayuda medica!- interrumpió Xander.
Minutos después, el medico venido del Hospital General de Sunnydale dejaba la casa. Anya no tenía nada severo, a excepción de un fuerte shock emocional y unas contusiones en su rostro.
Mientras descansaba en el amplio sofá del living de la casa de Buffy, asistida por su novio y por Dawn, la Cazadora intentaba que recordase todo lo que había ocurrido.
-... Estaba en la tienda contando dinero, cuando Giles llego y me asusto- dijo- Yo tenia su revólver para casos especiales entre mis manos y discutía con él... Después lo guardo, se retiro a otra habitación... y luego, ese vampiro entro.
-¿Cómo que entro? ¿Quién lo invito?
-N-Nadie. Apareció de repente, en mitad de una nube de niebla... fue como si se tratara de un espíritu.
-¿Y luego?
-Me tomo de rehén. Encaro a Giles y le dijo que se llamaba Frederick. Era curioso, pero parecía conocernos a todos- Anya entrecerró los ojos e hizo una pausa- Dijo que tú ya lo enfrentaste en el pasado, Buffy. Que se debían una revancha.
-No tengo ni idea de quien puede ser... a menos- Buffy hizo memoria- ¿Podría ser...? ¡Dios, como no lo pensé antes! ¡Ahora lo recuerdo!
-¿En verdad peleaste contra él antes? ¿Cómo no nos lo habías dicho?- inquirió Dawn.
-Fue hace algunos años atrás, cuando paso lo de Ángel y Acathla... yo... me fui por un tiempo de Sunnydale y viví en una zona cercana a Los Ángeles durante algunos días. Recuerdo que un par de vampiros me seguían y que luego los enfrente a ellos y a su jefe en un descampado. Muchos de ellos murieron y otros huyeron. Luche contra el jefe y lo vencí, quemándolo. Se escapo de mí y nunca más lo volví a ver. Creía que se calcino totalmente después de eso y que murió por ahí.
-Ya ves que no- Spike estaba inquieto.
-Eso fue lo que dijo- prosiguió con el relato Anya- Después ataco a Giles y me obligo a invitar a los vampiros que venían con él a la tienda. Me negué pero me torturo para que lo haga. Finalmente entraron todos y luego paso lo que paso...
-Se llevaron a Giles.
-Si. Dijo que si lo querías volver a ver, debías ir a la vieja fábrica abandonada.... y pronto.
La Cazadora enmudeció. Su semblante era de completo hermetismo.
Giles estaba en peligro. No podía darse el lujo de perder más tiempo.
-Spike, ¿tú conoces a ese sujeto, verdad?
-Si.
-Entonces me serás de ayuda- se volvió hacia Xander- Ustedes quédense aquí. Nosotros nos vamos a rescatar a Giles.
-¡Pero Buffy, podría ser una trampa!
-No tengo opción. Su vida esta en juego. Ahora más que nunca, me necesita.
-No seria muy prudente que se quedaran aquí- observo el vampiro rubio- Frederick es muy astuto y sus hombres ya deben saber esta dirección. Sugiero que se oculten en un sitio más seguro... como en mi cripta.
-Buena idea. Dawn, Xander, Anya, ya lo oyeron. Empaquen y salgan enseguida para allá.
-¿No podemos ir contigo?
-¡De ninguna manera! ¡Vamos, muévanse!
-¿Y Willow y Tara? Ellas... no saben lo que sucedió.
-Cielo santo. Me había olvidado de ellas- Buffy tomo el teléfono y comenzó a marcar rápidamente el número de la casa de su pelirroja amiga. Espero un rato hasta que el tubo fue descolgado del otro lado- ¿Will?
-¡Hola, soy Willow! En este momento, no estoy en casa. Después de la señal, deja tu mensaje, gracias- sonó la voz grabada del contestador telefónico.
-Willow, habla Buffy- dijo después de oír la señal- Escúchame atentamente: tenemos problemas. Si estas ahí, descuelga el tubo, por favor...- nada paso- Will, quiero que cuando llegues a casa Tara y tú salgan de allí. Tomen algunas cosas y vayan a la cripta de Spike. De inmediato.
-¿Y bien?- pregunto Dawn, cuando su hermana colgó.
-No estaba en casa... esto no me gusta nada- miro a Spike- ¿Tu crees...?
-Tratándose de Frederick, es seguro.
-¡Rayos!
CASA DE WILLOW ROSENBERG, AL RATO...
La puerta se abrió y una mano femenina encendió la luz.
-Hogar, dulce hogar.
-Al fin.
Tara y Willow entraron a la vivienda, agotadas. El día fue bastante duro para las dos. Hasta aquella hora estuvieron en la biblioteca de la Universidad sacando información para preparar un trabajo práctico acerca de historia.
-¡Dios! ¡Tengo los dedos entumecidos de tanto pasar las hojas de los libros!- comento Tara, tomando asiento en una silla.
-Y yo ni te cuento. Ciertamente, espero que con todo lo que preparamos, al menos, el Prof. Whedon nos ponga una nota alta.
-¿Bromeas? Ese tipo no le pone notas altas a sus alumnos ni por más que pataleen.
-Si, creo que tienes razón- Willow rió y se dirigió a la cocina- ¿Quieres un café?
-Seguro. Me vendrá bien.
-Mientras lo preparo, ¿me harías un favor?
-Claro, lo que quieras.
-Fíjate en el contestador telefónico. Creo que vi la lucecita de mensajes encendida- la voz de Willow ya sonaba distante, en el interior de la cocina.
Levantándose, Tara se acerco al aparato colocado al lado del teléfono. Pulsando el botón, escucho la voz de Buffy y su menaje de advertencia...
-... Tomen algunas cosas y vayan a la cripta de Spike. De inmediato- dijo la voz grabada de Buffy.
-¡Will! ¡Tenemos un problema!- grito Tara, pálida del susto.
La pelirroja no respondió.
-¿Willow? ¿Estas bien? ¿Me escuchaste?
Nada.
Esto no me gusta, pensó Tara y se quedo quieta en su lugar, sin emitir ningún sonido.
Una curiosa niebla estaba viniendo de la cocina. Arrastrándose lánguidamente por el suelo, llego hasta ella y la envolvió.
Para cuando Tara se dio cuenta, ya era tarde. Unas manos pálidas y huesudas ya la aferraban del cuello con todas sus fuerzas.
Camino a casa de su amiga, Spike le contó a Buffy todo lo que él sabia de Frederick.
Muy seria, la Cazadora escuchaba la historia pero apenas le presto atención. Tenía su mente trabajando en otras cuestiones.
Giles. No podía dejar de pensar en él. Tenia que ir a rescatarlo y rápido. Si ese sujeto era tan sádico como Spike afirmaba...
Y Willow. Ella también era un blanco fácil. Debía ver si estaba bien, comprobarlo con sus ojos.
Después estaban los puntos tales como que tipo de vampiro era aquel, ya que la descripción de Anya de su irrupción a la tienda de Giles no había sido para nada típica.
-Llegamos- murmuro, poniendo un pie en la entrada a la vivienda.
Dio varios golpes insistentes en la puerta pero nadie salió a recibirlos.
-Permíteme- Spike derribo la puerta de una patada.
-Muy sutil.
-Gracias. Es mi estilo.
Traspasando el umbral y con su estaca preparada, Buffy observó que todo estaba extrañamente en su sitio.
-Muy raro, ¿no crees?
-Si... cuidado, nena- Spike frunció la nariz- El aire huele a vampiros.
No termino de decir eso, que un grupo de ellos salió de un rincón, listos para atacarlos.
-¡Cuidado!
Un vampiro pretendía atrapar a Buffy por la espalda, pero previniendo su táctica, la Cazadora revoleo su pierna hacia atrás y de una patada lo tumbo contra una pared, al mismo tiempo que clavaba su estaca en el pecho de otro demonio delante suyo.
-Un poco de acción no viene mal, ¿eh, nena?- bromeo Spike, intercambiando puñetazos con su oponente.
-Para ti deber ser divertido- Buffy hablaba mientras estaqueaba a otro vampiro- Pero yo quisiera saber si Will y Tara están bien.
Haciendo dúo, la Cazavampiros y Spike terminaron rápidamente con todos ellos. Solo un montón de cenizas desperdigadas por el suelo quedaron como testimonio de la batalla.
-¡¡Willow!! ¡¡Tara!! ¿Están bien?- Buffy se dirigió hacia la cocina.
-¡Mph!- contesto Tara. La habían atado fuertemente y amordazado en una silla. Su cuerpo exhibía unos tremendos moretones por todas las partes, en especial en la parte del cuello, donde se podían ver claramente las marcas de varios dedos sobre su superficie...
-¡Gracias a los cielos que llegaste!- exclamo, una vez que estuvo desatada- ¡Esos tipos iban a matarme!
-¿Qué le sucedió a Willow? ¿Donde esta?
-¡Se la llevaron! Fue un tipo de aspecto joven. Creo que era un vampiro...
-¿Dijo para que la quería? ¿Menciono algo acaso?- Buffy comenzaba a sentir desesperación. Las cosas se le estaban yendo de las manos.
-L-Lo único que le oí decir a los otros vampiros, era que la llevaran a la fábrica abandonada.
Su puño se cerró fuertemente. Sintió como el odio la invadía.
-Spike, llévala con los demás, a la cripta- dijo- Yo iré a terminar con esto de una buena vez.
-¿Estas loca? ¿Cómo vas a ir sola?
-¡Ya me oíste! ¡Llévala con los demás y quédense allá! No salgan hasta que yo regrese.
-De acuerdo- Spike ayudaba Tara a mantenerse de pie.
LA FABRICA ABANDONADA, MINUTOS DESPUES...
Giles estaba en aprietos.
Tirado en un rincón oscuro y maloliente, era custodiado por dos vampiros pertenecientes a la Garra Negra, sin posibilidad de escape. No sabía nada de lo que estaría haciendo Buffy e ignoraba el destino que Frederick le preparaba.
Finalmente, la respuesta a este interrogante vino cuando el líder vampiro hizo acto de presencia, llegando al lugar como una nube de niebla que no tardo en corporizarse.
-¿Cómo anda, Sr. Giles? Espero que se sienta cómodo- bromeo Frederick, pesándose a su alrededor con los brazos cruzados.
-Gracias. He estado en peores lugares. Este sitio no me asusta.
-¡Oh, pero debería!- sonrió- ¿Sabe adonde he estado? Claro que no. He ido a visitar a su amiguita, Willow Rosenberg y a su... ¿novia? Tara. Las muy desconsideradas no me dejaron saludos para usted, fíjese.
-¿Qué les has hecho? ¡Maldito chupa sangre, si les has tocado un solo cabello, juro que te voy a...!- no pudo terminar de hablar.
Uno de los vampiros más cercanos a él le dio un tremendo puñetazo en el rostro. Sus lentes salieron despedidos, destrozados.
Con la cara sangrando, el Vigilante se mordió los labios de la rabia.
-Eso no era necesario, pero usted insistió, Sr. Giles- continuo Frederick- En realidad, Willow esta bien...
El vampiro chasqueo sus dedos. Willow fue traída a la fuerza por otros dos vampiros y arrojada al lado del bibliotecario.
-...Por ahora.
-¡Giles! ¿Estas bien?- exclamo la muchacha pelirroja al ver la herida en su cara.
-Si... no te preocupes por mi, Will. ¿Tú estas bien? ¿Estos... malditos no te han hecho nada?
-No. N-No entiendo nada. ¿Qué sucede, Giles?
-A su debido tiempo, entenderás, Willow- dijo Frederick y se volvió hacia sus seguidores- Llévenlos al lugar indicado. De seguro, ella vendrá en cualquier momento.
Buffy llego el lugar unos cuantos minutos después. Esperaba encontrarse con un ejército inmenso de vampiros apostados entre las sombras del edificio, pero no fue así.
No había nadie custodiando la entrada y mucho menos, en su interior.
Salvo Frederick.
-Te tardaste bastante- comento, sentado en una silla, fumando un cigarrillo, en mitad de la penumbra- A este paso, querida, tus amigos estarían muertos. Agradece a los cielos a que me arme de la suficiente paciencia como para permitirles vivir... al menos, de momento.
-¿¿Dónde están??- la Cazadora se acerco a él, sacando su estaca y mostrándosela de manera amenazante- ¿Dónde diablos están? Si les hiciste algo, te juro que...
-Cálmate- el vampiro se levanto de su asiento- Mira detrás de mi.
Así lo hizo.
Giles y Willow estaban allí. Atados y colgados del techo, suspendidos a gran altura, pendían como dos títeres sobre una extraña tina de bullente ácido de color verde.
-Dime si no aprecias la ironía de la situación- Frederick se acerco al borde, cercano al ácido- Aquí arriba, a unos cuantos metros del piso, tenemos a los dos mejores amigos de la Cazadora: Rupert Giles, su Vigilante. Mentor y consejero en tiempos de angustia, un segundo padre para ella... Y en este otro rincón, Willow Rosenberg, amiga del alma abnegada, una personita que de seguro, daría su vida para salvar la tuya.
-¡Cuidado, Buffy!- grito Giles.
-¡No lo escuches! ¡Quiere destruirte!- exclamo a su vez Willow.
-¿Qué es lo que pretendes con ellos?- una gota de sudor cayo de la frente de Buffy. Estaba en un aprieto muy grande.
-¿Todavía no lo entiendes?- el vampiro rió a carcajadas. A continuación, largo el cigarrillo en el ácido- ¿Cuánto calor crees que hace allí abajo? Esa sustancia es capaz de disolver hasta titanio... ¿qué crees que le hará a los huesos de tus amigos, eh?
-¡Maldito hijo de...!- la ira que sentía era incontrolable, pero tenia que sofocarla. Si hacia un movimiento erróneo...- ¿No es a mi a quien querías, mal nacido? ¡Pues aquí me tienes! ¡Déjalos ir! ¡Ellos no tienen nada que ver con todo esto!
-¡Oooooh, pero si que tienen que ver! ¿Te dicen algo esto nombres: el Maestro, Darla?
-Ah, ya te entiendo- lo miro irónica- ¿Con que, ojo por ojo?
-Algo parecido. ¡Tú mataste a las dos personas que significaron algo para mí en esta vida! Así que es justo que yo te lo pague de igual forma- señalo a los dos cautivos- Dos muertes por otras dos...
Esa cuerda en la que están atados ambos, no durara mucho. Si quieres salvarlos, tendrás que desligarlos rápido, antes de que ceda y caigan dentro de ese viscoso y muy, pero muy caliente ácido sulfúrico. Claro que, antes de poder hacerlo... deberás vencerme.
-¿Eso es todo? Pensé que iba a ser difícil.
-Es que va a ser difícil, niña- sus ojos adquirieron un intenso brillo rojo- Estas en desventaja.
Antes de que la Cazadora pudiera reaccionar, el vampiro desapareció de su vista convertido en niebla.
-¡Que comience la pelea!- exclamo, desde alguna parte- Quizás, tu ultima pelea.
-¡Ten cuidado!- le repitió Giles, observando- ¡No es un demonio ordinario! ¡Algo ha cambiado en él!
-Lo tendré presente- Buffy se coloco en guardia, estaca en mano, lista para recibir cualquier movimiento hostil que viniera hacia ella.
Algo se movió entre unas cajas apiladas a su derecha. Muy lentamente, se acerco a ellas...
Una horrible bestia, parecida a un hombre-lobo, emergió rugiendo de su interior. Arrojándose sobre su cuerpo, forcejo dispuesto a devorarla, las fauces abiertas y babeando.
-¡¡TE LLEGO EL FIN!!- vocifero el repugnante monstruo, entrelazando sus peludas manos con las suyas.
-¡No lo creo!- de una patada en su estomago, la Cazadora se lo saco de encima.
Poniéndose de pie de manera ágil, encaro a la bestia.
-¡Toma esto!
Sus piernas nuevamente se alzaron en el aire, dando de lleno en la cara de la criatura y sacudiéndola.
-¿Qué te pareció?
-NADA MAL.
-¿Y esto?- Buffy lo tomo por sorpresa y le enterró su estaca en el ojo derecho.
El maléfico ser chillo, presa del dolor y retrocedió. Con un gesto de rabia, se saco el pedazo de palo de la herida y lo arrojo a la tina de ácido, donde burbujeo y se disolvió.
-¡NIÑA TONTA!- bramo- ¿ACASO CREEISTE QUE CON ESO ME PUEDES DAÑAR? QUE ILUSA.
El monstruo se disolvió en niebla. Retornado a su forma física original, Frederick la miro con desprecio.
-Es hora de que pruebes de lo que soy capaz cuando me enojo- la amenazo.
-¡Uuh! La verdad es que hasta ahora, solo he visto un par de trucos que un mago de feria podría imitar mejor- dijo la muchacha, burlándose.
Los ojos del vampiro volvieron a brillar de color rojo. Con movimientos rápidos, extendió sus dos manos hacia delante...
Una increíble onda de energía invisible sacudió a la Cazadora, arrojándola varios metros hacia atrás, contra una columna. Aturdida, vio como todo el paisaje a su alrededor comenzaba a girar.
-¡Dios! ¿Con que me dio?
Carcajeándose, Frederick llego hasta ella de un salto. Tomándola de los cabellos, se aprovecho de su momento de debilidad y le asesto un duro golpe en la cara con su otra mano.
-La gran Cazadora- dijo, mientras la obligaba a verlo a la cara- La que todos temen... no puedo creerlo. ¡Si solo es una niña ridícula!
Con suma facilidad, el vampiro la levanto a escasos centímetros sobre el piso. Transfigurando nuevamente su rostro por el de demonio, se dispuso a sorberle la sangre.
Una flecha cruzo veloz el aire y fue a incrustarse directamente en su espalda. Retrocediendo y soltándola, Frederick rugió y se volvió para ver quien lo había atacado...
-Hola, Frederick- saludo Ángel, arco y flechas en mano- ¿Cómo has estado?
-¡Ángelus!
-¿Ángel?- Buffy, ya casi recuperada, no lo podía creer- ¿Qué diablos haces aquí?
-Bueno, Cordelia tuvo una de sus visiones, ya sabes... He venido a darte una mano con la basura que infesta este pueblo.
-Ángelus, mi querido Ángelus- Frederick se saco fácilmente la flecha de su espalda y la partió con una mano- Es bueno volverte a ver. Me entere de tu regreso del Infierno y de la restauración otra vez de tu asquerosa alma humana. Sé que ahora peleas en la gran ciudad para ayudar a los pobres y desvalidos mortales.
-Entonces, si sabes todo eso, te sugiero que te rindas ahora- Ángel levanto el arco y preparo otra flecha- No tienes opción contra nosotros.
-Error. Ustedes no la tienen.
Antes de que Ángel pudiera disparar de nuevo, Frederick lo alcanzo moviéndose a una velocidad sorprendente. Embistiéndolo como un toro, le hizo soltar sus armas y lo tiro cerca del borde de la tina con ácido.
-¡Ángel!- grito Buffy.
-Tú quédate ahí- Frederick se volvió hacia ella y de sus ojos dos rayos luminosos salieron disparados.
La Cazavampiros recibió el impacto y se desplomo con el cuerpo entumecido y acalambrado. Apenas podía respirar.
-¿En que estábamos, Ángelus?- el villano fingió que trataba de recordar el asunto- Ah, si... tenemos un asunto pendiente tú y yo también. Un asunto llamado Darla.
Colgados del techo, Giles y Willow solo podían observar la contienda, sin intervenir.
De repente, ambos se sacudieron.
Al echarle un vistazo a las sogas que los sostenían, el Vigilante comprobó que estaban empezando a romperse.
-¿Dónde esta Willow?- pregunto Dawn, al ver entrar a Spike con Tara a la cripta.
-Se la llevaron.
-¿A ella también? ¡Diablos!- Xander estaba furioso- ¿Y Buffy?
-Fue tras Frederick y los suyos, a la fábrica.
-¿Sola? ¿Estas loco, Spike? ¿Por qué no fuiste con ella?
-¡Se negó a que la acompañara!- replico el rubio vampiro- Dijo que tenia que ponerlos a ustedes a salvo y me dejo. ¿Qué quieres que haga?
-¡Acompañarla igual! Dios... ahora quién sabe con que se va a encontrar allá.
-No te preocupes. Ya mismo me voy tras ella- Spike salió puerta para afuera, decidido a corregir su error.
Al rato, regreso.
-¿Y ahora que te ocurre? ¿Te olvidaste algo?
-No.
-¿Y entonces?
-Mira afuera.
Acercándose a la puerta, la banda observo aterrorizada el amplio número de vampiros que rodeaban la cripta, impidiéndoles escapar.
-Oh, oh- dijo Anya- Estamos en problemas.