El Regreso de Frederick:

 

Tercera parte:

Engañados por el malévolo Frederick (quien ha tomado posesión del cuerpo de Ángel) Wesley, Gunn, Cordelia y Winifred emprenden la huida de la ciudad de Los Ángeles en un vano intento de poner distancia para protegerse del vampiro.

Mientras, Lorne se encamina hacia Wolfram & Hart en busca de la repuesta a este misterio...

 

Lorne: (desde un callejón, vestido con una gabardina y un sombrero) ¡Lo sabia! ¡Lo sabia! ¡Sabia que era un engaño!

 

Delante suyo, se elevaba el edificio de Wolfram & Hart, totalmente intacto. Por ningún lado se veían ruinas o marcas de quemaduras... nada que indicara que una batalla se hubiera desarrollado allí.

 

Lorne: ¡Sabia que ese sujeto no era Ángel! Y si no me equivoco, el verdadero debe estar ahí dentro... ¡Dios! ¿Y ahora, que hago? Piensa Lorne...- se dijo a sí mismo- Si... el único camino que veo ahora, es que yo busque al verdadero Ángel y lo saque de ahí y luego, vayamos por el impostor... adonde sea que se fue con los otros. ¡Diablos! ¡Ojalá la vida fuera más fácil en esta ciudad!

 

Acomodándose su sombrero, el demonio verde dio la media vuelta y retrocedió hasta el fondo del callejón, llegando ante una tapa de alcantarilla.

Con un nudo en la garganta, la corrió como pudo y se introdujo por el agujero, desapareciendo entre los laberínticos túneles cloacales...

 

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Y EN ALGUNA PARTE DE LA COSTA OESTE DE ESTADOS UNIDOS, CERCA DEL MAR...

 

Cordelia no podía creer el lugar adonde Wesley los había llevado.

Se trataba de un inmenso caserón, enclavado en un peñasco y bordeado siniestramente por el embravecido mar que chocaba con la costa. Más allá de eso, no se veía a nadie por ninguna parte en varios kilómetros a la redonda... ni pueblos, ni gente ni nada, solo la naturaleza y el mar.

 

Cordelia: (tiritando) ¡Brr! ¡Pero que frío hace aquí! Creo que debería haber venido con ropa más abrigada.

 

Wesley: Lo siento, Cordy. Como estábamos en situación de emergencia, este fue el lugar más apropiado que se me ocurrió para refugiarnos.

Gunn: ¿Y que es este lugar? Por lo que veo, esa casa esta bastante deteriorada...

 

Wesley: Antiguamente, fue una casa-reunión para los miembros del Consejo de Vigilantes que venían a Norteamérica. Actualmente, el lugar esta desocupado... gracias a Dios, todavía tengo las llaves de este sitio.

 

Cordelia: ¿Acá vamos a poder refugiarnos sin que nos encuentren?

 

Wesley: Eso espero. Solo los que fuimos Vigilantes conocemos este sitio... vamos, ayudemos a Ángel a entrar que ya esta saliendo el sol.

 

Así era. Por el lejano horizonte del océano el sol comenzaba a asomar, desplazando el negro cielo estrellada por uno celeste tenue.

Con algo de dificultad, el herido (supuestamente) Ángel fue trasladado apoyado en los hombros de Wes y de Gunn al cómodo y algo húmedo interior de la vieja casa.

 

Cordelia: (mirando el decorado) No esta nada mal... un poco ingles para mi gusto, pero vale. Aun así, creo que le haría falta algo de toque femenino: unas cortinas floreadas por aquí, un poco de pintura por acá...

 

Wesley: Cordy, no venimos a admirar la decoración.

 

Cordelia: ¡Lo sé, lo sé! Solo estaba tratando de poner “buena onda” entre tantas pálidas, es todo.

 

El falso Ángel fue acostado sobre un mullido sillón, mientras Fred le sacaba la gabardina y le ponía un almohadón debajo de su cabeza para que se sintiera más cómodo.

 

Ángel/Frederick: Gracias por lo que hacen por mí, chicos.

 

Gunn: (guiñándole un ojo) Ey, nada de gracias, viejo. Tú nos has sacado de tantas antes. Es tiempo de devolver el favor.

 

Cordelia: Así es. Tú solo acomódate y descansa que nosotros vamos a encontrar la manera de detener para siempre a ese maldito.

 

El vampiro sonrió y Cordy pensó que lo hacia en respuesta a lo dicho... pero nada que ver.

Sonreía porque sabia lo que iba a pasar... muy pronto.

 

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DE REGRESO A LOS ÁNGELES, EN EL INTERIOR DE UN DESLUSTRADO DEPARTAMENTO DEL ALA ESTE DE LA CIUDAD...

 

Sentado en la vieja silla de madera, delante de la mesa redonda donde una bola de cristal brillaba y relucía por las luces del día que comenzaba y que se filtraba por las rendijas de una persiana, Lorne le termino de relatar todo lo ocurrido a la única persona que podría ayudarlo en la arriesgada e insólita empresa que pretendía llevar a cabo.

 

Lorne: ... Y eso es todo. Vine a ti por que eres la única que puede darme una mano. ¡La verdad es que estoy desesperado! Jamás intente algo tan... peligroso.

 

Madame Bibbobsky: Y lo bien que hiciste, Lorne. ¡Ya puedo ver el inmenso peligro en el que tus amigos están sumidos! Claro que te ayudare con lo que pueda. Como buena hechicera, no me será difícil puesto que conozco al dedo a todos los que trabajan en Wolfram & Hart. Y ya sé que es lo que vamos a hacer...

 

Con algo de dificultad, la vieja bruja se levanto de su asiento y fumándose un cigarrillo, camino hasta un estante de donde saco un par de frascos llenos de unos líquidos multicolores.

 

Lorne: (intrigado) ¿Y eso para que es?

 

Madame Bibbobsky: Para mejorar tu aspecto.

 

Lorne: ¿Y que tiene de malo mi aspecto actual? ¡Cielos! ¡No me digas que estoy muy arrugado! ¡Que horror! ¡Y yo que la semana pasada me hice un lifting!

 

Madame Bibbobsky: ¡No! ¡Es para hacerte un disfraz mágico, tonto!

 

Lorne: ¡Aaaaah!

 

Ante la curiosa mirada del demonio, la bruja comenzó a mezclar las pócimas en un caldero pequeño el que luego, coloco a las brazas por un buen rato. Cuando termino, el contenido se convirtió en una pasta algo maloliente, de color carne.

 

Madame Bibbobsky: Listo. A ver, déjame que te lo coloque en la cara y en las manos...

 

Lorne: (asqueado) ¡Puf! ¡Huele peor que los guisos que mi primo hacia en mi dimensión natal! ¿Es necesario que me pongas esta porquería?

 

Madame Bibbobsky: A menos que quieras que te atrapen. ¡Ya estate quieto! ¡La pasta debe secarse!

 

Pasado un rato, la pasta se amoldo mágicamente al rostro y a las manos de Lorne, confiriéndole un aspecto humano.

Lorne: (mirándose en un espejo) Vaya... que tipo atractivo que me has hecho, ¿eh? Si sabia esto, no hubiese ido a esa clínica para hacerme ese lifting. Y lo mejor, es que no me has cobrado nada...

 

Madame Bibbobsky: Ejem. ¿Y quien te dijo que no te voy a cobrar nada?

 

Lorne: ¡No me hagas esto! ¿¿¿De donde saco dinero ahora??? ¡Estoy en una situación de emergencia! Mañana, si todo sale bien, te pago... además, mira- se señalo la frente- ¡Tu disfraz no es tan perfecto! No me has tapado los cuernos...

 

Madame Bibbobsky: ¡Ah, demonio quejoso! Eso tiene un arreglo...- la bruja tomo el sombrero que Lorne había traido consigo y se lo puso de manera tal, que los cuernos le quedaron ocultos- Listo, ¿ves que era fácil?

 

Lorne: Muy bien, me voy. Deséame suerte y que no me despellejen.

 

Madame Bibbobsky: Que las Fuerzas de la Luz te acompañen... ¡Y no te olvides pagarme mañana a primera hora!

 

Una vez que Lorne se hubo ido, la bruja suspiro. Fue entonces que se acordó de avisarle algo más al demonio.

 

Madame Bibbobsky: ¡Uy! ¡Me olvide de advertirle que el disfraz solo va a durar media hora! ¡Cielos! ¡Que tonta que soy!

 

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MIENTRAS, EN LA CASA CERCA DEL MAR DONDE WESLEY Y COMPAÑÍA SE OCULTABAN...

 

Fred estaba fascinada con la increíble biblioteca que había en aquel caserón. Estantes y más estantes repletos de libros de temas tales como demonologia, esoterismo y afines.

 

Cordelia: (mirando todo con aplomo) ¿Y que se supone que hacemos acá?

 

Wesley: Buscar información que nos sea útil para detener a Frederick, claro- tomó un libro y comenzó a pasar pagina tras pagina leyendo rápido- Quizás exista un conjuro con el que podamos devolverlo al Limbo o enviarlo a un lugar mucho peor.

 

Cordelia: Genial. Lo que más deseaba. Pasarme toda la tarde hojeando libros viejos que hablan de demonios y de brujos. Nada como una visita al lúgubre paisaje literario.

 

Wesley: (ignorándola) ¿Y Ángel?

 

Fred: Descansado en una de las habitaciones de la casa. Hace un rato que lo deje.

 

Wesley: Muy bien. No hay que agobiarlo. Pobre... me imagino lo que tuvo que haber sido aquella batalla.

 

Lo que Wes no se imaginaba, era que el falso Ángel sencillamente esperaba acostado en una cama el momento para empezar con su plan. Sonriendo, Frederick se divertía pensando en las mil manera de matar a los queridos amigos de su rival.

 

Ángel/Frederick: Pronto, muy pronto...

 

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EDIFICIO DE WOLFRAM & HART, EN ESOS MOMENTOS...

 

Lorne se quedo petrificado delante de la puerta de entrada.

A aquellas horas de la mañana, la gente iba y venia inundando las calles de la ciudad y el lujoso edificio no era la excepción. Podía ver a cientos de personas moverse ahí dentro, ocupadas en sus trabajos.

 

Lorne: (tragando saliva) Bueno, hasta ahora el disfraz me sirvió. Nadie parece fijarse en mi. Vamos a ver cuando entre que pasa...

 

Aspirando una bocanada de aire, cruzo la puerta y se encontró en el hall del edificio.

Nadie lo miro. A su lado, pasaban muchas personas (hombres y mujeres) totalmente absortas en diferentes actividades: algunos hablaban por teléfonos celulares; otros llevaban montones de papeles a modo de legajos que analizaban entre ellos.

 

Lorne: (divertido) Esto se parece a Wall Street. Nadie le presta atención a nadie... todos en lo suyo. Más a mi favor.

 

Recobrando la confianza, prosiguió con su marcha confundiéndose con la multitud. Durante todo el trayecto, ninguna persona le dirigió la palabra, ni siquiera, los guardias de seguridad.

Subiendo unas escaleras, llego a un sector del edificio más tranquilo. Por lo que pudo ver, era la sección dedicada a las oficinas. Todo el lugar emanaba un aura que se le antojo oscura, perversa y misteriosa.

Algo grande se cocinaba allí dentro... algo muy grande. Esos tipos trabajaban para un fin, un objetivo que él desconocía pero que se le antojaba como presagio de algo... apocalíptico.

 

Lorne: (pensando) Bueno, ahora a encontrar al verdadero Ángel... la pregunta es: ¿dónde esta?

Alguien le toco el hombro. Dando un sobresalto, se dio vuelta esperando lo peor.

Una mujer bien vestida lo estaba mirando, con una expresión de fastidio en el rostro.

 

Lilah: ¿Se puede saber quien es usted?- pregunto.

 

Lorne: Yo... bueno, yo... soy... ejem, soy...

 

La charla fue interrumpida por la llegada de una tercera persona. Se trataba de un hombre de rasgos orientales. Al verlo, Lilah bufo molesta.

 

Lilah: ¡Pero miren nada más! ¡Si es el señor Gavin Park! Hola, ¿dónde diablos te habías metido? ¡Llevo buscándote hace media hora!

 

Gavin: ¿Si? Que lastima. De haberlo sabido, habría tardado mucho más- se rió- Estaba atendiendo algunos... negocios con el jefe, es todo. Por si no lo sabes, el Sr. Nathan Reed esta muy interesado en tu “Operación Frederick”.

 

Operación Frederick. Bingo. Eso era lo que Lorne quería oír. Sin embargo, todavía debía sortear una dificultad...

 

Lilah: Puedes decirle al Sr. Reed que todo esta bajo control. Frederick esta haciendo lo suyo y muy bien- se volvió hacia Lorne- Bueno, ¿me va a decir quien demonios es usted? Yo no recuerdo haberlo visto por aquí antes...

 

Lorne: Yo... ¡Oh, si, desde luego que no! Ejem, soy nuevo. Mucho gusto, mi nombre es... Lorne... Adam Lorne.

 

Lilah: Lo que faltaba: un novato.

 

Gavin: (estrechándole la mano) Mucho gusto, Sr. Adam. Perdone a mi compañera... es muy poco paciente para con los que empiezan a trabajar en esta firma. ¿Así que también es abogado? ¿De donde viene?

 

Lorne: Ah... pues... de Kansas, je.

 

Gavin: Kansas... bonito lugar. ¿Y cual es su especialidad? ¿Bienes Raíces, Exportación, Contaduría?

 

Lorne: En realidad... Proyectos Especiales- dijo, asombrado de su habilidad para mentir. Solo esperaba que no terminara equivocándose- Fui... contratado por el mismísimo Sr. Reed, je.

 

Gavin: Mmhh... Es extraño. El Sr. Reed no me dijo nada de usted.

 

Lorne: (sudando) ¡Oh, bueno! ¡Quizás se le paso por alto! Usted ya sabe como son los jefes, je. Nunca pueden recordar a todos los empleados que trabajan para ellos.

 

Lilah: Para mi es suficiente. Basta de formalidades- tomo a Lorne de la mano- Si esta designado a Proyectos Especiales, Sr. Adam, es mejor dejar de perder el tiempo. Venga conmigo.

 

Gavin: (a Lorne) Lilah también es de Proyectos Especiales.

 

Lorne: ¿Ah si? ¿Y adonde vamos?

 

Lilah: ¿Adonde más? Al sector 12, el corazón de la Operación Frederick.

 

Dejándose llevar por la mujer, Lorne pensó que todo estaba siendo fácil.

 

Demasiado fácil.

 

Sin embargo, una vez que Lilah y él hubieron desaparecido, Gavin se quedo pensando en el nuevo empleado. Su cara le sonaba, ¿pero de donde?

 

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LA CASA-REFUGIO OTRA VEZ...

 

La biblioteca era un desparramo. Los libros, anteriormente tan acomodados en sus estantes, ahora lucían desperdigados por aquí y por allá, medio abiertos.

 

Wesley: (hojeando un libro muy viejo) ¡Aja! ¡Aquí esta lo que buscábamos!

 

Sonriente, le enseño el texto a sus compañeros, quienes lo habían estado ayudando, un poco cansados ya de pasar paginas y paginas de las cientos de obras del saber oscuro reunidas en aquel lugar.

 

Cordelia: ¿Qué es esto?- miro el contenido del libro sin entender- Esta en otro idioma...

 

Wesley: Es una transcripción de sumerio antiguo. Es un conjuro para abrir un vortice entre dimensiones, al Limbo.

 

Gunn: O sea, que ese es el hechizo que necesitamos para mandar a ese maldito al lugar de donde salió, ¿correcto?

 

Wesley: Así es.

 

Cordelia: ¡Entonces no perdamos el tiempo y vamos a usarlo!

 

Wesley: No es tan sencillo. Este conjuro requiere de ciertos ingredientes... los que lamentablemente, no tenemos en este lugar.

 

Cordelia: ¿Y que vamos a hacer?

 

Wesley: Lo único que nos queda: salir a buscarlos.

 

Cordelia: ¿No seria peligroso?

 

Wesley: Si, pero no nos queda otra- se puso de pie- En realidad, solo Gunn y yo iremos. Fred y tú deberían quedarse, junto a Ángel. Es lo más seguro que podría haber.

 

Cordelia: No me gusta la idea de quedarnos solos. Ese Frederick es tan poderoso... y Ángel no esta precisamente en su mejor momento.

 

Wesley: Lo sé, pero no podemos hacer otra cosa. Además, no tardaremos mucho... no son ingredientes difíciles de conseguir: apenas las escamas de un demonio Rokk y los dientes de un Gulem.

 

Gunn: Menos mal que era así de fácil- dijo, irónicamente.

 

Cordelia: De acuerdo, pero no tarden demasiado, por favor- suplico.

 

Wesley: No lo haremos.

 

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A través de una ventana en la habitación que ocupaba, el falso Ángel contemplo curioso como Wes y Gunn abandonaban la vivienda en el automóvil...

 

... Lo que lo dejaba solamente con las dos mujeres a su disposición...

 

Angel/Frederick: Bueno, mejor para mi. Serán una linda entrada antes del plato principal.

 

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WOLFRAM & HART, OTRA VEZ...

 

La puerta del ascensor se abrió y Lorne junto a Lilah llegaron al llamado sector 12.

 

Lilah: (curiosa) ¿Por qué no se saca el sombrero, Sr. Adam?

 

Lorne: ¿Eeh? Ah, el sombrero... si... essss... que le tengo cariño. M-Me lo regalo mi madre y bueno... yo... le tengo cariño y...- trato de explicar.

 

Lilah: Esta bien, esta bien. No importa.

 

Lorne suspiro aliviado. Por poco y no contaba el cuento...

La mujer de detuvo delante de una puerta metálica. Otra vez tecleo un código y la entrada se abrió zumbando, revelando la visión de una habitación en la que un tipo de aspecto adusto vestido con una bata blanca controlaba una serie de monitores de computadora.

...Y a su lado, acostado en una camilla y apresado por unos grilletes, estaba el cuerpo inconsciente de Frederick...

 

Lilah: ¿Cómo va todo, Dr. Hoffman?- pregunto al hombre- ¿Nuestro paciente sigue igual?

 

Dr. Hoffman: Así es, Srta. Morgan. Sigue durmiendo como un bebe.

 

Lilah: (señalando a Lorne) Le presento al señor Adam Lorne. Es nuevo así que póngalo al tanto de toda la operación.

 

Dr. Hoffman: Bueno, tal y como fue planeado, el sujeto Alfa-1 ha usado sus asombrosos poderes sobrenaturales y ha transferido de alguna forma su conciencia al cuerpo del sujeto Alfa-2 exitosamente. De igual manera, la conciencia del sujeto Alfa-2 ahora descansa en este cuerpo mientras lo mantengo sedado para que no despierte y, digamos, arruine toda la operación...

 

Lorne: ¿Sujetos Alfa-1 y Alfa-2? ¿Se refiera a Frederick y a Ángel?

 

Dr. Hoffman: Si. Es un termino técnico. 

 

Lorne: ¿Y dice que... la mente de Frederick paso al cuerpo de Angel y que la de Ángel al suyo? ¿Y que usted lo mantiene dormido?

 

Dr. Hoffman: Si. En términos simples, si.

 

Un murmullo. Todos se volvieron y vieron que el cuerpo de Frederick parecía comenzar a despertarse. Nervioso, el medico camino hasta una bandeja de metal y mezclando ciertas sustancias, las coloco en el interior de una jeringa, preparándola para inyectársela al paciente.

 

Dr. Hoffman: Vaya, pareciera que a cada dosis se hace más resistente. En fin, con esta otra va a dormir como por dos horas más...

 

El doctor se disponía a clavar la aguja en el brazo de Frederick, cuando se detuvo en seco.

 

Lilah: ¿Qué ocurre?

 

Dr. Hoffman: (señalando a Lorne) ¡Por Dios! ¡Mire eso!

Al principio Lorne no entendía nada, pero cuando sintió que la mascara mágica comenzaba a caérsele a pedazos del rostro y de las manos, comprendió que era lo que sucedía.

 

Lorne: Genial. A buen momento se me corre el maquillaje.

 

Todo el disfraz desapareció como si nunca hubiese existido, dejando su verdadero rostro al descubierto.

 

Lilah: ¡Intrusos!- grito, corriendo hasta un panel de control y presionando una alarma.

 

Lorne: ¡Diablos! Bien, basta de cortesías...- se saco el sombrero y le propino al medico un puñetazo en la cara.

 

Hoffman cayo al piso con la boca sangrando, soltando en el proceso la jeringa. Mientras la sirena sonaba y Lilah corría en busca de los guardias de seguridad, Lorne se acerco el cuerpo acostado y lo sacudió para terminar de despertarlo.

 

Lorne: ¡Vamos, Ángel! ¡Si de verdad estas ahí dentro, necesito tu ayuda ahora!

 

Ángel: (dentro del cuerpo de Frederick) Mmmmhhh... ¿L-Lorne? ¿D-Donde estoy?

 

Lorne: ¡Después de lo cuento! ¡De prisa! ¡Vamonos!

 

Sacándole como pudo los grilletes, el demonio intento que el vampiro se sostuviera de pie, cosa difícil ya que después de haber estado sedado hasta el cuello era imposible mantenerlo erguido totalmente.

Mientras, por el pasillo, ya podía oírse a los guardias acercándose.

 

Lorne: ¡Vamos, Ángel! ¡Reacciona, por favor! ¡Nos van a agarrar!

 

Ángel: ¿Qué me paso? Yo... recuerdo a Frederick y luego...

 

Ya era tarde. Liderando unas comitiva de hombres bien armados, Lilah había regresado. A su lado, estaba también Gavin.

 

Gavin: ¡Sabia que su cara me resultaba familiar!- exclamo- ¡Tú eres ese demonio amigo de Ángel!

 

Lilah: ¡Nos engaño, el muy maldito! Pero le ha salido mal- se volvió hacia los guardias- ¡Atrápenlos!

 

Lorne: Oh, oh...

 

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LA CASA-REFUGIO, NUEVAMENTE...

 

Aburrida, Cordy trataba de entretenerse leyendo un manual de hechicería mientras esperaba que Gunn y Wes regresaran de su viaje.

De repente, la lámpara que la iluminaba se apago de golpe...

 

Cordelia: Fantástico, lo que faltaba para completarla: se fue la corriente.

 

Fred no tardo en aparecer, portando un candelabro lleno de velas.

 

Cordelia: ¿Dónde encontraste eso?- le pregunto.

 

Fred: En una de las tantas habitaciones que tiene esta casa. Creo que nos servirá  para cuando anochezca, hasta que vuelva la luz.

 

Cordelia: Eso, si vuelve. Creo que deben ser cosa de los fusibles...- dejo de lado el libro y tomando una vela, la encendió y se encamino hasta una puerta.

 

Fred: ¿Adonde vas?

 

Cordelia: Al sótano. Creo que allí abajo esta la caja de los fusibles. Voy a echarles un vistazo.

 

Fred: ¿No seria mejor esperar a Wes para eso?

 

Cordelia: ¡Tonterías! ¡Yo puedo arreglar eso! No necesitamos de Wes para cambiar un par de fusibles quemados... no me tardo.

 

Comenzando a bajar por las escaleras al sótano cuidadosamente iluminada por su vela, Cordy fue a tientas tratando de localizar la ubicación exacta de la susodicha caja.

Finalmente, la encontró.

 

Cordelia: (abriendo la tapa) Vaya... es como si se hubieran roto a propósito.

 

La vela en sus manos fluctuó un poco, como si una corriente de aire se hubiese filtrado entre la oscuridad que parecía rodearla. Se estremeció un poco y volviendo a cerrar la caja, pensó que la sugerencia de Fred seria lo mejor. Quizás Wesley podía arreglar esto, cuando volviera.

Al darse vuelta, se choco cara a cara con el falso Ángel...

 

Cordelia: ¡Ups! ¡Ángel! ¡Por Dios! ¡Me has dado un susto de muerte! ¿Que haces levantado?

 

Ángel/Frederick: La verdad, querida Cordy, es que no podía dormir... mucho menos, con el estomago vacío otra vez.

 

Había algo extraño en el brillo de sus ojos. Cordelia retrocedió un poco...

 

Cordelia: ¿Tienes hambre? Pero si tú... nunca comes...

 

Ángel/Frederick: Bueno, precisamente por eso tengo hambre.

 

Cordy comenzó a sentir algo de miedo. La manera en la que Ángel la miraba no le gustaba nada. Iba a subir por las escaleras, cuando él la tomo de la mano...

 

Cordelia: ¿Ángel?

 

Ángel/Frederick: (transformando su rostro) No exactamente, querida.

 

Gruñendo, el vampiro la apretó contra una pared, haciéndole soltar la vela de la otra mano. Cuando menos ella se lo espero, él hundió sus dientes en su cuello con fuerza.

 

Cordelia: ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAYYY!!!!!

 

Desde arriba, Fred escucho el grito. Tomando una de las velas, corrió hasta la entrada al sótano, donde se detuvo y pregunto:

 

Fred: ¿Cordy? ¿Estas bien?

 

Nada. Silencio. Fred repitió la pregunta.

 

Fred: ¿C-Cordy?

 

Una figura se asomo al circulo de luz que proyectaba su vela. El falso Ángel.

 

Ángel/Frederick: ¡Rápido, Fred! ¡Ven aquí! ¡Cordelia se desmayo! ¡Creo que esta teniendo una visión!- mintió.

 

El primer instinto de la muchacha fue bajar y unirse a él para asistir a su amiga, pero apenas dio cuatro pasos cuando vio algo que la dejo helada...

Tirada en el piso, a un costado, Cordelia yacía desangrándose lentamente. Dos marcas podían vislumbras en su cuello... dos marcas de mordedura.

 

Fred: Aguarden un segundo... ¿qué es lo que esta sucediendo?

 

El falso Ángel sonrió... otra vez descubrió su rostro de vampiro. Muy lentamente, comenzó a subir por las escaleras... a su encuentro.

 

Ángel/Frederick: Con Cordy fue rápido, pero contigo... bueno, antes creo que voy a divertirme un poco más.

 

Fred estaba congelada. No podía moverse, por más que quiso. Sus piernas estaban pegadas al suelo.

... Y él se acercaba lentamente... paso a paso... con la boca bien abierta y los colmillos reluciendo....

 

 

¿Podrá Ángel recuperarse a tiempo y escapar de Wolfram & Hart junto con Lorne? ¿Fred salvara su vida del ataque de Frederick? Cordelia, ¿Esta viva o muerta? La respuesta, en el capitulo siguiente...  

                                                                                          Capitulo 4