Sentimientos a través del Tiempo (IV):

 

Capítulo n°7: Sentimientos Secretos

     El sol suavemente acarició las paredes de la habitación sin hacer daño alguno. Sus rayos no podían entrar, aunque uno que otro se colaba por entre las cortinas.

    Un rayo travieso iluminó los cerrados ojos de Guenever haciéndola despertar. No quería hacerlo, pero se sentía tan bien, se sentía relajada, protegida, querida. Hacia mucho tiempo que no dormía tan bien, era extraño para ella.

    Abrió bien sus ojos y vio a aquel hermoso ser durmiendo a su lado. Tenía un rostro de ángel y cabellos dorados, de suave piel y masculinos rasgos. “Spike...”, pensó tranquilamente ella. No entendía bien que había sucedido, recordaba que estaba llorando pero después... Nada, no podía recordar bien, sólo la sensación de confort la inundaba en ese momento. Spike se había transformado en alguien muy especial y, después de saber todo, tenía que hacer algo para hacerlo sentir mejor.

    Lentamente se levantó, tratando de no hacer ruido. Cerró bien las cortinas, de manera que ningún rayo de sol entrara a la habitación y molestara a Spike. Sacó ropa de su mochila y se fue a tomar una ducha.

    El agua salió fuertemente y Spike se despierta al sentir aquel molesto sonido. “¿Qué sucede?”, se preguntaba repetidamente, no veía a Guenever por ningún lado. El correr del agua le respondió su pregunta, era ella quien se bañaba.

    Trató de volver a dormir pero le era imposible. Los recuerdos de la noche anterior seguían en su mente, ella llorando, él llorando... todo era confuso pero su corazón al fin estaba en paz. El dolor no se había ido por completo, pero el sufrimiento ya no era tan grande. El agujero en su interior se estaba llenando nuevamente, ella lo estaba llenando nuevamente. No quería admitirlo pero le gusto tener esa confesión con ella. Le había ayudado bastante, ya que ahora Buffy no se veía tan inalcanzable para él. La esperanza no estaba perdida del todo.

    Guenever sale de la ducha, se coloca su toalla y sale del baño en dirección a la habitación de enfrente (era un cuarto de vestir). Spike se hace el dormido para no molestarla ni incomodarla.

    Algunos rayos de sol chocan sobre el cuerpo de la joven reflejando su sombra en la pared del pasillo. Spike sólo puede ver aquella pared y observa atónito como la joven se quita la toalla y se viste. Trato de no seguir mirando pero no podía, estaba como hipnotizado mirando su sombra. Era tan hermosa, pero era su amiga y debía sacársela de su mente. “Es sólo una niña, Spike, nada más que eso”, trataba de convencerse a sí mismo, sin un buen resultado. Amaba a Buffy, ella era su amiga... Estaba confundido, no sabía que hacer.

    “No, yo amo a Buffy”, se dijo finalmente. Justo en ese momento Guenever salía de la habitación. Trató de cerrar los ojos rápidamente pero ella ya lo había visto despierto.

    Guenever sabía que la estaba observando, por eso se sonrojó tratando de mirar a otro lado. No sabía si hablarle o no, si lo hacía su vergüenza sería mayor de la que es; en cambio, si no lo hacía, harían como si nunca hubiera pasado.

    Sonó el timbre, ella bajó rápidamente las escaleras. “¡Rayos!”, pensó al abrir la puerta, eran los hombres de la casa que venían a confirmar si se había deshecho de los fantasmas. “Tenían que venir ahora, voy a tener que hablar con él de todas maneras”, pensaba tristemente mientras invitaba a los señores a pasar.

   

Guenever: ¿Ven?, no hay fantasmas...

    Hombre 1: Así veo, y veo también que trajiste todas tus cosas ya.

    Hombre 2: ¿No te habras adelantado mucho?

    Guenever: Un trato es un trato, yo elimino a los fantasmas, sobrevivo una noche y la casa es mía.

    Hombre 2: La casa es tuya por 100 mil.

    Guenever: Acá están los 100 mil - saca un sobre de un cajón - Como dije, un trato es un trato. ¿Dónde están las escrituras?

    Hombre 1: Acá están - mostrando su maletín - seguros de cualquier cosa, jeje...

    Guenever: ¿Me pueden esperar un segundo? - no esperó respuesta alguna para subir corriendo las escaleras - ¡Vamos Spike!, sal de la cama que ya sé que no duermes...

    Spike: Disculpa...

    Guenever: No te preocupes, pero baja al primer piso. Unas personas quieren verte.

 

    Ella sonreía pícara, en su interior se reía a carcajadas por la sorpresa que le tenía a Spike. Él bajó corriendo las escaleras y se encontró a estos hombres que lo miraban con sorpresa.

   

    Guenever: Bueno caballeros, él va ser quien firme los papeles. Los dejo, adiós

   

    Besa a Spike en la mejilla y lo deja con una expresión de sorpresa y extrañeza en el rostro.

 

    En un almacén del centro...

 

    Guenever compraba unos alimentos para la cena cuando vio a Buffy acercársele. “¿Qué querrá?”, se preguntaba confundida.

    Buffy la había visto desde que ella había entrado al almacén pero no sabía si hablarle o no. Le causaba un poco de celos que ella viviera con Spike, aunque no quería reconocerlo, pero así era. Trataba de justificar sus celos a ella misma, diciéndose que eran celos de amistad, que temía perderlo como amigo. Su corazón le gritaba que no era así, pero no era escuchado.

    Buffy trató de saludarla con alegría, pero en sus ojos se veía que no era eso lo que sentía en ese momento.

Guenever, en cambio, se sentía mal que Buffy la odiara en cierto sentido. Ella ya se había dado cuenta que algo sucedía entre Buffy y Spike, también sabía que Buffy amaba a Spike pero que no lo quería reconocer. Eso le producía un gran dolor en su corazón, ya que después de la noche anterior, un sentimiento había surgido en su corazón. Un sentimiento que temía que volviera, ahora sabía que sufriría a causa de él... pero que le iba a hacer, lo amaba...

 

Guenever: Buffy, hola...

Buffy: Eh... hola. ¿Cómo has estado? - sonaba triste, quería preguntar por Spike pero le daba miedo -

Guenever: Bien y Spike también lo está, aunque un poco triste - tratando de que no supiera que sabía todo lo ocurrido entre ellos - ¿Tú sabes por qué estará así?

Buffy: Yo... no tengo idea _ sabía que era lo que sucedía, pero no quería admitirlo. Bajó la mirada – Lo que le suceda no es de mi incumbencia.

Guenever: ¿Segura?, bueno es tu decisión –tomando una botella de jugo de frambuesa – yo me retiro, estoy un poco ocupada.

Buffy: No, ¡espera! – la sujeta fuertemente del brazo, pero la mirada de molestia de la chica la detuvo – Necesito hablar contigo.

Guenever: Estamos hablando – trataba de mostrarse fría, le dolía la actitud de Buffy –

Buffy: No aquí, en algún lugar más tranquilo – realmente quería hablar con ella, lo necesitaba – por favor.

 

La mirada de Buffy se veía sincera, algo le sucedía y sabía bien de que se trataba. Dejó la mercadería a un lado y siguió a Buffy hasta la salida del local.

Caminaron bastante hasta llegar a la Universidad, allí se sentaron sobre el pasto a la sombra de un gran árbol. Se quedaron un momento en silencio, ninguna de ellas se atrevía a decir palabra. Guenever se daba cuenta de lo mal que se sentía Buffy, sabía que para ella le era difícil hablarle pero debía dejarla hablar primero.

Buffy miró el cielo, estaba celeste y sin ninguna nube. Era un día perfecto, bueno, casi perfecto. Ella tenía que enfrentarse a su corazón y reprimir su cabeza por primera vez, si realmente quería hablarle a Guenever. Respiró hondo y trató de hacer la gran pregunta.

 

Buffy: ¿Lo amas? – Guenever la observo sin entender -, sabes a quien me refiero. ¿Lo amas?

Guenever: - bastante ruborizada – no, o sea, lo quiero pero como a un amigo. Él se ha comportado estos últimos días muy bien conmigo, me ha hecho sentir feliz – mirando a Buffy directamente a los ojos -, pero, eso deberías preguntártelo tú misma. ¿Lo amas?

Buffy: Yo... no lo sé bien – volvió a mirar el cielo, tratando de recordar un poco el pasado – hubo un tiempo que podría haber dicho que sí, pero después  de lo ocurrido aquella noche, yo... – sus ojos se nublaron – no estoy segura.

Guenever: Pero ahora él es distinto – Buffy la miro extrañada – disculpa, anoche tuvimos una larga platica y pudimos desahogarnos de nuestros pesares. Me contó entre lagrimas lo ocurrido, lo que trató de hacerte... pero ahora se arrepiente, es distinto. Yo lo sé.

Buffy: Me sorprende que confíes tanto en él. Te lo digo por experiencia propia, no lo hagas. Él nunca demuestra su verdadero interior – su rostro mostraba una mueca de rabia, dolor y odio -

Guenever: ¿Qué puedo hacer para que cambies de parecer? –, recordó la casa, quizás si la invitaba a cenar podría hablar con Spike y vería que ya no es quien cree - ¿Por qué no vienes a cenar esta noche a su casa?

Buffy: ¿La casa de quién?

Guenever: La de Spike, es una larga historia. Ven esta noche a las 8. Voy a cocinar algo rico y así te das cuenta lo distinto que está – Buffy la miraba sin entender -, ¿ya?. Es la casa que esta cerca del cementerio, ¿la conoces?

Buffy: Sí...

Guenever: Entonces nos vemos – alejándose se ella – me voy a comprar las cosas – trataba de sonreír, para no demostrar que le apenaba perderlo - ¡hasta la noche, Buffy!

 

Buffy se quedó sentada sin entender, no le pudo responder a la invitación por lo que tendría que ir obligatoriamente. Le costaría mucho ver a Spike, le dolía la sola idea de tener que verlo. Poco a poco comenzó a recordar cuanto lo quiso, sin embargo lo que le hizo no tiene perdón. Es cierto que lo había tratado horrible, que lo había usado para vengarse de ella misma... Ninguno de los dos merecía el amor del otro. Cada uno debía seguir su vida.

 

   

Capitulo n°8: La Cena

Unas horas más tarde, en la casa de Spike...

 

Guenever entra a la casa llena de bolsas de supermercado. Cierra la puerta de un golpe y corre a la cocina. Tenía que contarle las nuevas buenas a Spike, pero parecía no hacer caso a sus llamadas. “¡Spike!”, gritaba con fuerza sin respuesta alguna. “Que raro, debe estar dormido”, pensó mientras subía las escaleras. Recorrió una a una las habitaciones sin encontrarlo, ya en la habitación de él vio su ropa sobre la cama. Estaba todo desordenado, la cama sin hacer, la ropa tirada, era un caos. Se cansó de ver la habitación vacía y dio media vuelta para salir sin darse cuenta que Spike había salido del baño y estaba parado detrás de ella.

Chocaron y quedaron tan cerca que cada uno podía sentir la respiración del otro. Spike se acerca lentamente al rostro de la joven pero se detiene y da un paso hacía atrás tratando de entrar a la habitación.

“Disculpa, lo siento, no fue mi intención...” repetía constantemente Spike en su mente. Estuvo tan cerca de cometer, lo que él llamaba, una estupidez. No quería arruinar su amistad (la única amiga) por ese momento de debilidad. Trató de que no se diera cuenta de lo que quiso hacer, esperaba que no fuera muy tarde. Eso esperaba...

Guenever quedó casi sin palabras para describir lo que vio y sintió en aquel momento. Spike había tomado una ducha y venía saliendo del baño cuando chocaron. Él llevaba una toalla a la cintura dejando su torso desnudo al descubierto, las gotas de agua recorrían ese perfecto cuerpo. Una a una las gotas caían desde el cabello de Spike al rostro de Guenever, mojando las mejillas de ella. Él se acercó a ella y la miró fijamente a los ojos, alzó la vista para poder observar mejor aquel fuerte rostro. Era pequeña, sólo le llegaba a la nariz, por lo que dejaba la boca del vampiro a la altura de sus ojos. Spike se acercó con la intención de besarla pero se detuvo antes de hacer cualquier cosa. Le latía rápidamente el corazón, como si tratara de salir y dejar expuestos sus secretos sentimientos. No quería que Spike se diera cuenta de lo que sentía por él, aunque eso era algo casi imposible, era demasiado obvio que existía una fuerte atracción entre ambos, una llama que los atraía el uno al otro.

Spike estaba parado a un lado de la cama, mirando las ropas de ella. Tenía miedo de mirarla a los ojos, temía que viera que en lo más profundo de su ser, él quería que ese beso se hubiera realizado..., pero no, la quería como amiga y nada más debía pasar entre ellos. Decidió levantar la mirada y verla a los ojos, su mirada trataba de expresar todo esa confusión en su interior pero de una manera que ella no se diera cuneta. Se dio cuenta que ella también estaba confundida y trató de sonreírle, así ella podría estar más tranquila y aparentar que nunca ocurrió nada.

 

Spike: Nena, ¿me puedes pasar el pantalón que está a tu lado? – le sonreía graciosamente para se ella se tratara de calmar un poco –

Guenever: ¿Ah?, - no reaccionaba a nada, estaba como sumergida en un profundo sueño – ¿pantalón?, no...

Spike: - tratando de ser gracioso y sonriéndole graciosamente – ¿no?, bueno si quieres que o me vista, no lo hago... – empezó a sacarse la toalla que tenía a la cintura –

Guenever: - Despertando de su “sueño”- ¡¡No!!, ¡no lo hagas!, no te desvistas... – Spike se sujetó la toalla mientras la miraba dulcemente – pero no te vistas tampoco... espera... – bajó corriendo las escaleras y volvió con unas bolsas – toma, es un regalito y ojalá te guste...

Spike: ¿Me compraste algo? – Guenever sacaba un jeans de color negro – que lindo, no tenías que hacerlo...

Guenever: Es que siempre usas las mismas cosas y pensé que te gustaría algo nuevo... – Spike cogió una pequeña bolsa y sacó de ella un par de “boxers” – Eso lo puedo explicar...

Spike: ¿Me compraste calzoncillos? – Guenever estaba roja de vergüenza -

Guenever: Creí que podrías necesitarlos, no sé... yo... si no los quieres los cambiamos... – Spike sólo sonrío y sacó un corpiño de color morado claro – eso, también lo puedo explicar...

Spike: No creo que el morado me siente bien... – Guenever se lo quitó de un solo movimiento, estaba muy avergonzada y Spike no paraba de reír –

Guenever: Mejor te vistes rápido, tenemos invitados a cenar, - se acerca al vampiro a hablarle al oído, mientras colocaba una mano en aquella cintura masculina – por favor... – le susurró, dio media vuelta para salir sacándole la toalla de un rápido movimiento - 

 

Spike quedó completamente desnudo en la habitación, tratándose de tapar con sus manos mientras Guenever salía. Ella nunca trató de darse vuelta y verlo, sólo lo había hecho para que se vistiera mientras ella cocinaba. Le costaba entender a aquella chica, algo en ella le provocaba sentimientos no conocidos por él... era algo en ella, quizás era la manera de cómo lo trataba o... no lo sabía bien, estaba confundido.

 

En la casa Summers...

 

Buffy estaba frente al espejo, observándose y analizándose detalle por detalle. Quería estar segura que la tenida elegida era la correcta. Vestía una larga falda de cuero negra, con unos botines del mismo color, una blusa blanca y una chaqueta color burdeo también de cuero. Estaba sencilla, no quería llamar la atención. Aunque aún no sabía por qué iba a la cena algo en ella le decía que debía ir, pero no era por Spike. En realidad temía verlo, temía mostrarse débil y volver a los brazos del vampiro. Tenía que ser fuerte y dejar de lado los sentimientos, ya que lo de ellos jamás podría hacerse realidad, era algo prohibido, era un error...

Willow entró a la habitación y vio a su amiga frente al espejo. Algo raro le sucedía, lo podía presentir. Su amiga había cambiado mucho después que Spike había tratado de violarla, ella lo quería mucho y aquello la afectó demasiado.

 

Willow: ¿Vas a salir?

Buffy: Ah?, oh sí – parecía distraída – voy a ir a cenar.

Willow: Mmmm... – tratando de alegrarle el animo a Buffy -  y dime, ¿Quién es el chico afortunado?

Buffy: Es una chica – Willow la miró extrañada – pero no es lo que tú crees. Ella es una chica que esta viviendo con Spike, me invitó a su casa para que habláramos...

Willow: ¿Spike tiene novia?

Buffy: No sé, me da lo mismo – bajaba la mirada con tristeza – es su vida, yo no tengo nada que ver en eso

Willow: Pero... no debe ser muy cuerda esa niña, si tiene a un vampiro viviendo en su casa...

Buffy: No, es la casa de Spike – Willow la miró extrañada, no entendía que sucedía – Ya se hace tarde mejor me voy.

 

Ambas bajaron las escaleras, Buffy estaba muy extraña como si la idea de ver a Spike con otra le afectara demasiado. Willow podía ver esa preocupación en los ojos de su amiga, la conocía demasiado bien como para darse cuenta de lo que sentía por él, aunque siempre lo negara.

En el momento que Buffy salía de la casa, Dawn la observaba desde la cocina. Vio que su hermana no iba bien, por lo que le preguntó a Willow que sucedía. Ambas se quedaron en la puerta charlando, mientras Buffy caminaba lentamente por la calle.

 

En la casa de Spike...

 

La mesa estaba perfectamente puesta, Guenever se sentía orgullosa de su obra maestra. Sonreía contenta, le alegraba toda esa situación, si bien sabía que esa noche perdería a Spike para siempre, la idea de verlo feliz le alegraba la noche.

Spike bajaba silenciosamente las escaleras, quería sorprender a Guenever ya que se había puesto la ropa que le había comprado. Se puso por detrás de ella y le tapó los ojos con sus manos. Ella se dio vuelta rápidamente y quedó sin palabras, otra vez. Spike realmente se veía genial, no, más que eso, se veía completamente distinto. Llevaba puesto un sweater color gris claro (apegado al cuerpo) y los jeans negros.

 

Spike: ¿Cómo me veo?, sabes que no me reflejo en los espejos así que confío en ti

Guenever: Te ves... como todo un galán – sonriéndole – pero te falta algo... – se acercó a él y le despeinó el cabello – Listo, ahora estas como todo un galán de telenovelas... jeje

Spike: ¿Segura?

Guenever: Obvio, ahora... – con una mirada de tristeza – no va a poder decir que no has cambiado...

 

Spike no entendía de quién estaba hablando, la expresión en el rostro de la joven podía decir mil cosas, pero no la que él quería saber.

Sonó el timbre.

Guenever abrió la puerta y entra una Buffy bastante nerviosa. No quería entrar pero la dulce e inocente mirada de la joven la transformaba completamente. Sentía en ella algo extraño, como si ella fuera algo especial suyo, como si no quisiera hacerla sentir mal. Sin lugar a dudas, Guenever tenía ese no sé qué.

Buffy vio a Spike parado en la sala de estar, se veía realmente distinto, más humano por decirlo así. “No, él es el mismo d antes, no ha cambiado nada”, se repetía a sí misma una y otra vez en su cabeza, mientras caminaba por la habitación hasta el comedor. Debía mantener su mente clara, no debía dejar que la atractiva apariencia del vampiro la afectara.

Spike estaba confundido, no sabía si alegrarse por la “sorpresa” de Guenever o enojarse con ella. De todos modos, ver a Buffy le cambiaba el animo rotundamente. Como si algo en él se despertara y lo llenara de nuevas sensaciones, si hubiera tenido corazón ya le estaría latiendo en ese mismo instante.

Se sentaron a la mesa, Spike frente a Buffy y Guenever entre ambos. La tensión se sentía, nadie emitía ningún sonido salvo para comer. Guenever se levantó para dejar los platos a la cocina, fue cuando Spike se atrevió a hablar.

 

Spike: Vamos nena, hablemos algo... tú sabes para qué viniste.

Buffy: Yo no tengo nada que hablar contigo, sólo vine porque ella me lo pidió – no lo miraba a los ojos –

Guenever: Están hablando, ¡que lindo! – entraba a la habitación – entonces están solucionando sus problemas

Buffy: Nosotros no tenemos nada que arreglar.

Guenever: yo pensé que arreglarían todo, Spike ahora es distinto yo te lo dije

Buffy: Él no ha cambiado en nada, sigue siendo el mismo vampiro.

Guenever: ¡Si lo es!, ahora él tiene..

Buffy: ¡No me importa lo que tenga! – Buffy estaba enojada, ver a Spike le dolía mucho y no sabía como enfrentar ese dolor -

Spike: No la trates así, solo quiere ayudar – se levantaba y caminaba hacia Buffy –

Buffy: Discúlpame, esto es algo que debo hablar con Spike a solas – se paró y fue hacia la puerta de entrada –

Spike: Ahora estamos solos, perdóname...

Buffy: No digas eso, lo que hiciste no tiene perdón

Spike: Pero Buffy – sus ojos se llenaban de lagrimas – no quise hacerlo, estaba fuera de mí... quería que sintieras lo que yo sentí. Perdona, yo te a...

Buffy: ¡Te digo que no digas eso!, me lastimas. Yo te quería mucho, ¿lo sabias?. Te habías convertido en mi mejor amigo, disculpa si te lastime pero eso... – daba media vuelta, no quería mostrarse débil mientras sus ojos la traicionaban – no Spike, eso no tiene perdón.

Spike: Yo...

Buffy: Ahora me duele verte, el solo hecho de hablar contigo me hace recordar todo aquello. Sufro cada vez que me miras, mi calvario comienza cada vez que me dices te amo...

Spike: Pero no puedes evitarlo...Buffy, yo te amo.

Buffy: - agacha la cabeza – pues, yo no te amo Spike.

 

Buffy abre la puerta y se va, dejando a Spike ahogado en su sufrimiento. Oír esas palabras de ella era el arma mas letal para él, más que una estaca. Sentía como el corazón se le partía en dos, como si algo explotara y quemara su interior. Quería morir allí mismo, quería que nunca hubiera encontrado a Guenever. Ella era la culpable de todo... no, no era así. Si no fuera por ella, nunca se habría enterado de todo. Aunque prefería morir sin saber que vivir con el dolor de un corazón partido.

Guenever observó todo el acontecimiento, lloró cuando Buffy se fue. Sentía que ella era la culpable, había querido que eso sucediera y así fue. Cómo miraría a Spike a los ojos ahora.

 

Guenever: Perdóname... – lloraba desde la entrada al comedor – por favor, yo quería que fueras feliz y que tu alma...

Spike: ¿De qué sirve un alma?, sólo para que me duela como el infierno – miraba la puerta cerrada, con una expresión en el rostro que no decía nada – Voy a salir, necesito estar solo...

 

Guenever se quedó sola en la casa, hundida en su dolor. Había cometido el mayor error de su vida y podría perder lo que más quería por esto.

 

 

                                                                                        Capitulo 9