Sentimientos a través del Tiempo (V):

 

Capitulo n°9: El Beso

     En la casa Summers...

 

Buffy estaba encerrada en su cuarto, lo estaba desde que había llegado de casa de Spike. Había pasado como una hora y ella seguía llorando, lloraba porque no quería admitir que todo lo aquello fue una mentira. No quería cometer ese error otra vez, por eso debía decir todo eso. Era la única forma de que Spike la dejara tranquila, lo de ellos jamas debería suceder.

Willow la escucho llorar, sabía la razón de esto pero temía entrar y no ser escuchada. Conocía bien a su amiga y sabía lo que sentía ella por Spike, eso no era una amistada rota, era algo más.

 

Willow: Hey Buffy, cambia esa carita... todo va salir bien – Buffy no respondió, sólo la miró con los ojos hinchados - ¿lo amas mucho?

Buffy: No, él es sólo... sólo un error. No lloro por él, es para desahogarme...

Willow: Entonces déjame acompañarte en tu “desahogo” – ella sabía que todo eso era mentira, pero no la quería contradecir. Buffy sola se daría cuenta de todo –

 

En el cementerio...

 

Spike caminaba sin rumbo por el cementerio mientras la voz de la cazadora seguía dando vueltas en su cabeza. “Yo no te amo... yo no te amo...” una y otra vez en su mente, la imagen de ella al decir esas palabras le atormentaba cada paso. Al fin se había dado cuenta del error que había cometido, por una simple venganza perdió lo mejor que le había sucedido en toda su no-vida. Su corazón se sentía destrozado, roto en millones de pedazos, nada en el mundo podría devolverle la felicidad que alguna vez tuvo. La capacidad de volver a amar alguien, se había ido. Su corazón estaba demasiado dolido como para olvidarse de ella, la dueña de lo que quedaba de él, la mujer que lo obligó a buscar la chispa necesaria para estar completo. Pero... Algo comenzaba a brillar en lo profundo de su interior, una luz cálida y dulce, una luz que calmaba su dolor poco a poco. Conocía ese brillo, sabía quién era pero no quería admitirlo... era ella. No Buffy... ella, la persona que lo amaba a pesar de todo, la persona que quería verlo feliz, la persona que necesitaba en este momento...

 

Mientras, en la casa de Spike...

 

Guenever estaba arrodillada en la puerta desde que Spike se había ido. Lloraba, su error le había costado la perdida de la persona que más amaba. “Fui una tonta, yo sólo quería verlo feliz”, se repetía a sí misma a cada segundo. Quería convencerse de que aquello era para bien, que debía hacerlo, que Spike merecía una segunda oportunidad... Lo había arruinado todo, su deseo egoísta le arrebató su mayor tesoro, su amor...

Una nube negra apareció en el cielo, la misma de aquella noche. Era Arwind otra vez, venía a cobrar su palabra. Guenever debía morir.

Ella se dio cuenta de su presencia, estaba confiada pues sabía que él no podía entrar a la casa. Había colocado talismanes de protección contra energías malignas, toda la casa estaba protegida por ellos. Pero a Arwind le daba lo mismo los talismanes, no quería atacarla por ahora, sólo quería verla sufrir.

 

Guenever: ¿Qué quieres? – se escuchaba la risa burlona de Arwind – si vienes a matarme, siento arruinarte los planes...

Arwind: No, me da lo mismo matarte ahora, tengo una mejor idea – ella no hacía caso a las palabras de él – haré algo que te producirá un gran daño...

Guenever: ¿A qué te refieres?

Arwind: Lo sabes bien. Cuando quieres hacer sufrir a alguien, es mejor matar a la persona que más quiere, ¿no lo crees? – el rostro de ella demostró la preocupación que le causaba ese comentario –

Guenever: No eres capaz...

Arwind: Claro que lo soy, observa... – hizo oscurecer el firmamento y una gran nube cubrió el cielo dejando caer una gran tormenta – De esta forma él no sabrá cuándo amanecerá y morirá... jajajajaja

 

“¡Noooooooo!”, gritó ella aterrorizada. Salió corriendo de la casa en dirección al cementerio, sabía que ese sería el único lugar en donde él tendría que estar.

El agua caía y caía, mientras Spike llegaba a casa. Se extrañó de ver la puerta abierta y todo desordenado. Ella no estaba por ningún lado y temió lo peor, algo en el ambiente le decía que no estaba bien.

Una voz salió de entre las sombras y le dio la terrible noticia a Spike, “ella va a morir y tú no podrás hacer nada para evitarlo... se fue a buscarte y morirá por protegerte...”. Spike salió sin pensar que el amanecer se acercaba, sólo le preocupaba ella. Si moría, nunca se lo perdonaría.

 

En el cementerio...

 

Guenever corría por entre las tumbas tratando de encontrar a Spike. No podía ver bien a su alrededor, la fuerte lluvia no le dejaba enfocar bien su visión.

Sus dolores de cabeza habían vuelto pero no les daba importancia, su principal meta era encontrar a Spike antes que amaneciera. No se iba a permitir dejar que el hombre que amaba muriera otra vez, ya sufrió bastante con la muerte de Arwind y no volvería a repetirlo con Spike.

Cabeza le dolía demasiado, tan fuerte que comenzó a marearse. Siguió caminando, pero el dolor era más fuerte que ella. Sin darse cuenta, ella cae inconsciente y se golpea la cabeza con una lapida perdiendo la respiración.

Spike llega justo cuando ella caía entre las tumbas. “¡Noooooo!” gritó asustado él, no podía ser que ella muriera por su culpa. Debía impedir que eso ocurriera, debía salvarla a como de lugar ya que nunca se lo perdonaría si la perdía.

La tomó en sus fuertes brazos y se la llevó rápidamente a casa, debía hacerla respirar y quitarle esas mojadas ropas. Debía protegerla y cuidarla, era su obligación, si no, ella moriría.

Sólo alcanzó a cerrar la puerta cuando el sol salió, iluminando todo a su paso. Un minuto más y él hubiera muerto sin poder salvarla, jamás se lo habría permitido.

Ya en la habitación, él trató de darle respiración boca a boca sin resultado alguno, ella seguía sin respirar. Pero al tercer intento, ella tosió y logro respirar normalmente. Ahora debía hacer que recuperara el color, ya que se había quedado profundamente dormida y estaba helada. Suavemente quitó una a una las mojadas ropas de Guenever, hasta dejarla en ropa interior. La observó unos segundos antes de meterla en la cama y abrigarla bien.

Aún así, él no podía conseguir que recuperara su temperatura y ya se estaba poniendo de color azul. “Usar el cuerpo humano es la mejor forma de calentar a alguien con hipotermia”, recordó Spike al mirar hacía unos libros. “Bueno, espero que el cuerpo de un no-viviente te sirva de algo...”, se dijo al verla tiritar entre las tapas. Se quitó sus ropas y se acostó al lado de ella, abrazándola fuertemente. Se veía tan dulce, tan indefensa... era realmente una hermosa chica.

Lentamente se fue quedando dormido apoyando su cabeza en la almohada, junto a Guenever.

 

Unas horas más tarde...

 

Ya se acercaba la hora de la puesta de sol, cuando Guenever despertó y vio a aquellos musculosos brazos que la sujetaban fuertemente. El cuerpo de aquel vampiro que le había robado el corazón esta a su lado, durmiendo plácidamente. Todavía se preguntaba como había llegado a la casa y por qué él estaba acostado a su lado en ropa interior. Pero el aroma de este hombre no la dejaba pensar, lo único que podía hacer era cuestionarse acerca de qué hubiera pasado si él hubiera muerto. Nunca se habría perdonado si eso hubiera ocurrido, era demasiado importante para ella.

Spike despertó y la observó durante unos minutos en silencio, mientras contemplaba la belleza de la joven. Poco a poco y sin darse cuenta, ella se había convertido en alguien especial para él, la sola idea de perderla le daba escalofríos y terror. No lo soportaría...

 

Guenever: Gracias por traerme, pero no deberías haberlo hecho – bajó la mirada – si mueres habría sido mi culpa y yo...

Spike: ¿Te los pusiste de igual forma? – ella subió la mirada y vio como él le observaba fijamente el morado corpiño - 

Guenever: Yo... – trató de taparse y bajó la mirada nuevamente, estaba muy sonrojada –

Spike: No vuelvas a hacerlo – le dijo al tomarle suavemente el mentón con su mano derecha y mirándola seriamente – no sabes lo preocupado que estuve. ¿Y si te hubiera sucedido algo?, jamás me lo perdonaría.

Guenever: Yo tampoco, eres demasiado especial para mí y si hubieras muerto, mi vida ya no tendría sentido... porque yo... – titubeo un poco – yo te amo Spike...

 

Eran justo las palabras que el corazón del vampiro necesitaba escuchar. Él suavemente acercó sus labios a los de ella y la besó dulcemente. Una avalancha de emociones y sensaciones nuevas recorrían el cuerpo de Spike, era como si volviera a nacer pero había algo que todavía lo perturbaba, algo que no había concluido del todo... Buffy. Ella todavía seguía en sus pensamientos y aquel inocente beso empeoraba las cosas. Las amaba a ambas, pero a quién más, eso no lo sabía con certeza.

Después de aquel beso, ella lo quedó mirando un poco extrañada. Sabía bien que él no la besaba a ella, sino que besaba a Buffy. Le apenaba eso pero era cierto. Mientras ocurría ese pequeño momento de felicidad, pudo sentir el alma de Spike y ella amaba a Buffy.

 

Guenever: Sabía que ocurriría esto – Spike la miró sin entender – yo te amo pero...

Spike: Yo también te amo, lo sé y nada va a cambiar eso... – los ojos de ella se nublaron –

Guenever: Tú no me amas de la misma forma en que yo lo hago, siempre ella va a estar en tu corazón y tu alma... para eso la recuperaste, ¿no?

Spike: Yo... – ella ya estaba llorando al darse cuenta que estaba en lo correcto –

Guenever: Aún recuperaste tu alma hace poco y no sabes entenderla bien, estas confundido pero créeme lo que te digo, ve a verla y sabrás lo que hay en tu interior. Si al verla todavía me ves a mí, sería la mujer más feliz de la faz de la tierra; si no es así, estaré en lo correcto y seré feliz por ti...

Spike: No, – Spike negaba la idea de ver a Buffy otra vez – no puedo...

Guenever: ¡Ve! O nunca te lo perdonaras... aprovecha que ya anocheció...

 

Spike se vistió rápidamente, se colocó la misma ropa de anoche y salió en dirección de la casa Summers. Dejando a una Guenever llorando en la habitación, completamente sola.

 

 

                                                                                        Capitulo 10