El Regreso de Frederick:

 

                                SECUELA DE “FREDERICK, EL VAMPIRO”

 

CIUDAD DE LOS ANGELES, EN ALGUN LUGAR BAJO TIERRA...

 

Un grupo de figuras encapuchadas se congregaba en torno a una estrella de cinco puntas invertida dibujada con pintura roja en el suelo. Mientras lo hacían, de sus bocas surgía un murmullo a modo de letanía satánica, compuesto de palabras en un idioma que hace siglos no se usaba.

Uno de los misteriosos sujetos se adelanto y sosteniendo entre sus manos un cetro, lo balanceo en el aire mientras decía a viva voz:

 

“Que el Ojo se abra... que la Puerta se abra... Señor de las Tinieblas, Amo del Averno, permite a tu Hijo venir a nosotros. Déjalo libre del Vacío sin Limites”.

 

Como respuesta a esta plegaria, un extraño fenómeno ocurrió en el centro de la estrella. Un remolino de luz comenzó lentamente a formarse hasta que de repente, estallo con inusitada violencia, revelando a una figura desnuda tendida inconsciente en el piso.

 

Voz femenina: (surgiendo desde algún lugar sumido en las sombras) Muy bien. Todo ha salido como quería.

 

************

 

Oscuridad.

Todo lo que a su alrededor podía ver, sentir y tocar era oscuridad. Era como si una inmensa sombra negra lo envolviera.

Gritando, quiso zafarse de aquella negrura que amenazaba con consumirlo todo... consumir su cuerpo y mente.

 

Frederick: (despertándose bruscamente) ¡NOOOOOOO!

 

Jadeando, el vampiro se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Desconcertado, hecho un vistazo a su alrededor tratando de discernir donde diablos se encontraba.

Estaba acostado en una gran cama desprovisto de ropa, en el interior de una habitación muy lujosa. Cerca suyo en un rincón, una figura femenina no dejaba de observarlo con sumo interés.

 

Mujer: (sonriendo) Veo que ya estas despierto. Bien, tenemos mucho de que hablar.

 

Frederick: ¿Quién diablos es usted? ¿Dónde estoy?

 

Siempre sonriendo, la mujer se le acerco y le tendió una bata. Dándose cuenta de su desnudez, el vampiro procedió a colocársela rápidamente, sin quitarle los ojos de encima a su misteriosa “benefactora”.

 

Mujer: Cálmate, te explicare todo. Has sufrido un shock muy fuerte, Frederick.

 

Frederick: ¿Cómo diablos sabe mi nombre?

 

Mujer: (riéndose) Mi querido amigo, yo sé muchas cosas acerca de ti... ¡Oh, pero que descortés! ¡No me he presentado! Mi nombre es Lilah.

 

“Lilah”, repitió mentalmente Frederick. Si, le gustaba como sonaba. Se trataba de una mujer realmente muy hermosa. Alta, vestida elegantemente... y sobre todo, con un cuello muy, pero muy apetitoso.

Ese pensamiento pareció nublar el resto. Hambre, eso era lo que sentía... sangre, eso era lo que quería.

Impetuosamente, tomo a Lilah de la cintura atrayéndola hacia sí. Sorprendida por este gesto, la mujer abrió los ojos como platos.

Transformando su rostro por el de vampiro, se dispuso a sorberle la sangre con avidez, pero cual no seria su sorpresa que cuando quiso desgarrarle el cuello un fuerte dolor de cabeza le acometió.

Partido por el dolor, el vampiro soltó a su victima y cayo de rodillas ante ella. Recobrando la compostura y volviendo a sonreír (esta vez con un dejo de ironía) Lilah se cruzo de brazos y lo observo complacida.

 

Lilah: Se me olvido decirte... que no intentes atacarme, puesto que si lo haces, bueno, algo como eso te pasara.

 

Frederick: (sudando) ¿Qué... demonios... me has hecho?

 

Lilah: Digamos que te sometimos a una “pequeña operación”.  Oh, nada grave... solo te colocamos un chip biónico en la cabeza.

“Su función es la de mantenerte controlado. Esta programado para darte unos impulsos eléctricos si intentas atacarme a mi o a alguno de mis compañeros”.

 

Frederick: ¿Chip biónico? ¿Impulsos eléctricos? ¿Control? ¿Compañeros?- preguntó, enojado- ¿¿¿Quién demonios es usted???

 

Lilah: (caminando hacia una ventana y descorriendo una cortina) Pertenezco a una suerte de organización, digamos, interesada en hacer negocios con los de tu especie y otros... algunos de nuestros “Socios Mayoritarios” son proveniente de tu raza- le hizo un gesto para que se acercara.

 

Mirando hacia fuera (era de noche) el vampiro pudo contemplar el inmenso edificio de enfrente, fascinado. Se trataba de una futuristica construcción de acero y cristal, en cuya fachada podía leerse en letras bien claras: WOLFRAM & HART

 

Lilah: (explicando) Existimos desde tiempos antiguos, no con este nombre claro, pero al fin de cuentas, somos viejos. Tenemos muchos intereses en esta ciudad que lamentablemente en estos últimos tiempos han sido frustrados por culpa de una persona que de seguro, conocerás muy bien: Ángel.

 

Ángel. Ese nombre... si, lo recordaba. Ángel, Ángelus... lo recordaba muy bien.

 

Lilah: Sabemos todo sobre ti, Frederick; sabemos que fuiste convertido en vampiro en el 1550 por el Maestro; sabemos como fue tu vida durante esos primeros años; de tu relación con Darla y de tu “ascensión” al poder luego de beber ese mítico Elixir... también conocemos todo lo referente a tu venganza personal contra la Cazadora y a como ésta te derroto y humillo en aquel enfrentamiento que tú y tus sirvientes tuvieron en Sunnydale...*

 

* (Nota del Autor: Hechos ocurridos en mi anterior fanfic, “Frederick, el vampiro”)

 

Lilah: ...Después de esa lucha, fuiste confinado al Limbo por culpa de la Cazadora y allí estuviste, hasta que te rescatamos.

 

Frederick: Ya veo... Muchas gracias.

 

Dándose la media vuelta, el vampiro se encamino hacia un armario. Abriéndolo, saco de su interior un montón de ropa de la cual, eligió como vestimenta una camisa blanca, unos pantalones vaqueros ajustados y un par de botas de cuero.  Arrojando la bata que tenia puesta a un lado, comenzó a cambiarse ante la siempre vigilante mirada de Lilah.

 

Lilah: ¿Qué es lo que estas haciendo?

 

Frederick: (sin mirarla) ¿Qué más? Me voy.

 

Lilah: Me temo que no comprendes...

 

Frederick: Mira preciosa, no hace falta que lo digas para que yo lo sepa... tengo poderes telepáticos, ¿sabes? Y tu mente es como un libro abierto a mí. “Ustedes” me rescataron del Limbo para ponerme a trabajar como un simple peón a sus ordenes utilizando mi “reyerta” con Ángel para que lo elimine y así dejarles al paso libre a sus oscuras maquinaciones. ¡No, muchas gracias! ¡No soy esclavo de nadie y mucho menos, de un simple grupito de mortales que juegan a ser abogados del Diablo encubriendo el accionar de sus hijos!

 

Lilah: (enfurecida) ¡No puedes dejarnos así como si nada! ¡Tú perteneces ahora a Wolfram & Hart! ¡Nosotros te sacamos de ese exilio interdimensional! ¡Eres nuestro!

 

El vampiro rió. Era una de sus típicas carcajadas de loco. Pobre muñeca...

La miro de arriba a abajo. Ciertamente, si la hubiera conocido en otra ocasión... pobre, pobre chica tonta.

¿Qué le impedía matarla ahí mismo? Estirar su mano y romperle el cuello. Intento hacerlo. Atrapo fácilmente a Lilah con su mano y se dispuso a matarla.

 

...Otra vez el choque eléctrico...

 

Desplomándose en el suelo, Frederick se sostuvo la cabeza con las manos. El dolor iba en aumento.

 

Frederick: ¡Detenlo! ¡Detenlo!

 

Lilah: (sonriendo) ¿Duele, no? Por lo que veo, mucho...

 

Frederick: ¡Por favor, páralo!

 

Lilah: (cruzándose de brazos) No temas, se detendrá solo en... unos segundos...

 

Así fue. Muy lentamente, el vampiro se incorporo. Furioso, la miro de manera amenazadora pero la abogada estaba tranquila, muy tranquila.

 

Lilah: Como te decía, nos perteneces. El chip que te colocamos te convierte en nuestro... peón. No podrás hacerme daño, como no podrás dañar a nadie más, a excepción de Ángel.

“La decisión es tuya. Te sugiero que te olvides de la Cazavampiros, al menos, de momento. El objetivo ahora es Ángel. ¿No quieres acaso vengarte por lo que le hizo... a Darla?”

 

Funciono. Lilah sabia como tocar los temas de manera que sus interlocutores hicieran y reaccionara como ella quería. Ojalá Lindsey pudiera verla ahora...

 

Frederick: (sonriendo amargamente) Eres muy astuta, muñeca. Me tienes totalmente esclavizado... muy bien, supongamos que... estoy dispuesto a olvidarme de mi venganza contra la Cazadora y que colaboro contigo...

 

Lilah: ¿Ves? Ahora hablas mi idioma.

 

Frederick: ... Necesitare algo de ayuda. Tengo que ponerme al tanto de todo lo que haya ocurrido durante el tiempo en el que... estuve ausente.

 

Lilah: Pensé que tenias poderes telepáticos- dijo, sarcástica- ¿Acaso no fue eso lo que me dijiste? ¿No puedes leerme la mente y enterarte de todo?

Frederick: Puedo y lo hago, pero tu precioso chip biónico me ha provocado tal... revuelo en la cabeza que me cuesta enfocar mi poder. Así que si no lo tomas a mal, quisiera un informe totalmente actualizado de todo lo que ocurrió con Ángel hasta la fecha.

 

Lilah: (caminando resuelta hasta la puerta de la habitación) Muy bien, considéralo un hecho. Realmente, estoy muy contenta que te dignes de trabajar para nosotros, Frederick. En Wolfram & Hart tratamos muy bien a nuestros empleados.

 

Frederick: Como tu digas... muñeca.

 

Una vez que la abogada se hubo ido, el vampiro volvió su rostro hacia la ventana y mirando los iluminados edificios del exterior, sonrió de manera perversa.

 

************

 

HOTEL HYPERION, LA NOCHE SIGUIENTE...

 

La puerta principal se abrió y el numeroso grupo de personas entro en el amplio salón recibidor del imponente hotel. En sus rostros podía leerse cansancio y agotamiento. Había sido una jornada muy difícil...

 

Cordelia: (desplomándose en un sillón) La próxima vez, Wes, cuando te diga que tiene dos cabezas, córtaselas a tiempo, ¿quieres?

 

Wesley: ¿Y como iba a saberlo? La que tienes visiones eres tú, no yo.

 

Cordelia: ¡Si, pero tú tenias el hacha! Un poco más y esa... cosa nos hubiera masticado totalmente como si fuéramos pollo.

 

Gunn: Pollo... Eso me recuerda que no comimos nada. ¿Y si encargamos comida china?

 

Ángel: (sonriendo) Yo paso chicos. Soy... vegetariano, je.

 

Cordelia: Muy gracioso, “jefe”.

 

Ángel: No, de enserio. Gente, los dejo. Estoy molido... me voy a echar una siesta.

 

Gunn: No sabía que los vampiros dormían.

 

Ángel: (sacándose la gabardina negra) De vez en cuando, si. Lo necesitamos. Es como “reponer” las energías.

 

Cordelia: Buenas noches, que sueñes con los angelitos.

 

Ángel: Muy graciosa, Cordy.

El vampiro con alma comenzó a subir por unas escaleras, cuando de repente se choco con una figura femenina que venia bajando por ellas.

 

Ángel: ¡Fred! ¿Qué haces aquí? ¿No estabas pasando el fin de semana con tus padres?

 

Fred: Ah, bueno, es que... me aburría, así que decidí regresar, ji.

 

Ángel sonrió. La verdad es que Winifred siempre le provocaba ese sentimiento cariñoso, sobre protector. Se estaba adaptando muy bien a su nueva vida... algo muy poco usual en aquellos que regresaban de una dimensión demoníaca.

 

Ángel: (bostezando) Bueno, Fred, te tengo que dejar. Me voy a dormir.

 

Fred: ¿Si? Bueno, que duermas bien... que sueñes con los angelitos.

 

Ángel: (pensando) Y la tienen con lo de los angelitos...

 

AL RATO...

 

Ángel despertó tan fresco como una lechuga. Había dormido dos horas seguidas y eso le sirvió bastante como para reponer fuerzas. Dándose una ducha, bajo al salón recibidor para reunirse con sus amigos otra vez.

 

Cordelia: ¡Oh! ¡Abran paso que aquí viene el gran jefe vampiro, después de reposar en su ataúd! ¡Cuidado, señoras y señores! ¡El mal en persona esta aquí!

 

Ángel: Cordy, ¿estas borracha?

 

Cordelia: Que gracioso. Ángel, sabes que yo no bebo.

 

Al decir esto, Gunn y Wesley carraspearon al unísono.

 

Cordelia: Si tienen algo que decir, les sugiero que lo digan ya.

 

Wesley: ¿Entonces podemos hablar sobre esas cuantas botellas de licor que encontramos la vez pasada cerca de tu habitación?

 

Cordy iba a decir algo, pero un curioso sonido cercano (y muy fuerte) desvió la atención de todos.

Agudizando sus sentidos vampiricos, Ángel se dio cuenta de que alguien había entrado al hotel. Alguien no conocido, claro...

 

Cordelia: ¿Ángel...?

 

Ángel: ¿Dónde esta Fred?

 

Gunn: La última vez que la vimos, fue para la cocina.

 

Ángel: Tenemos intrusos en el hotel.

 

No termino de decir esto que un vampiro salido de vaya uno a saber donde se le tiro encima gruñendo, empujándolo contra el piso.

Más vampiros aparecieron. Eran un montón. Cordelia grito e intento buscar una estaca pero fue inútil... uno de los infernales seres la atrapo antes de que pudiera hacer nada siquiera y comenzó a retorcerle el cuello.

 

Ángel: ¡Cordelia!- grito, poniéndose de pie y sacándose de encima de un puñetazo a su agresor.

 

Transfigurando su cara, Ángel arremetió contra el vampiro que intentaba matar a Cordy pero ya era demasiado tarde. Con un sonoro chasquido, su cuello fue roto.

 

Ángel: (fuera de sí) ¡¡No!! ¡Cordy! ¡Maldito hijo de...!

 

Ángel atrapo al vampiro asesino por las solapas de su traje y lo levanto unos centímetros sobre el suelo. Dando uso de su descomunal fuerza sobrehumana, lo revoleo por el aire haciéndolo estrellar contra una mesa. Luego, sacando una estaca de un bolso, se la incrustó en el pecho reduciéndolo a cenizas.

Habiendo terminado con él, se volvió justo para ver como la terrible legión de vampiros (que salían y salían de todas partes como hormigas) se arrojaba sobre unos indefensos Wesley y Gunn, ávidos por su sangre.

 

Ángel: ¡¡Suéltenlos!!

 

Tratándose de abrir paso a base de golpes de puño y estacazos, Ángel logro llegar hasta sus dos amigos...

Lamentablemente, también lo hizo tarde. Los dos yacían inermes en el suelo, totalmente desangrados y mordidos por todas partes.

 

Ángel: ¡¡Wes!! ¡¡Gunn!! ¡¡¡¡NOOOOO!!!!

 

Rugiendo, Ángel se arrojo contra sus enemigos y lucho incansablemente contra ellos. Estacazo va, estacazo viene... era un huracán rabioso destruyendo vampiros a diestra y siniestra.

Cuando termino, solo quedaron cenizas de todos los maléficos seres. Mirando los cuerpos muertos de sus amigos, se desplomo en el piso totalmente shockeado.

 

Pero la sorpresa mayor estaba por venir.

 

Voz: (aplaudiendo) Muy buena actuación, Ángelus. Eres muy dramático, ¿sabes? Deberían nominarte para el Emmy o los Grammy.

 

Cuando Ángel levanto la vista para ver quien le había hablado así, se llevo el susto de su vida al ver que se trataba de su viejo conocido Frederick, quien vestido con una gabardina negra como la suya, lo miraba burlón mientras sostenía con su mano derecha los cabellos de una aterrorizada Fred.

 

Ángel: ¿Fre-Frederick? ¡No puede ser!

 

Frederick: Pero lo es.

 

Ángel: ¡Pero se suponía que estabas prisionero en el Limbo! ¡Yo vi como Buffy te arrojo por ese agujero dimensional!*

 

* (Nota del Autor: “Frederick, el vampiro” capitulo 5, para más información)

 

Frederick: (con cara de inocente) Bueno, ¿qué esperabas? Al fin de cuentas, siempre termino regresando, ¿no?

 

Ángel: ¿Qué diablos quieres de mí? ¿¿Acaso no te basta con lo que has hecho??

 

Frederick: Francamente hablando, amigo mío, no. La verdad es que quiero que sufras... que sufras mucho, ¿comprendes?- miro a Fred- ¿Así que esta chica es una nueva adquisición de tu grupo...? No esta nada mal. Es muy bonita.

 

Ángel: ¡Si le haces algo, te juro que...!

 

Frederick: De hecho, ese es el punto- se acerco al oído de Fred- Despídete de la vida, cariño...

 

Antes de que Ángel pudiera pestañear siquiera, el villano le partió el cuello a la pobre chica.

La escena era terrorífica. El cuerpo de Fred comenzó a caer despacio, como en cámara lenta, mientras Ángel no podía hacer más que mirar y mirar sin poderlo creer.

 

Ángel: ¡¡¡¡FRED!!!!

 

Frederick: Uno a uno.... Uno a uno, tus amigos van a morir.

 

Ángel: ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOO!!!

 

Abriendo los ojos, Ángel despertó. Incorporándose, se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Se encontraba acostado en su habitación, sudando.

 

Ángel: (murmurando) ¡Dios misericordioso! ¡Gracias a ti que solo ha sido un sueño!

 

Tratando de reponerse, se dio una ducha y ya más relajado, bajo apresuradamente al salón recibidor donde sus amigos lo esperaban como de costumbre.

 

Cordelia: ¡Oh! ¡Abran paso que aquí viene el gran jefe vampiro, después de reposar en su ataúd! ¡Cuidado, señoras y señores! ¡El mal en persona esta aquí!

 

Se detuvo en seco. Había oído esa frase salir de los labios de su amiga antes, en su sueño.

 

“No, no puede ser”, pensó, “Claro que no puede ser. ¡Reacciona, Ángel! Solo fue un sueño... ¿no?”

 

Ángel: Cordy, ¿has estado bebiendo?

 

“¡Por Dios! ¿No le dije algo similar en el sueño? ¿Y ella que me respondió...?”

 

Cordelia: Que gracioso. Ángel, sabes que yo no bebo.

 

Aquello era demasiado. Muchas coincidencias. Ángel sintió que todo a su alrededor se movía, giraba. Por poco y si no se agarraba de una silla, se habría desmayado.

 

Wesley: (preocupado) ¿Te sucede algo?

 

Ángel: La verdad es que no lo sé. Me siento mal. Creo que estoy fatigado... me estoy empezando a volver loco.

 

Cordelia: ¿Quieres que llamemos a un medico? Que pregunta estúpida... claro que no. Si viene un doctor, ¿cómo le vamos a explicar que no tienes pulso y que tu piel esta fría? Que cabeza la miaaaaaaaa...

 

Cordelia cayo de bruces en el piso. Todos comprendían que era lo que le pasaba: estaba teniendo una visión.

 

Gunn: ¿Cordy? ¿Estas bien?- le pregunto, ayudándola.

 

Cordelia: (retorciéndose de dolor) ¡N-No! ¡P-Peligro! ¿D-Dónde esta Ángel? ¡Hay p-peligro!

 

Ángel: (acercándose) Aquí estoy, Cordy. Dime que ves...

 

Cordelia: V-Veo... V-Veo...

 

Ángel: ¿Qué?

 

Cordelia: (con la voz gruesa) ¡¡TU MUERTE!!

Ante los azorados ojos de todos los presentes, la figura de Cordy pareció derretirse y fluctuar, convirtiéndose en la de Frederick.

 

Ángel: ¿¡Frederick!?

 

Frederick: ¡Saludos, amigo! ¿Me extrañaste?

 

Ángel: ¡Maldito!

 

Rápidamente, Ángel arremetió contra su rival con todo y lo aferró de la garganta. Sin darle tiempo a nada, le quebró el cuello.

 

Wesley: ¡Ángel! ¿¿Qué hiciste??

 

Un cuerpo había caído al suelo sin vida. No era Frederick, sino... ¡Cordelia!

 

Ángel: ¿¿Cordy?? P-Pero... no puede ser...

 

Gunn: ¿Qué hiciste, viejo? ¡¿Qué hiciste?!

 

Ángel: (totalmente confundido) Yo no... Yo no...

 

Wesley: ¡La mataste! ¡La mataste, Ángel! ¿Es que te volviste loco?

 

Ángel: (llevándose las manos a la cabeza) ¡¡Oh Diossss!! ¿¿Qué he hecho?? ¿Qué demonios me esta pasando?

 

Risas. Un coro de risas burlonas resonaron en el aire. Increíblemente, todo alrededor del vampiro pareció fluctuar y se encontró asombrosamente en un lugar en penumbras, rodeado por una multitud de personas conocidas que se mofaban de él.

 

Spike: Pobre, pobre Ángelus. ¿Qué te sucede? ¿Acaso estas alucinando?

 

Lindsey: Debe ser el estrés. Créeme, como abogado sé de estas cosas- dijo, con un celular en la mano.

 

Darla: A lo mejor es que se canso de su vida aburrida, salvando almas y todo eso... quizás extrañas mis caricias Ángelus y el tiempo que pasamos juntos.

 

Drusilla: (jugando con una muñeca rota) Oooh, el pobre niño prodigo ha enloquecido. Que pena me da.

 

Cordelia: (con el cuello roto) ¿Cómo pudiste hacerme eso, Ángel? Después de todo lo que pasamos, de todo lo que confié en ti...

 

Ángel: ¡No, no, no!- gritó, sacudiendo la cabeza- ¡Nada de esto es real, nada es verdad! ¡Es una alucinación, una ilusión!

 

Kate: ¿De verdad piensas que somos una alucinación, Ángel? ¿Eso somos o es lo que tú desearías que fuéramos?

 

Doyle: Admítelo. Tú desearías que tu misión fuera solo eso, ¿verdad? Solo un mal sueño. Y cuando despiertes, papi y mami van a estar ahí, para abrazarte y consolarte...

 

Wesley: ¿Pero sabes qué? Lamentablemente, eso no es verdad. Tienes que asumirlo, Ángel.

 

Buffy: No creo que lo haga, es tan obstinado.

 

Ángel: (sacudiendo con más fuerza la cabeza) ¡No! ¡No! ¡Aléjense! ¡Ninguno es real, ninguno!

 

Risas. Todos se reían y lo señalaban.

 

Todos: ¡Ángel, Ángel, pobre de Ángel! ¡Ya no sirve para nada! ¡No sabe que es realidad y que es sueño! ¡Pobre, pobrecito!

 

Ángel: ¡¡¡YA BASTA!!!

 

Otra vez. Ángel abrió los ojos y se hallo en su cama nuevamente. Había sido un sueño... ¿o no?

 

“Tengo que cerciorarme... todo se ve real... muy real”, pensó, corriendo escaleras abajo.

 

Cordelia: ¡Oh! ¡Abran paso que aquí viene el gran jefe vampiro, después de reposar en su ataúd! ¡Cuidado, señoras y señores! ¡El mal en persona esta aquí!

 

“¡No! ¡No! ¡Sucede otra vez, sucede otra vez! ¡Es un sueño, solo un sueño!”

 

Wesley: ¿Ángel? ¿Te sucede algo?

 

Ángel: ¡No es real, no es real!- comenzó a repetir, mientras corría hacia la salida- ¡No es real, es otro sueño, otro sueño!

 

Wesley: ¡¡Ángel!! ¿Qué te ocurre?

 

Cordelia: ¡Vuelve! ¡Ha salido el sol! ¡Te vas a matar!

 

Pero eso no lo detuvo. De un tirón abrió la puerta y salió hacia fuera. La luz solar le dio de lleno con toda fuerza.

Con mudo terror, vio como su cuerpo comenzaba a incendiarse. Primero lenta y después rápidamente. En solo unos segundos, se convirtió en una pira ardiendo.

 

Ángel: ¡¡¡AAARGH!!!

 

Otra vez. Se despertó en su cama, pero esta vez rodeado por todos sus amigos que no dejaban de mirarlo sorprendidos.

 

Wesley: ¡Gracias a Dios! ¡Llevamos horas tratando de despertarte!

 

Ángel: ¿Horas?

 

Gunn: ¡Si! Fred fue la que te llamo al principio y como vio que no te despertabas, nos aviso a los demás. No había forma de hacerte reaccionar, era como si estuvieras en trance.

 

Ángel: (llevándose una mano a la frente) ¡Dios! ¡Era terrible! ¡Estaba viviendo una pesadilla tras otra y creía que iba a enloquecer! Todos morían en mis sueños y luego, Frederick aparecía...

 

Wesley: (interrumpiéndolo) Precisamente, de eso queríamos hablarte.

 

Ángel: ¿De qué?

 

Gunn: Mientras dormías, Cordy tuvo una visión.

 

Wesley: Frederick esta de regreso... lo trajeron los de Wolfram & Hart.

 

************

 

Y EN EL INTERIOR DEL EDIFICIO DE WOLFRAM & HART, EN LA OFICINA DE LILAH...

 

Sentado en un círculo de velas, un silencioso Frederick abrió los ojos.

 

Lilah: (a su lado) ¿Y bien?

 

Frederick: Ha escapado a mi control.

 

Lilah: ¡Maldición!

 

Furiosa, la abogada comenzó a pasearse por la habitación, inquieta.

El primer asalto contra Ángel había fracasado. Dando uso a los increíbles poderes mentales que Frederick poseía habían intentado enloquecerlo de manera tal, que no pudiera ya distinguir entre realidad e ilusión.

 

Lilah: ¡Ahora ya debe saber que tú estas detrás de todo esto!

 

Frederick: Cálmate, ¿quieres?

 

Lilah: ¿Calmarme, dices? ¡Ángel va a venir en tu búsqueda!

 

Frederick: Es exactamente lo que quiero.

 

Lilah: ¿Te has vuelto loco?

 

Frederick: No, querida. Lo tengo todo planeado. Dejemos que Ángelus venga por mi... le tengo preparada algunas sorpresas para cuando llegue.

 

 

¿A que se referirá Frederick con eso de “sorpresas” para Ángel? La respuesta, en el próximo capitulo.

 

                                                                                          Capitulo 2